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Favor de votar y comentar, así si la historia podrá culminar.
SeokJin estaciono su auto atrás del auto de JiMin y frunció su entrecejo, podía observar que la casa estaba en completa oscuridad.
— Si, el auto está aquí, pero la casa está a oscuras —contesto rápidamente la pregunta impuesta por la otra persona al otro lado de la línea.
Salió del auto y camino hacía el auto de JiMin, viéndolo y rodeándolo para saber si algo había pasado.
— No hay rastro de que lo haya siquiera encendido —corroboro—. Ya intente marcarle pero no contesta.
Rodea el auto hasta quedar frente a la puerta del copiloto y se acercó para ver si había algo adentro del auto pero nada.
— Si, ahorita voy a... —dejo de hablar cuando el sonido de un aparato vibrando llamo su atención, bajo su mirada y vio el teléfono móvil de JiMin en el pavimento, cerca de la llanta delantera—. Espera, encontré su teléfono.
SeokJin se agachó y cogió su teléfono, mordio su labio al ver el remitente y soltó un suspiro temeroso.
— Espera un momento hyung, quien llama es YoonGi y debo contestar —al otro lado de la línea dijeron "Umm, hazlo" y SeokJin se llevó el móvil de JiMin a la oreja cuando contestó la llamada.
«— Minnie, hasta que por fin contestas mi llamada, bebé estas bien? Por que no me habías respondido las llamadas anteriores? JiMin?»
SeokJin inhaló profundamente y luego contestó.
— YoonGi, soy SeokJin —la otra línea se quedó en silencio, SeokJin parpadeo varias veces y luego trago el nudo en su garganta—. JiMin no está, JiMin lleva desaparecido más de diez horas.
Y YoonGi sintió que el mundo se le vino abajo cuando escucho aquella palabras.
Él lo sabía, sabía que algo malo iba a pasar.
El vaso con whisky que tenía en su mano fue quebrado por la estrepitosa fuerza que ejerció y su mandíbula se tenso.
«— Qué pasó?» pregunto.
En si, SeokJin no sabía cómo responder a eso, porque ni el estaba seguro. Llevaban casi toda la tarde buscando a JiMin, al inicio habían pensado que quizás habia ido a visitar a TaeHyung pero lo descartaron cuando esté les dijo que no.
SeokJin entonces había ido a visitar a la mamá de JiMin al hospital, pero esta le había preguntado más bien si había visto a JiMin, pues habían hablado hace unas cuantas horas, y él le había dicho que le hablaría más tarde pero no le llamó.
Eso ya lo puso en alarma, así que había llamado a YoonSik y este le pidió que fuera a buscarle a los lugares que frecuentaba y que luego fuera a su casa, qué ellos iban a buscar cerca de la empresa de YoonGi.
— No se, JiMin nunca llevo a la casa y estuvimos esperando por horas, le llamamos pero no respondió mis llamadas, entonces le buscamos en los lugares donde JiMin suele ir pero tampoco, recién estoy en su casa y encontré el auto estacionado y la casa oscura, su teléfono móvil estaba cerca de la llanta delantera del auto, pero JiMin no está.
YoonGi gruño y los pedazos de vidrios se incrustaron en la palma de su mano.
«— Voy para allá» dijo seriamente y ni tan siquiera le dio tiempo de refutar a SeokJin cuando la llamada de corto.
SeokJin guardo el móvil en si bolsillo y luego se llevó su móvil a su oreja.
— YoonGi viene en camino —informo.
«— Está bien, regresa a la casa, debemos de organizarnos y pensar en esto, pero estoy más que seguro que ella tiene que ver en esto» Jin asintió y corto la llamada.
Soltó un suspiro y el vaho escapó de su boca, se abrazo a si mismo cuando el frío se hizo más fuerte.
JiMin fue puesto sobre aquella cama y amarrado tanto sus manos como sus pies, amordazado y vendado.
Ella colocó un inciensario con tres baritas de incienso, si JiMin respiraba aquel humo estaría mareado y débil.
Ella observó el vientre del castaño y en su rostro se formó una sonrisa un poco extraña.
— Así que, enfermo eh? —rio con burla luego salió de aquella habitación, cerrándola con llave.
— Mi Señora —aquel hombre hizo una pequeña reverencia.
— Que pasa? —pregunta ella.
— Tome, encontramos el libro en medio de su ropa —ella sonrió y tomó aquel libro, rozando la yema de sus dedos aquella pasta vieja.
— Bien, puedes retirarte —aquel hombre se retiró lentamente y en silencio de aquel pasillo.
Ella se volteó a ver a aquellos dos secuaces que resguardaban la habitación.
— Si despierta, avisenme ok? —Los dos asintieron y ella se giró en otra dirección y se alejó de aquella habitación.
Se adentro en aquella oficina oscura y se sentó en el asiento de cuero oscura, los rayos lunares entrando por aquel enorme ventanal atrás de él.
— Te dije, que teníamos tiempo, sólo debíamos de ser pacientes —Aquella sombra humana se acercó y se sentó en el sillón que estaba en aquella oficina.
— Crees que no sospecharán de ti cuando no te vean en ese lugar? —pregunto aquella voz.
La mujer que ojeaba aquel libro se encogió de hombros.
— No me importa, será demasiado tarde para cuando descubran mi identidad —dijo con simpleza.
Aquella voz soltó una carcajada ronca.
— Qué harás con él una vez obtengas lo que buscas? —pregunta cautelosamente.
— Ummm, matarlo? Matar a la cria? No lo sé, ya se me ocurrirá algo —se encogió de hombros restándole importancia a aquello.
Después de todo, lo que tanto había deseado estaba a pocos pasos de volverse realidad.
Seo Joon bufo por décima vez en aquel avión, enterrando sus uñas en el cuero de aquellos asientos.
— Arruinarás el asiento si sigues actuando así —aquel hombre le dijo y Seo Joon apretó su mandíbula.
— Recuerdame por que te traje? —pregunto molesto.
Aquel vampiro rió bajito y cerró sus ojos.
— Porque soy médico, y porque mi olfato es el mejor rastreador de todos los vampiros, se que me van a necesitar —contesto con orgullo simple.
Seo Joon maldijo en bajo y fijo su vista en la oscuridad de la noche, la luna que brillaba en lo alto.
— Pronto será luna azul... —murmuro en voz baja.
— Crees que sea ella? —pregunto el otro vampiro.
Seo Joon sonrió con sorna mientras apretaba el nudillo de sus manos.
— Estoy seguro que es ella, pero no voy a dejar que le haga lo mismo que le hizo a él, aquella noche de Luna —contrajo su rostro y frunció su entrecejo—. Si es posible, la mataré con mis propias manos.
El otro vampiro sonrió con nerviosismo, viendo el aura oscura que rodeaba aquel mayor a su lado.
— Nadie toca a mis hijos sin mi consentimiento —gruño guturalmente mientras sus ojos cambiaban a un rojo cobriso intenso.
Cuando la sed de sangre despierta, es difícil opacar su destello. Dominar algo que anhela matar a sangre fría.
A dónde crees que vas sin votar y comentar ah(?)
Os gusta como va(?)
Ya casi, nos quedan -15 capítulos para el final~
Gracias por su apoyo~ los tkm.
Nos leemos más tarde~
MinMin🍓
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