Yuri estaba molesto, y obsesionado con la idea de retener a Otabek. No podía irse, no podía soportar ver las cajas que comenzaban a apilarse en el estudio. No soportaba tampoco que durmiera en el sofá, Otabek era suyo, maldita sea, una omega cualquiera no vendría a robárselo luego de tanto tiempo con él.

Luego los síntomas comenzaron a aparecer solos. Las nauseas, el mareo, asco hacia cualquier alimento...Yuri estaba un poco asustado y molesto también, porque se suponía que no había olvidado tomar sus pastillas para que eso no ocurriera.
Pero sólo esa prueba casera le diría la verdad, no estaba planeando sacarse sangre, sería molesto todo ese asunto.

Fueron los diez minutos más tortuosos y lentos de su vida. Se la pasó viendo la prueba todo ese tiempo y finalmente cuando vio el resultado, un torbellino de ideas llego a su mente, logrando frustrarlo más.

Entonces todo paró, la idea surco en su mente como si fuera la señal que necesitaba para quedarse en paz y una sonrisa se formó poco a poco. Ahí estaba su forma de retener lo que no quería perder.

Se puso de pie y tiro todo a la basura en una bolsa, no quería que nadie más que él supiera primero, así se sentiría responsable, estaba seguro. Se arreglo lo más rápido que pudo y mientras bajaba en el elevador, mando un mensaje a Otabek, pidiéndole quince minutos para charlar.

La respuesta tardó hasta que estuvo en su auto y entonces obtuvo un si junto con la dirección de donde se encontraba. Tardó más en encender el carro que en salir de ahí, se sentía ansioso y en su mente ideaba lo que diría, tenía que ser a prueba de errores así él no dudaría.

Reconoció el restaurante que sabía Beka adoraba y se estacionó con calma, bajo y puso su mejor cara de preocupación.
Cruzó la puerta, haciendo sonar la campana que anunciaba su entrada, buscando con la mirada a su beta, acercándose en cuanto lo distinguió.

Otabek hizo un ademán con la mano para que se sentara frente a él y espero paciente a que le dijera cuál era la emergencia. Estuvieron un rato así, en silencio, de fondo se escuchaban los ruidos típicos de un restaurante y comenzaba a crisparle los nervios, que no dijera nada sólo empeoraba sus nervios.

Finalmente Yuri tomó aire y abrió la boca para contar lo que pasaba.

—Beka...sé que no hemos hablado en estos días —comenzó, jugando con sus dedos—, pero es que me tomaste desprevenido y yo...no sabía cómo reaccionar, como decirte...

Arqueo una ceja, realmente confundido, ¿de que se estaba perdiendo?

—Beka yo... —bajo la cabeza y mordió su labio—. Nosotros... —carraspeó, aclarando su garganta—. La última vez que estuvimos juntos, fue hace tres meses, ¿verdad?

—Casi cuatro —respondió algo incómodo, no quería que Yuuri escuchara.

Alzó la cabeza, estiró las manos sobre la mesa y tomó las del azabache.

—Otabek, estoy embarazado, y es tuyo —dijo lo suficientemente claro para que le escuchara.

Se escucho caer una bandeja al suelo junto con algunos platos y vasos, el beta volteo hacia dónde se habían roto los trastes y se quedó en blanco al ver a Yuuri; sus ojos estaban llenos de lágrimas, podía ver claramente que esas palabras le habían roto el corazón.

Se puso de pie de inmediato, dando un paso a ella, pero al mismo tiempo la omega retrocedió, negando con la cabeza.
Otro mesero posó una mano en el hombro de la muchacha y le pregunto algo en voz baja, Otabek no escuchó pero supo que había preguntado porque él habría dicho lo mismo. Ella negó y se inclinó para comenzar a recoger los pedazos que quedaban en el suelo, su cuerpo temblaba a causa de los sollozos y era claro que trataba de limpiar sus ojos con el dorso de la mano.

Su corazón se oprimió en su pecho y se sintió repentinamente furioso, aunque aún estaba algo agobiado por la noticia. Tomó aire y giró para ver a Plisetsky que tenía esa expresión inocente que siempre ponía cuando había hecho algo malo...eso no le iba a dejar tranquilo de ninguna manera, no después de haber lastimado a SU Yuuri.

—Hablaremos después de esto —fue lo único que le dijo para adelantarse y alcanzar a la omega que salía por la puerta principal del restaurante.

Intento detenerle pero fue mucho más rápido, eso le enfadó, se suponía que Otabek iba a sentirse responsable y dejar a la omega pero en cambio lo dejó botado a él para correr a consolarla, ni siquiera lo dudo.

Frunció el ceño y volteo a verlos por la ventana, estaban discutiendo, ella era un mar de lágrimas y él intentaba explicarle tal vez. Deseó que no lograran arreglarse y tensó la mandíbula.
El enojo aumentó cuando los vió darse un abrazo, cediendo finalmente a lo que sea que Otabek había dicho. Joder. Así no se suponía que eso pasara, pero estaba bien, tenía tiempo de cambiar las cosas, lo único que necesitaba era una buena mentira y una cara convincente.

Otabek iba a volver a su lado, quisiera o no.

Hey y'all!

Aquí este capi antes de dormir, porque tenía que subirlo uwu

Por cierto! Este fic si contiene otayuuri, ellos dos son destinados, ¿por qué no dije nada? Porque era una sorpresa, si aviso no tiene chiste.
Si, puse Otapliroy, ¿por qué? Porque involucra al trio y específicamente dije que tenían -algo así como- una relación, pero no están involucrados románticamente, ¿vale?

Gracias por leer, votar y comentar!
Lof, smooches y galletitas

Rave (◡‿◡✿)