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Capítulo XXIII

El poder de la sangre

Al día siguiente, Saki fue la primera en despertar, pues ella despertó a Yata y entre los dos se encargaron de despertar a Yagami, lo que no fue fácil porque no quería levantarse, hasta que recordó dónde se encontraba y quiénes querían despertarlo.

— Perdón, soñaba que mi mamá quería despertarme. Olvidé por completo dónde me encontraba.

—No te preocupes, tenemos que bajar y pedirle a Baldock que nos ayude a descongelar el río —dijo terminando de doblar las mantas de lana mientras los demás comenzaban a ayudar con el acomodo de los muebles.

Una vez que todo estuvo listo, salieron del cuarto para encontrarse con un aroma que no habían olido nunca. Era muy rico y delicioso. En especial para Saki, que había pasado muchos años sin probar algo que no tuviera hongos.

—¿Qué es lo que huele tan rico? —preguntó Saki emocionada.

—Baldock siempre prepara comida muy rica. Es muy bueno encontrando y cultivando comida que no se daría en estas condiciones climáticas —respondió Yagami mientras todos llegaban a la mesa.

—Así es, estos son huevos de pato guisados con carne seca de himpo y hierbas de mi huerto. Tengo toda clase de hierbas y frutas. Con algunas de mis pociones he logrado nutrirlas lo suficiente para que puedan crecer y detrás de la cabaña hay una cueva donde las siembro —respondió tomando de un estante dos frascos—. Este es para nutrir la tierra y este es para que la tierra se mantenga caliente. Con una gota al día basta para un área de diez palmas.

—Eso es increíble. Debería ir a nuestro reino y vender sus pócimas.

—Los ingredientes no son fáciles de encontrar. Para calentar la tierra uso sangre y polvo de lassea sarca, una piedra que se encuentra en la frente de los dragones arcanos.

—Como las que tenían mis flechas —dijo Yata con emoción.

—Veo que las conoces. Es muy inusual que alguien tenga esas flechas, pero sabiendo que eres el Iluminado, no me extraña que te las dieran. Sin embargo, por lo que dices ya te las gastaste. Si fuera tú, no lo habría hecho.

—Tenía que usarla, en el camino luchamos contra una hydra —respondió Yata, dejando a Baldock con cara de sorpresa.

¿Una hydra? ¿Es eso cierto, Yagami? —preguntó incrédulo.

—Así es, era enorme y tenía cuatro cabezas. Con las flechas no se pudieron regenerar, pero Yata se encargó de hacer que le creciera otra más.

—¿No asististe a la escuela de guerreros paitales?

—No lo suficiente. Tenía solo trece años cuando atacaron mi imperio. Es a esa edad cuando comenzamos el entrenamiento. Solo tenía unos pocos meses en la academia.

—Lo que me intriga es qué hacía una hydra en ese lugar —dijo Sski pensativa.

—Eso es obvio. Cuando atacaron el imperio de Garasu, dejaron el mundo a merced de las criaturas de las tierras inexploradas. Garasu es la principal línea de defensa y quienes mantenían esas criaturas del otro lado del continente. Al invadir Garasu todas estas criaturas comenzaron a cruzar, tanto es así que el gran imperio de Garasu que comenzaba a ser habitado por los vampiros a hora está lleno de ciudades fantasma, los vampiros no supieron cómo lidiar con eso, ahora no solo hay Hydras, ha todo tipo de criaturas y seres merodeando. Entre ellos mayormente son trolls, banshees, licántropos y por supuesto vampiros.

—Ya veo, en ese caso tendremos mucho cuidado —respondió Yata mientras veía cómo Baldock comenzaba a servirles los platos.

Yagami fue el primero en abalanzarse sobre su comida, devorándola como si no hubiera más que comer en días.

Saki observaba con desagrado la forma en que comía, así que se giró un poco para poder disfrutar de su plato. Mientras tanto, Yata daba su primer bocado con más elegancia y educación que Yagami.

—Está muy rico —comentó Yata fascinado por el sabor mientras la princesa probaba el platillo con una elegancia suave y calmada.

—Es verdad, nunca había probado algo así y si lo hice, no lo recuerdo.

Todos rieron en ese momento, era como estar en un sueño, no solo para Saki y Yata, sino también para Baldock y Yagami, quienes tenían ante sus ojos al elegido y llevaban muchos años sin convivir con nadie aparte de ellos dos.

Finalmente terminaron de comer y platicar de recuerdos y de cómo todo había cambiado tanto, así que Baldock no perdió mucho tiempo, lanzó los trastes sucios al fregadero y los dejó ahí para lavar después.

—Bien, les prometí descongelar el río, pero a cambio tienen que prometerme que me ayudarán en lo que les pida.

—No hay problema —respondió Yata muy calmado y con una gran sonrisa, pero pronto fue interrumpido por la voz nada satisfecha de Saki.

—Antes de acordar algo, me gustaría saber: ¿cuál es el trato?

—Eres muy astuta y eso me alegra, porque veo que Yata no lo es. Es muy simple: van a infiltrarse en el castillo y matar a Kanel antes de regresar a su reino —exigió con un gesto autoritario.

Yata y Saki se miraron un breve momento intentando comunicarse con la mirada. Yata mostró confianza en poder hacer la tarea y ella lo captó de inmediato.

—Trato hecho, tengo unas ganas de ponerle las manos encima a ese maldito y hacerle sufrir por todo lo que ha causado —respondió con rabia mientras Baldock volvía a mostrar un gesto amigable.

—Muy bien, partamos cuanto antes —dijo saliendo de su cabaña.

Al salir, los chicos revisaron sus caballos para ver que todo estuviera bien. Al notar que Baldock no tenía caballo, Saki pensó en darle el cuarto desmontando toda la carga, pero Baldock se negó y de inmediato sacó un silbato entre su ropa, con el que llamó a su caballo.

Cuando llegó, no era cualquier corcel: era uno negro con ojos rojos y brillantes y un pelaje del color de una perla negra. Sus patas y cola tenían llamas de un fuego de intenso color rojo.

—Este es mi caballo. Tranquilos, que no es agresivo. Es una pesadilla, un caballo que le robé a un Liche.

—¿Qué es un Liche? —preguntó Yata.

—En un comienzo fueron hechiceros. La ambición por la búsqueda de poder los obligó a dejar su cuerpo mortal y así apartarse de las necesidades básicas como dormir o comer. A cambio, consiguen la vida eterna y solo buscan más y más poder.

» Yo casi me convertí en uno. Me enseñaron el ritual y lo aprendí a usar, algo que lleva años lograr, pero al final opté por buscar poder por mis propios medios. Convertirse en un Liche no es nada bueno: la oscuridad te consume y tu alma se vuelve mala y despiadada.

» Este caballo, por ejemplo, antes de ser una pesadilla, fue un guerrero de la fortaleza de la luz. Una vez que transformas a un mortal en una pesadilla, todos sus recuerdos se borran, pero mantiene algo de su inteligencia y entiende el idioma. Así que tengan mucho cuidado con lo que dicen.

Después de eso, montaron los caballos y galoparon camino a la montaña para derretir el agua de la cascada que alimenta el río del reino.

En el camino, Yata comenzó a hablar de lo mucho que había meditado sobre su futuro y lo que él era. Estaba decidido a acabar con Kanel y resolver el problema de las nubes oscuras.

Pero de pronto, todos se detuvieron mirando hacia atrás con total desconcierto.

—¿Qué pasa? —preguntó Yata nervioso. Era como si ellos hubieran escuchado algo detrás de ellos.

—Nada, me pareció escuchar que tu voz venía desde atrás de nosotros —dijo Saki un poco más tranquila.

—Yo también lo escuché —respondió Baldock.

—Yo igual, y estoy seguro de que no fue mi imaginación —afirmó Yagami dejando a todos desconcertados.

—¿De casualidad no bebiste la sangre de un Crin? —preguntó Baldock.

—Si te refieres a un animal de pelaje blanco y garras muy largas, supongo que sí.

—Interesante, veo que también adquiriste la habilidad para obtener los poderes de otros seres bebiendo su sangre. Yo tampoco poseo eso.

—Por lo visto, a diferencia de Yata tú no tienes muchas cualidades. ¿Qué ventajas tienes al ser mitad vampiro? —preguntó Saki mientras los observaba a ambos intentando ver similitudes.

—Solo la de sentir si son o no vampiros y también puedo adquirir poderes de otros vampiros. Como la mayoría de los vampiros, solo los vampiros de una línea cercana a Kanel pueden adquirir los poderes de otros seres vivos. Lamentablemente tengo más defectos que virtudes. A mí sí me afecta el sol, tengo que beber sangre cada cierto tiempo y las cosas religiosas me causan terror e incluso dolor. ¿Tú tienes esos problemas?

—No sé. Bueno, sobre lo religioso no tengo problemas: desperté dentro del templo de los profetas en Garasu, así que no. Y sobre el sol, no lo sé. Espero que no.

—Pues en ese caso, siempre que derrotes a alguien bebe su sangre. No tendrás problemas si ya lo hiciste. De seguro fue tan gratificante como yo lo he sentido.

—Lo fue, pero a la vez muy aterrador. Me sentí muy mal. No quiero volver a hacerlo.

—Te entiendo, pero ya te acostumbrarás. Yo sé lo que te digo.

Mientras cabalgaban, el bosque comenzó a verse oscuro y antes de que pudieran darse cuenta una bruma oscura los había envuelto. Era tan espesa que respirar se hacía un poco complicado.

Ante la falta de visión, Yata escuchó un gruñido lejano. Su caballo relinchó asustado provocando que él cayera al suelo. Saki los llamaba por sus nombres muy asustada y Yagami no dejaba de pedir ayuda y decir cosas raras.

—¡Noooo! Ya para, ¿por qué me haces esto? ¡Padreee! Ya aprendí a usar mis poderes, basta, no me rompas otro brazo, ¡Nooooooooo!

Saki sabía lo que estaba pasando y activó su sentido espiritual, permitiéndole ver las auras y energías a través de la bruma oscura, mostrándole las figuras de cinco lobos acechándolos.

—¡Sabía que eran lobos de sombra! Yata, cierra los ojos. No te sirven de nada. Si llegas a ver los ojos brillantes de uno de ellos quedarás atrapado en una poderosa ilusión. Yagami ya está en una —explicó mientras observaba cómo Baldock bajaba de su caballo dejando que se marchara, para luego sentarse en el suelo con los ojos cerrados, como si estuviera meditando.

Yata cerró los ojos y agudizó sus sentidos. Pudo escuchar con claridad las pisadas, la respiración de los lobos y de sus compañeros.

Yagami por otro lado estaba tan sumergido en la ilusión que no escuchaba a Saki que le pedía que reaccionara. Que no era real lo que veía. Pero de nada servía. Pues era tan real. Tanto que el dolor que sentía en su mente provocó que perdiera el conocimiento desplomándose en el suelo.

Los lobos rodearon a Yagami y justo cuando se lanzaron contra él, Saki se lanzó para atacarlos con su espada. Pero ellos la esquivaron como si fueran capaces de ver bajo esa oscuridad.

Yata también sacó su daga que se convirtió en espada y los lobos se alinearon gruñendo con ferocidad.

—Puedo escucharlos, pero no verlos. Si los ataco seguro fallaré.

—Solo defiéndete. Si escuchas que se acercan los atacas. Pero no les hagas ver que no puedes ver. Actúa como si pudieras verlos y mantén los ojos cerrados —dijo mientras uno de los lobos se lanzaba contra Yata.

Él sin dudar realizó un corte de lado a lado cuando escuchó que el lobo saltaba y su respiración se acercaba a él.

Pero por desgracia no pudo acertar y el lobo le mordió el brazo. Pero antes de que comenzara a sacudir su cabeza de lado a lado para desgarrarle la carne, Saki le encajó su espada. Provocando que el lobo soltara a Yata.

Ambos se colocaron frente a Yagami que aún continuaba sin moverse y como por arte de magia la oscuridad desapareció.

Baldock parecía haber hecho algo. Entre el caos, la bruma era absorbida violentamente por él, en forma de un remolino que dejó ver finalmente a los lobos de sombra. Criaturas que solo salen en la noche, su pelaje oscuro con manchas que brillan en la oscuridad y una piedra blanca en la frente son características que pocos han tenido oportunidad de ver y sobrevivir ante ellas.

Rápidamente Saki atacó a uno de ellos encajando su espada con un movimiento certero que atravesó de lado a lado el pecho de uno de los lobos, lo que causó que los demás corrieran muy asustados.

Yagami aún seguía inconsciente y Baldock fue quien lo sentó un poco para luego hacerle oler uno de los frascos que portaba entre sus cosas. Eso provocó que él comenzara a toser descontroladamente, a lo que Baldock dijo:

—Este frasco sirve para curar infecciones, pero su olor es muy potente, que bueno que sirvió para despertarte.

—¿Qué fue lo que pasó? Recuerdo que estábamos en los caballos y unos ojos brillantes. Creo que vi a mi padre, pero estaba actuando muy raro. No pudo ser real. Me rompió un brazo y luego otro. Pero mis brazos están bien.

—¿Recuerdan que les dije que solo había dos caminos para llegar a este lado: uno cruzar por la orilla del lago y el otro por un bosque donde estaban los lobos de sombra? —preguntó mientras ellos afirmaban con la mirada—. Pues eso fue a lo que nos enfrentamos ahora. Por lo visto, sus territorios se han extendido.

No es eso. Con todo este caos y la poca comida que aún sobrevive, todos los animales están en constante movimiento buscando presas. Entiendo que estabas bien informada sobre las criaturas peligrosas y sus regiones, pero ahora no puedes guiarte de eso. A lo mucho te servirá para saber qué podrías encontrarte. Pero la verdad, ni eso es seguro.

—A todo esto, ¿cómo es que lograste hacer eso con la bruma? —preguntó Saki muy confundida. No conocía poder alguno que pudiera lograr eso.

—No fue ningún poder, sino un hechizo.

—¿Eres un hechicero?

—Obviamente sí, todos los Liches lo son y les dije antes que casi me convertía en uno. Me enseñaron el ritual, esos rituales se hacen con magia.

—¿Y cómo se usa la magia? —preguntó Yata con gran curiosidad.

—Aprenderla es fácil, solo requiere de estudio. Existe un lenguaje especial que te permite crear toda clase de magia, conjuros y hechizos. Que para los que no conocen del tema puede parecer lo mismo, pero son cosas diferentes.

—¿Solo con un lenguaje?

—Así es. En el mundo espiritual los precursores lo usan y lo llaman lenguaje divino. Pero ese idioma en nuestro mundo se le conoce como Lambë gûla, o simplemente Gûla. Que en lenguaje élfico se traduce como...

—Lengua encantada —respondió Yata recordando la lengua de su raza.

—Así es. El primer hechicero venía de Élfica, un reino de otro continente. Fue uno de los reyes que formaron la alianza de paz. Reyes a los que les llamaban magos u otros semidioses. Este hechicero se llamaba Tiránku. Aprendió la lengua del mismísimo Arcón, quien se dice que fue precursor de la paz.

—¿Élfica?

—Fue antes de que los elfos fueran una raza. Como ya sabrás, antes todos éramos mahuns y solo se conocían a los ciudadanos de Élfica como elfos, a los del reino de Dibania como dibonds y a los de Auronia como aurons, y así sucesivamente. Los elfos se convirtieron en raza porque en Élfica resultó que la mayoría de sus habitantes tenían ciertos poderes en común. Y lo mismo con cada reino. Yo, que he vivido tanto tiempo, pude vivir las grandes disputas entre reinos por nombrar de una sola forma a cada raza.

—Debió ser un caos —respondió Yagami.

—Lo fue. Afortunadamente ya se había acordado que todo Courband hablara dibáno. De otro modo habría sido más complicado.

—Es gracias a Tiránku que el lenguaje élfico tiene su propia magia. Con el lenguaje divino dotó al lenguaje élfico de poder y es de ahí donde nace el lambë gûla. Ya que el lenguaje élfico por sí solo no hace nada al hablarlo a no ser que lo uses del modo correcto bajo cierto entrenamiento. Pero el lambë gûla es muy superior. Ya les contaré en algún momento toda la historia que conozco de esos tiempos.

» Como ya les dije, yo viví todo eso. Claro que no es el lenguaje más fuerte. Hay otros que no solo han sido dotados con la magia, sino que también tienen pactos con demonios y entidades de mucho poder. Son lenguas que no me atrevo ni a nombrar.

—Es gracias a Tiránku que el lenguaje élfico tiene su propia magia. Con el lenguaje divino dotó al lenguaje élfico de poder y es de ahí donde nace el lambë gûla. Ya que el lenguaje élfico por sí solo no hace nada al hablarlo a no ser que lo uses del modo correcto bajo cierto entrenamiento. Pero el lambë gûla es muy superior. Ya les contaré en algún momento toda la historia que conozco de esos tiempos. Como ya les dije, yo viví todo eso.

—Me parece bien, pero primero tendremos que arreglar los acuerdos que tenemos y tener cuidado con lo que pueda pasar en el camino —dijo Saki volviendo a subirse a su caballo.

—Cada vez siento más miedo en estos bosques —respondió Yata mirando a lo lejos, arriba y atrás.

—No deberías, pero sí mucho respeto, al final solo estamos invadiendo sus territorios. Y tú deberías beber la sangre de ese lobo de sombra —sugirió Baldock apuntando al cuerpo del lobo.

—No sé si deba.

—Claro que sí. Por alguna razón los precursores quisieron que pudieras adquirir poderes de este modo. No puedes desperdiciar la oportunidad.

—Creo que tienes razón, pero me da miedo. No me reconocí al hacerlo la última vez.

—Hazlo. ¿Qué tan malo puede ser? —respondió Saki tratando de animarlo.

Yata se acercó al animal y se dejó caer sobre sus rodillas. Contempló a la criatura en el suelo y observó su sangre. El corazón le latía cada vez más rápido y su instinto despertaba. Pidiéndole probar nuevamente la sangre.

—Será mejor que no vean —suplicó unos segundos antes de abalanzarse sobre el cuerpo de la forma más feroz y salvaje posible para encajarle los dientes y comenzar a beber su sangre de un modo que Saki no pudo seguir mirando, causándole terror.

Para cuando Yata terminó se giró bruscamente hacia ellos con una especie de gruñido. Que provocó que Saki se asustara con un grito cortado por un suspiro. Intentando mantener la calma.

Pronto su mirada se relajó mientras se levantaba y limpiaba la sangre con su brazo. Baldock le pidió a Yagami que le diera agua de su cantimplora para que se limpiara. Y Yata pedía disculpas a Saki por el susto que le provocó.

Algunos lunos más tarde, ya habían llegado al río congelado. Bajaron de sus caballos para ver cómo Baldock contemplaba la situación mientras se acercaba a la saliente de agua que era una cascada pequeña de puro hielo.

Baldock se dispuso a cortar el hielo de la cascada para dejar solo un pequeño bloque en la salida de la montaña.

Cuando tocó el hielo y se concentró pudo notar que incluso al interior de la montaña el hielo se extendía a gran profundidad. Pero afortunadamente cada vez llegaba más y más abajo del yacimiento congelado. Así que solo tuvo que cambiar un poco el plan.

—Al parecer no habrías podido descongelar el hielo ni usando este método —dijo mirando a Yagami—. Hicieron bien en traer a un Auron. Lástima que su amigo murió, pero yo también tengo ese poder —continuó diciendo mientras sus manos se tornaban de un rojo anaranjado muy intenso. Luego las colocó en dirección al yacimiento de agua congelada y disparó una gran llama de fuego. Mientras lo hacía susurraba palabras en un lenguaje desconocido.

Las palabras parecían darles más intensidad a sus llamas. Tanto que la misma roca de la montaña comenzó a fundirse. En ese momento la tierra comenzó a vibrar con fuerza. Baldock se detuvo y retrocedió unos pasos. En ese mismo instante un chorro de agua y vapor caliente brotaron del yacimiento generando de nuevo un río. Que al chocar con el río congelado fue derritiéndolo. Pero no lo suficientemente rápido. Así que Baldock tuvo que mantener el agua caliente con otra gran llama de fuego.

El agua ardiendo fue derritiendo el río congelado. Primero por debajo. Dejando una capa fina de hielo en la superficie. Que poco a poco se fue cayendo a pedazos.

Todos estaban muy felices de ver que el río fluía una vez más. Mientras Baldock se sentaba sobre una roca muy cansado. Se limpiaba el sudor mientras sonreía al ver cómo todos estaban felices y festejaban.

Pero luego su rostro se puso serio y pensativo. Yata lo notó y dejó de festejar. Se acercó a él y le preguntó:

—¿Qué sucede? —preguntó mientras se sentaba a su lado y los demás guardaban silencio para escuchar.

—No me queda mucho tiempo de vida. Cuanto más uso mis poderes, más se acorta. Y quiero ver que esas nubes se dispersen. Quiero ver que todo vuelva a la normalidad. Tengo dos hijos, Alexen y Asura. Quiero que estén bien y que no vivan bajo esta pesadilla.

—Tiene mi palabra de que yo mismo me encargaré de que todo vuelva a la normalidad y que sus hijos estén bien.

—Gracias. Ha sido una bendición conocerte. Pero ya es muy tarde. Debemos descansar.

Entre todos los jóvenes montaron la casa de acampar y se prepararon para dormir. Baldock fue el primero en dormir. Anunciándolo con grandes ronquidos. Lo que dificultó que los demás pudieran dormir por un rato. Hasta que el cansancio les ganó y pudieron dormirse a un costado del río.

¿Qué les ha parecido este capítulo? 😊

¿Se están dando cuenta de que algo extraño comienza a pasar con los sueños y los capítulos?

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