Veintisiete
Wojin fruncía el ceño viendo a la pantalla.
—No entiendo.
Seokjin se rió.
—Yo tampoco, no tienes que entender, solo disfrutarla.
—¿Y cómo la disfruto si no entiendo un carajo?—volvió a reírse, el desespero de su hermano le resultaba gracioso— Creí que hoy también irías a ver a tu novia.
Fue un comentario bastante inocente que emocionó de cierta manera a Seokjin, negó.
—Tiene que descansar de mi un poco, además, debe asistir a terapia y sus revisiones. Tiene a sus padres, así que está bien.
—Dijiste que tiene anorexia nerviosa.
—Si, pero está mejorando. Seguro lo logra.
El mayor asintió.
—Seguramente si, necesita mucho apoyo— apoyó el mentón en sus rodillas, GonGon se frotó su cabeza a sus costados— mamá tenía anemia.
Seokjin lo miró, un poco sorprendido, no sabía eso, es decir, si estaba consciente de que su madre estaba algo enferma, pero nunca supo de que exactamente.
—¿Era eso?
—Si. La obligué a ir a un médico, le recetaron vitaminas y creo que otros medicamentos que no recuerdo, pero, mejoró muchísimo— apretó su hombro— ella te presumía mucho, decía que gracias a que tú existías... ella se motivaba a seguir. Ya sabes, siempre fuiste el único que podía demostrar amor en la casa, creo que eso era lo que más necesitó mamá cuando eran tiempos difíciles, cariño.
Tragó saliva, el nudo formándose en su garganta.
—¿Lo era?
—Claro— se estiró— sé que no tienes demasiados recuerdos de tu infancia y en parte es normal, pues eras demasiado pequeño, pero desde que tenías este tamaño— colocó la mano un poco más abajo de su rodilla— te gustaba cuidar de los demás, no estoy seguro de que edad tenía yo cuando me dió una gripe horrenda y no quería levantarme de la puta cama, pero si recuerdo muy bien que todas las mañanas, mamá llegaba con una sopa supuestamente muy especial que curaba todos los males— rió, blanqueando los ojos— y tú llegabas, con tus piernitas cortísimas, traías en la mano un paño con agua tibia, mamá te subía a mi cama y nada, lo ponías en mi frente y no te ibas hasta que yo no dijera que ya estaba bien.
Ciertamente Seokjin no recordaba aquello, pero si podía imaginarse a él mismo haciendo tal cosa.
—Mm, mamá quería que fuésemos cercanos.
—Lo sé, nuestras hermanas siempre han sido una porquería y son independientes de nosotros, por eso mamá sabía que tú solo me tendrías a mi y yo a ti— hizo una mueca— pero yo nunca he sido bueno en eso, lo intentaba, pero simplemente no podía.
Seokjin resopló.
—Siempre has sido una puta piedra.
—Eh, que lo intenté.
Después de esa charla, Seokjin recibió una llamada del padre de Blair, dónde le informó que podía ir a verla si así lo deseaba, pero que ella estaría dormida pues había sido un día atareado.
Él fue aún así, se sentó al lado de la cama, sonrió un poco y tomó su mano, esperaría a que Blair despertara para contarle lo que su hermano le había dicho y contagiarle la felicidad pequeña que sentía.
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