La habitación estaba en silencio, Yuri no decía nada desde la visita del doctor, Jean estaba sentado en el sillón sin hablar también y Otabek veía a ambos esperando a que alguno se quejara o tratara de decir algo. Suspiró audiblemente y negó con la cabeza, no quería ser el mediador pero al final terminaría siéndolo.

Se cruzó de brazos, pensando cómo tenía que comenzar.

—Jean, creí que tenías algo que decirle a Yuri.

—Lo lamento...

—Eso no me quita tu estúpida marca —murmuró con molestia, sin voltear a verlo.

JJ se pasó una mano por el cabello y desvió la mirada, sabía que le respondería así.

—Eres...libre Yuri, no tienes que quedarte conmigo aunque...bueno, eso.

—No iba a quedarme contigo de cualquier forma —apretó la cobija en su mano.

—En serio lo lamento, Yuri —se puso de pie—. Ya junte mis cosas y volveré a Canadá está tarde, me imaginé que no querrías volver al departamento así que...lo vendí y tengo todo el dinero para ti, para que puedas comprar otro o lo que quieras.

El silencio le respondió y vio a Otabek casi con pánico.

—También llamé a tu abuelo...llegará esta tarde a verte, ¿está bien?

Se encogió de hombros y cruzó sus brazos.

—Adiós, Yuri —caminó sin prisa a la puerta, eso era lo mejor, no iban a poder estar juntos luego de lo que sucedió.

—Jean —le llamó antes de que saliera—. Gracias por arruinarme la vida.

Suspiró de nuevo y terminó de salir, no había nada que hacer ahora.

Yuri vio a Otabek y bajo la mirada, con los ojos acuosos.

—Beka —le llamo con esa voz melosa que usaba cuando buscaba consuelo.

El mencionado no se movió, solamente lo observó. Todo lo que había pasado era como una señal para dar fin a su vida extraña que alguna vez compartió con dos personas.

—Yo...no quiero vivir solo —ahora no había excusa de embarazo y tendría que recurrir a lo que le llego a funcionar antes, hacerse la víctima—. Tengo pesadillas por las noches y no quiero revivir lo qué pasó con Leroy.

No hubo respuesta, eso le ponía nervioso pero no podía delatarse o el beta se daría cuenta, tenía que mantenerlo a su lado a cualquier costo, no importaba si eso significaba actuar como un gatito asustado para siempre.

—Beka, por favor, no me dejes solo —suplicó con voz temblorosa, deseando que el azabache no pudiera ver a través de él.

El silencio le mataba, Otabek no decía absolutamente nada, sólo estaba ahí, viéndolo fijamente y esperando, quizá, a que se derrumbara de verdad para poder responderle. Mordió su lengua y una idea surgió en su mente, Yuuri había dicho que Otabek lo sabía todo de ella pero, ¿y si era mentira para que no pensara en chantajearlo? ¿Y si Otabek no sabía en verdad sobre el aborto de Yuuri y que alguna vez fue propiedad de un alfa?, sería la forma perfecta de evitar que le dejara botado.

—Otabek, Yuuri no es lo que crees —se limpió los ojos, como si estuviera aguantando las lágrimas—. No es tan santa e inmaculada como parece, estoy seguro que te ha llenado la cabeza de mentiras para que creas que puedes quedarte con ella.

—Yuri —le interrumpió al fin, luego de tomar aire—. Deja de hablar así de Yuuri, no la conoces.

—Ella me dijo que habían usado esa droga antes, sabe bien lo que se siente y tal vez se la dieron por un mes —bien, estaba inventando, pero algo de cierto tenía que haber en todo eso.

— ¿Sabes por qué? —preguntó sin relajar su posición, sin cambiar su expresión estoica—. Su padre la vendió cuando era niña para pagar sus deudas, terminó en las manos de un alfa que deseo marcarla siempre pero ella se negó y trató de escapar muchas veces, incluso cuando estaba drogada para no ser de su propiedad, porque ella sólo quería la marca en su espalda.

—Estuvo embarazada.

—Sí, y lo perdió, porque ese alfa jamás fue compatible con ella.

Apretó los puños y desvió la mirada, estaba tan enfadado que había olvidado su teatro de víctima, no podía creer que Yuuri hubiera dicho la verdad.

—Escucha, Yuri —comenzó de nuevo, tratando de no perder la paciencia—, lo que te pasó fue terrible y no se lo deseo a nadie, pero tú eres...bastante extraño.

—No soy...

—Lo que te pasó debió ser bastante traumático pero te veo más preocupado porque me voy con Yuuri que lo que ocurrió.

—Eso no...

—No voy a quedarme, tome mi decisión y sé que si la cambio ahora vas a arruinarme la oportunidad siempre que la vea.

Se quedó callado, no había mucho que decir ahora, odiaba que Otabek pudiera verte tan bien aunque él quisiera esconderse.

—Bien —señaló la puerta y desvió la mirada—. Vete, no quiero volver a verte, jamás.

Asintió y soltó un último suspiro, no sabia si era alivio o tristeza por el pobre omega.

—Adiós, Yuri.

No respondió, no se quejó ni lloró cuando escucho la puerta cerrarse. Lo había tenido todo y ahora no había nada.

Hey y'all!

Sólo un cap más y terminamos! Esto es emocionante! Me gustó mucho este fic uwu

Gracias por leer, votar y comentar!
Lof, smooches y galletitas

Rave (◡‿◡✿)