El pasado de Linrra

Rodaric despertó lentamente de su largo sueño. Al inicio sintió que era lo contrario, pensó que había dormido para soñar, que estaba en un cuarto extraño, pero no tardó en recordar todo por lo que pasó desde que lo descongelaron en mitad de una cueva de hielo. El cuerpo lo sentía pesado, no tenía ganas ni ánimos de pararse, el entorno le parecía irreal.

Finalmente, tomó algo de fuerzas para levantarse, lo cual notó que no había sido tan difícil por haber dormido con los pies fuera de la cama.

Ya sentado, examinó el cuarto, encontró un botón en la pared y al presionarlo, las pantallas se apagaron mostrando el color de los muros blancos. Eso lo calmó más, se levantó y la puerta sonó dos veces.

Una voz se escuchó salir del techo. Era la misma con la que Alón habló en la noche, una voz mágica para pedirle un vaso de agua.

—Hay unas personas afuera de su cuarto, ¿los dejo pasar? —dijo Sara mientras Rodaric miraba a todos lados un poco confundido, su mente no logró asimilar las palabras debido a la sorpresa y la puerta sonó una vez más.

—Repito, hay dos personas afuera de su cuarto, ¿los dejo pasar?

—Sí, que pasen —dijo Rodaric al entender lo poco que podía la situación.

La puerta se abrió y dos personas pasaron. Eran Sander y su mejor amigo Leamsi. Al entrar observaron a Rodaric de arriba abajo, quien los miraba algo confundido.

—Tú estabas en la nave, cuando Alón me trajo —Afirmó Rodaric señalándolo.

—Así es, y también él, es mi amigo, nuestro cuarto es está junto al tuyo —comentó sonriendo, mientras el otro le decía.

—Mucho gusto, soy Leamsi y él es Sander, al igual que tú, somos nuevos en este lugar.

—¿También los encontraron en el hielo? —preguntó interesado, por un momento pensó que quizá podrían decirle quien es, ayudarle a recordar.

—No, en realidad nosotros te encontramos —respondió Sander mientras se sentaba en un sofá cercano.

—Supuse que había sido Alón, y por un momento creí que estaban atrapados en el hielo igual que yo... no sé a qué se referían entonces.

—Me refería a que somos nuevos en Linrra —contestó Leamsi acompañando a Sander sentado en el sillón.

—¿Qué es Linrra?

—Es el país donde Alón gobierna, no está en Courband, bueno, la mayoría del país no lo está. Estamos en Lurband, la doceava luna.

—¿¡Cómo es eso posible!?

—¡Tranquilo! Entiendo que no eres de este tiempo y que no recuerdas nada.

—¿A qué te refieres con que no soy de este tiempo?

—Bueno, estuviste congelado dentro de una montaña gigante de hielo por más de tres mil años.

—Ahora entiendo por qué todo me parece tan extraño, como si no fuese normal lo que veo. ¿Cómo es que estamos en la luna?

—Eso tiene una larga historia, pero creo que Leamsi puede contártelo mejor, él es historiador, puede contarte todo con lujo de detalle, ¿no es así Leamsi?

—Sí, es una historia larga, pero de algún modo debes adaptarte a este mundo, así que te la contaré —dijo mientras se acomodaba en su asiento y respiraba hondo para hablar—. Comenzó hace 872 años, cuando el país de Sónar se preparaba para el primer gran despegue por conquistar la luna.

»El país de Ruths, que es donde te encontramos, estaba en una carrera por el mismo objetivo de conquistar Lurband, la última y doceava luna, pero aún no lograban ejecutar con éxito las pruebas, siendo un riesgo mandar astronautas.

»Al enterarse de que Sónar ya se encontraba preparando el primer lanzamiento intentaron apresurarse, no podía permitirlo. Ellos tendrían que ser los que llegaran primero sin importar como.

»Lurband siempre tuvo su propia atmosfera, flora y fauna; por ello era muy codiciada, al punto de quererla poblar como parte de un país.

»Ambos países eran las dos potencias mundiales, y la guerra entre muchos otros países comenzaba. Fue una guerra mundial en la que solo dos no participaban. Esos eran los que querían conquistar dicha luna.

»Pasaron dos meses y Sónar seguía llevando la delantera, estaban a unos días de realizar el primer lanzamiento en el que el astronauta Alón se encontraba.

El país de Ruths no podía permitir que Sónar ganara la carrera por la conquista de la luna, la guerra continuaba. Sus aliados presionaban para que se uniera a la guerra porque sin Ruths perderían, ya que Ruths siempre fue el país más avanzado en armamento, pero fue justo esa petición lo que Ruths necesitaba.

»Así que hizo un trato con todos ellos. Uno simple, pero efectivo... algo de lo que no nos enorgullecemos como ciudadanos.

»Consistía en que todos abandonaran el frente y atacaran a Sónar, sin piedad; mientras Ruths atacaba a los demás países. Una forma de asegurar que Sónar no lograra la conquista de Lurband y que no lo acusaran de evitarlo. Así podría concentrarse en la conquista por luna.

»Al siguiente día, el ataque había comenzado, eran 87 países contra Sónar, justo en el día del lanzamiento, la hora anunciada era al tercer luno de la tarde, pero afortunadamente el lanzamiento se adelantó debido al pronóstico del clima.

»El despegue se llevó a cabo sin tener idea de que el ataque a Sónar ya se estaba ejecutando y apenas la nave se elevó, inició el bombardeo en la ciudad y en la base espacial donde el despegue se había realizado. El país de Sónar fue invadido, por los 87 países, en tan solo tres días. Ruths nunca imagino que Sonar callera, pero que se esperaría de un taque sorpresa de tal escala.

»Pero Alón y otros astronautas habían llegado a Lurband al cuarto día, no alcanzaron a ver el ataque a su país; pero sí todo un continente ardiendo en llamas. Alón fue el primero en pisar el satélite natural, colocó la bandera de Sónar sin saber que ya no existía, y otra bandera con su nombre.

»Durante todo el viaje nunca tuvieron respuesta de Sonar y cuando aterrizaron en la luna tampoco, así que procedieron a ejecutar las pruebas lunares, descubrieron muchas especies de plantas nuevas y algunos animales diferentes durante 4 semanas como se había planeado.

»Sin saber que les esperaba, regresaron tal como se acordó. Aterrizando en el mar cercano a su país, pero fueron arrestados por nada menos que militares del país de Ruths.

»Alón no era tonto, y no se tragaba aquel cuento de que el ataque a su país fue porque sospechaban que Sónar atacaría. Él sabía que Ruths estaba detrás de eso.

»La disputa por quien se quedaría con el país de Sónar fue dura, Ruths no podía siquiera intentar reclamarla, porque él nunca atacó y fue entregado por la corte unida al país de Filám. Así que el presidente de Ruths, continuó con su plan de conquistar Lurband.

»Alón fue visitado por agentes de Ruths y liberado de la prisión, no solo era un astronauta, convenientemente, tenía doble nacionalidad, una con Sónar y otra con Ruths. También era dueño de la empresa más grande del país de Ruths, una empresa envuelta en muchas leyendas, controlada por una familia de enorme poder.

»Como Alón fue el primero en pisar la luna y había colocado la bandera de su país caído y otra más con su nombre, era perfecto para hacerse con los derechos de reclamar la conquista de Lurband ante la corte unida por su doble nacionalidad.

»El país de Filam no podía reclamarla pese a ser poseedor de lo que antes era Sonar, debido a que Alón pisó Lurband un día después de caer Sonar y para cuando regresaron y documentaron su conquista, ya era muy tarde para que Filam pudiera reclamarla.

»La corte se llevó a cabo junto con representantes de cada país, Ruths estaba confiado al tener Alón de su lado, pero no sabían que Alón ya tenía su propio plan, uno que sorprendería al mundo y que cambiaría el curso de la historia para siempre.

Rodaric estaba muy entretenido, miraba a Leamsi muy emocionado, como cuando a un niño le cuentan una historia.

—Que bien narras las historias, casi puedo imaginarlo —dijo Rodaric mirando a Leamsi con una gran sonrisa.

—Me gusta mucho contar los hechos históricos, en fin... —comentó mientras volvía a inhalar hondo—. Una vez que la corte inició, Alón fue llamado, se postró sobre el interrogatorio y después de que el presidente de Ruths argumentara que Alón era quien pisó la luna y que solo él podía reclamarla en nombre de sus nacionalidades, después de mostrar ante los jueces los papeles legales que afirmaban su ciudadanía con Ruths, los jueces le hicieron unas preguntas a Alón.

»—¿Puede usted dar fe de la legalidad de esos papeles? ¿Tiene usted los documentos oficiales que le fueron entregados? —preguntó el juez principal y todos guardaban un silencio total. Ni el típico sonido de alguien acomodándose en su asiento se hacía presente en ese momento.

»—Así es, aquí tengo todos los papeles, y estoy consciente de que yo puedo reclamar la luna en nombre de mi país.

»Al presidente de Ruths nunca le habían brillado los ojos tanto como en ese momento.

»Todos comenzaban a susurrar en el fondo porque algunos también querían reclamar la luna, pero nadie tenía nada relevante para el caso que pudiera competir con lo antes mencionado. Así que el Juez dijo al presidente de Ruths.

»—¿Está usted de acuerdo?

»—Sí —afirmó muy emocionado.

»—Entonces solo falta que Alón responda; lo que digas a continuación será tomado como ley y veredicto para este caso —comentó el juez mientras Alón respiraba hondo para decir lo siguiente.

»—Pues que así sea, Lurband será entregada al país de Linrra —respondió mientras todos en el lugar se quedaron perplejos, atónitos ante la noticia, los comentarios del público no paraban, nadie entendía nada, ni siquiera el juez que se quedó parpadeando un par de veces, y al ver el escándalo tuvo que declarar silencio.

»El Juez miró a Alón con gran asombro, una serie de recuerdos le llegaron a su mente. No recordaba que años atrás tuvo una visita de Alón porque había comprado una isla que pertenecía a Sónar y quería fundarla como un país. El juez rechazó la petición, pero fue mandada de nuevo y estuvo a punto de ser rechazada por segunda vez cuando Sónar fue atacada y destruida, así que en lugar de colocar el sello "denegado" usó el de "Aprobado". No tenía idea de que Alón fuera el astronauta que conquistaría la luna.

»—¿A qué te refieres? —preguntó el Juez, fingiendo no estar enterado de nada.

»—Tuve la fortuna de mandar los trámites para legalizar la isla que he comprado como mi país y recientemente he recibido la carta de aprobación.

»—¡Eso no es válido! —exclamó el presidente de Ruths.

»—Lo es —dijo el Juez y luego se levantó para tomar la carta de Alón —. Efectivamente, este sello es mío, recuerdo bien haberlo realizado, nunca pensé que esto llegaría a suceder, ¡pero la ley es la ley, y Alón tiene derecho a reclamar a Lurband bajo el país de Linrra, nombre que fue autorizado en estos papeles! —replicó el Juez dando fin al caso.

»El tiempo pasó y poco a poco el país se fue poblando y gracias a que Alón era dueño de la empresa más rica del mundo por parte del país de Ruths. Usó ese dinero y el de su propio país para enfocarlo a la pesca y el turismo, luego otorgó salarios exorbitantes a los programadores, creando así la próxima empresa más rica. Con ello fundó su agencia espacial, no sin antes establecer su nuevo sistema económico.

»Consistía en una moneda infinita, o ilimitada; los demás países se opusieron de inmediato, dijeron que no aceptarían eso como moneda, porque no es posible comerciar con una moneda a la que no puedes definirle un valor. Sin embargo, Alón sabía eso y no le importó. Ya exportaba muchas tecnologías y su turismo era el mejor, así que lo impulsó más... viajar a Linrra sería gratis, de ese modo millones de turistas llegaban y gastaban su dinero en Linrra, si se requerían negocios con otros países solo les pagaba con su propio dinero.

»Alón se autoproclamó Emperador, tuvo un hijo que se llamó igual y la tradición continuó por muchas generaciones, con la excepción que después del tercer emperador nunca se supo quiénes eran sus hijos y su esposa, que eran, por seguridad, secreto de la nación.

»Se dice que no fue sino hasta el tercer emperador, que este comenzó a tener poderes que ninguna de las otras razas tenía, era casi como un dios, o al menos eso es lo que la gente suele decir sobre él. Pero después de lo que vimos que hizo con la montaña de hielo para encontrarte, ha quedado confirmado que sus poderes son inusuales.

»Durante generaciones, la familia del emperador siempre ha buscado tres objetos misteriosos, nadie sabe lo que buscan, al parecer los encontró en la montaña, pero una chica se los llevo y nunca supimos que eran. En fin...

»Con la agencia espacial lograron comenzar a poblar la luna, la tecnología de Linrra crecía a pasos agigantados gracias a su sistema económico, cada ciudadano ganaba acorde a lo que trabajaba, nada inusual, pero si se requería invertir en proyectos, reparaciones, empresas y construcciones, solo se hacía, por cuestiones de dinero no había problema, a veces lo que escaseaba eran manos.

—Creo que ya es suficiente Leamsi, Rodaric nada más quería saber cómo era posible que estuviéramos en Lurband.

—Para ser honestos entendí muy poco, me perdí desde el momento en que mencionaste una agencia espacial. No sé qué es eso, pero cuentas las historias de un modo entretenido y con mucha pasión.

—Si, bueno, por algo soy historiador.

—Y yo soy un científico y ambos somos humanos, pero seguramente no tienes idea de lo que es, ¿te gustaría ver el planeta Courband? La luna gira alrededor y puede verse desde aquí.

—Supongo que sí, y... ¿Podría ver a Alón después?

—Alón nos dijo que estaría demasiado ocupado, ya sabes, es un emperador.

—Entiendo.

Todos salieron del cuarto, encontraron por donde acceder al techo del Palacio Real y subieron por las escaleras para llegar a la azotea.

Apenas salieron, Rodaric pudo ver el planeta Courband en el cielo. La vista era increíble, Sander y Leamsi tenían la misma cara, no habían visto a Courband más que en fotos. La impresión se notó en ellos por largas horas. Incluso la vista del espacio era mucho mejor, la atmosfera de Courband distorsiona el cosmos y no deja apreciar bien las estrellas, en cambio, Lurband tiene una atmosfera más delgada.

Por un largo rato hablaron del planeta, las 12 lunas y las estrellas, luego se quedaron platicando todo el día hasta que comenzó a caer la noche. El momento que más disfrutaron por el espectáculo de las auroras rozando el firmamento. Un espectáculo de colores que se siente mágico. Es como ver un mar de luces, con los colores ondulando de atrás hacia delante como la marea.

Finalmente, hablaron de muchas cosas, en su mayoría historias de la vida de Sander y Leamsi. Pero la conversación fue interrumpida por una flecha que cayó en medio de los tres, causando que saltaran del susto, en ese momento justo sobre la flecha, como un destello, apareció una chica. Era la misma que estaba en la montaña de hielo.

Al manifestarse con tanta rapidez, ellos se quedaron paralizados del susto y antes de que pudieran reaccionar y darse cuenta de quien era. Ella atacó con golpes muy rápidos a Sander y a Leamsi, dejándolos inconscientes. Rodaric corrió desesperado y ella lo llamó por su nombre.

—¡Rodaric! ¡Espera! —gritó mientras él se detenía en un instante.

—Al fin te encuentro Rodaric, tienes que venir conmigo antes de que ellos despierten.

—Lo siento, pero no sé quién eres.

—¿Perdiste la memoria no es así? —insinuó mientras lo miraba con un gesto dulce que claramente escondía un poco de tristeza—. Mi nombre es Asura, quizá puedas recordarme en el día que te encontraron en el hielo, yo también fui descongelada y escapé, pero yo si recuerdo todo, si vienes conmigo te explicaré quién eres, y todo a lo que estás destinado, Alón, no es con quien tienes que estar, deberíamos matarlo.

—¿¡Matarlo!? No sé quién seas y no me importa ¿Y sabes? Creo recordar a alguien más, atacaste a Alón y explotaste todo el lugar, recuerdo que todo colapsaba sobre mí, si no fuera por Alón estaría muerto —respondió mientras las alarmas comenzaban a asonar.

—¡Mierda! Tenemos que irnos —dijo estirando la mano para que Rodaric la tomara, pero él dio un paso hacia atrás.

—Intentaste matarme antes, quieres matar a Alón, no puedo confiar en ti.

—No fue así, te conozco, podías salir de eso fácilmente —respondió mientras algunos guardias llegaban y ella desapareció sin dejar rastro. Casi al mismo tiempo, Alón apareció como una sombra, de una forma parecida al de la chica. El emperador se miraba alterado, miró a todos lados y preguntó gritando.

—¿¡Qué ha pasado!? La alarma era de un intruso —sus ojos observaban mientras Rodaric no sabía qué decir, luego miró la flecha y volvió a hablar—. Esta flecha no es de nosotros, ¡Dime ahora mismo! ¿Qué ha pasado?

—Una chica apareció y quería que me fuera con ella —dijo Rodaric; estaba aterrado, nervioso, no había visto a Alón de ese modo, parecía tener fuego en sus ojos, y los guardias comenzaban a llegar.

Rodaric empezó a pensar que quizás el emperador era un tipo malo, pasiblemente lo mejor sería no decir nada.

Alón le hablo a los guardias y detrás de ellos venía otra persona llamada Sarat.

—Espero que puedan darme información importante —dijo mientras Sarat se acercaba a él y le decía:

—Ya nos dieron el informe de las cámaras de seguridad. Era una chica, parece que apareció y desapareció como usted lo hace —dijo mientras miraba la escena con cuidado y Alón respondía muy alterado.

—Pero ¿¡Qué hace esa chica en Linrra!? ¿Cómo pudo llegar? Y ¿Cómo sabía que estábamos aquí? —preguntó muy intrigado, luego giró para ver a Rodaric—. ¿Viste si la chica tenía una espada, o un escudo? —preguntó mientras lo tomaba de los hombros con firmeza, al escuchar sobre la espada y el escudo, Sarat levantó una ceja.

—No... solo venía con un arco.

Sarat, interrumpió a todos tosiendo un par de veces y todos lo miraron esperando que dijera algo:

—Todos sabemos que la única forma de llegar a Linrra es a través de nuestras naves espaciales y la agencia de vuelo, para ello requieres papeles legales de autentificación, tenemos registro de todo. Viajar a Linrra es gratis, pero al llegar deben entregarte el brazalete con tu identidad del país al que perteneces, de otra manera es imposible estar en Linrra, sin el brazalete es imposible comprar, ya sea comida o donde dormir. Las alarmas sonaron porque detectaron un brazalete que no está registrado con permisos para estar en el palacio. Eso significa que la chica tiene un brazalete, con una identidad rastreable —comentó mientras Alón se frotaba la barbilla.

—Cierto, eso mismo estaba pensando... ¡Gracias!, has ordenado mis pensamientos, sin duda podremos empezar a rastrearla, pero... ¿Cómo pudo ella conseguir registro de identidad? Debieron ayudarla de algún modo, la pregunta sería ¿Por qué? —dijo manteniendo la miraba al suelo y con los ojos centrados.

Sarat observo la flecha, miró a Rodaric como si pensara en algo que tuviera que ver con él, luego se giró hacia los guardias interrumpiendo el silencio:

—¡Busquen en los registros mujeres que han llegado a Linrra en los últimos dos días, descarten a los que han tenido permiso de viaje anterior a los dos días y comparen los rostros de las fotos con los de las cámaras de seguridad de este techo!

—¡A la orden, mi señor! —respondieron mientras se marchaban del lugar—. Y tú Rodaric, ya me han hablado de ti, nos veremos después. Mi nombre es Sarat, ven a verme mañana temprano. Yo soy quien dirige toda unidad de seguridad, militar y en especial de espionaje. Los guardias del palacio real son militares y espías de alto nivel.

El emperador tomó la flecha incrustada en el suelo, la arrancó sin problemas y la examinó, era muy moderna, elaborada con materiales de última tecnología, eso precio ponerlo aún más molesto, pues apretó con su puño la flecha que se torció un poco, pero sin romperse por sus materiales, despertó a Sander y Leamsi y luego dijo:

—Regresen todos a sus cuartos, lleven a Rodaric al suyo y tú Sarat, tenemos que hablar; acompáñame al salón real —le pidió estirando la mano para que Alón la tomara y al hacerlo desaparecieron del sitio.

Sander y Leamsi, estaban muy confundidos con lo sucedido tras despertar y ver semejante escándalo. Así que decidieron que lo mejor sería ir a dormir. Rodaric entró a su cuarto y se preparó para soñar otra vez.

https://youtu.be/7UDpGS6lW6w

A quí terminamos con este capítulo

¿Que les ha parecido?

¿Que creen que esté pasando?

¿Será malo Alón?

¿Que opinan de la chica misteriosa?