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— La sangre de Alec contiene muchos glóbulos blancos y células que pueden contraer la toxina que fluye por su sangre, al ser un vampiro no presentado su sangre es un fuerte antídoto para venenos como estos —Explico moviendo sus manos YoungJo.

YoonGi le dio una breve mirada a JiMin, quien dormitaba en aquella cama, respiración lenta y acompasada, mejillas semi rojas y el aura de que solamente descansaba y que pronto abriría sus ojos.

— Entonces, cuando despertara? Lleva ya cuatro, casi cinco días en ese estado —hablo YoonGi, soltando un suspiro retenido desde el fondo de su garganta, moviendo sus manos inquietamente.

— En este momento los anticuerpos de JiMin y la sangre de Alec están peleando contra las toxinas restantes, por el tamaño de la jeringa de ensayo que le incerto Seohy. Pero por lo que calculó no pasará de esta noche o de mañana. Aparte, aún hay luna azul, aunque el eclipse pasó hace días, la luna aún está presente. Debes esperar. —respondió seguro de si mismo YoungJo.

YoonGi únicamente asintió lentamente, la verdad es que no tenía ánimos para nada, no tenía cabeza para otra persona que no fuera JiMin y su hijo.

La empresa pasó a segundo plano, había dado un comunicando a sus empleados de que toda la semana la empresa estaría cerrada, y que le fuera avisado a las demás empresas con las que tenía reuniones.

Perder unos cuantos dolores no valían la pena, comparado con el bienestar de su familia.

— NamJoon ha llamado? —pregunto SeokJin, dejando aquel libro de lado.

YoonGi negó, el humano dejo escapar un suspiró triste.

— La sigue interrogando, no te preocupes, quien sufre más es ella, NamJoon es algo extremo con las torturas —explico YoonGi.

SeokJin sólo asintió lentamente y luego dijo un "saldré un rato" para abandonar la habitación donde estába anteriormente.

— Que harás cuando descubras quien es el topo? —pregunto YoungJo curioso.

YoonGi se levantó de la silla y se encaminó hasta la cama en donde estaba recostado JiMin, tomando su manos entre la suya, beso el dorso de la misma.

— Si el consejo sabía de ese infiltrado y se hacían los ignorantes, recibieran el castigo que merecen, y de paso disolveré ese estupido culto de viejos vampiros —gruño el mayor y YoungJo sonrió de lado.

— Eso estaría bueno, esos viejos ya mucho joden, sólo porque son los vampiros más antiguos, aunque posiblemente no querrán hacerte caso —YoonGi sonrió de lado.

— Tengo mis métodos —Se encogió de hombros.

Luego de unos minutos en silencio, se escucharon pasos apresurados en el pasillo, YoonGi le dio una mirada a YoungJo que decía claramente "Ve a ver que está pasando" a regañadientes, YoungJo se levantó de la silla y se acercó a la puerta.

Se quedó viendo como WangMin desaparecía en la esquina del pasillo, entonces volteó a ver de quién huía, y no supo si tirarse a reír fuertemente o aguantarse, porque de quien huía era de Yue, quien sostenía un abanico plegable en su manos mientras maldecía a su hijo.

Típico de familia.

— ¿Quién? —pregunto YoonGi.

— Tú padre huyendo de tú abuela —respondió con simpleza.

YoonGi no dijo nada y solamente inhaló profundamente para luego ver hacia dónde estaba JiMin.

JiMin se removió lentamente e intento abrir sus ojos, y está vez sus ojos si cedieron a lo que demandó su cerebro.

La iluminación en el techo le hizo cerrarlos nuevamente y gimio bajito por el leve dolor de cabeza que le azoto de la nada.

YoonGi quien estaba viendo hacia el patio a través de la ventana, se giró rápidamente y camino hasta donde estaba su pareja, tomando su mano rápidamente, sintiendo su pulso acelerado y la carga de estres sobre sus hombros alivianarse lentamente.

— Cariño, JiMin-ah —Hablo con voz serena el vampiro mayor.

— Umh, ugh, ¿h-hyung? —Llamo JiMin, su voz saliendo ronca por la falta de habla y humedad en su garganta.

YoonGi le observó y luego soltó su mano para dejarla lentamente sobre su vientre, y se giró sobre la silla para verter un poco de agua en su vaso y llevarlo hasta los labios de su pareja.

JiMin lo agradeció mentalmente y luego bebió lentamente hasta que sació su sed.

— Gracias —le murmuro bajito el castaño, YoonGi sólo le sonrió.

Tomando nuevamente su mano nuevamente, la llevo hasta sus labios y la besa castamente, bajo su otra mano y acarició el vientre semi abultado del menor.

— Él, está bien verdad? Nada malo le pasó? —pregunto preocupado, YoonGi negó a sus preguntas. JiMin respiró tranquilo ante aquello.

— Que me pasó? —pregunto luego de unos segundos en silencio.

YoonGi se tomó su tiempo en explicarle lo que le había pasado, los días que había estado durmiendo y demás cosas que pasaron mientras él dormía.

— Entonces... Ella aún está viva? —JiMin pregunto, mientras se llevaba un pedazo de tarta que YoonGi le sirvió cuando el menor declaró tener mucha hambre.

YoonGi asintió. —Esta siendo interrogada por NamJoon —mintió, porque era obvio, ella estaba siendo torturada por su amigo.

JiMin asintió lentamente, masticando y tragándo lentamente.

YoonGi mordio su labio, tenía curiosidad de saber que estuvo soñando su pareja, pero se contuvo, si JiMin quería hablar o no, lo dejaría a decisión de él mismo.

La puerta fue tocada y la pronta voz de Seo Joon se escuchó al otro lado.

— Puedo pasar? —pregunto el adulto.

Los ojos de JiMin brillaron al escuchar la voz de su padre, por un segundo se había olvidado del hecho de que YoonGi ya se lo había informado anteriormente.

YoonGi sonrió y se inclinó para besar la sien del menor y luego se encaminó hasta la puerta para abrirla lentamente. Seo Joon le sonrió amenamente al pelinegro y se adentro en la habitación.

YoonGi observó desde el umbral de la puerta y salió en silencio, dejando solos a padre e hijo.

Su mirada se volvió sería y saco su teléfono móvil una vez estuvo lejos de la habitación donde estába su pareja.

— ¿Y? Ya habló o se sigue rehusando? —pregunto.

Frunció su entrecejo y chasqueo la lengua cuando recibió una respuesta negativa del otro lado.

— Bien, por para allá —fue lo último que dijo antes de cortar la llamada y aligerar sus pasos.

Sea como sea, Seohy iba a confesar el nombre del topo, ya sea por las buenas o por las malas.

Aquél lugar apestaba realmente a sangre seca y una que otra sustancia química, YoonGi torció su nariz cuando aquellos olores llegaron a su nariz.

Abrió las puertas metálicas y la imagen que le recibió fue a una mujer —o lo que quedaba de ella— con sangre en su ropa, heridas en sus manos, brazos y rostro. NamJoon estaba sentado atrás de aquella mesita donde habían distintos instrumentos de tortura y frascos semi vacíos.

— Llegas a tiempo, dijo que únicamente hablaría contigo —hablo NamJoon poniéndose de pie y limpiándose las manos manchadas de sangre—. Toda tuya.

Le dijo el vampiro mientras salía de aquella bodega, cerrando la puerta y dejando solos a aquellos dos.

Masajeo su cuello y soltó un bostezo, su estómago rugió. Habían sido varios días sin consumir un poco de sangre. Extrañaba a SeokJin.

Mientras, dentro de aquella bodega, YoonGi cogió la silla de madera donde había estado NamJoon anteriormente y la colocó frente a ella. Seohy levantó la cabeza.

Ugh, NamJoon si se había sobrepasado quizás sólo un poco.

— Bien, comienza a hablar —orderno el conde, ella inhaló profundamente y luego comenzó a hablar lentamente.

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Espero que sí, no queda mucho ya de la historia, muchas gracias por seguir aquí apoyando la historia~

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