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01

Doyoung terminó de doblar la ropa, y de juntar el resto de los víveres que llevaría esa ocasión a la escuela. Tomó a parte del resto de las prendas, un conjunto, que consistía en un pantalón de mezclilla azul y una camiseta color rojo, que eran para alguien en especial. Lo guardó en una bolsa diferente, y sonrió cuando terminó; ojalá que le gustara su obsequio a Jaehyun.

— ¿Ya has terminado? — la mamá de Doyoung entró a la cocina a paso rápido, acomodando su cabello y al mismo tiempo buscando las llaves del carro pues de nuevo no las encontraba. —es hora de irnos.

—Sí, terminé —Doyoung asintió, contando las bolsas que tenía listas. Tenía todo acomodado para partir, estaba ansioso por volver.

— ¿Por qué esa bolsa está separada del resto? — la mujer se detuvo y señaló la bolsa que Doyoung había predeterminado exclusivamente para las prendas de Jaehyun, incluso era una bolsa más bonita que el resto, de regalo, con estampado, bastante diferente al resto de las bolsas.

—Es lo que compré para Jaehyun... — Doyoung fue analizado por la mirada curiosa de su madre, se encogió de hombros esperando que no le hiciera un pesado interrogatorio. El cambio de Jaehyun lo había comprado él mismo, con su propio dinero, no era de la recolecta de recursos que hacían como la del resto de los niños.

— ¿Jaehyun?... — la mujer observó a su hijo con una pequeña sonrisa.

— Sí, me he dado cuenta de que es un niño un poco diferente, no se integra a los demás, y creo que necesita un poco más de atención que el resto, es el único niño que no se me acerca y nunca pide nada, así que pensé... que puedo intentar ser su amigo. — explicó Doyoung, justificando su postura. No era que quisiera hacer preferencias entre los niños, era más que no le gustaba ver como el reservado Jaehyun los miraba a todos divertirse desde lejos, sin acercarse.

— Está bien, hijo. Sinceramente perdí la cuenta de todos los intentos que hice para que Jaehyun hiciera amigos, si lo logras sería perfecto. — agradeció la señora.

La mamá de Doyoung era maestra en una escuela de su ciudad, era dedicada y le gustaba su trabajo, tenía muy pocos alumnos, y eso le daba ventaja para conocerlos a todos con más exactitud, sabiendo hasta las mañas de sus personalidades. Una de las razones por la falta de alumnos, era debido a los bajos recursos de la zona, era básicamente una escuela en la que los pocos niños que asistían lo hacían con ansias de estudiar para cuando crecieran consiguieran progresar de todas las formas posibles, eran niños que ansiaban aprender, pese a las malas circunstancias.

Consiente de la situación, la señora Kim regularmente, en compañía de otros docentes, era la encargada de ciertas campañas para recaudar ropa y cosas para los niños, Doyoung se había ofrecido a ayudarla, y ahora asistía una vez cada mes acompañando a su madre, para llevar cosas para los niños. Los niños se habían desenvuelto bien con él, e incluso lo llamaban amigo, y esperaban con ansias su visita para jugar y platicar.

Jaehyun era un niño demasiado inteligente, y a pesar de que no era para nada participativo ni se integraba en equipos, siempre sabía las respuestas y llevaba un buen nivel de aprendizaje, incluso más elevado que el del resto de los niños. Era muy aplicado para su edad, y eso era algo que la señora Kim había notado con su tiempo dando clases en esa escuela, sin embargo, no congeniaba con la mayoría de sus compañeros.

En el momento en el que Doyoung puso un pie dentro de la escuela fue recibido con saludos emocionados de los niños que lo rodearon. Sonreía, porque se alegraba de ser una causa de felicidad para los niños, le gustaba poder ayudarlos y conocerlos, y sobre todo ser tan bien recibido por cada uno de ellos, bueno... por casi cada uno de ellos.

Levantó la mirada después de haber saludado a cada uno de los niños. Miró a Jaehyun sentado en una banca frente al salón de clases, el niño miraba hacia ellos atento, incluso con curiosidad. A Doyoung se le figuró que el menor quería acercarse pero por alguna razón no lo hacía, y quería cambiar eso.

— ¿Trajiste regalos, Doyoung hyung? — el mayor regresó su mirada a los niños que lo llenaban de preguntas e intentaban tomar su atención, cada uno a su manera.

— Sí, traje regalos, Sicheng — Doyoung sonrió a un encantador niño de bonita sonrisa y mejillas suaves — deben entrar al aula, allá les daré lo que les traje.

El grupo de niños asintió entre gritos y risas, y pronto se fueron todos en dirección al aula en la que su maestra ya estaba con las cosas que Doyoung había llevado. Todos los niños excepto Sicheng, que se había quedado junto a Jaehyun. Tomó su muñeca y jaló su brazo para llamar su atención.

— Doyoung hyung, ¿puedo decirte un secreto? — Doyoung se inclinó hasta quedar a la altura de Sicheng, un poco extrañado de ver al niño siendo tan discreto, porque de todos los niños, al que más conocía era a Sicheng, y para nada era un niño discreto o calmado.

— ¿Un secreto?... — el mayor sonrió curioso, y Sicheng asintió.
— ¿de qué se trata?

— Bueno, es sobre Jaehyun — Sicheng incluso bajó el tono de su voz y se acercó al oído de Doyoung, puesto que sabía que Jaehyun aún no había entrado al aula, y seguía sentado en la banca, mirándolos ocasionalmente.

— ¿Qué pasa con Jaehyun? — Doyoung ésta vez se prestó más atento a las palabras del menor.

— Yo soy el mejor amigo de Jaehyun, y también es mi mejor amigo aunque a veces se enoje conmigo... — comenzó a hablar Jaehyun.

— ¿Por qué se enoja contigo? — Doyoung miró por sobre el pequeño hombro de Sicheng hacia Jaehyun, lo sorprendió mirando hacia ellos, el menor pareció sorprenderse, y se levantó de la banca con su mochila para entrar al salón rápidamente.

— No lo sé muy bien, nunca quiere decirme cuando se lo pregunto — contestó Sicheng — pero eso no era lo que quería decirte, hyung — Sicheng dio un saltito, esperando que no se olvidara de lo que quería decirle a Doyoung. Tenía confianza en que su hyung era el único que podría ayudarlo para ayudar a su amigo, y estaba esperando su visita ansioso.

— Bien, ¿qué pasa entonces?

— Jaehyun está muy triste, y no me gusta que esté así.

— ¿Por qué Jaehyun está triste?... — Doyoung observó como la boca de Sicheng se formó en una línea recta, casi una mueca de descontento, como si lo que estaba por decir fuese algo malo que en realidad no debería decir.

— Él nunca quiere platicar mucho conmigo de eso, pero yo creo que sé de qué se trata... — Sicheng soltó un suspiro pequeño — no le digas que te conté, porque ya no va a querer ser mi amigo, pero es que ya no quiero que esté triste...

— Está bien, Sicheng... — Doyoung accedió, sintiendo la insistencia del menor en su petición. — ¿por qué crees que está triste?

— Es porque su mamá y su papá gritan mucho... yo vivo junto a él, ¡e incluso puedo escucharlos! — Sicheng contó con sorpresa, recordando los gritos que escuchaba desde su ventana, además de que las residencias no eran muy grandes ni privadas, cualquiera que pasara incluso por la calle podría escuchar las discusiones. — discuten mucho, y es por eso que Jaehyun está triste, aunque él me diga que no es cierto.

Doyoung escuchó con atención las palabras del niño, y poco a poco formó en su mente las razones de porqué Jaehyun podría ser tan reservado. Con Sicheng de testigo, le quedaba totalmente claro que Jaehyun estaría sufriendo violencia familiar.

— ¿Acerca de qué discuten, Sicheng? ¿puedes contarme? — Doyoung ahora necesitaba tener toda la información que pudiese recaudar, puesto que si las cosas eran como pensaba, no podía quedarse sin hacer nada.

— Son cosas muy feas, hyung, no puedo repetirlas... mi mamá me dijo que no me metiera y que no hiciera caso, pero estoy preocupado por Jaehyun, ¿tu puedes ayudarlo, hyung? — el mayor asintió ante las razones de Sicheng, también era cierto que Sicheng era simplemente un niño, y no tenía porqué involucrarlo en algo tan serio.

— Yo no lo sé, Sicheng... antes tendría que platicar con Jaehyun, y a él no le gusta mucho eso — Doyoung no tenía muy claro qué hacer, no era un adulto tampoco, era simplemente un joven de diecisiete años, estudiante e hijo de una maestra trabajadora de una escuela de bajos recursos. Sicheng abrió sus ojos más de la cuenta, como si hubiese recordado algo muy importante, pero se mantuvo callado. — ¿qué pasa?

— Ah, es que... bueno, no puedo decirte, porque los secretos pues no se dicen y... — Sicheng se quejó, moviéndose nervioso en su lugar — tu, ¡tu podrías hacerte su amigo, hyung!

— Bueno, sí... podría intentarlo...

— ¡Sí! ¡sí hyung! sé amigo de Jaehyun, así él tendrá dos amigos y podremos ayudarlo juntos...

Doyoung asintió con una sonrisa, Sicheng era un niño encantador.

꒰♡꒱

Doyoung miraba satisfecho, cómo los niños en el salón escogían y tomaban con gran felicidad las prendas que había traído. Platicaban entre ellos y se las probaban sobre el uniforme escolar. Doyoung estaba feliz también de verlos tan emocionados con un pequeño acto.

Regularmente no era tan sensible, ni se consideraba una persona muy amable, de hecho sus amigos lo consideraban un tanto enojón y pesimista, y era cierto, lo era un poco. Pero no podía ignorar simplemente, la capacidad de esperanza que tenían todos esos niños, le parecía hasta tonto admitirlo, pero habían conquistado de a poco su corazón, en especial Sicheng, que siempre era el más feliz de verlo.

—Doyoung hyung... — Sicheng se acercó, esquivando a todos su compañeros, hasta llegar con Doyoung. —Jaehyun está sentado en su lugar, no se ha acercado a ver nada de lo que trajiste... — Doyoung notó la preocupación en los ojos de Sicheng, y tuvo que sonreír porque Sicheng, a pesar de carecer de tanto en su corta vida, era un niño que no podía evitar mirar por los demás antes que por él mismo.

—Sí, lo noté... — Doyoung buscó por el aula, hasta topar su mirada en Jaehyun, que estaba sentado en su pupitre, observando a su alrededor serio, su ceño estaba un poco fruncido, parecía enojado. — ¿está enojado?

—Eh, no lo sé, no quiere hablarme... — Sicheng también miró hacia Jaehyun, cruzando sus pequeños brazos frente a su pecho — a veces es muy serio, y un mal mejor amigo, pero aún así lo quiero.

—Ya veo... — Doyoung tuvo que sonreír al ver las mejillas de Sicheng. — le traje algo en especial a él... — Doyoung tomó del suelo la bolsa que había reservado para Jaehyun, Sicheng lo miró sorprendido, y sonrió emocionado.

— ¡Ve y daselo! anda hyung, ¡ve con Jaehyunie! —Sicheng movió a Doyoung de su brazo, empujándolo un poco para que comenzara a caminar hacia el menor.

—De acuerdo, cálmate... — Doyoung sonrió —intentaré averiguar porqué está enojado — Sicheng asintió repetidas veces, y Doyoung entonces caminó hasta el lugar de Jaehyun.

Jaehyun había estado mirando a Sicheng y al resto de sus compañeros durante todo el tiempo sentado sin acercarse, miraba a la maestra y a Doyoung. Entonces le entraban las ganas de ponerse de pie y acercarse a ver la razón de porqué todos se alegraban por las cosas que el hijo de la maestra traía, quería saber porqué a todos les gustaba que Doyoung los visitara, él también quería estar con ellos.

Pero se ve tan ocupado, está prestandole atención a los demás niños, en especial a Sicheng› Jaehyun suspiró, porque ese pensamiento no era la única razón por la cuál no se acercaba ‹papá se enojará si me acerco y tomo de las cosas que traen, no quiero que se enoje más›. Cada vez que su papá se enojaba, todo terminaba mal.

Abrió sus ojos sorprendido cuando miró a Doyoung acercarse entre todos, con una bolsa de regalo en sus manos, porque no había nadie más que él en ese lado del aula.

—Hola Jaehyun — Doyoung saludó con una amable sonrisa, Jaehyun lo seguía mirando sorprendido, porque Doyoung nunca había hablado con él sin el resto de los niños involucrados. Se quedó callado, porque sintió algo parecido a la sensación que le daba cuando exponía o hablaba frente a todos. — ¿como estás?

—Bien — Jaehyun contestó con la cabeza agachada, esperaba que Doyoung solo se alejara de él, pero incluso se inclinó hasta recargarse en su mesa, dejó ahí la bolsa, que Jaehyun observó curioso.

— ¿No quieres ver lo que hay ahí? — Doyoung sonrió y le señaló la bolsa. Jaehyun juntó sus manos sobre sus piernas nervioso. — es un regalo para ti.

— ¿Para mi? — Doyoung por primera vez escuchó algo más que indiferencia en la voz del menor, lo escuchó sorprendido y sonrió por ello. Asintió. Algo instintivo le sugirió al niño tomar la bolsa, pero detuvo ese impulso antes de ceder. — n-no puedo aceptarlo.

Doyoung frunció su entrecejo. Observó que Jaehyun bajó su cabeza, evitando a toda costa que Doyoung lo mirara. ¿Cuál era la razón?

—Pero es para ti... — Jaehyun levantó la mirada ante la insistencia del mayor — lo elegí especialmente para ti, ¿por qué no quieres? — Doyoung frunció sus labios en un pequeño puchero, logrando que Jaehyun sonriera un poco. Se sorprendió, porque no recordaba haber visto a ese niño sonreír anteriormente.

—Es que... — Jaehyun bajó de nuevo la cabeza y enredó sus pequeños dedos entre sí. No estaba seguro si decirle la verdad a Doyoung, pero no le parecía una mala idea, porque él le había traído un regalo especialmente para él, no para ningún otro niño, para él, y eso, lo hizo sentir un poco feliz — a mi papá no le gusta que yo acepte regalos...

Doyoung asintió, analizando curioso el tono apagado que Jaehyun empeló. Quizá, entonces el problema no era que Jaehyun no quisiera acercarse.

— ¿Por qué no le gusta? no es nada malo... — habló el mayor, rezando por que Jaehyun accediera a contarle.

—Él dice que no debemos aceptar la lástima de los demás — explicó el menor. A regaños había tenido que aprender esas palabras, y también a golpes. Él decidió nunca aceptar otra vez algo de lo que le dieran en la escuela, porque papá se enojaba muy fácilmente, y si tan solo tenía un poco de suerte, terminaría con solo un jalón en su oreja.

— ¿Él dice eso?... — Doyoung se sorprendió, no se esperaba esa respuesta, entonces se molestó, porque por culpa de esa idea tan absurda, era que Jaehyun nunca se acercaba a él, concluyó entonces que el niño estaría lleno de malas ideas por parte de su padre. — no es lástima, nosotros solo queremos ayudarlos — explicó Doyoung. No podía ser lástima de ninguna manera, era simplemente caridad, no lo sentía como una pena, era un privilegio, porque si a cambio recibía las sonrisas que los niños le daban en verdad podía considerarlo un privilegio. — ¿es por esto que no te acercas a mi?

—En serio no puedo aceptarlo, daselo a otro niño... — Jaehyun pidió, mirando a Doyoung con insistencia. Agradecía que Doyoung le hubiese hecho un regalo, a decir verdad incluso lo emocionaba, pero no quería ni imaginar cómo se pondría su papá cuando pasara por él, lo que le haría al llegar a casa, y cómo su mamá lo dejaría pasar y no lo defendería.

Doyoung iba a replicar, pero entonces miró al ápice de miedo en los ojos del niño, no quería verlo así, de modo que se reprimió sus palabras.

— De acuerdo, se lo daré a alguien más... — dijo. No pudo ocultar su desilusión, porque en verdad esperaba que Jaehyun recibiera su obsequio. — pero entonces tendrás que aceptarme otro regalo.

Jaehyun suspiró, no quería decirle a Doyoung que si aceptaba cualquier cosa, su papá se enojaría hasta el punto de pegarle, porque no era algo lindo de decir, porque lo avergonzaba y porque no le gustaba que hablaran de eso.

—No quiero que me regañen...

—No hay razón para que te regañen por tener un nuevo amigo — Doyoung sonrió ante la mirada curiosa del menor —y tampoco por aceptar que te compre algo para comer, ¿o si?

Jaehyun intentó ocultar su emoción, porque su mamá se había levantado tarde esa mañana, y a penas tuvo tiempo de vestirlo bien, así que tenía mucha hambre. Además, Doyoung acababa de decirle que era su amigo.

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