—!VOSOTROS NO SOIS MIS PADRES!—había resonado un fuerte grito en la sala antes de dar paso a un silencio sepulcral.

—Yoru...

—Yo...—un gesto de arrepentimiento había asomado en la cara del joven, pero su cuerpo antes de expresar una disculpa, se había movido por sí solo huyendo de la escena.

El chico había abierto la puerta del departamento y salió corriendo sin destino fijo, dejando un ambiente depresivo detrás de él. En el momento que abrió la puerta se veía el cielo nocturno, que desvelaba que podía ser más de medianoche y en el que se empezaban a caer pequeñas gotas de agua.

—Deberíamos ir tras él—había musitado sin mucho ánimo Miyagi Yoh que había sido uno de los receptores de esas palabras. No sabía de dónde sacaba la fuerza para levantarse del sofá, esas palabras le habían desgarrado en el interior, sentía como pequeños puñales le eran clavados en su espalda.

—Déjalo, necesita aire y una buen chanclazo cuando regrese—había pronunciado un joven mientras sostenía fuertemente un cuchillo de cocina mientras cortaba una col en la encimera.

—Sinobu-chin...

—¡Auch!—un ruido metálico seguido de un goteo había sido el origen de ese sonido, desde la punta del dedo hasta la muñeca empezaba a formarse un hilo de sangre que lo recorría.

—¡Sinobu! Espera ya te traigo el botiquín de primeros auxilios—un apurado profesor de literatura tropezándose con todo el camino había vuelto rápido y veloz a la cocina tras traer el botiquín del baño.

Empezaba a desinfectar la mano de su amante con algodón y líquido, pasando a envolverlo suavemente dando un giro tras otro a la venda.

—Te ha afectado muchísimo ¿cierto?—inquirió el mayor.

—No sé dónde sacas eso-negó instantáneamente—solo me ha cabreado que sea tan malagradecido—aunque sus palabras eran firmes en su tono se notaba la tristeza y la frustración.

—Normalmente en esta situación te quejarías de que vendar no es nada romántica y de si no hay una regla no escrita de que se debe chupar el dedo de tu amante en estas situaciones.

"¿Espera que acabo de decir?¿Desde cuándo me he vuelto tan desvergonzado para decir estas cosas sin dudar? Soy el mayor aquí, es el que mejor debería mantener la compostura."

—Te has vuelto blando, Miyagi.

—No necesito, que tú me digas eso—dijo en tono mosqueado, mientras rodeaba con ambos brazos a su pareja mientras este le sujetaba de su camisa blanca.

—¿Será mi culpa? ¿Por ser tan joven?¿Por ser hombre?¿Por tener una relación con otro hombre? Tú perfectamente podrías ser el padre de ese chico, viejo.

—¡Oye!—se quejó ante el insulto, mas apretó más su agarre al oír las palabras del chico—No es tu culpa Sinobu, desde que Yoru llego a nuestras vidas y las circunstancias caóticas en las que fueron, siempre has dado tu mejor esfuerzo de criarlo correctamente, a pesar de que tú también estabas destrozado por tu perdida en ese momento.

—Han pasado diez años ya de eso...

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Hace Diez años:

—Perdona por dejarte a Yoru durante todo el fin de semana, no lo haría si pudiera dejarlo con mamá y papá pero sabes lo ocupado que esta papa con la universidad y lo que ansiaba mama poder hacer un viaje con él.

—No tienes que darme más explicaciones, hermana—había pronunciado el joven con mucha seguridad.

—Sé que eres muy capaz, pero manejar a un niño de ocho años no es fácil, aunque seas su tío—decía esto cuando cierto conocido apareció en la escena, haciendo que interrumpiera sus palabras—A Yoh, agradecería que ayudarás a mi hermano, si mi hijo le da problemas.

—E-esto, claro Risako—esas palabras le habían pillado desprevenido al profesor que venía agotado después de la última clase, por lo que no había encontrado más repuestas.

—¡Hermana! ¿No tienes sentido común?¿Desde cuando alguien le pide a su ex-marido que cuide al hijo de otro hombre?

—A Sinobu, sabes que de eso hace años y Yoh es más un amigo de la familia que siempre esta cuidándote, no le des más problemas—le regaño

—Eres tú que la que causas problemas—se quejó—¡Ya vete!—decía mientras la empujaba desde la espalda para hacerla mover.

—Si, si que mal carácter me pregunto a quién habrás salido—se quejó—te he dejado todos los números de emergencia y una lista con las alergias de Yoru—si pasa alga llámeme

—Si, ya vete—repitió por segunda vez.

—Adiós Sinobu, Adiós Yoh, iba despedirme de Yoru, pero se quedó dormido en tu sofá, dile que volveré pronto.

Sin decir más palabras se despidió, nadie podía imaginar que esa sería la última vez que la verían.

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—Aún me arrepiento de esas últimas palabras que le dije—musitó Sinobu.

—No fue tu culpa, eras joven y según recuerdo solo estabas celoso de que me hablará por mi primer nombre—intento tranquilizar Miyagi.

— Eso no me consuela, viejo—respondió.

—Nadie sabía que se iba a producir ese accidente tan horrible.

Hacía diez años, en la autopista en una noche de tormenta en la que se oían truenos y relámpagos, se había producido una colisión entre varios coches dejando a decenas de heridos y varios muertos, entre ellos la hermana del menor y el marido de esta.

—Además has dado lo mejor para criar a Yoru, has hecho todo lo que has podido y más, has aligerado la carga de tus padres al criarlo de la mejor manera posible y asumiendo todas las responsabilidades.

—Todo eso da igual, con lo que acaba de pasar, no parece que haya servido de mucho.

—Lo mismo se puede decir entonces por mí...y yo sí que no estoy emparentado con él—sus propias palabras lo herían.

—No digas eso viejo, sin ti hace mucho que me hubiese rendido y no me hagas decir cosas tan obvias—se avergonzó el menor.

—Sinobu...

—Miyagi...

Un suave beso fue depositado en los labios del otro, metiéndose en su propio mundo si no fuera porque un el ruido de un relámpago y la luz del rayo ilumino la habitación por completa.

—¡Yoru!-los recuerdos de la tormenta en que murió su hermana reaparecieron haciendo que instintivamente saliera corriendo del departamento sin prestar atención a nada más.

—¡Sinobu, espera los zapatos, el chubasquero!—el otro se había calzado rápidamente recogiendo los chubasqueros para sus seres queridos, más no había tomado ninguno para él.

Parece ser que la actitud terrorista, se lleva en los genes.

*Aclaración Ryou y Yoru tienen 18 años en la actualidad se llevan 3 años con los mellizos y Kikei.

Voz-kun: Al fin SOY LIBRE

Yo: esto...esto

Voz-kun: Ahora a seguir escribiendo debes mucho

Yo: pero

Voz-kun: ni peros ni peras, tire

Yo: ;W;

Sois libres de decir lo que queraís, siempre que sea con respeto.

Gracias a todos por leer.