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06 ˖ ִֶָ࣪


          LaToya camina de un lado a otro en mi habitación, más que nada para dejar la ropa que saca una tras otra de mi armario como una loca para ver que es lo que debo de llevar hoy.

Vino a las seis de la mañana sólo para ayudarme con la misión "enamorar a Graham" y para empezar, con una de ellas es vestirme muy pero muy linda, sus palabras no mías. Yo digo que se ha tomado muy en serio este trabajo, y lo único que quería es seguir durmiendo un poco más antes de entrar a la escuela, pero su presencia aquí tan temprano hizo que mis planes cambiaran.

—¿Ya has terminado o seguirás revolviendo mi armario como si no tuviera nada que ponerme?— Pregunto una vez se quedó quieta por fin en frente de la cama con un par de conjuntos que armo, y los cuales no me había dado cuenta porque sólo la miraba a ella yendo y viniendo de un lado a otro.

—Estoy pensando, sh.

Me silencia estirando una de sus manos en mi dirección, elevo una de mis cejas riendo viendo lo concentrada que se encuentra por la elección de mi vestuario. Juro que si llega a venir todos los días a las seis de la mañana sólo por esto, voy a cerrar las puertas y ventanas con llave para evitar que entre o que al menos me deje dormir media hora más.

La cara de mi mejor amiga se ilumina tomando un conjunto que armó entre todo el desastre que tendré que ordenar cuando llegue de la escuela. Lo toma entre las manos y me lo entrega, por más que no quiera, me levanto de la cama con las prendas en mis manos.

—¿Es realmente necesario esto, LaToya?

Arrastro mis pies hasta el baño, cierro la puerta y me quito el pijama para colocarme la ropa que eligió.

—¡Por supuesto!— Recibo su respuesta desde el otro lado de la habitación.— La misión principal es que Graham deje de verte como un amigo, empecemos por lo simple, todo entra por lo visual porque por alguna extraña razón así es como funcionan los chicos...— Río un poco terminando de colocar la blusa, salgo del baño y aplaude como si estuviera viendo una obra de arte.— Ahora el peinado y el maquillaje.

Extiende su mano a la silla frente a mi escritorio, en donde en la pared hay un gran espejo. Una vez más arrastro mis pies hasta caer rendida sobre la silla giratoria.

—Por favor, no me hagas ver como un payaso, de verdad no necesito llamar demasiado su atención.

—Tu déjame trabajar a mi.— Levanto mis manos rendida porque cuando mi mejor amiga se pone algo en la cabeza, simplemente hay que dejarla hacerlo sino las cosas terminarían mal.— Déjame ver, tenemos que ver como hacer que Graham te vea de otra manera, enamorarlo, hacerle ver que puedes ser mucho más para él de lo que ya eres.

LaToya empieza su trabajo sobre mi rostro, ni siquiera sé que está haciendo con el maquillaje pero se la ve muy inspirada.

—Hagamos un trato.— La morocha detiene su arte en mi rostro para verme con atención.— Aun sigo con la idea de no ir con nadie al baile, así que a menos que alguien que valga la pena para nosotras nos invite, iremos juntas, ¿Te parece?

—Estoy de acuerdo.— Me da una pequeña sonrisa hasta que después se da cuenta que hay algo raro en mi.— ¿Por qué sugieres eso? ¿No crees capaz de lograrlo? Enamorar a Graham.

Encojo mis hombros apretando mis labios.

—Tengo que tener todo cubierto a este punto, a veces hay que ser realista y darte cuenta que has dado lo mejor.

—¡Pero aun no has dado nada! ¡Aleja esos malos pensamientos, Liv!— LaToya deja el maquillaje sobre el escritorio para tomarme de los hombros y sacudirme con fuerza, supongo que para hacerme ver la realidad.— Lo lograrás, si no ve lo asombrosa que eres, que creo que ya hace tiempo que lo ve, entonces tal vez no es el chico para ti.

—De verdad necesitaba esa sacudida.— Mis palabras la hacen reír.— Gracias por eso, sin ti no sé que haría, probablemente nada porque si no fuera por ti estaría encerrada en mi habitación todo el día.

—Me agradeces luego con mi pastel favorito.

Río negando con la cabeza, en lo que ella continua un par de segundos más con el maquillaje, no me deja verme hasta que sigue con el cabello por un par de minutos más, que se hacen eternos porque el no haber desayunado comienza a cobrar en mi estómago. LaToya gira la silla para verme en el espejo y no puedo evitar sorprenderme por lo que me ha hecho, en la buena manera, de verdad esperaba parecerme una Barbie y no en el buen sentido, es muy natural y mi cabello con pequeñas trenzas en mi cabello suelo le dan el toque.

—Ahora si, vamos a conquistar chicos hoy, ¿Te parece?

—Estoy muy de acuerdo con eso.

Las dos tomamos nuestros bolsos ya listas para salir, sin embargo robo un par de galletas y botellas en jugo de la heladera de mi casa antes para poder desayunar algo en el camino. 

El día de hoy nos toca vender las entradas para el baile, así que en parte agradezco el gran cambio en mi forma de verme porque toda la escuela más o menos estará allí comprando sus boletos para la noche que todos estamos esperando. Yo tengo la mía hace un tiempo ya, ventajas de vender las entradas y estar encargada de ellas.

La ventaja de ser de último año es que la mayoría del tiempo nos la pasamos organizando cosas, armando recuerdos con nuestros amigos y decorando ciertas partes de la escuela para dejar nuestra marca aquí para cuando nos vayamos, es algo triste dejar un lugar en donde hemos pasado la mayor parte de nuestra vida pero todos debemos crecer en algún momento por más que no estemos listos para que ese día llegue.

Desde que llegamos a la escuela no he visto a Graham por ningún lado, lo que me hace pensar que debe de estar en sus clases con Mandy para aprobar filosofía, algo que de verdad no me preocupa para nada...

La fila en frente de nosotros para la compra de boletos al baile es larguísima, por lo que la sonrisa de mi rostro no se ha borrado en ningún momento puesto a que tengo que ser la más amable del mundo, porque claro, soy una porrista. Todas las voces y conversaciones emocionados contando con quienes van a ir, a quien planean invitar, es lo único que entra por mis oídos durante todo este tiempo. LaToya está a mi lado, y justo se acerca Ben en su lugar, algo que enseguida me hace sonreír de manera fluida viendo a ambos.

—Un boleto para el baile.— Ben está raramente tranquilo.

—Un boleto para...

—Ben Plunkett.— Dicen los dos al mismo tiempo y contengo mis ganas de reír.

— Sé como te llamas.— Habla mi mejor amiga y hago una cara que le resulta extraña a la persona que está en frente de mi comprando el boleto.

Río nerviosa y le termino de cobrar.

—Perdón, no creí que lo supieras.

—Hemos estudiado juntos desde secundaria, hicimos un proyecto juntos.— Simplemente escuchar conversaciones que no me corresponden es algo que se está volviendo de mis cosas favoritas.— Un momento, ¿No sabes como me llamo?

—¡Obviamente si!— Contesta Ben, y enseguida puedo notar que se pone nervioso de una manera muy tierna.— Te llamas... Eres... tu eres, eres tú. LaToya Reynolds, sólo quería decir que eres... LaToya Reynolds, ¿Sabes a qué me refiero?

—No realmente.— Dice LaToya extendiendo su mano para tomar el boleto para darle, en el proceso dándome una mirada que entiendo enseguida.— No lo pierdas, pero aunque lo pierdas estarás en la lista, Ben Plunkett.

—Gracias, LaToya Reynolds.— Ben se queda un par de segundos con una gran sonrisa viendo a mi mejor amiga, algo que me da ganas de gritar que ya la invitara al baile a ella de una vez.

—Hay gente detrás de ti.— La morocha lo hace volver a la realidad y reacciona enseguida.

—Si, por supuesto. Yo... lo siento... Adiós Liv, LaToya Reynolds.

Muevo mi mano en forma de despedida viendo como se va, un poco más y tropezando con las personas que caminan a su alrededor, esta vez si me río y le doy varios golpes en el brazo a mi mejor amiga, quien se queja después de unos segundos por el dolor.

—¡Liv, ya! Ahora entiendo porque me regañas cada vez que me emociono contigo y ya sabes quién...— No dice el nombre en voz alta debido a la cantidad de gente que nos rodea ahora mismo. La sonrisa no se me borra ni de casualidad.— Pareces una loca, borra la sonrisa.— Aunque me diga que deje de hacerlo, ella está lejos de hacerlo.

—Creo que hemos encontrado a tu "chico excepción" para el baile, ¿No lo crees?

—Calla y sigue cobrando los boletos que se acumula la gente.

Intenta hacerme cambiar de tema y mi enfoque, por ahora no digo más nada pero definitivamente ya tengo con que molestarle, además Ben parece ser un buen chico y tengo un radar que me dice quienes son buenas personas, así es como elijo a los mejores.

—¿Liv?— Una voz en frente de mi me hace levantar la cabeza y sonrío un poco.— Te ves muy linda hoy.

—Muchas gracias, Brandon.

Brandon, parte del equipo de basquetbol, uno de los amigos de Graham, es alguien lindo pero no mi tipo de persona, persona a la que definitivamente no le creo ninguna palabra porque sólo busca chicas en su cama... No muy diferente a Graham pero como dije, sé elegir las personas por ciertos motivos.

—¿Cuántos boletos querrás?

—Sólo uno, mi acompañante se comprarla la suya propia.

Que caballeroso, lucho contra el impulso de decir eso mientras ignoro su aire coqueto que pone conmigo, él me da el dinero y le entrego el boletos, simplemente nos sonreímos, lo sigo con la mirada hasta que por fin desaparece de mi vista, suelto un suspiro y casi se me para el corazón al ver a Graham en frente de mi, no había notado que estaba detrás de Brandon.

—¿Qué hay con él?— También lo siguió con la mirada pareciendo estar molesto, o capaz simplemente mi ilusión, hasta que sus ojos caen en mi y su expresión se relaja , Graham está sudoroso en su buzo deportivo. Por primera vez me ve desde que llegamos a la escuela.— Te ves diferente Liv, más brillante.

Muy bien, he captado su atención, eso es importante.

—¿Es eso acaso un cumplido?— Me hago la desinteresada mientras escribo un par de cosas en la computadora en frente de mi.

—No, no lo fue.— Se agacha un poco para quedar a mi altura y trago en seco.— Te ves muy hermosa, eso si es un cumplido decente.

¿Ahora como vuelvo a reaccionar? Sacudo mi cabeza un poco sin romper mi contacto visual con sus ojos azules y sonrío.

—¿Por qué estas sudoroso? Creí que no tendrías entrenamiento hasta dentro de una hora.

—Así es, pero Mandy me ha enseñado filosofía jugando basquetbol y te sorprenderá saber que si estoy aprendiendo algo.— Graham le da unas vueltas a la pelota en su mano sobre su dedo índice.— ¿Cómo van con las ventas de boletos?

—¡Estoy muy feliz! Eso significa que aprobarás. Y contestando la última pregunta, todo el mundo quiere comprar el suyo, no hemos parado desde que entramos a la escuela, es algo muy emocionante.— Digo con una sonrisa, en eso él se coloca a mi lado para evitar la lentitud de la fila.— ¿Tu quieres comprar un boleto ya o te guardo?

—Por ahora guárdalo, te avisaré cuando lo necesite.— Graham me guiña un ojo, frunzo el ceño tratando de descifrar que es lo que me está queriendo decir.— Te dejo tranquila para que sigas vendiendo los boletos, no te distraigo más.

Antes de que pueda decir algo, se va rebotando su pelota en el suelo. Vuelvo a la realidad en el momento que alguien a mi costado me da un gran golpe, no sólo eso, sino que me quejo del dolor.

—¡Podrías haber dicho mi nombre, boba!

—¡No creo que hubiera funcionado!— Giro para ver a LaToya y por supuesto que esa sonrisa esta allí.— ¡Está funcionando! Lo tienes, amiga.

—¿Lo tengo yo o él me tiene a mi?

Esta historia va a tener tanto cliché que me dan ganas de volver a las películas de los 2000 KLAJDASD


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