Capítulo 21.
—¿Y Jimin? —preguntó con rapidez tras verlo entrar.
Jungkook tomó nuevamente a la niña en sus brazos, lo que Seokjin apreció, ya que estaba agotado de sostenerla.
—Está en el baño, no tarda en venir.
—Bien, entonces diré que los esperen un poco.
—De acuerdo, muchas gracias —Seokjin asintió con la cabeza y salió de ahí.
Jimin entró unos segundos después.
—¿Qué te dijo Jin? ¿Ya llegó el juez? —preguntó con una sonrisa.
—Sí, nos está esperando desde hace un momento —informó.
—Oh, lamento haber tardado —se disculpó con una sonrisa y extendió sus brazos para agarrar a la bebé mientras se acercaba.
—No te preocupes —contestó después de entregarla.
Jungkook quería saber si él estaba bien, ya que a pesar de que entró con una sonrisa y le habló con amabilidad, notó que cada vez le costaba más trabajo mantener esa expresión en su rostro.
—Bien, entonces ya me apuro —tras darle un beso en la mejilla la acostó en su portátil, el cual estaba sobre el sofá.
—Vamos Jungkook, es hora de que entres —volvió a aparecer Seokjin impidiendo que le pudiera hablar a Jimin—. ¡Vamos!
Jungkook no quería dejar a su prometido, pero Kim lo arrastró consigo al jalarlo del brazo.
—¡En cinco minutos sales tú! —le informó antes de salir por completo.
Jimin colocó la manta sobre el cuerpecito de su hija y se le quedó viendo al mismo tiempo que sus lágrimas brotaron nuevamente. Desde que su hija estaba en su vientre, él la amaba con todo su ser y se esforzaba diariamente para asegurarse de que estuviera siempre bien, sufriendo con ella cuando estaba enferma y siendo feliz cuando estaba sana. A pesar de las dificultades, su hija era su razón de vivir, su ancla en medio de la tempestad. Entonces no podía comprender la razón por la cual su padre nunca lo mostró afecto, ni siquiera desde que era un bebé, pasando por su infancia y hasta ahora que era un adulto. ¿Cómo era posible que un padre no amara a su hijo, cuando se supone que los padres deben amar a sus hijos? ¿Por qué no tuvo un padre que lo amara de la misma manera en que él ama a Ayla?
—¡Vine por mi sobrina! —anunció Taehyung con emoción, Jimin secó sus lágrimas con rapidez y sonrió. Kim al notar que dormía bajó la voz—. La llevaré conmigo.
Jimin asintió con la cabeza y su amigo cargó el portátil.
—Nunca pensé que te enamorarías otra vez, la verdad me alegra mucho que por fin encontraras a una verdadera familia. Tienes un novio que te ama y te cuida, un suegro que te trata como si fueras su hijo. Esa es la familia que siempre mereciste —comentó.
No obstante, lo que su amigo afirmaba era completamente falso, ya que no había encontrado a nadie que lo amara, y mucho menos tenía una verdadera familia; todo formaba parte de un contrato. Finalmente, Jimin no pudo aguantar más y se dejó caer al suelo, llorando con fuerza y sin poder detenerse.
Taehyung se quedó perplejo al verlo.
—No, Jim. No quise hacerte llorar, perdóname —dijo preocupado—, por favor, no llores, no era mi intención.
Su amigo continuó llorando con más intensidad, mientras Ayla se movía inquieta y sollozaba suavemente. Si despertaba, temía que también se sumaría a llorar, y tendría que consolar a ambos.
—¿Ahora qué hago?
«Eres un tonto, hiciste llorar al novio dos minutos antes de la ceremonia»
—¿Qué hago? —miró hacia los lados como si la respuesta aparecería mágicamente, negó con la cabeza. Eso no pasaría—. Ya sé —dijo y salió de ahí con la bebé.
Un poco después Jimin negó con la cabeza y llevó la manita a su pecho.
—Vamos, deja de llorar —se dijo en un momento en el que pudo detener su llanto, pero decirlo era más fácil que hacerlo. Él continuaba llorando, enojándose consigo mismo por hacerlo porque alguien como Sungyeol no merecía sus lágrimas.
Una vez más, Jungkook cruzó la puerta de la habitación y se acercó a su prometido, arrodillándose a su lado.
—¿Es difícil dejar de llorar?
Jimin inclinó la cabeza en señal de acuerdo, curvando sus labios en una expresión de tristeza y permitiendo que sus ojos se llenaran de lágrimas.
Jungkook tomó el pañuelo que guardaba del bolsillo interior de su saco.
—Si no puedes parar, entonces salgamos al mismo tiempo —con el pañuelo secó las lágrimas del más bajito—. Está bien llorar si eso es lo quieres hacer, deshazte de la tristeza que guardas y una vez que te termines —no importaba que las lágrimas volvieran a recorrer por las mejillas de Jimin una y otra vez, él las secaría de igual forma—, todo estará bien, estaré a tu lado. Yo voy a protegerte desde ahora, es una promesa.
Los ojitos de Jimin se iluminaron de una hermosa manera, no por el llanto, sino más bien porque recibió esas palabras como un abrazo cálido que cuidadosamente apretaba su corazón herido con la intención de sanarlo.
✧✦✧
—Oye, deja de llorar —regañó Hyunah a Taehyung. Los dos estaban sentados en una de las tantas mesas, Taehyung sonando su nariz con una servilleta mientras que Hyunah tomaba un poco de alcohol—. Las personas pensarán que tienes algo con Jimin.
El rubio había llamado la atención de los invitados del señor Hongseok al llorar constantemente después de la firma del acta matrimonial, lo que resultó extraño para todos. Mientras tanto, la pareja se encontraba ocupada tomándose fotos con el abuelo y Ayla.
—¿Y tú cómo no puedes derramar una lágrima?, ¿acaso no tienes sentimientos? —alegó
Hyunah giró los ojos.
—Dijiste que Jim anda algo sensible, ¿si nos ve llorar, no crees que también lo hará? Es un día feliz para él, además se ve muy bonito con su maquillaje, no hagamos que se estropee.
—En eso tienes razón —rápidamente secó sus lágrimas con otra servilleta.
—Ahora con la foto de amigos de la pareja, acérquense por favor —anunció el fotógrafo tras finalizar la sesión de fotos con el señor Hongseok.
—La foto de amigos, vamos —dijo Hyunah y se puso de pie.
Los amigos de Jungkook fueron los primeros en acomodarse al lado de la pareja, ya que estaban más cerca.
—¡Oh, andando, andando! —dijo Taehyung levantándose entusiasmado al ver al chico que estaba parado al lado derecho del pelinegro.
El joven era Seokjin, el encargado de dirigir el evento, y antes de la llegada del juez, entabló una breve conversación con él, presentándose mutuamente como amigos cercanos de los novios y compartiendo un poco de sus vidas. Taehyung sintió una conexión instantánea con él, como si hubieran conectado desde el primer momento. Además, posiblemente era el hombre más atractivo que había visto después del esposo de su mejor amigo.
Los amigos de los dos novios se acercaron y se acomodaron por su cuenta, pero se notaba claramente que había más gente al lado de Jungkook que al lado de Jimin.
—Oye —el fotógrafo le habló a Taehyung, pero él se señaló así mismo para asegurarse de que le hablaban—. Sí, tú, el del traje verde, pasa al otro lado —le señaló el lugar donde estaban Seokjin, Cindy, Jade, Kevin y Chan.
Inmediatamente obedeció y se situó al lado de Seokjin, quien le dedicó una sonrisa al verlo. El hombre de cabello rubio le devolvió la sonrisa y agradeció al fotógrafo en su mente por haberlo colocado junto a él.
—Ahora, ustedes dos —le habló a Chan y a Kevin—, acomódense junto a la chica de vestido dorado, dejándola a ella en medio.
Ellos hicieron caso.
El fotógrafo estuvo de acuerdo consigo mismo, viendo cómo todo estaba equilibrado y los trajes de los presentes formaban una combinación de colores armoniosa que resaltaba a los recién casados.
—A la cuenta de tres sonríen —dijo—. Uno...
Jungkook observó a los demás y notó que todos tenían una sonrisa auténtica y una expresión de felicidad genuina en sus rostros, excepto Jimin, cuya mirada estaba apagada y su sonrisa no reflejaba alegría. No le sorprendió su falta de entusiasmo por la boda, pero su profunda tristeza no era algo que esperaba ver, aunque era comprensible después de la decepción que le causó su padre nuevamente.
—Dos...
Jungkook miró la manito de su esposo y decidió entrelazarla con la suya, eso capturó la atención del castaño. Le dio una dulce sonrisa, la cual fue correspondida por Jimin. En el preciso momento en que se miraron y sonrieron con ternura, el fotógrafo rápidamente tomó la foto y capturó ese momento.
—Tres —habló después—. Sonrían.
La pareja y sus amigos miraron hacia la cámara y sonrieron.
✧✦✧
Más tarde, la mayoría de personas estaban disfrutando del banquete al igual que los recién casados, quienes estaban sentados en una mesa junto con sus amigos.
—Quién iba decir que Jungkook sería el primero en casarse —comentó Seokjin.
Sus compañeros de trabajo asintieron con la cabeza, ellos tampoco pensaban que el director general se casaría.
—Sí y sinceramente aún no lo creo —dijo Cindy.
—Yo tampoco, incluso pensé que todos nos casaríamos antes que él —habló Seokjin con una sonrisa.
—Debo mencionar —dijo Taehyung y todos voltearon a verlo—, que yo tampoco creía que Jimin se casaría tan pronto, sin embargo ambos los hicieron —se puso de pie y alzó en el aire la copa que tenía en su mano, los demás también la alzaron—, así que espero que su felicidad dure para siempre —deseó—. Salud —bebió un poco del líquido rojo al mismo tiempo que los demás—. Una cosas más, si haces sufrir a mi amigo juro que te arrancaré cada cabello de la cabeza.
—¡Taehyung! —Jimin lo regañó mientras los demás se reían en voz baja.
—¿Qué?, sólo estoy cuidando de ti —volvió a sentarse.
—No te preocupes Taehyung, haré todo lo posible para que sea feliz —aseguró Jungkook provocando una leve sonrisa en los labios de Jimin.
—¡Enserio que estás enamorado! —dijo Seokjin con euforia.
Continuaron hablando de temas no necesariamente importantes pero si entretenidos mientras seguían deleitándose con los platillos y los postres. Poco después llegó el momento en el que la pareja debía bailar por primera vez como esposos.
—Por favor, pasen al centro —pidió Seokjin hablando desde el micrófono.
—¿Bailar? —susurró Jimin, pero por la expresión facial de Jungkook notó que él tampoco contaba con que debían hacer tal cosa—. Pero ni siquiera practicamos.
—Sí, bueno, creo que se nos olvidó ese detalle.
—¿Y ahora qué?
—No es tan difícil —se puso de pie y luego le extendió la mano a Jimin, este la tomó y se levantó.
Aunque tenían un poco de vergüenza, se dirigieron al centro de la pista de baile ante los aplausos de los invitados. Ahí, Jungkook guio las manos de Jimin alrededor de su cuello, posteriormente colocó las propias en la pequeña cintura del menor y lo acercó a él. La suave melodía se hizo presente ante sus oídos, el de cabello negro fue el primero en empezar a danzar.
—Solo relájate, estás tenso y pareces una estatua humana —comentó con diversión deteniéndose—. No lo pienses mucho y sigue el ritmo de la música con tu propio cuerpo, no es complicado.
—Lo lamento, es que nunca antes había bailado así. Sólo en la primaria cuando fue mi graduación y bailamos corazón de niño, conoces esa canción, ¿no? —preguntó—. Bueno, creo que todos conocen esa canción —ni siquiera lo dejó responder—, lo que quiero decir es que incluso cuando bailé ese vals lo hacía muy mal, tanto que mi profesor me regañaba por no seguir unos simples pasos, pero no entendía como hacerlo. Una vez me tropecé y choqué con una compañera que estaba en mi fila haciendo que ella cayera y se raspara la rodilla —chasqueó su lengua—. Aún me siento mal por eso, más porque me reí. No era el momento pero era una risa nerviosa y no de burla, sin embargo me castigaron debido a mi risa y creyeron que lo había hecho a propósito. Cabe decir que ella no me agradaba pero jamás lastimaría a alguien.
—Mueve el pie izquierdo de modo que se encuentre con el derecho —Jungkook no había ignorado lo que Jimin le contó, pero tenían la vista de todos encima y ellos estaban parados como estatuas—. Tienen que estar uno junto a otro pero sin tocarse.
—Sí —Jimin bajó su mirada a los pies de Jungkook, él había empezado a danzar nuevamente. Intentó seguirle el paso y tras unos segundos ambos iban en perfecta sincronía. Alzó su mirada con sus ojos en grande y una enorme sonrisa—. ¿Lo estoy haciendo bien?
—Sí, ¿ves que no era tan difícil?
Jimin asintió con la cabeza emocionado.
—¡Eres un gran maestro! Lograste que bailara.
—Más bien eres bueno escuchando indicaciones, lograste bailar bien porque me escuchaste. El mérito es tuyo.
—Gracias.
✧✦✧
—¿De verdad es Jimin el que baila? —inquirió el rubio mirándolo.
—Lo hace muy bien, ¿no? —comentó Hyunah.
—Es increíble, una vez en la preparatoria lo sacaron a bailar y terminó pisando constantemente los pies del chico. Al final, regresó a casa muy avergonzando.
—Pues por ahí dicen que la persona indicada saca lo mejor de ti, es eso o seguro practicaron anteriormente.
—Creo que son ambas.
—Por cierto, ¿dónde está Ayla? —empezó a buscarla con la mirada.
—Hace rato se fue junto con el señor Hongseok a su casa.
—¿De verdad? —Taehyung asintió.
—Sí, quedó encantando con Ayla desde que la conoció aquel día en la pastelería y a ella también le gusta estar con él.
—Oh, ya veo —volteó a ver a los esposos, quienes parecían estar disfrutando del momento ya que reían y hablaban pero debido a la música no se escucha de qué—. Es bueno que quieran a Ayla, imagínate que el señor Jeon fuera como esos abuelos que salen en las novelas.
—Si no fueran buenas personas y si no quisieran a Ayla, Jimin no habría aceptado casarse. No estaría en un lugar en donde su hija no es bienvenida.
Tras unos minutos la música dejó de sonar y ellos dejaron de bailar. Los invitados aplaudieron y le gritaron a la pareja como si fueran unas grandes estrellas, eso provocó una sonrisa a ambos.
—Oh, ¿qué es eso que el director general tiene en la nariz? —habló Cindy a sus compañeros dejando de aplaudir.
—¿Qué cosa? —inquirió Kevin.
—Eso, pareciera como si se hubiera manchado con alguna jalea cuando comió —al escucharla los demás en la mesa voltearon a ver a Jungkook, como habían apagado las luces blancas, dejando las de colores para el baile, no lograban ver muy bien.
—Pero esa mermelada está escurriendo aún más —comentó Taehyung.
—Creo que eso no es mermelada —dijo Jade.
Un segundo después, al encender las luces, todos se pusieron de pie alarmados.
✧✦✧
—Ya no debemos bailar más, ¿o sí?
—No creo que sea necesario, vamos a sentarnos.
—Bien —respondió Jimin y al segundo frunció las cejas—. Tu nariz sangra —le hizo saber.
—¿De verdad? —inquirió con una expresión de desconcierto y se llevó la mano a la nariz, para luego examinar sus dedos, los cuales estaban claramente manchados con un líquido de color rojo—. Oh, quizás es por el cansancio —comentó tapando su nariz con el dorso de su mano.
Jimin se aproximó con inquietud, aunque Jungkook no se percató de ello, la cantidad de sangre que brotaba de su nariz era mayor de lo habitual.
—Estos días he estado estresado.
—Tal vez, vamos a que te sientes —sugirió sujetando el brazo de su jefe.
—Bien —dijo todavía tapando su nariz y viendo como las gotitas de sangre caían al suelo—. Sabes, ya quiero irme a nuestra casa.
—¿A nuestra casa?
—Sí, fue un día agotador y por primera vez ya tengo algo de sueño.
Escucharle decir "nuestra casa" sin duda alguna alegró mucho a Jimin.
—Bueno, creo que podemos irnos si eso quieres —dijo con una sonrisa.
Jungkook también le sonrió, no obstante, su sonrisa se borró de sus labios ya que se sintió algo mareado, el mareo aumentó y todo empezó a tornarse borroso y distorsionado a su alrededor, pronto todo se volvió oscuro para él y ya no supo más.
Perdió el conocimiento de manera inesperada, pero por suerte Jimin logró sujetarlo a tiempo, evitando que cayera con fuerza y se lastimara, aunque ambos terminaron en el suelo. El ojiazul se apresuró a sentarse y colocó la cabeza del más alto sobre sus piernas.
El incidente provocó que todos se pusieran de pie con asombro y preocupación al presenciar el repentino desvanecimiento de Jungkook. Chan corrió velozmente hacia Jimin, se arrodilló de inmediato y sin demora le tomó el pulso a Jungkook. Los demás se acercaron rápidamente y formaron un círculo alrededor de la pareja.
—¿Qué le pasa? —preguntó Jimin angustiado.
Chan negó con la cabeza.
—No lo sé, pero debemos llevarlo al hospital de inmediato.
Mientras el doctor Lee llamaba a la ambulancia, Jimin sin querer llevó su mirada hacia un lado y alguien que salía del salón llamó su atención, creyó reconocerlo sin embargo en ese momento no tenía tiempo para pensar en nada más que no fuera Jungkook, por lo que no le puso más importancia.
✧✦✧
La incertidumbre rondaba dentro pero una chica joven de piel blanca con el cabello negro hasta los hombros, de altura y cuerpo promedio, vestida de mesera, quien se encontraba en la salida trasera del salón, mantenía una sonrisa en sus labios mientras hablaba por teléfono.
—Así es, está hecho —avisó—. No, no sé preocupe, nadie me vio entrar o salir.
La persona en la otra línea le dijo algunas palabras más.
—Como usted ordene, en estos momentos me iré de aquí.
La chica cortó la llamada, tiró el teléfono desechable al suelo y lo rompió con la suela de su zapato. Prosiguió a tirarlo en el bote basura junto con el traje de mesera que se quitó, luego se marchó de ahí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro