Día 7
Momo rondaba toda la casa con nervios, frotaba su vientre con delicadeza mientras su otra mano se encontraba sobre su mentón, ese día por fin le diría a Katsuki sobre la pequeña vida que comenzaba a formarse dentro de ella. Pero temía a que reaccionara mal, ¿Tanto costaba mencionar que estaba embarazada? Negó armándose de valor cuando escuchó la puerta abrirse.
—Ya llegué —gritó el rubio dejando sus cosas esparcidas por el pasillo.
—¡Bienvenido Bakugou-san! —dijo Momo con una sonrisa, la cual se esfumó al ver el tiradero en el pasillo, no le gustaba cuando su marido llegaba y dejaba sus cosas por todos lados, ya le había mencionado antes sobre la importancia del orden en la casa pero parecía que Katsuki solía olvidarlo— ¡Bakugou-san! ¿No recuerda lo que le he dicho acerca de los desórdenes?
El rubio suspira con pesadez. Tener de esposa a la mandona tenía desventajas.
—No —responde secamente.
—No deje sus cosas por allí, puede ser que uno de los dos tropiece y en mi estado no quisiera ser yo la que se tropezara —dice no percatándose de los detalles mencionados, su mano tapa su boca rápidamente mientras ve como Bakugou frunce el ceño con confusión notable.
—¿A qué te refieres con tu estado? —indaga cruzándose de brazos, queriendo parecer más alto, pero era obvio su ese centímetro de diferencia parecía evitarlo.
—Y-yo... —balbucea sin querer y desvía la mirada hacia una fotografía que se encontraba colgada en la pared del pasillo, en ella se veía así misma con un hermoso vestido de novia y a Katsuki con un traje elegante al lado de ella, le saltaba el corazón de recordar cuando se habían casado, pues para ella, había sido uno de los días más felices de su vida, entonces recuerda que sin importar qué, Katsuki estaría a su lado siempre y que lo que estaba ocurriendo en su interior era cuestión de tiempo para que pasara, así que no tenía porqué dudar de la reacción que obtendría por parte del chico explosivo cuando le dijera sobre el fruto de su amor— Yo... Bakugou-san, yo estoy encinta.
Una bomba parece explotarle en el oído, Bakugou jadea y por primera vez en mucho tiempo, desde que se había confesado a ella, sintió una corriente de adrenalina, da un paso al frente y lo primero que hace es pasar saliva, la impresión del momento pareció haberle dejado seca la boca.
—¿E-estás segura?
—Sí.
Vuelve a pasar saliva y una sonrisa comienza a aparecer casi al mismo tiempo que una lágrima.
—¿Pu-puedo tocarlo?
Momo asiente conmovida y él, se agacha hasta quedar a la altura del vientre de la azabache, frota una, dos y hasta tres veces la zona donde su hijo estaba creciendo, Katsuki unde su rostro con suavidad en el vientre para ocultar su rojo rostro, lágrimas caían pues se sentía más dichoso aún desde que se había casado con Momo. Iba a ser padre.
—Gracias... —dice entre sollozos que sólo a ella le permite presenciar, Yaomomo asiente, acaricia su cabello casi llorando también y ve que no hacen falta más palabras.
Mejor tarde que nunca ;-;
Hasta aquí la BakuMomo Week 💖💕
Espero que les haya gustado mucho estos cortitos 😊💕
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