Delante de mí y en un lugar privilegiado dentro de la oficina, se encontraba una foto cuya existencia me alegraba la vida. En ella se podía ver la felicidad que expresaba al haber podido conocer a la banda que, por un momento, creí no poder conocer hasta que, el destino la trajera nuevamente a la ciudad. A mi lado, y junto a quienes me dieron la mejor noche de mi vida, estaba Chris. Sonreía amplio, mostrando a la cámara su perfecta dentadura, blanca y muy perfecta.

Me había sorprendido saber que Chris conocía más de un tema. Por lo que pude escuchar entre la euforia de quienes presenciaron el concierto, Evans coreaba a la perfección las canciones que se sabía.

El tiempo dentro del recinto en donde se llevó a cabo el concierto transcurrió rápido. Deseé que éste no se terminara nunca, pero, tal como me decía mi padre, la felicidad era efímera. Lo único que podía hacer al respecto, era disfrutar el momento y atesorarlo en mi memoria. Y, no cabía duda alguna que, ese día, jamás lo iba a olvidar.

Guardé el boleto del concierto en mi cartera, como recuerdo, y sonreí al sentir las consecuencias de haber estado en medio de la muchedumbre. Recibí golpes, empujones, pisadas en mis pies, pero, definitivamente, todo ello, aunque sonara masoquista e insano, me ayudaba a confirmar que nada había sido un sueño.

Todo había sido real.

Maeve entró a la oficina con el boceto de algunos diseños que ella misma comenzó a desarrollar. Le di un par de consejos, corregimos uno que otro bosquejo y luego, me dirigí al casino en busca de un café.

—¡Claire! —Me llamó Amanda cuando me vio pasar fuera de su oficina. Me adentré a esta y saludé a la muchacha que, muy sonriente me devolvió el saludo con un beso en la mejilla y un abrazo fraternal. —¿Te unes?

Alcé una ceja.

—No te capto. —Fruncí el ceño.

—Supongo que Chris no te ha dicho nada. —Resopló. Negué en respuesta. —Queremos salir después del trabajo. Ya sabes, para relajarnos un poco. Estas semanas han sido muy arduas, ¿no? —Amanda rio con suavidad.

—Algo me dice que saldrás con un juego nuevo. —Musité con recelo. Amanda carcajeó y negó. Se dirigió a su escritorio y se sentó tras él, acomodando un par de hojas que guardó dentro de una carpeta roja.

—Te prometo que no habrá juego nuevo. —Sonrió. —Qué dices ¿te unes?

Amanda sonrió amplia cuando asentí aceptando la salida. Y es que tenía razón. Necesitábamos un respiro.

******

No dudaron, como creí, en preguntar detalles sobre el concierto que Chris y yo vivenciamos. En cuanto encontramos una mesa disponible, alejada del ruido y las personas, Luke comenzó con la ronda de preguntas, seguido por Rachel y Amanda. Paul se mantenía ajeno, pero sonreía cada vez que alguien realizaba preguntas indecorosas.

Tomé un sorbo de mi cerveza y, con atención escuchaba el relato de Chris respecto a, qué tanto había disfrutado del concierto.

—Creo que ya no estoy en condiciones de ir a un concierto tan masivo. —Carcajeó el rubio. —Tengo un moretón en mi espada del porte de una galaxia. Es más, tiene los colores de una. —Todos reímos, divertidos ante la forma en la que Chris expresaba su experiencia. —Pero fue entretenido, pese a los golpes que recibí, creo que The Killers se ha vuelto una de mis bandas favoritas. Los había subestimado...

—Idiota. —Murmuré. Chris me dio un golpe en mi brazo, suave y con diversión. —Aun así, te sabías algunos temas...

—Me preparé antes de ir. ¿Cómo vas a un concierto sin saber sus temas?

—Eso debería preguntártelo yo. —Repuse, apuntándolo con mi dedo índice en modo acusador. —Aunque, me has impresionado, Chris Evans. Lo debo admitir. Demostrabas ser un fan más.

Chris se mostró airoso frente a nuestros amigos, y aquel gesto, no hizo más que aumentar los comentarios burlescos entre nosotros. Pero no me importó; a decir verdad, Chris era mi amigo, y tenía la certeza de que toda esa demuestra de cariño, no iba a cruzar los límites. Y, es que después de haber salido del concierto, y haber compartido un café con Chris, decidí que, por primera vez en mi vida, iba a disfrutar de su compañía durante los cinco meses que duraría el juego.

—Bueno, no sé si se han dado cuenta... —Dijo Luke. —Pero esto sería la primera cosa que Chris y Claire tienen en común.

—Quizás hay más...—Comentó Amanda. — Y lo veremos con la lista de cosas que he traído para hacer del juego, más dinámico y entretenido. —De su bolso, extrajo una carpeta roja, similar a la que había visto horas atrás en su oficina. De ella retiró hojas tamaño carta que comenzó a repartir a cada uno de nosotros.

Fruncí el ceño en cuanto leí las cosas que se contemplaba se debía hacer con nuestro "novio".

—Son cosas que harían los novios de verdad... —Dije, dubitativa. —No esperarás que bese a Chris por veinte segundos... —Alcé una ceja, aludiendo al enunciado que salía escrito en la lista. Amanda sonreía divertida. —Porque no lo haré, y creo que Chris está de acuerdo conmigo, ¿no?

Chris asintió.

—No, claro que no. —Negó la muchacha. —Pero, podrían comenzar por algo simple, ¿no? Por ejemplo, dejarse una nota en un lugar inesperado. —Propuso. Miré a Chris, buscando apoyo de su parte. Más, él se encogió de hombros y, repasando la lista, asintió ligeramente.

—Creo que podemos hacer algunas cosas. —Dijo.

—Me parece fantástico. —Aplaudió Amanda. —Pero eso no es todo... —Rodeé los ojos. Rachel a su lado, pese a que había estado prácticamente en silencio, se mostraba atenta a todo lo que proponía Amanda. —Como prueba, se debe enviar una evidencia de lo que han hecho.

—¿Te refieres a fotos? —Preguntó Luke.

—Exacto. —Afirmó Amanda. —¿No es divertido? ¡Nos vamos a entretener! —Exclamó entusiasmada.

Suspiré y observé a Chris. Éste, seguía leyendo la hoja, en silencio. Mantenía un semblante impasible, y según mi parecer, no muy ameno ante las cosas que debíamos realizar como pareja ficticia.