05 ˖ ִֶָ࣪
LaToya llevaba planeando el jardín comunitario hace más de un mes, con la idea de dejar una marca en la ciudad y entre otras cosas que la verdad no he escuchado demasiado porque en ese momento Graham estaba en frente de nosotras, por lo que en teoría fui arrastrada en contra de mi voluntad para ayudar a mi mejor amiga.
Mentira, siempre es un placer ayudarla en lo que sea que se le ocurra, aunque prefiero que sean cosas que no lleven tanta tierra y puedan provocarme alergias luego.
—¡Gracias de antemano por su esfuerzo! ¡Hagámoslo!
Apenas LaToya termina de hablar, todos allí nos dispersamos para comenzar con nuestras tareas especificas que nos asignó ella mientras entrabamos por el portón. Intenté que no me pusiera con el trabajo con tierra, sin embargo mis quejas cambiaron cuando ella me colocó justo con Graham para empezar hacer el trabajo, así que supongo que no tengo porqué quejarme con respecto a ensuciarme un poco.
Ambos empezamos a trabajar con pequeñas palas y plantitas que debemos de trasplantar a la tierra del jardín para que crezcan gigantes y bonitas, aunque lo único con lo que me distraigo es en lo malo que lo estoy haciendo, y no es hasta que escucho una risa muy conocida que me hace levantar la mirada.
— Apestas en esto Liv.
Lo miro de manera ofendida en lo que Graham no deja de reír en ningún momento en lo que sigue plantando lo suyo.
— Se supone que debes ayudarme a hacerlo mejor, ¿No crees?— Digo de mala manera.— O ayudarme por lo menos, como el buen amigo que eres y el que no debería de burlarse de su mejor amiga.
— Tienes razón, como la buena persona y mejor amigo que soy, debo de ayudarte, ¿Cierto? — Elevo una de mis cejas viéndolo levantarse y dejando de hacer lo que estaba haciendo, para dar la vuelta y acercarse donde me encuentro, se agacha detrás de mi lo que provoca enseguida que mi cuerpo se tensara.— Dame tu mano.
Hago enseguida lo que dice y él con cuidado toma mi mano el cual aun sostiene la pequeña palita, escucho su voz explicándome como debo de hacer las cosas, incluso mis ojos están puesta en la tierra que me está ayudando a mover con delicadeza, pero sólo puedo pensar en la cercanía en la que estamos y como su mano toca la mía, nuestras pieles chocando junto a grandes corrientes eléctricas en todo mi cuerpo por la interacción que tenemos.
Se supone que debo de coquetearle, ¿No es cierto? Decir cosas, sin embargo mi mente se bloquea cuando lo tengo cerca y hace este tipo de cosas. De todas formas mi mente no busca hacerme ilusionar, eso lo tengo claro, por eso me he puesto esta misión, ¿Verdad?
—Así es como se hace.— Continúa mostrándome como hacer el movimiento de la pala sobre la tierra hasta que me suelta e intento mantenerme a raya para no decir nada o quejarme con respecto a su lejanía.— Ahora toma la planta y ponla en el hoyo.
Una vez más, sigo sus pasos y pongo allí la flor para luego cubrir las raíces, así terminando con esto.
Ahora tengo que decir un comentario muy bueno, deseando que no haya notado mi nerviosismo por el tenerlo tan cerca de esa manera.
—Soy muy buena en esto, debería ser jardinera profesional.— Graham se coloca a mi lado dándome un suave golpe de su hombro contra mi con una sonrisa.
—Y eres aun mejor porque yo te he enseñado.
En ese momento, nuestra hermosa escena de película se termina arruinando cuando escuchamos a una chica que está a unos centímetros de distancia nuestro, luchando con unas maderas y una herramienta que suele trabar una madera con otra. Ambos nos miramos y le hago un gesto con la cabeza.
—Ve a ayudarla y hazla ser tan buena como yo en esto.— Me burlo y Graham rueda los ojos con una sonrisa que me contagia en lo que se levanta y va en donde la chica.
La sonrisa en mi rostro se desvanece enseguida pensando en lo idiota que soy por decir eso, ¡Tenia que alejarlo! Una vez más confirmo que esto de coquetear no es lo mío en lo absoluto, eso explica el por qué no he tenido pareja ni siquiera para olvidar a Graham, no sirvo, tal vez debo de aceptarlo o armar un plan aun más elaborado de lo que tengo ahora, y eso significa pedirle ayuda a LaToya, ella sabe de estas cosas, tiene más experiencia con chicos que yo.
Mis ojos no se despegan de Graham y la chica allí hablando manteniendo mis manos en la tierra para hacer algo, lo que parece ser una conversación más animada por parte de ella que de él, supongo que es una señal. Veo que se saca una foto con el celular de la chica y no puedo evitar reírme, enseguida Graham camina volviendo a donde me encuentro y eleva ambos hombros.
—¿Qué fue todo eso? ¿Una fan tuya?— Pregunto señalándola en lo que él vuelve a su posición de inicio en frente de mi.
—Eso parece, se ofreció a ayudarme en filosofía sin pedir nada a cambio.— Ahora las fichas dentro de mi cabeza caen en su lugar.— Al menos esta vez aprobaré por fin los exámenes.
La amiga de Ben, estoy segura que se trata de ella.
—Y así lograrás entrar a una buena universidad.— Comento en voz alta con una pequeña sonrisa, el chico en frente de mi hace un sonido de queja y ladeo mi cabeza.— ¿Aun no has pensado en eso? Graham, sabe que estamos a nada de terminar el último año, ¿Has buscado algo?
—¿He buscado? Si, ¿He aplicado? Aun no, es más complicado de lo piensas, Liv.— Baja la mirada haciendo un pozo en la tierra con más fuerza de la que se debe.— Cambiemos de tema mejor, ¿De acuerdo? Serás la primera cuando haga algo con respecto a eso.
—Esta bien, pero sabes que puedes decirme lo que sea.
Asiente con la cabeza dándome una mirada con la que busca tranquilizarme, aunque no soy yo la que debe de estar tranquila con respecto a eso, sino él, que está muy estresado. Sé que su padre tampoco ayuda demasiado a este tipo de decisiones en su vida ya que siempre busca desmerecerlo de todas las maneras posibles, Graham es un gran chico que merece mucho más de lo que recibe.
Él y yo somos exactamente iguales, nos convertimos amigos en jardín de infantes y desde entonces somos inseparables, las cosas para ambos cambiaron cuando nuestros padres entraron en la política y mi papá quedó trabajando para el suyo, desde entonces la imagen puesta en ambos como "la vida perfecta" es una mentira.
Estoy casi segura que no veo ni a mi madre ni a mi padre en todo el día, los escucho entrar por la puerta en la noche una vez yo me acuesto a dormir, sin embargo no salgo a saludarlos o recibirlos, todo cambió y ni siquiera sé como debo de hablar con ellos ahora mismo. Agradezco que la mamá de Graham, o tía como la suelo llamar, es el soporte que necesito al igual así que como para su propio hijo. Tengo que admitir que de vez en cuando me dan ganas de decirle a mis padres que dejen ese estúpido trabajo y volvamos a ser la familia que solíamos ser, pero recuerdo que es lo que trae la comida a la casa y ellos lo disfrutan, en alguna extraña y adulta manera.
Maldigo el día que no me dieron un hermano o una hermana para pasar el rato. Tengo una gata llamada Daisy pero duerme más de lo que hace algo con su vida, hablo desde el lado de la envidia, por supuesto.
—¿Cómo te ha ido hoy?— LaToya se acerca a mi dándome unas palmadas en la espalda en lo que yo me quito la tierra de las manos y las uñas en la pileta que se encuentra allí en el jardín.
—Pues toqué mucha tierra, y me he dado cuenta que no tengo ni la más mínima idea de como coquetear.
Su risa a mi lado enseguida no tarda en aparecer.
—¿Y qué te hizo dar cuenta de eso específicamente?
—En como cuando Graham se me acerca y me toma de la mano.— Al juzgar por su rostro, está a punto de dar de esos estúpidos gritos que da cuando está emocionada, así que soy más rápida y le tapo la boca con mi mano mojada por el agua.— ¡Lo siento! ¡Pero no grites, idiota!— Digo entre risas viendo como casi se ahoga con la poca agua que entró en su boca y se seca con desespero su rostro mojado.
—¡Podrías haberlo pedido, idiota!— Imita mi voz con aquella última palabra, cuando se recompone me mira de manera asesina.— Me las pagaras.
—Lo sé, pero primero tienes que ayudarme a armar el mejor plan de la historia para que Graham...— Miro en todas las direcciones para que nadie escuchara.— Pueda verme algo más que como una amiga que conoce desde niño. Necesito tu magia.
La morocha me da una mirada de abajo hasta arriba, junto mis manos en forma de suplica y suelta un suspiro.
—Lo haré, pero te costará.
—Te compraré por una semana entera el pastel que tanto te gusta de ya sabes donde.
—Es un trato.— Enseguida la seriedad cambia por una gran sonrisa extendiendo su mano en mi dirección y la estrecho así cerrando nuestro trato con una gran sonrisa.
—¿Ustedes en qué andan?— Graham apareciendo de la nada detrás de la pequeña pared que nos separa del resto.
Por un segundo la idea de que haya escuchado nuestra conversación hace que me entre un poco de pánico.
—De muchas cosas y de nada.
—Muy filosófico de tu parte.
—Me sorprende que sepas eso sabiendo que lo repruebas.
Graham se pone serio al igual que yo.
—No debiste decir eso.— Después de decir eso, se impulsa para correr, me asusto enseguida por aquello y salgo corriendo entre risas por todo el lugar tratando de no tropezar con nada en el proceso.
—¡Lo siento, lo siento!— Grito entre risas ellas buscando evitar que me agarre en el proceso.
Hasta que giro en una esquina y me agarra del brazo, en lo que aprovecha para comenzar a hacerme cosquillas sin ningún tipo de piedad.
—¡Te lo mereces por decir cosas que no debes!— Dice riéndose, hasta que por fin para de una vez y recupero todo el aire que perdí gracias a las carcajadas.— Ahora si, ¿Nos juntaremos esta noche como siempre?
—Casi y me matas con tus malditas cosquillas.— Paso mi mano por mi estómago gracias a las risas, asiento con la cabeza en respuesta.— Como siempre y sin falta.
Una vez a la semana Graham y yo nos juntamos en una casa de alguno de nosotros, y miramos una saga completa de cualquier película que encontráramos en el momento, preparamos diferentes recetas todo el tiempo que terminaríamos odiando y ordenaríamos pizzas como siempre. Hacer eso es otra tradición que tenemos uno con el otro, hasta creo que puedo seguir porque tenemos muchas de esas.
Que miedo que en algún momento dejen de suceder por mi enamoramiento con él, de igual forma he aprendido que debo luchar por lo que quiero.
Ok pero quien pero, quién es más ciego Liv o Graham? LKAJDSD
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro