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Capítulo 18.

—¿Por qué tus ojos están hinchados?

Ambos estaban sentados frente a la barra de bebidas del restaurante donde habían cenado.

—Por el alcohol seguramente —contestó Jungkook.

—Sólo llevas tomando dos copas de vino —señaló—. No me digas que es debido a tus problemas para dormir.

—Sí, es por eso —no era la verdadera razón, pero fue más fácil decirle eso que contarle lo sucedido con su tío.

—Ya te he dicho muchas veces que busques ayuda, ¿sabes cuál malo es para ti no dormir?

—¿Dormir? ¿Qué es eso? —bromeó.

Seokjin hizo un gesto de exasperación y movió la cabeza en señal de negación, su amigo no tenía solución. En repetidas ocasiones le había recomendado que consultara a un médico para tratar su problema de insomnio, ya sea con medicamentos o consejos, pero él no le prestaba atención y solo respondía con bromas cuando tocaba el tema.

—Allá tú si no me escuchas, pero cuando termines en el hospital no iré a verte —sentenció.

—Ya, no te enojes —le dio un leve golpecito en la espalda—. Mejor dime si obtuviste la información que te pedí.

Asintiendo con la cabeza, su mejor amigo le entregó la carpeta que llevaba consigo. Después de echar un vistazo a los papeles, Jungkook se sintió más desconcertado que antes.

—¿Esto quiere decir que no hay prestamistas en la ciudad que manden a cobrar su dinero por medio de sabuesos?

—No los que dan dinero de manera legal —le aclaró antes de sacar otro papelito de la bolsa interior de su saco—. Estos son los nombres y la dirección de los "prestamistas" —hizo las señas de las comas con sus dedos—, que son un poco agresivos a la hora de cobrar.

Jungkook captó el mensaje sin necesidad de hacer preguntas, tomó el papel y leyó la información. Encontró los nombres de tres personas y las direcciones de sus oficinas, todas ubicadas en los barrios más peligrosos y marginados de la ciudad.

—Dime porqué me pediste que investigara, ¿acaso estás metido en algún problema?

—Claro que no, no te preocupes.

—¿Entonces? —cuestionó antes de pedirle a barman que le sirviera otro trago, pero su amigo sólo le vio con una sonrisa y entonces supo que no compartiría nada a menos que estuviera dispuesto a hacerlo, pero tampoco lo obligaría a contarle—. Sea lo que sea, por favor ten cuidado. Esas personas son peligrosas.

✧✦✧

Al regresar a su hogar, Jungkook se dirigía hacia su habitación subiendo lentamente las escaleras, anhelando solo descansar en su cama.

—Al fin vuelves.

Jungkook interrumpió su andar y levantó la vista, notando a su abuelo parado junto al barandal del lado izquierdo, vistiendo su pijama y su gorrito de dormir celeste.

—Sí, me entretuve con Jin más tiempo del que pensé —dijo para volver a retomar su andar.

—Necesito hablar contigo y es sobre un asunto urgente —informó.

Más tarde, luego de conversar sobre el tema de urgencia pasaron a otro de menor grado pero igual de importante.

—¿Por qué me corres a esta hora? ¡Eso es inhumano! —objetó.

Con mañas, su abuelo había conseguido que casi saliera de la casa pero afortunadamente se había dado cuenta a tiempo y se negó a salir sujetándose de los extremos de la puerta en una posición similar a una estrella.

—Inhumano es que hagas que este pobre viejo se fuerce mucho —seguía intentando sacarlo pero a pesar de los esfuerzos por empujarlo por la espalda, su nieto se aferraba como una garrapata.

—Entonces vámonos a dormir.

—¿No planeas vivir con tu esposo en mi casa o sí? Ustedes necesitan pri-va-ci-dad —llevó todo el peso de su cuerpo hacia adelante pero fue inútil—, te casas en dos semanas y tienes que preparar el departamento para cuando lleves a vivir a Jimin contigo.

—¿Cuál es la prisa? Eso lo puedo hacer un día antes.

—Niño tonto —le dio un coscorrón con la mano.

—¡Auch!, ¡eso me dolió! —quiso sobarse pero si lo hacía se soltaría.

—No te dará tiempo, no has hecho nada de los preparativos y ni siquiera he conocido a la familia de tu prometido. No le has pedido la mano a sus padres y no puedes casarte sin su consentimiento. La bendición de los padres es algo importante.

Lo que su abuelo mencionó era verídico, aún no habían tenido contacto con la familia de Jimin y sin eso no podía seguir adelante con el protocolo, era imprescindible pedir su aprobación como muestra de respeto hacia ellos y también a su prometido.

Tenía que ir a hablar con él.

Jungkook se soltó de su agarre inesperadamente así que el abuelo logró su cometido, haciendo que bajara los escalones de la entrada con algo de torpeza.

—Es muy tarde, pero mandé tus cosas al edificio desde hace horas así que puedes irte ya —le informó con una risita.

—¡¿Qué?!

✧✦✧

Jimin estaba a nada de acostarse en la cama junto con su bebé, pero tocaron a la puerta, lo cual le pareció extraño dado que ya era tarde. Fue a abrir y vaya sorpresa que se llevó al ver a Jungkook.

—¿Qué haces aquí tan tarde? —miró hacia abajo y notó las maletas que tenía consigo, luego volvió a mirarlo algo confundido mientras este le apartaba la mirada y tragaba saliva nerviosamente.

Luego de un rato, los dos permanecían sentados en el sofá más grande de la sala de estar, uno al lado del otro.

—¿Entonces tu abuelo mandó tus maletas al edificio?

—Sí, estaban en la recepción y cuando vine me las dieron.

—¿Pero por qué te pidió irte?

—Quiere que arregle el departamento para nosotros tres antes de que sea la boda.

—¿Tres?

—Con Ayla somos tres —contestó con simpleza.

Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Jimin, reflejando su alegría al ver a su hija incluida.

—¿Entonces planeas quedarte aquí? —no le desagradaba la idea de que Jungkook se quedara, al contrario, le emocionaba un poco.

—No vine a eso —aclaró—. A lo que vine realmente fue para saber cuándo presentarás a tu familia, mi abuelo quiere conocer a tus padres y yo debo pedir tu mano a ellos.

Jimin desvió su mirada hacia un rincón de la habitación, rememorando su pasado. Dudó en contarle por unos segundos, ya que era un tema muy personal, pero al final decidió hablar.

—Mamá me abandonó cuando era un niño y a mi padre no le importó cuando me fui a vivir con mi abuela. No los he visto en más de quince años, no sé dónde están o si siguen vivos —confesó, luego dio un suspiro con pesadez y volteó a verlo—. Así que conocerlos no es posible, lo siento.

Jimin trató de mantener una expresión alegre, pero Jungkook pudo captar la tristeza que se reflejaba en su rostro y de cierta forma se sintió culpable por hacer que recordada eso.

—No te disculpes, ya no te molestaré más con eso y gracias por compartir algo tan personal.

—No es nada, supongo que debes saber sobre mi vida si al fin de cuentas seremos esposos.

—Creo que tienes razón —dijo mientras asentía con la cabeza—, conocernos más sería una mejor manera de mantener la mentira.

—¿Qué le dirás a tu abuelo? —inquirió con interés.

—Le explicaré las cosas, seguro comprenderá.

Jungkook se puso de pie tras ver la hora en el reloj que adornaba su muñeca izquierda.

—Ya es tarde así que me iré —Jimin copió su acción y se quedó parado delante de él—, lamento haberte molestado a esta hora, nos vemos mañana en la empresa.

—¿Dónde pasarás la noche?

—En algún hotel.

—¿Encontrarás habitaciones disponibles?

—Seguro —trató de ir hacia la izquierda, pero Jimin también se desplazó en esa dirección, así que decidió cambiar de rumbo, pero él le bloqueó el paso nuevamente—. ¿Qué ocurre?

—Bueno, es que... —se rascó el cuello con la mano mientras inclinaba la cabeza hacia un lado—, lo que pasa es que... —ahora rascó su cabeza un segundo—, lo que quiero decir es que este es tu departamento.

—Sí, así es... ¿pero y eso qué?

—¿Por qué te quedarás en un hotel cuando tienes una casa en donde puedes quedarte a dormir?

—¿Quieres que me quede aquí? —investigó.

—¡No! —exclamó con rapidez y sus mejillas se pusieron rojas.

—Tranquilo, no me quedaré —aclaró ante la respuesta de Jimin.

—No, perdón, no quise decir eso. Sólo digo que esta es tu casa y yo sólo uso un cuarto. Tu habitación está limpia y puedes usarla, no es necesario que vayas a un hotel. Si vamos a casarnos en dos semanas, ¿qué tiene de malo que te quedes? —habló rápido.

—Es que no quiero incomodarte a ti o a la bebé.

—No lo harás —le aseguró con una bonita sonrisa—. Además, estaremos en habitaciones separadas, ¿cómo podrás incomodar?

✧✦✧

En la empresa Jeon, la mayoría de las personas ya se encontraba en la sala de conferencias, pero ninguna de ellas comprendía porqué habían sido llamadas repentinamente de sus puestos de trabajo.

—¿Tú sabes por qué nos reunieron? —preguntó Hyunah en susurro a Jimin.

En la parte posterior de la sala, cerca de la puerta, se hallaban parados observando cómo el resto de los asistentes pasaban junto a ellos y se sentaban en las butacas.

Jimin mantenía sus brazos cruzados y su atención estaba completamente centrada en el hombre de cabello negro que se encontraba cerca del escenario hablando con su colega.

—No lo sé —respondió, pero su jefe parecía preocupado y al mismo tiempo mostraba signos de molestia. Sin embargo, su expresión desinteresada habitual dificultaba interpretar sus verdaderos sentimientos.

—Mira quienes vinieron.

Hyunah tocó su brazo suavemente para llamar su atención, y al girarse vio que los ejecutivos de la empresa estaban descendiendo las gradas para sentarse en los asientos de enfrente, junto con el antiguo presidente, Hongseok, y otro hombre.

—¿Quién será él? —se preguntó Hyunah.

—¿El tío de Jungkook? —dijo en voz baja, con asombro evidente, ¿por qué estaba él ahí? Seguramente algo no estaba bien.

Después de que todos estuvieran en la sala de conferencias, el presidente actual se dirigió al podio con un micrófono en la mano, que pronto acercó a su boca.

—Sé que muchos se preguntan ahora el porqué los mandé a llamar de manera inesperada —dijo mientras veía a todos—, pero en breve les aclararé su duda.

"La noche anterior cuando habló con su abuelo.

—¿Cuál es el tema urgente?

Hyuwon quiere que le cedas el puesto de presidente mañana mismo frente a todos.

—¿Qué estás diciendo? —rió levemente, seguro había escuchado mal.

Su abuelo bajó la mirada.

—No puedo dejarle el puesto, hacer eso es muy arriesgado.

Hijo, conozco muy bien a Hyuwon, pero no hay nada que se pueda hacer.

—¿Y si hablo con los ejecutivos?, que mi tío sea el presidente de la empresa es una muy mala decisión. Si les digo que Hyuwon no está capacitado, con los votos de los accionistas puedo mantener el puesto.

Hongseok negó con la cabeza.

—El testamento dice que puede tomar el puesto sin siquiera decirle o pedir permiso a alguien.

—Sus votos no importarán al fin de cuentas —reflexionó.

El señor Jeon asintió con la cabeza.

Hyuwon quiere que digas que renunciarás porque no eres lo suficientemente bueno, que no te crees capaz de cargar con una gran responsabilidad. Así mismo quiere que lo presentes a él como alguien superior a ti que podrá hacer las cosas mucho mejor.

Jungkook frunció las cejas, eso era una gran estupidez. Por supuesto que no iba a decir eso, no iba a rebajarse para poner delante de todos en un pedestal a alguien como Hyuwon.

—Claro que no haré eso.

Me dijo que si no lo haces tú lo hará él mismo. Si lo hace él, te aseguro que lo hará de una manera mucho peor.

—¿Entonces me estás diciendo que no tengo más opciones?"

—La razón por la que los hice venir es para informarles que... —hizo una pequeña pausa, vaya, no sería fácil decir eso—, renunciaré al puesto como presidente de esta empresa.

En ese preciso momento, todos abrieron mucho los ojos, demostrando su sorpresa y desconcierto por la noticia revelada.

—Entonces lo está obligando a dejar el puesto —dijo Jimin para sí mismo mientras miraba al susodicho.

No era complicado entenderlo, si su jefe le cedía el control de la empresa a alguien como él, la única razón posible era que lo hizo bajo amenaza, no había otra explicación lógica

—¿Acaso venderá la empresa? —le preguntó uno de los empleados, bastante asustado y preocupado.

—¿Está renunciando? —le preguntó otra empleada.

—¿Por qué dejará la presidencia?

—¿Qué pasó, señor?

Ante la avalancha de preguntas de los empleados, Jungkook tuvo que interrumpirles para pedirles que lo dejaran continuar, y una vez que se hizo el silencio, retomó la palabra.

—Se merecen una explicación, así que se las daré.

Hyuwon aguardaba a que Jungkook cumpliera con su orden, sin que su sobrino lo supiera, había contratado a la prensa, que en ese instante se encontraba oculta capturando imágenes y videos de la escena, una vez que dijera que era alguien inepto la crítica pública se lo comería vivo de inmediato.

—La mayoría de ustedes no lo saben pero —divisó a su tío y éste lo veía con una sonrisa burlona—, ser el presidente es un trabajo que demanda todo mi tiempo y en estos momentos necesitaré tiempo libre para organizar mi boda.

—¿Boda? —dijo Mina con lentitud en algún lugar de la sala, sintiendo que en cualquier momento se desmayaría.

—Necesito enfocarme en planear la boda junto con mi pareja, es por eso que dejaré la presidencia —la sonrisa se había borrado de los labios de Hyuwon.

—¿Entonces los rumores eran ciertos? —sus ojos se pusieron en blanco y ella se fue para atrás.

—¿Te sientes bien? —dijeron sus amigas sosteniendo los brazos de Mina para que no se cayera al suelo.

Ella no era la única sorprendida, todos los que no sabían también lo estaban.

—¿Entonces no se irá definitivamente? —le preguntó una chica del área administrativa.

—No, sólo me iré por unas semanas y volveré.

—¿Quién quedará a cargo mientras usted no está? —inquirió la misma chica.

—Por reglas el puesto no puede quedar vacío, pero el nuevo presidente no tendrá un papel crucial, ya que será el sub director general quien asuma la mayor responsabilidad.

—¿Entonces el nuevo presidente estará sólo para calentar la silla mientras usted regresa?

La audiencia estalló en risas al escuchar el comentario, y al notar la expresión enojada de Hyuwon, Jungkook se sintió satisfecho y esbozó una sonrisa.

—Él se presentará con ustedes el día de mañana —anunció—. Eso ha sido todo, muchas gracias por su atención y espero verlos pronto.

—Una cosa más, ¿podemos saber quién es su pareja?

El de cabello negro llevó su atención hacia la parte de arriba donde se encontraba su prometido.

✧✦✧

Jungkook no tardaría mucho en dejar la agencia y estaba organizando papeles en las carpetas, necesitaba dejar listo todo el material que el sub director necesitaría para terminar los compromisos pendientes con los clientes.

—¿Necesitas que te ayude en algo? —su jefe negó con la cabeza—. Está haciendo mucho calor —dijo echándose un poco de aire con las manos—, ¿quieres que te traiga una malteada?—preguntó con una sonrisita.

El café era una de las pasiones de Jungkook, tanto así que se tomaba tres tazas al día. Sin embargo, en esta ocasión decidió no ofrecerle café, ya que sabía que algo dulce siempre levantaba el ánimo y quería alegrarlo un poco.

—No.

Jimin hizo un leve puchero en sus labios, su actitud era un poco cortante, pero comprendía que no era por su culpa, sino por los conflictos que tenía con su tío. Decidió sentarse en una de las dos sillas delante del escritorio.

—Jungkook —lo llamó con voz suave.

—¿Mm? —seguía sin verlo.

—¿Puedes mirarme un momento? —pidió con amabilidad.

Jungkook dejó de hacer lo que hacía y cumplió tal petición.

—¿Cómo te sientes?

—Bien.

—Te preguntaré nuevamente pero agregaremos algo más —dijo—. Harás esto para responder "estoy bien" —hizo la seña del pulgar arriba con su mano—. Y esto para "estoy mal" —llevó el pulgar hacia abajo—. "Estoy bien" —repitió la acción—. "Estoy mal" —bajó su mano—. Ahora... ¿cómo estás?

—¿Es enserio?

—Ya, sólo hazlo —demandó—. ¿Cómo estás?

—Estoy bien —respondió con una sonrisa al mismo tiempo que mostraba la seña.

Con aquella dinámica Jimin pudo saber la verdad, el inconsciente de Jungkook lo había delatado pues su pulgar estaba hacia abajo.

Al darse cuenta lo corrigió.

—Estoy bien —volvió a decir con el pulgar arriba.

Desde que era un niño observó como su abuelo, sus padres y los empleados más veteranos estuvieron acompañando a su familia a lo largo de los años. Trabajando juntos lograron convertir la agencia en la mejor del país, lo cual para Jungkook no solo representa un logro material, sino también el esfuerzo, la pasión y la esperanza que todos depositaron en el proyecto a lo largo de los años. Pensar que podría perder eso realmente lo asustaba y ponía mal.

—Quiero que sepas que estoy contigo —estiró su manita y la colocó encima de la del contrario—. También puedo ayudarte en todo lo que necesites, sin importar qué es yo te ayudaré.

Jungkook se sorprendió un poco al notar que su corazón latía con fuerza, lo cual lo llevó a cuestionarse si la razón era por escuchar esas palabras. Dirigió su mirada a su mano derecha, la cual permanecía abajo de la de Jimin, no estaba seguro si era por las palabras o si el contacto tenía algo que ver.

—Nos casaremos muy pronto y con eso recuperarás la presidencia, así que no te preocupes mucho. El tiempo pasa rápido y cuando menos lo esperes las cosas volverán a la normalidad.

En el momento en que sus ojos se encontraron, Jungkook no pudo evitar sonreír con gratitud al destino por haberlo llevado a encontrarse con ese chico de ojos azules.

—Hablando de la boda, quería preguntarte si mañana me acompañarías a comprar los anillos.

Jimin asintió con la cabeza.

—Claro, con gusto iré contigo —se sonrieron y sus manos ahora estaban entrelazadas.

Las habían unido en algún momento sin darse cuenta de eso, al notarlo se soltaron y se pusieron ambos algo nerviosos, pero claro, el nerviosismo era más notorio en Jimin puesto que Jungkook siempre mantenía la misma cara de poker casi siempre sin importar la situación.

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