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Capítulo 6


"...Sundays are my suicide days, I don't know why they always seem so dismal."


—Apoya el arma contra tu hombro. Tus manos están bien así. Pero tienes que sujetarla más fuerte.—El hombre robusto y de expresión dura ayudaba a su hijo a acomodarse con la escopeta.

—N-no voy a hacer esto. No quiero lastimarlo. E-el conejo no se lo merece.—Dijo trémulamente su, no tan pequeño, hijo.

—Es un animal, no tiene sentimientos, idiota.— Le reprendió. — Separa las piernas carajo. Hemos estado practicando lo suficiente.

—No. No quiero hacer esto. No puedes obligarme...—Había sido interrumpido por un golpe en el rostro, que lo hizo retroceder un poco.

El hombre tomó fuertemente el rostro del chico. Obligándole a mirarlo.—¿Cómo  afirma un hombre su poder sobre otro?—Le preguntó.

—Haciéndole sufrir.—Contestó casi susurrando.

—Me alegra que lo recuerdes. Esto es una lección de supervivencia, ¿Entiendes? En el campo, solo hay dos tipos de animales. Los depredadores y las presas. En la vida, Las personas fuertes se aprovechan de los más débiles. Triunfa el que sabe cómo hacerlo. Asi que debes elegir cuál de los dos ser.

—Pero eso está mal.

— Solo dispara. ¡Tienes 15 años! Joder. Actúa como un maldito hombre.—Los ojos del chico se aguaron.—Eso es, llora. Ese es tu maldito problema. Solo eres un niñito llorón. No eres capaz de hacer algo bien. Eres un inútil.  Apuesto que quieres salir a corriendo justo ahora para esconderte detrás de tu mami. Eso quieres, ¿Cierto? ¿¡CIERTO!?

Harry disparó dos veces. Y la voz que lo humillaba se detuvo.


Despertó abrumado. Sin saber exactamente en donde se encontraba. Su visión era borrosa. Pero podía escuchar el llanto de otra persona dentro del apartamento.

Respiró profundo. Se levantó, a oscuras, trastabillando hasta la sala.
Encendió una lámpara que reposaba en la mesa cerca del sofá. Con una visión poco más clara se sentó en el mismo, acomodándose junto al pequeño bulto que temblaba.

—Tranquilo. —Susurró al niño, y lo atrajo hasta su regazo. Paso su brazo por la espalda de pequeño, abrazándolo.—No llores más. ¿Qué pasó?

Oliver seguía llorando entre sus brazos. Aferrándose a él. Teniendo momentos de apnea.

—Upna p-pesadilla.—Dijo hipando. Las lágrimas reposaban sobre sus rojas mejillas.

—Ya pasó. Nada de eso es real. Los sueños no pueden hacerte daño.

—Pero los recuerdos sí, ¿Cierto?

—Sí. Pero no debes darles ese poder. No dejes que te controlen.—"Sigue tu propio consejo". Pensó.

El infante infló su pecho con fuerza. Y asintió con la cabeza. —Está bien.

—Vamos a dormir.—Dijo el mayor, levantándose con él en brazos. Regresando acompañado a su habitación.

Tal vez fue el pesado sueño que aún lo invadía. O el pesar que sintió al oír llorar al niño. Lo que lo impulsó a acomodarlo en su cama.

Septiembre había pasado volando. Y estaban allí, a más de la mitad de Octubre. La madrugada de un domingo en la la que el viento calaba hasta los huesos. El frío de fin de año empezaba a hacerse presente.

Se acostó junto al pequeño. Y pasó unos minutos viendo el techo. Tratando de conciliar el sueño.

—¿Tío Harry?—Preguntó el niño a su lado.

—¿Sí?

—¿Cuándo va a volver mi mami?—Harry se quedó callado. Sin respuesta para la pregunta.

—No lo sé.

—No quiero vivir con mi papá otra vez.—Atragantándose. Luchando para no llorar.—Tengo miedo de que ella no regresé.

—También yo.—Dijo suspirando, más para sí mismo que para el niño.

—S-si ella no vuelve. Me llevaran a vivir con él. Y no quiero.

—No digas tonterías. Nadie va a llevarte a ningún lado. ¿Quién te dijo eso?

—El juez lo dijo. Si está incapacitada pierde mi custodia. Sin importar la orden de restricción.

Sorprendido por las palabras del niño.—¿Qué orden de restricción?No. Espera. ¿Cómo sabes siquiera qué es eso?

—Yo iba a vivir con él después del divorcio. Pero la chica de Servicios sociales vio los golpes que teníamos. Mamá y yo. Por eso nos quedamos juntos.  Él no podía acercarse a nosotros. Y nosotros queríamos que se alejara.

Harry asintió. Comprendiendo.—No te preocupes. Nadie va a llevarte a ningún lado.

—¿Por qué lo dices?

—Porque no voy a dejarlos.—Terminó.

La mañana pasó sombría. El cielo gris, y el ambiente frío continuaron hasta la tarde.

Harry se encontraba en la la mesa de la cocina haciendo las cuentas de ese mes. Con la persona extra en su vida, su bolsillo se veía muy afectado.
Niall ayudaba a Oliver con su tarea en la sala.
La lluvia había comenzado. Y no daba esperanza de irse.

—Voy a repetirte la pregunta, enano. ¿Qué quieres ser cuándo seas grande?

—Oye, sólo yo puedo decirle así.—Dijo Harry apareciendo en la escena.

 —No sabía que era un apodo exclusivo. Disculpe usted.

—No lo es. Pero no puedes decirle enano cuando tú también lo eres.

—No soy enano.

—Lo eres para mí.—Dijo Harry riendo.

Niall lo ignoró. Volviendo su vista al niño.—Quiero ser un escritor.

—Ya lo perdimos. —Gritó. Ganándose la mirada desaprobatoria del rizado.—Ese dulce niño está en camino a convertirse en un Dementor.

—Deja el mame, Horan. Si quiere ser escritor ¿Qué tiene de malo?

—¿Alguna vez has visto a los Escritores, Harry? Son raros. Y malos. Se que  se alimentan de las lágrimas de sus lectores.

—Oh, Dios. ¿Quién te hizo tanto daño?

—Allan Poe. Me enamoró y luego se comió mi corazón.

—¿Podrías solo ayudarlo con su tarea, por favor?

—Bien.—Masculló.

Una de las ventanas de la cocina hacía ruido. Cada que el agua la azotaba. Se abría. Dejando la lluvia entrar.

—¿No han reparado esa ventana? —Preguntó Niall de repente.

—No.

—¿Y si vas a buscar al chico de mantenimiento? Nos vamos a inundar si se sigue abriendo.

—Tienes razón.—Dijo Harry, disponiéndose a salir.—Quedas a cargo.

Salió del apartamento. Ellos estaban en el quinto Piso. Bajó por las escaleras, porque con la tormenta era más seguro ir por allí que usar ese viejo elevador.

Llegó hasta el primer nivel agotado. Buscó por el lugar al encargado de mantenimiento. Sin éxito. Se quedó parado viendo la lluvia chocar con el asfalto a través del vidrio de la puerta principal.

Enfocó un poco más su vista. En el otro lado de la calle. Logró distinguir la pequeña silueta de Louis temblequeando. Intentando resguardarse de la lluvia bajo la pestaña del negocio de enfrente.

Salió del edificio. Corriendo cruzó la calle. Varios autos frenaron al verlo.

A nadie le sorprendería si fuese atropellado. Porque sinceramente, no sería la primera vez que se deja llevar por impulso.

Sin importarle mojarse. Llegó hasta donde él estaba.

—¡¿Estás loco?!—Gritó Louis.

—Eso creo.—Dijo sonriente.—¿Qué haces? —Preguntó, arrepintiéndose inmediatamente.

—Ehm...¿Pasando el rato?

—Olvida que dije eso. ¿Está bien? Yo venía a invitarte a pasar. Está lloviendo mucho y vivo enfrente. Aunque creo que ya lo sabes. Porque bueno, me viste salir de allí. Pero como sea. ¿Quieres pasar?

Iba a rechazarlo. Pero el cielo se iluminó con un rayo. Y a dos segundos el trueno se hizo presente.—Está bien. Pero, espero que no te moleste que esté acompañado.

Harry vio a los lados. Buscando otra persona. Encontrándose con un gran San Bernardo completamente mojado al igual que su dueño.
—No. Para nada. —Dijo y se dirigieron al edificio de nuevo.


Harry abrió la puerta de su apartamento.— Es callada, Tímida, inocente tiene la mirada. Le tomó la mano y siente algo extraño. La abrazo, me abraza y empieza a temblar. A temblar de miedo diciéndome que nunca había sentido sensación así en su vida.—Niall bailaba por la sala.

—¡Así en su vida!—Cantaba el niño fuertemente.

Harry carraspeó llamado la atención de ambos. Que se quedaron quietos viendo a la persona que estaba a su lado. 

—¡Teacher Louis!—Gritó Oliver.

La música seguía sonando desde el celular de Niall.

Entraron.

—Deja de contagiar al niño con tus cosas raras.—Dijo Harry hacia el rubio. Ignorando a Louis. Dirigiéndose a buscar unas toallas en el closet.

—A él le gusta.—Se excusó.—¿Ahora trabajas en mantenimiento? ¿Qué pasó con Bert? Me agradaba Bert. ¿Y por qué traes a ese can? —Ahora para Louis

—¿Mantenimiento?—Dijo confundido. Adentrándose más por el lugar.

—¡Trajiste a Max!—El niño revoloteaba a su alrededor.

—¿Qué hace tu maestro reparando ventanas?—Preguntó Niall a Oliver.

—No vino a reparar la ventana, Niall. Cállate por favor.—Dijo Harry. Tendiéndole las toallas a Louis.—¿Quieres una camisa seca?

—No, estoy bien. Gracias. —Dijo secándose el cabello.

—Oliver, deja de tocar al perro.—El animal se sacudió salpicando todo a su alrededor.—Genial, ahora los muebles van a oler a perro mojado.

—A veces huelen a tus patas. Pero nadie dice nada.—Dijo Niall.

Harry lo ignoró. Seguidamente él y Oliver fueron a cambiarse a la habitación.

Louis se cubrió con la otra toalla. Y se sentó en el sofá. Permaneciendo en silencio.

—¿Qué te trae por acá, Guapo?—Continuó el rubio.

—Salimos a caminar. Pero nos sorprendió el agua. Y Harry nos dejó pasar.

—Ya veo.—El ambiente era incómodo.

—¿Vives acá? —Preguntó curioso.

—Al lado,  de hecho. Antes vivía en la universidad pero era un poco molesto para mí.

—¿Qué estudias?

—Sociología.—Louis lo vio extrañado. No parecía el tipo de persona que seguiría esa carrera.

—¿Te gusta?

—Sí. Es genial. He visto muchas cosas en poco tiempo. Hace un año fui a Latinoamérica a realizar unos censos. Fue fantástico.

—Y no volvió a ser el mismo desde entonces. —Habló Harry  desde el otro lado.

A Louis le agradaba Niall.
A Niall le gustaba molestar a Harry.

Los 5 se habían movido a la cocina. Para tomar chocolate caliente que Niall,(Obviamente porque Harry le tiene miedo a la estufa), había hecho.

—Tío Harry, deberíamos tener un perro como este.—Oliver estaba acostado en el suelo junto al animal.

—No gracias. Es enorme, aquí apenas hay espacio para nosotros. Y tú quieres traer un caballo.—Louis lo vio ofendido.

—Ya tenemos una jirafa. ¿Por qué no podemos tener un caballo?

No pudo responder ya que la ventana se había abierto otra vez. Causando un gran estruendo.

—Agh, esa cosa otra vez. Me tiene harto que se siga abriendo.—Dijo Harry. Ya hastiado.

—Se supone que debías buscar a Bert. No salir en rescate de tu crush. —Se volvió hacia Louis.—Sin  ofender.

Louis estaba parado frente  a la ventana. Examinándola.

—Que llorones —Dijo el castaño.—Por favor. El pestillo está suelto. Solo hay que...—Dijo, inclinándose sobre el lavabo,  para girar  el tornillo alzado.—Apretarlo.


Harry le causó gracia que a Louis le costara alcanzar la ventana. Río un poco.—Esto es extraño saben.—Todos lo vieron atentamente.— Jamás habían estado tantos enanos en mi casa.

La lluvia cesó después de un rato. No pasaban de las 6:00 P.M. Cuando Niall tuvo que irse. Oliver había caído dormido. Y Louis se disponía a marcharse.

Harry iba a acompañarlo hasta la salida del edificio. Se condujeron por el pasillo y entraron al elevador.

—Tu amigo es una persona interesante.—Dijo Louis divertido.

—Él es más que mi amigo. Es mi hermano.

Louis le sonrió.

—Me gusta eso.

—¿Qué?—Preguntó Louis confundido.

—Las arrugas bajo tus ojos cuando sonríes. —Louis estaba completamente rojo. Y mudo.

El elevador llegó—Milagrosamente—hasta abajo. Pero Harry no quería que se fuera. Y Louis estaba tentado a quedarse.

—M-mi oferta sigue en pie. Salgamos.

—Creí que ya habíamos hablado de eso.

—Lo sé. Pero sería una salida casual. Como amigos. —Amigos. Louis nunca tuvo tiempo para amigos.

Harry continuó.—Tú y yo. Uhm, y Oliver. Porque no pienso dejarlo a solas con Niall otra vez.—Dijo riendo.

—Está bien, supongo.—Aceptó y el más alto sonrió enormemente.— Nos vemos.— Se despidió.

—Adiós.

— Oh y también me gusta cuando sonríes. Porque tienes hoyuelos.


Louis y Max llegaron a casa más tarde de lo que estimado.

Su ropa se había secado sobre él. Encendió la televisión para distraerse un rato. Pero sin lograrlo; Porque últimamente no entendía lo que sucedía en su cabeza.


*

Gemma había estado ignorando sus llamadas. Y no, ni esa zorra  ni un juez de mierda iban a prohibirle ver a su hijo.

Los había localizado hasta Londres. Y justo ahora estaba parado frente a la que se suponía era su casa.

Gemma estaba débil. Había cortado la corriente de la casa para que nadie la viera. Y ahora solo se limitaba a ver la silueta de su ex esposo desde la ventana.




Hola.
¿Ustedes creen que este fic es #LouisTops o #HarryTops? La respuesta los asombrará.

Me da pena con ustedes porque siento que estos capítulos están quedando horribles y cortos. No sé, cuando los leo siento una especie de auto-odio. (?

Manténganse con vida. J.S.

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