Si no votas y comentas, me harás pensar que no vale la pena actualizar esta historia.

New York | Un día antes de la Luna sangrienta. | 22:45 A.M

La puerta fue tocada brevemente y Taehyung se incorporo de la cama para ir abrir y ver quien era.

Cuando abrió sólo un poco la puerta, el rostro de Hoseok se dejó ver, sereno pero con aquella expresión seria en sus ojos.

— Necesito que no salgas la noche de mañana —Le dijo, con voz apaciguada pues a lo lejos vio a su hijo durmiendo.

Taehyung enarco una ceja sin poder entender la petición de Hoseok.

— Luna sangrienta —Fue la respuesta que le brindó éste y Taehyung lo entendió rápidamente.

— Está bien —respondio Tae—. Tú dónde vas a pasar la noche? —pregunto curiosamente.

— Iré a mi cuarto por ropa para hoy, mañana y pasado, estaré en el apartamento de Yoongi —informo, Taehyung asintió.

Cuando Taehyung empezó a cerrar la puerta, una mano la detuvo antes de que se cerrará por completó.

— Dale este a Alec —Hoseok le dio un pequeño frasco de color marrón, Taehyung lo tomo y examino detenidamente el frasco.

— Que es? —pregunto.

Hoseok suspiro—. Aplacará los efectos de transición en Alec, daselo mañana temprano después del desayuno —pidio, Taehyung asintió rápidamente.

— Gracias —dijo Taehyung con una media sonrisa en su rostro.

Hoseok sonrio apacible y con su mano acarició la mejilla de Taehyung—. No tienes que hacerlo, es mi hijo igualmente.

Taehyung sonrió incómodo y cuando Hoseok se retiró en dirección hacía su habitación, Taehyung cerro la puerta y poso su mano sobre su mejilla, el tacto aún seguía cálido, pero ya no sentía lo mismo, ya no era lo mismo.

Su teléfono se iluminó y un mensaje de Jungkook se dejó ver en la pantalla, inconscientemente sonrio levemente y tomó el teléfono para leer el mensaje.

Su sonrisa se hizo más grande y casi chilla de felicidad pero recordó que su hijo estaba dormido, así que se contuvo.

Bien, mientras su pequeño dormía, él iría a bañarse y luego buscaría algo decente y de su agrado para su salida con JungKook, también buscaría ropa cómoda para su hijo.

Seokjin salió de la oficina de su jefe intentado arreglar su camisa desarreglada y la corbata torcida, su cabello al menos no estaba tan alborotado, pero sus labios si estaban inflamados.

Sus mejillas teñiéndose de un tenue rosa, y su corazón se aceleró rápidamente por los recuerdos de lo que acababa de pasar dentro de la oficina de su jefe.

Seokjin debía admitir que Namjoon era caliente, jodidamente caliente y adictivo.

Cuando estaba entre sus brazos se olvidaba de todas sus preocupaciones, de lo que tenía que hacer, de cómo debía actuar, cuando estaba en sus brazos Seokjin se sentía extrañamente libre y tranquilo, se sentía por más raro que sonará, en casa.

Se olvidaba de sus preocupaciones por él, de lo que pasaría en el mañana, de la noche sangrienta que estaba a la vuelta de la esquina, con Namjoon Seokjin olvidaba hasta su nombre.

Namjoon era, Namjoon era todo lo que él necesitaba y de cierta forma añoraba.

Le gustaba la sensación de cuando Namjoon clavaba sus colmillos en su cuello, los halagos por la exquisita que era su sangre, dulce como el néctar de miel, y oscura como una noche sin estrellas.

Mordio su labio inferior intentado calmar sus ganas de gritar y ponerse a brincar en medio del pasillo, sabía que si hacia aquello podrían verlo raro o cuchichear quien sabe que sarta de mentiras y rumores.

Carraspeando y acomodando por fin su corbata, se encaminó hasta el quinto piso, donde debía entregar el informe que llevaba en sus manos y que se supone debía de haber entregado hace ya una hora.

Esperaba que el jefe de ese piso no se enojara por su demora, pero es que la culpa la tenía Namjoon.

Namjoon y sus labios tentadores.

Namjoon y sus besos calientes.

Namjoon y sus gruesas manos.

Namjoon y su delicioso pene.

Ugh, maldito Namjoon. Se quejo mentalmente.

Colocando una sonrisa en su rostro se encaminó hacía el ascensor y contando mentalmente hasta diez, se preparó para el regaño de HeChan.

Seoul Corea || Mansión Min || Día de la luna sangrienta. || 16:47 P.M

Los empleados de la mansión se movilizaban de un lado hacia otro, moviendo cosas y realizando sus labores rápidamente, el tiempo es oro para ellos.

Yoongi al igual que ellos estaba trabajando, terminando los papeles para el nuevo proyecto que se llevaría a cabo dentro de unas semanas, Jimin estaba a su lado, igualmente trabajando.

Yoongi no recuerda haber tenido tanto papeleo, pero de la noche a la mañana se multiplico al doble todo.

— Tienes los papeles del área de comercio? —Pregunta Yoongi, sin dejar de leer los documentos en sus manos.

Jimin deja de escribir en la computadora para echarle un vistazo a las carpetas que están sobre la mesa, y agilemente busca la carpeta de entre el tumulto que hay frente a él.

— Ten —Jimin se la tiende y aun sin despegar su vista de los documentos que lee, toma la carpeta para dejarla a su lado derecho.

Así han pasado casi todo la mañana, hoy era aquel día, y por ende sabía que una vez la luna se posara en lo alto, no tenía que haber ningún vampiro rondando la mansión y Jimin tendría que estar donde su padre, aunque Jimin no quería.

Lo extraño era que su padre no le había respondido el mensaje de si podía ir a pasar aquella noche a su casa, y éste tampoco respondía sus llamadas.

No había hablado con su madre, aún estaba un poco enojado con ella, no podía creer que ella le había estado suministrando aquellos supresores para que su lado vampiro durmiera.

Como si quiera podía hacerle eso?

Por qué debía de ocultar quien era?

Su memoria aún no estaba del todo clara con lo que pasó hace doce años,

Y su padre no respondía a sus dudas dejándolo con más preguntas que respuestas.

El estómago de Yoongi gruño, aquel sonido saco de los profundos pensamientos a Jimin, quien alzó la cabeza para ver a Yoongi, quien fruncía su entrecejo leyendo aquellos documentos, ignorando el sonido de su estómago.

Jimin rió bajito.

Yoongi se volteo a verle y Jimin señaló su estómago, Yoongi no entendió, hasta que nuevamente su estómago gruño exigiendo comida.

— Tienes hambre —le dijo Jimin.

Las mejillas pálidas del vampiro tomaron un leve color melocotón y esquivo la mirada divertida de Jimin.

Lo segundo que supo Yoongi, era que tenía a Jimin sobre su regazo, besando tentativamente su cuello, dejando pequeños mordiscos que no perforaban la piel, pero que si erizaba cada vello corporal de Yoongi.

Gruño guturalmente cuando Jimin se restregó sobre su adolorido entrepierna, colocó ambas manos en la cadera del menor y beso el cuello del mismo, dejando lamidas húmedas en donde mordería para poder comer.

Jimin sintió escalofríos y mordio levemente el cuello de Yoongi, pasando su lengua después por la misma zona donde clavaría sus colmillos, y antes de que Jimin clavara sus colmillos sobre el cuello de Yoongi, éste lo hizo antes, arrancandole un gemido extasiado a Jimin, quien se retorcido complacido.

Mordiendo su labio inferior, Jimin inclino su cabeza hacia atrás y luego rápidamente la agachó para morder el hombro de Yoongi, aquella zona le pareció perfecta, degustó del delicioso aroma de la sangre de su vampiro.

Olvidándose ambos del trabajo y de que el tiempo se acorta.

Hi~ a donde vas sin votar y comentar ah?)

Qué os pareció el capítulo?)

Por cierto, si leías la historia "The Quarterback" está siendo subida en RedSkyYM, para que vayan a darle love again.

Nos seguiremos leyendo en Ghouls Town~

MinMin☯️😼