Treinta y cinco
—Blair...
—¿Mm?
—Te adoro y todo lo que quieras, pero ya duérmete.
Seokjin aún no le había hablado a Blair sobre él asistiendo al psicólogo, el cuál era un poco chistoso, pero le hacía bien reírse y ver sus desgracias desde otro punto de vista distinto a uno negativo.
Blair, por su lado, estaba sufriendo un episodio de insomnio, eran las dos de la mañana y ella aún no podía dormirse y por consecuente, Seokjin tampoco podía pegar el ojo, ella no lo sabía, pero al mayor le daba miedo dejarla sola en su despertar pues eso daba cabida a posibles pensamientos malos.
Y no quería que de nuevo las dudas pasaran por su cabeza y arruinaran su maravilloso avance.
—Duerme, en cualquier momento yo igual cerraré los ojos.
—No...— le abrazó, su risita fue melodía a sus oídos— Vamos a dormir juntos, al mismo tiempo.
—Jin, duerme.
—Blair, deja de pedirme que me duerma, eso tengo que hacer yo contigo.— relamió sus labios—Jungkook me envió un archivo con tus fotos terminadas.
Sacó el tema de la nada, si no dormiría, tenían que hablar de algo.
—Tambien las tengo. Aún no las he visto.
—Yo si las ví, varias veces. Me enamoré, una es mi fondo de pantalla, nadie revisa mi teléfono, si lo hicieran seguro dirán que soy un pervertido.
—¿No te molesta eso?— preguntó, riendo.
Él negó.
—No, porque yo presumiré que se trata de mi chica, que es preciosa, fuerte y está buenísima— agradecía la penumbra de la habitación, así no notaría la vergüenza que sintió— y que me encanta, tanto, tanto.
Blair sintió su corazón latir desbocado y se acercó más, si es que era posible, al cuerpo de Seokjin, este tomó una de sus piernas y le hizo enredarla en su cintura, acarició sus muslos apretando de vez en cuando o pellizcando ocasionando la risa y quejas que por alguna razón amaba. Cuando Blair se quejaba de algo, la más mínima cosa, Seokjin celebraba tal suceso, que ella hablase era algo que atesorar.
Logró hacerla dormir, suspiró aliviado y revisó su teléfono para recordar su cita al día siguiente, la hora y como Namjoon probablemente saldría contando una ocurrencia o cualquier situación graciosa que se le presente para hacer fluir la conversación entre ambos.
—Llegué tarde, pero— fue lo primero que dijo el profesional apenas entró— tengo una excelente excusa y es que tenía que llevar a mi hija a la escuela, no sé si te lo dije, pero mi niña es muy lenta en las mañanas porque sigue dormida mientras desayuna y todo eso.
Seokjin rió, negando y sacudiendo las manos.
—Igual llegué tarde, así que está bien.
—Oh, bueno, ya te dije mi excusa— lo señala—¿Cuál es la tuya? Aunque por lo poco que puedo ver de tus ojos, aún tienes sueño.
—Un poco. Blair se quedó a dormir conmigo y tuve que esperar a que su insomnio pasara para así poder dormir yo también.
—¿No te gusta dormirte antes de tu novia?
—No, no me gusta.
—¿Por qué no?
Tiró su cabello hacia atrás, pensándolo mejor, el como podía decirle sin revelar demasiado.
—Ella tiende a pensar mucho. Piensa cosas malas sobre si misma y eso le afecta, obviamente, así que trato de no dejarla sola y de esa manera no tiene tiempo para dejarse llevar por sus pensamientos.
—Me he dado cuenta de que tú eres un gran soporte para Blair, tú la sostienes a ella— apoyó los codos sobre sus rodillas—¿Ella te sostiene a ti cuando estás por caer?
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