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MinaKushi. °°Cómplices.°° {Hetero AU}

Pareja a tratar: MinaKushi

Personajes que la conforman: Minato Namikaze y Kushina Uzumaki.

Categoría: Hetero ( chico x chica )

Advertencias: Ninguna.

Localización: AU ( Universo Alterno )

Nombre del capitulo: Cómplices.

Situación:

💘

||Cómplices.||

Él frecuentaba la biblioteca todos los días. Era ya una rutina.

Cada mañana, después de clases, pedía permiso a sus padres para correr hasta el recinto. Los cabellos rubios de por si rebeldes oscilaban con rapidez durante la carrera, mientras las manos tiernas del niño de unos nueve años sujetaban firmes los libros contra su pecho.

-Eres una dulzura demasiado prometedora. Vienes mucho pequeño.- le decía diariamente la mujer de edad avanzada tras el escritorio que se encargaba de cuidar el lugar, provocando un suave rubor en los pómulos durazno de Minato.

-Gracias señorita.- pronunciaba en voz baja, tomando los empastados recién sellados para colocarlos en su lugar y poder elegir nuevas historias.

-Corre cariño.

El rubiecito caminaba con pena hacia los pasillos, sabiendo ya de memoria cada sección. Era sencillo para el, parecía tener alguna conexión natural con ese sitio.

Minato amaba estar en la biblioteca. En ella podía viajar a diferentes épocas con solo leer un poco, como si pudiese transportarse. Sin embargo, no era solo por eso que se presentaba al lugar.

Luego de dejar los folios suspiro, entrelanzando sus manitas para escabullirse entre los estantes hasta la sala de fantasía. Amaba los libros, si, eran algo parecido a un milagro, pero ahora mismo buscaba la octava maravilla del mundo.

Un ángel de cabello rojo.

Lo había visto unas cuantas veces, cuando pasaba a esa sección de historias de fantasía infantil. Al decirle a su madre ella sonrió, explicándole con dulzura que aquellos seres a quienes llamaban ángeles no existían en su opinión y, si lo hicieran,no podrían verse.

Pero Minato conocía uno. Estaba seguro.

«Debería estar por aquí hoy pensó dudativo, recorriendo con su vista azulada el lugar.

Luego de unos minutos de espera y búsqueda inútil, decidió que seria buena idea leer algo más para que su visita al salón no fuese en vano.

Paso sus palmas por diferentes portadas, tomando varios libros de temas diversos hasta juntar una pilita que, a pesar de cargar con ambas manos, era capaz de llevar sin problema.

-Supongo que son suficientes para estos días.- se hablo a si mismo, sonríendo para llevar a préstamo sus tesoros.

Volvió por donde vino, rodeando los tablones de madera hasta que el sonido seco de una hoja doblada lo hizo respingar, volteando el rostro casi de inmediato.

Fue en ese momento que la vio y un escarlata sutil inundo sus mejillas.

Era hermosa.

A unos metros por delante suyo, una niña leía de pie, sosteniendo entre sus blancas manos un empastado bermellón. Tendría su edad, más o menos, y el pelo de un rojizo intenso que caía en trenzas largas sobre sus hombros. No poseía ningún tipo de destello o aureola sobre la cabeza y aun así, para el Namikaze constituía una imagen divina.

Desgraciadamente solo podía verla de espaldas sin que esto impidiera que los labios se le separasen un poco por la impresión.

«Es un ángel. Sin duda

Porque sólo un ángel seria tan...especial. ¿No?

«Yo...ni siquiera he visto su cara y ya pienso que es especial...¿Cómo sera su rostro?»

La pregunta mental envolvió en curiosidad al jovencito, que movido por un impulso se aventuro a inclinar el torso hacia adelante, con la esperanza de poder descubrir los rasgos femeninos.

Una muequita de puchero se formo en sus cachetitos al no lograrlo, viéndose obligado a encorvarse un poco más.

Un poco más.

Ante sus ojos zafiro se presento un nuevo ángulo, que capturaba el armazón negro, apenas la patita izquierda montada con cuidado sobre una gracial orejita casi escondida entre cascadas de hebras rubi. El metal brillaba con un nombre grabado que rezaba en letras plata las palabras Kushina Uzumaki, seguramente su nombre. Era seguro. La joven usaba lentes y a ellos debía Minato tan linda información.

«¿De que color serán sus ojos

El cristal dificultaba su respuesta, haciéndole duro el trabajo, razón por la cual bajo un tanto más el pecho, alcanzando a ver parte de la mejilla de la chica.

Solo un poquito.

Un poco más...

Trksh.

El crujido seco de los libros caídos al piso retumbo dolorosamente en los oídos de ambos infantes, así como en las paredes de la sala.

Minato enrojeció violentamente al no haberse dado cuenta de que aun tenia en su poder la fila de libros que, sucumbiendo a las naturales fuerzas de gravedad, no pudo soportar la inclinación a la que fue sometida y se vino abajo.

-Ow...- susurró apenas, agachándose de rodillas para juntar su desastre y salir corriendo de la vergüenza,seguido por una atenta mirada.

Cinco minutos después de su desesperada huida, la risa de la chica se oyó en el lugar.

-Ese niño es tan raro ttebane.

La pelirroja coloco su libro en el estante correspondiente, arreglándose la vestidura con una sonrisa para ir a la salida.

Por su puesto ella si había podido captar en su campo de visión todos los rasgos del rubio, incluso la primera vez que este la observó.

Desde aquel día, se presentaba todos los jueves a la misma biblioteca, fingiendo distracción cuando el ojicielo la miraba. Era extraño pero por alguna razón que no comprendía, le causaba no solo enojo por espiarla si no una fuerte curiosidad.

Pasando el umbral de la biblioteca, pudo ver por unos segundos al niño saliendo, con los ojos vidriosos y sus adquisiciones temporales contra el torso. La sudadera blanca le quedaba ligeramente holgada y los pantalones cortos le daban un aspecto encantador. En la credencial que tenia enredada al cuello podía leerse Minato Namikaze, servicios bibliotecarios.

Una sonrisa se curvo en los labios infantiles de Kushina al pronunciar el nombre del menor, fascinada con seguir su figura hasta que se perdió de vista.

Minato camino a casa con las mejillas encendidas, pensando en los misteriosos orbes ¿grises? ¿Azulados? ¿Violetas? No pudo saberlo.

-Pero...lo conseguiré. Estoy seguro.

Y Kushina también lo pensaba.

-¿Qué tal la biblioteca hija?

-Leí mucho mamá.

-Y, ¿Viste al joven principio de nuevo?

-Si Mami. Es igualito que en el libro, tiene el pelo como un elote y los ojos bien azules,seguro conoce al zorrito y esconde su bufanda dorada para que no la vea.

Su madre sonrió, divertida con las ocurrencias de su retoño.

-¿Y bien?

-Demasiado afeminado ttebane. Pero...no se. Es interesante.

Porque tal vez Kushina solo iba a esa biblioteca a ver si el extraño personaje la veía.

Tal vez por eso se le veía corriendo cada jueves hasta ahí, a pesar de contar con títulos hermosos en casa.

Tal vez y solo tal vez, le gustaba seguir en complicidad el juego de aquel chiquillo rubio de pómulos rojos y sonrisa adorable.

Tal vez, algún día, un ángel pudiese hablar con su majestad sin que este se desmayase de la pena.

O por lo menos, ese era el plan.

MinaKushi.

¿Qué puedo decir? El shipp canon más amado que tengo. Son simplemente increíbles.

La combinación de estos dos es no solo adorable, si no altamente noble. Ambos son personajes excelentes, muy complejos en su forma de ser pero con metas comunes y un amor muy fuerte.

La historia de amor que envolvió a Minato y Kushina fue tan alucinante que, aun siendo una pareja reconocida, no pude evitar hacer una parte de ellos.

Cielos, Son hermosos.

Si os gusto, regalenme una estrella y déjenme su comentario.

Nos leemos ;)

~Shuyaneko~

17 de Julio del 2018

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