Obito.

Había invocado a la estatua demoníaca, aunque me hubiera gustado despertarlo con todo su poder.

—Kakashi. —le llamé interrumpiendo su conversación con los demás. —Siempre abres la boca muy fácilmente. Es lógico que tu vida esté llena de arrepentimientos.

—¿Quién demonios eres? —preguntaba Gai.

—¿De que serviría que te lo dijera si no recuerdas las caras? —pregunté a lo que ellos siguieron conversando con respecto a la resurrección del Juubi. —La resurrección del Juubi no tiene por qué ser perfecta. Mi objetivo siempre ha sido el gran genjutsu. ¡El Tsukuyomi infinito! —exclamé alzando mis brazos. —Lanzar un genjutsu sobre los humanos del planeta, un mundo sin nadie en absoluto. Sin lucha, sin sentimientos negativos, un mundo perfecto. ¡El mundo no necesita esperanza o héroes!

—¡Yo tenía un padre, una madre y a Ero-sennin! ¡Todos los niños admiran a los héroes! ¡Por eso he podido correr sin desviarme! —exclamaba el Uzumaki. —¡Seré un Hokage que supere a todos los anteriores! ¡Ese es mi sueño, idiota!

"Tan solo obsérvame y verás que me convertiré en Hokage"

"Confío en ti, Obito"

"Te protegeré a ti y a los demás de la aldea. Así que obsérvame."

Mientras aquellos recuerdos invadían mi mente, el Uzumaki iba a atacar a la estatua demoníaca por lo que lancé mi arma impidiendo su ataque.

—No dejaré que lo toquen.

Uzumaki Naruto venía a atacarme con un clon de sombra, por lo que cuando vino uno lo traspasé y le di un golpe con rapidez, entonces comencé a ir por el original e iba a tocarlo, pero entonces tuve que volver a traspasar por él; debido a que Gai venía a golpearme desde arriba.

Mientras ellos me atacaban pude ver que Kakashi estaba utilizando el Kamui para romperle la cabeza a mi invocación, por lo que tuve que apresurarme y evitar que eso sucediera.

Comencé a perseguir a Naruto para poder capturarlo.

—¡Naruto!

Movimiento tras movimiento, cualquier cosa que intentaba para atrapar a Naruto ellos siempre interferían y me estaba molestando.

—Es fuerte de verdad. No logro darle ningún ataque. —decía Naruto.

Cuando me giré a verlos, noté como mi máscara se había agrietado un poco a lo cual me sorprendí y entonces vi como el Hachibi iba de cara contra mi invocación, por lo que le puse una barrera para que dejaran de ir tras él.

—Al parecer tendremos que liberarnos del tipo de la máscara.

Ellos nuevamente venían a atacarme en conjunto, el primero fue Gai quien destruía unas rocas.

—Un poder destructivo impresionante. —le digo mientras lo miraba fijamente. Él comenzó a atacarme con sus armas, por lo que predecí sus movimientos con mi Sharingan tomándolas así en mis manos. —Subestimas demasiado el Sharingan, puedo prever tus movimientos. Me quedaré con esto.

Comencé a absorber el arma de Gai.

—¡Rasengan! —exclamó Naruto aparecieron detrás de Gai.

—¿Acaso no entienden lo inútil que es?

El Rasengan desapareció ante mis ojos y entonces mi hombro explotó, aunque no fue nada grave.

—¡Tal como dijo, Kakashi-sensei! No sé bien como, pero al final logramos darle con el ataque.

—Ya veo...así que el Rasengan de Naruto no desapareció. —comenté en el suelo. —Kakashi... ¿Lanzaste el Rasengan con el Kamui?

—Como me imaginaba. Pensé que tenías dos jutsus, uno para atravesar y otro para absorber objetos, pero no es así... ¡Solo tienes un jutsu!

Kakashi comenzó a explicarle todo acerca de mi jutsu y el porqué de mis heridas, diciéndoles que nuestros jutsus oculares estaban conectados.

Sabía que Kakashi era listo y se daría cuenta pronto, es por lo que no quise toparme con él.

—¿Dónde conseguiste ese ojo? —preguntó Kakashi de manera sería.

—¿Qué dónde? —pregunté mientras me levantaba. —Si tuviera que responderte, te diría que fue en la anterior guerra. En la batalla del puente Kannabi.

—Eres...

—¡Te lo dije! —lo apunté. —¡No abras la boca tan fácilmente! Te has rebajado a ser un hombre que solo habla y ahora tus palabras no tienen valor ni sentido. Ya es tarde para lamentarse, porque la realidad sigue avanzando cruelmente.

—¿Estás bien, Kakashi?

Veía como Naruto utilizaba el chakra del Kyuubi y venía a atacarme directamente.

—¿Otra vez ese poder? —pregunté mientras traspasaba su ataque y comencé a saltar entre las rocas que se encontraban en el aíre, ya que venían los demás. —Saber cómo funciona mi jutsu no les servirá de nada.

Ellos volvían a usar el mismo truco por lo que me mantuve alerta y entonces vi como Kakashi caía al suelo, Naruto había enviado una Bijudama, por lo que para esquivarla tuve que irme a mi dimensión y cuando llegué ahí me quedé sorprendido.

Kakashi no había enviado el Rasengan, si no al clon de Naruto.

—¡¿Quién demonios eres?!

El Uzumaki iba darme con su Rasengan por lo que comencé a volver, pero fue tarde ya que él había logrado dar en mi máscara y cuando volví ya mi máscara había sido destruida.

—¿Obito? —preguntaba Kakashi con asombro.

—¿En verdad es Obito? —preguntó Gai de la misma manera. —Debería estar muerto...

—No hay duda. Él es Uchiha Obito.

—Si quieres llamarme por ese nombre, adelante. —le digo sin tomarle importancia alguna. —Para mí no significa nada.

—¡¿Quién es él?! —preguntaba Naruto.

—Un Shinobi de Konoha de nuestra generación, un Uchiha. —respondió Gai. —Pero se suponía que murió en la anterior guerra.

—Y si estabas vivo, ¿por qué hasta ahora...?

—Que viviera o no, no es algo que tenga importancia. Pero es así. —respondo comenzando a buscar algo en mi traje y entonces extendí el collar de ___. —Y si me preguntas el por qué...es porque dejaste morir a ___.

—¿De que estas hablando? —preguntó sorprendido. —Ella...

—¡Elemento Fuego: Danza Caótica de vientos explosivos! —exclamé interrumpiendo mientras mi ataque les iba a dar directamente, pero entonces fue cancelada por un Jutsu de agua. —Rin.

—¡Casi que les da ese ataque! —exclamó ella mirando a sus compañeros y no notando mi presencia. —¿Eh? ¿Por qué me miran así?

—Detrás de ti...—habló Gai.

Rin se dio vuelta y al momento de verme se quedó quieta. 

—O-Obito...—decía sorprendida mientras llevaba una mano a su boca. —¿Cómo...?

Ella iba a acercarse, pero fue detenida por Kakashi.

—Veo que ustedes dos se llevan mejor. —solté una risa sarcástica. —Era de esperarse. Rin siempre te amó.

—¿D-De que estás hablando, Obito? —preguntaba ella aun sorprendida. —Yo no soy Rin...

—¿Piensas engañarme con eso, Rin? No soy estúpido.

—¡Pues yo diría que sí! —exclamó a toda voz. Noté sus ojos cristalizados. —¡Yo soy, ___!

—Creo que tienes mal las cosas, Obito. —habló esta vez Kakashi. —Yo terminé asesinando a Rin, no a ____.

—¿Qué...?

Me sorprendí ante todo lo que ellos acaban de decir, eso no podía ser posible. Yo mismo vi como ___ moría en manos de Kakashi, ella está muerta...

Iba a hablar, pero entonces Madara apareció a mi lado.