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Capítulo 15


"You can count on me. Because I can count on you."


Louis se sentía frustrado en exceso. El peso de las simples emociones humanas lo agobiaban.

Estaba allí. A las 2:00 A.M. Durmiendo abrazado al cuerpo de Harry. Convenciéndose a sí mismo de que eso era completamente normal.

Pero no. No lo era.

No entendía cómo las personas podían sentirse completamente cómodas en situaciones como esa. Estar simplemente allí. Escuchando la respiración de la otra persona. Con su olor envolviéndote.

Le parecía completamente raro. E improbable. Harry hacía que Louis sintiera ganas de arrancarse el cabello. Por lo mucho que le hacía pensar. En él.

Es como cuando te gusta una persona, que no debería gustarte. Y pretender que no te gusta solamente hace que te guste más. Pero esa persona no debería gustarte...así que quedas como un idiota sin saber que hacer con tanta mierda emocional.

*

Olía bien. Jodida y completamente bien.

Harry abrió los ojos, porque el ruido del aceite quemando lo despertó. Había parado de llover y la electricidad había vuelto.

Seguía en la misma posición de anoche. Con los brazos extendidos en el respaldo del sofá.

Restregó sus ojos. Viendo sorprendido a su alrededor ¿Estaba en el apartamento correcto? Al parecer, Sí. Pero era extraño.

Era épico. Y es que, por primera vez desde que se mudo, ese lugar estaba limpio. Todo estaba ordenado y aseado.

Se puso de pie. Examinando todo. Siguió el olor hasta llegar a la cocina. Que también estaba limpia. Nunca había notado que el piso era blanco y no gris.

Louis estaba de espaldas. Sobre un banquillo. Tratando de alcanzar un tazón de la alacena. Rió al verlo. Pero el reloj de la pared lo hizo alarmarse. Porque era lunes y debía ir a trabajar.

—Tu uniforme está colgado en la puerta del armario.—Tomó lo que buscaba y luego bajó.—Ve a arreglarte, que el desayuno está casi listo.

Perplejo.—¿No deberías ir a trabajar también?

—Las escuelas están cerradas por la tormenta.

—Pero ha dejado de llover.

—Lo sé.—Dijo.— Pero las calles permanecen cerradas. ¿Por qué sigues allí? Ve a bañarte.

Harry asintió. Se movió de regreso al pasillo. Dirigiéndose a su habitación. Entró. Notó que Oliver se encontraba despierto. Y cubierto hasta el rostro de crema.

—¡Tío Harry!—Gritó el niño al verle.

—¡Enano! ¡Volviste a la vida!—Se lanzó a la cama a abrazarlo. Untándose él mismo de crema.—¿Cómo te sientes?

—Mejor. Estaré bien pronto.

—¡Genial!—Exclamó y revolvió el cabello del niño. Seguidamente corrió al baño.

Adentro se desvistió. Y tomó una ducha rápida. En menos de diez minutos, Harry estaba peinado y listo para salir.

—El desayuno está servido.—Gritó Louis, y Harry regresó a la cocina.

Oh, sí. Eran Waffles. Dulces, crujientes y sabrosos, Waffles. Con mantequilla untada encima. Y la dorada miel escurriendo de sus bordes.

Una de las formas de mantener feliz a Harry. Era alimentándolo.

Se sentó. Y comenzó a comer.

—Usa el tenedor. No seas barbárico.—Ordenó Louis.

—Me gusta comer sin el.

—Estás ensuciándote todo.—Dijo, limpiando la miel que había quedado en la comisura de la boca de Harry, con su dedo.

—¿Ahora haces el papel de mi madre?

—Tal vez.—El rizado rió.

—No tenías que arreglar el apartamento. Mi desorden es mi desorden.

—Quería hacerlo.

—¿Por qué?—Dijo con la boca llena.

—Estaba tratando de demostrarte que me importas.

—Tu forma de demostrarlo es rara.—Terminó de comer. Y corrió a cepillarse los dientes. Dejando a Louis con la palabra en la boca.—No quiero ser grosero. Pero, tengo que irme. Vas a quedarte aquí, ¿Cierto?

Se movieron hacía a la salida.—Sí. Me quedaré con Oliver hasta que regreses.

—Gracias por eso.—Abrió la puerta.—Este es el momento en el que me deseas suerte en el trabajo y me despides con un beso.

—Tú me has decepcionado anoche. Así que cállate. —Soltó.

—¿Decepcionado? ¿Y eso por qué?—Se acercó a Louis.

La mente de Louis era un constante campo de batalla. En el que su mente dominaba su lengua todo el tiempo. Haciéndole pensar en cada posible consecuencia de las cosas que fuera a decir.

Pero sinceramente, no estaba pensando mucho.

—No puedes decir que mis labios son bonitos, si tu intención no es besarme.—Dijo acusador. Dando un paso al frente.

—Si lo hubiera hecho, ¿Me habrías correspondido?

—Tal vez.—Rió.—Te falta fe en ti mismo.—Dijo el castaño.

Estaban parados bajo el marco de la puerta abierta. Harry—arriesgándose—colocó sus manos en la cintura de Louis y lo pegó a su cuerpo.

—Claro. Para conseguir un beso de Peter Pan necesito Fe.—Se burló.—Confianza y Polvillo de Hadas. ¿No?

—¿Eso no era para volar?

—Bueno. Es casi lo mismo...—Fue interrumpido.

Louis se abalanzó hacía adelante. Logrando así que sus labios tocaran los de Harry. Haciendo que sus dientes chocaran torpemente, al igual que el resto de su rostro.

El rizado se acercó por completo a él. Dejando sus manos en la cintura del otro. Louis pasó su brazos por el cuello de Harry y le dejó manipularlo. Harry deslizó sus labios sobre los del castaño. Causándole gracia, la situación en general. Porque era el beso más torpe que había dado en toda su vida. Los labios de Louis no tenían un sabor específico, pero sí su aliento. Su respiración y todo lo que de él emanaba era dulce. El castaño tenía los ojos cerrados. Y el rizado poco a poco cerró los suyos.

Se separaron seguidos unos instantes.

—¿Eso significa que también te gusto?—Dijo Harry. Anonado.

—No estoy seguro.—Bufó.—No preguntes.

—Bien. No más preguntas.—Terminó Harry. Tomó un último y corto beso de un Louis desprevenido. Y salió corriendo.—Te veo más tarde.—Gritó alejándose por el pasillo.

Estaba jodido. Corrió cuanto pudo pero aún así llegó tarde. Treinta minutos tarde. Él no podía tener una falta más. Su trabajo estaba prendiendo de un hilo.

Entró corriendo al Banco. La fila de clientes era larguísima. Y su jefe lo estaba esperando, para variar.

Mientras tanto Carl Hughes. Estaba parado con los demás civiles. Observando a Harry.

Lo había pensado. Y el rizado no parecía tener una jodida idea de quién era. Así que podía acercarse a él sin levantar sospecha alguna.

—¿Otra vez, Styles?—Dijo el Sr. Lahey al verlo.

—Sí. Lo siento. Las calles están inundadas. Y-y no tomé en cuenta eso. Mi sobrino está enfermo. Tuve que esperar a que despertara. Uhm. Había muchísimo tráfico. E-es solo... no volverá a pasar. Lo juro.

—¿Crees que las cosas son así de sencillas? ¿Te disculpas y listo? No, Harry. No son así.—Dijo en tono elevado. Llamando la atención de las personas.—¡Eres un completo irresponsable! Si no tienes la capacidad de tan siquiera llegar temprano. ¿Por qué te molestas en seguir viniendo? Inepto. Eso es lo que eres. Y por no mencionar ineficiente.

Continuaba gritándole. Ante la mirada de las personas allí presente. El hombre parecía estar realmente molesto. Pero Carl, quien los veía en silencio. Analizó las palabras del Sr. Lahey. Y no, su tono de voz, su forma de hablar y sus gestos no indicaban que fuese sólo un problema laboral. Porque si lo fuera, ¿Cuál sería la necesidad de humillar al chico frente a todas esas personas? ¿No sería más fácil hablar sobre sus deficiencias en privado? Lo veía con verdadero odio. Así que todo indicaba que ese hombre, tenía algo personal contra Harry.

—¡Ve a tu escritorio! Y que sea la última vez que te atreves a llegar tarde.—Gritó. Todo lo dicho, podría ser catalogado como abuso laboral. Harry asintió y se movió con el resto de sus compañeros.

El pelirrojo al notar la ausencia del rizado. Se acercó a Lahey. Y le siguió hasta su oficina.

—Buenas Días, Sr.—Le dijo sonriente.

—Buenas días. ¿Puedo ayudarle en algo?

—En mucho de hecho.—Sonsaconamente.—Mi nombre es Carl. Y creo que podemos ayudarnos mutuamente.

—No entiendo lo que dice.

—Verá, uno de sus empleados está jugándome sucio. Simplemente quiero información de él.

—Voy a llamar a seguridad.—Dijo seco. Tomándole por lunático.

—Créame tenemos intereses similares.

—No tengo idea de quien es usted.

—No me conoce, pero lo hará. Todos ellos lo harán.

—Lo invito a retirarse.—Dijo el mayor ya hastiado.

—Sólo necesito a Harry Styles fuera del camino.—y si, había dado en el blanco.—Tiene a mi hijo. Es lo único que quiero, recupéralo.—Se acercó al escritorio.—Y estoy seguro que tiene algo que usted quiere también.

—¿Qué se supone que necesita?—Cambiando de idea repentinamente.

—Por ahora, su expediente. Y luego su apoyo.

—¿Mi apoyo?—Incrédulo.—¿Para qué?

—Usted es dueño de este lugar. Así que se me ocurren varias ideas.—Le sonrió. Y ambos quedaron en contacto.

*

Por la noche. Oliver y Harry veían televisión como siempre.

El rizado harto de que propio calor que su cuerpo emanaba no fuera suficiente para mantenerlo caliente.

Cuando la puerta sonó.

—¡Está abierto!—Gritó el niño. Con pereza de levantarse. Tras unos milisegundos Niall entró con una caja de regalo.

—¿Dónde está el cumpleañero?—Preguntó alegre.

—¡Aquí!—Dijo Oliver.-Quien aun estaba lleno de crema- saltando hacia el rubio.

—¿Su cumpleaños era hoy?—Dijo Harry.

—Sí, Animal.—Dijo a Harry.—Ten tu regalo enano, espero que te guste.—Ahora al niño.

—Gracias.—Dijo el pequeño y corrió a su habitación a abrirlo.

—Amo a ese mocoso.—Dijo Niall. Y se sentó junto a su amigo.—Tengo algo que decirte.

—Bien.—Fingiendo estar molesto.—Explícame ¿Por qué desapareciste dos putos días? Eh.

—No voy a hable de eso.

—¿Entonces...?

—Cállate, no me dejas terminar.—Respiró pesado.—Mamá me llamó ayer. Dice que me extraña y que quiere verme.

—Espera. ¿Volverás a Irlanda?—Con un tono triste.

—No seas baboso.—Rió.—Mi mamá va a venir para navidad.

Ahora Harry rió.—Tú ni siquiera celebras navidad. Adiós a tu aura anti capitalismo.—Se burló.— Pero bueno, supongo que es genial. No veo a tu mamá desde hace como dos años.

—Es que no va a venir solamente ella. Sino toda mi familia.

—¡Genial! —Dijo contento.

—Harry. Entiéndeme no quiero que estén aquí.

—No jodas. Tu familia es súper genial. Esa gente está loca.

—No quiero a mi hermano mayor diciéndome que hacer.

—Greg no es tan malo. Además, está casado. ¿No? No será problema.

—Si te digo que Nick vendrá también ¿Empezarías a comprenderme?

—¿Qué tiene que hacer ese idiota aquí? ¿Qué no tiene su propia familia acaso?

—Su familia se fue a Barbados. Y mamá lo invitó.

—Odio a tu primo. Es un odioso. Dile que no venga.—Cruzado de brazos.

—Ahora lo odias. Pero hace unos años estabas muy enamorado de él. ¿No?—Se burló.—Vamos, quién quita y hasta consigas algo.

—No lo necesito.—Dijo recordando a Louis.—No necesito a nadie más.








Hola.

Estoy pasando por un terrible bloqueó así que siento si en capítulo está corto y mal hecho. *Cries in gay*.


La dinámica del #CharacterAsk será la siguiente:

Si desean participar deben colocar el #Ask seguido del nombre del personaje. y Luego la pregunta. Pueden hacerme preguntas directamente a mí si lo desean.


Ejemplo:

#AskOliver *Inserte la pregunta aquí*.




ESPACIO PARA LAS PREGUNTAS AQUÍ.



Manténganse con vida. J. S.

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