El apreciado psicólogo de Seokjin, Namjoon, se encontraba en casa de este, ambos en la sala, bebiendo jugo de naranja, hablando sobre el sentir de Seokjin y mientras el moreno pensaba en maneras posibles para tratar su depresión, el afectado realmente estaba resignado a ella.

Blair estaba con Jungkook terminando de adecuar el estudio para trabajar y Seokjin veía a Namjoon con una sonrisa simple plasmada en su rostro, incluso sus ojos denotaban tranquilidad.

Era la viva imagen de la resignación.

—Una vez, mamá estaba hablando por teléfono con alguien, parecía que había muerto la hija de una de las vecinas y mamá estaba tan triste— le contó— le preguntaba cómo haría esa mujer para despertarse todos los días a sabiendas de que había perdido a su hija. Namjoon.

—Dime.

—¿No es el mismo dolor cuando es a la inversa?— preguntó— Las madres, las buenas y adoradas madres pierden a sus hijos por cualquier motivo, todos dolorosos, sienten que una parte de ellas ya no está y es comprensible porque ellas los han traído al mundo.

—Así es— susurró.

—Cuando un hijo pierde a su mamá... ¿qué es lo que sigue después de eso? no creo que exista una manera para curar esa tristeza en específico.

Namjoon entendía y veía con sus propios ojos el dolor de Seokjin, él había visto a su madre dejar el mundo a una edad muy temprana, no disfrutó su amor lo suficiente y odia ese hecho, nunca había escuchado a alguien expresar de manera tan intensa y lastimera sus deseos de regresar el tiempo atrás y recuperar lo perdido.

Estaba resentido con la vida, ni siquiera con su padre que era el real responsable, con la vida era su enojo porque esta no estuvo del lado de su mamá.

Lo que más odiaba era que ella no fue feliz, no pudo experimentar lo que era la genuina felicidad porque estuvo tan encerrada y fue tan maltratada, que no tuvo tiempo para descubrirse y conocerse a ella misma. Seokjin odiaba muchas cosas y todas ellas eran referentes a lo que pudo ser y no fue.

—¿Te sientes culpable por su muerte o por algo más que eso?

—A veces— rascó su mentón— a veces me siento culpable cuando veo a Blair.

—¿Por qué?

—Porque yo tengo a alguien que me quiere, en quién apoyarme y a quien darle mi... mi mísero y tonto amor— sonrió, sin ganas— y mamá no tuvo eso, es que, yo quería muchas cosas para ella, me jode no haber podido dárselas o ayudarla a encontrarlas porque, mm, yo solía pensar que el romance era la cosa más estúpida del mundo, incluso desde pequeño lo odiaba, pero mamá veía las películas de amor con ojos ilusionados— amplió los suyos— pero papá no era en absoluto como los hombres de esas películas porque papá no quería a nadie, ni siquiera a él mismo.

—Ahora ya no crees que estúpido.

—En absoluto, de hecho, creo que es lo más preciado que tengo en estos momentos, en mi vida... pocas personas me han querido, de diferentes formas— recogió las piernas, sus rodillas chocando contra su pecho, observó a Namjoon con esa pequeña sonrisita que ya todos conocían— pero nunca había experimentado el querer romántico y vaya, si se siente como algo impresionante porque, uh, te despiertas y hay alguien queriéndote, hay una persona que te besa por gusto y placer, alguien te abraza, te escucha, te sonríe y te piensa a lo largo del día incluso si están juntos todo el tiempo.

—Blair te da todo eso.

—Blair me da eso y más, me da experiencia. Me ayuda a aprender.— observó al techo— Mamá habría amado ser amada.