Treinta y tres
El corazón de Seokjin iba al mil por segundo, estaba así desde que sorpresivamente, Blair había aceptado modelar para Jungkook, no una sesión de foto sana o cualquier cosa tranquila.
Una sesión erótica dónde Jungkook planeaba enseñarle lo fantástica que se veía y de esa manera seguir animándola a cuidar de su peso, seguir ejercitando y que notase que sus esfuerzos no han sido en vano, que jamás se ha visto tan espectacular como ahora, pero que si podría verse incluso mejor.
A Blair solo le hacían falta unos cuántos kilos para llegar a su peso ideal y entrar en la categoría de "sana" impuesta por su especialista a cargo, tanto ella como sus padres parecían no poder estar más agradecidos con Seokjin por todo el apoyo y si bien habían momentos en los que Blair sentía que recaería, Seokjin le recordaba lo maravillosa que era y lo mucho que había avanzado, trataba de enseñarle lo que sus ojos veían, pues sabía que los ojos de Blair a veces la juzgaban por sentirse insuficiente, porque no estaban satisfechos.
Pero lo logró, seguía intentandolo.
—Toda la vida les tomará la sesión.— murmuraba, la verdad es que estaba impaciente, sabía que tardaría, pero aún así.
Terminó de sacarse el maquillaje corporal, se bañó y regresó a la cocina, atacó la nevera y ahí se quedó esperando mientras revisaba la única red pública que tenía, veía todo tipo de comentarios a sus fotografías, tanto buenos como malos, pero igualmente todos le daban risa. La gente era muy rara.
Hasta que Jungkook apareció y le robó su snack.
—Ya acabamos, puedes ir a verla.
—Al fin— suspiró— ¿Qué tal?
Asiente, con la boca llena.
—Buenísima. Blair parece estar en su mejor momento, sin ofenderte, pero está que arde, luce muy bien.
—No me ofende, me reconforta.
Sonríe.
—Tiene aceite en todo el cuerpo, aprovecha antes de que se limpie.
No tuvo que repetirlo, fue corriendo con la risilla burlona de Jungkook resonando en sus orejas. Llegó al estudio y tocó antes de entrar, prefería que ella le diese la autorización en lugar de solo ingresar y verla como si nada, así que cuando escuchó su permiso, entró, cerró detrás de él y se quedó estático.
—Jinnie,— hizo su mueca asqueada— ayúdame a quitarme todo esto de encima, es incómodo.
—No puede ser— se talló el rostro con ambas manos, acercándose— estás buenísima, quédate así.
Blair se rió totalmente nerviosa y lo golpeó con los pañuelos, dejándolo después agarrar algunos y buscar la manera de deshacerse de tanto aceite como pudiese.
—¿Te gusta?
—Me encanta, te ves preciosa. Dime cómo te sentiste todo el rato.
Terminó con sus brazos y el mayor se encargó de sus hombros y espalda. Áreas a las que ella no podía acceder tan fácilmente.
—Fue muy raro al principio, pero Jungkook lo hizo muy cómodo y tranquilo, pensé que sería muy extraño que me viese casi desnuda, pero no— rió— es muy payaso, pero en esto es todo un profesional, me guió muy bien.
—¿Lo dejarás publicar las fotos? Quizás te quede gustando.
Lo pensó, meneando la cabeza a ambos lados.
—No lo sé, cuando las edite y las vea bien, quizás, por ahora solo quiero ver si luzco bien, si mi cuerpo está mejorando o si realmente no es suficiente.
Él asintió, sin decir nada, entendía el sentimiento.
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