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9 ~Taste Love and Pain~

TASTE LOVE AND PAIN

Sus corazones latían desenfrenados tratando de analizar lo que sus cuerpos hacían, pero aun así no eran capaces de detenerlos, por que era lo que más anhelaban después de aquellos momentos de sufrimiento y dolor.

Jungkook tomó la cintura de la menor cuando abrió la puerta de su departamento y Shitzu cerró con fuerza la puerta antes de llevar sus manos al cuello de chico, uniendo nuevamente sus labios, en un beso un poco más intenso, pero aún sintiendo la necesidad de no alejarse un milímetro.

El chico cerró sus ojos con fuerza cuando la mano temblorosa de Shitzu hizo un recorrido dejando caricias desde su cuello hasta su pecho, y Shitzu jadeó con suavidad cuando sintió la pared en sus espaldas apresarle entre el cuerpo de Jungkook.

-S-Shitzu... N-no... - la menor dudó al escuchar la parte coherente de su mente. Sin embargo, la misma voz y letra del cantante que escuchó hace unos minutos hizo que tomara las mejillas nuevamente del chico – Shitzu... N-no podré controlarme... Si seguimos, no... Quiero arruinar nada

Shitzu sonrió suave abriendo sus ojos y sintiendo el mismo cosquilleo al ver los ojos oscuros de Jungkook y sus labios hinchados junto a su piercing que estaba movido

-Tampoco quiero arruinar nada... Pero me aferré tanto a ti que... No quiero separarme, Jungkook – tragó ante el beso que recibió en sus labios – No quiero controlarme tampoco

Jungkook cerró sus ojos llevando su mano a la mano de la chica que temblaba.

-I wanna taste love and pain – canto Shitzu muy bajo sintiendo como el agarre de Jungkook se apretaba – I wanna feel praid and shame... Don't wanna take my time, don't wanna waste one line

- I wanna live better days – canto Jungkook con la menor, acercando su frente a la contraria – Never look back and say...

- It could have... been me – murmuró con la voz temblorosa antes de mirar a Jungkook y sentir como todos sus pensamientos se apagaban cuando Jungkook volvió a unir sus labios en un suave y casi en un tímido beso hasta que sus cuerpos se pegaron y los suspiros hicieron que sus mejillas se sonrojaran.

La menor sonrió con complicidad antes de impulsarse en los hombros de Jungkook y rodear sus caderas con sus piernas, sintiendo como sus cuerpos se tocaban a través de los enormes abrigos que llevaban, no evitaron reír entre besos al no poder verse bien por las bufandas.

Shitzu guió a Jungkook hasta su habitación aun en sus brazos, y cerró la puerta carcajeando cuando Jungkook no pudo seguir besándola por haber movido su abrigo. Ambos se soltaron, pero volvieron a unirse cuando solo ropa ligera los tapaba.

Y pronto la habitación se llenó de besos húmedos, suspiros tímidos y nerviosos, de palabras cortas pero que tranquilizaban al contrario como si algún polvo mágico existiera, se llenó de amor y cariño, de admiración y de promesas. Sus corazones se unieron con el más cálido e inocente amor, al igual que sus cuerpos con temblorosos toques, pero llenos de deseo y necesidad.

Sus labios nunca se soltaron, aunque estos iban a explorar un momento en el cuerpo del contrario, pero regresaban. Sus ojos admiraban al otro con pequeñas sonrisas, con pequeños besos y con suaves suspiros. Algo que sus mentes apagadas guardarían para toda la vida.

Porque a pesar de su edad, era su primera vez, su primera vez amando.

Y quizá, no sería la última.

(•••)

El pelinegro sintió el frío en sus brazos fuera de la sábana y se aferró al único calor que sentía, a un pequeño cuerpo a su lado, sus manos brindando calor en su abdomen al tenerlo abrazado y a su cuello al tener una suave respiración que pegaba con su piel.

Sus ojos se abrieron, su estomago se lleno del ya conocido cosquilleo y sus mejillas se colorearon de un rojo intenso al recordar lo que había sucedido la noche anterior. Y se encogió cuando al girar su rostro se encontró con los suspiros de Shitzu, sus ojos cerrados con leves rastros de maquillaje, su nariz inhalando con calma y sus labios un poco maltratados y levemente secos, quizá por el piercing de los labios contrarios. Su cabello revuelto que caía en su brazo y en parte de la almohada, su mirada viajó a su cuello sintiendo palidecer al encontrar pequeñas marcas que con maquillaje podrían taparse, sus hombros encogidos y su pecho que subía y baja con tranquilidad.

Jungkook no pudo sonrojarse mas cuando su mirada fue mas abajo, encontrando sus cuerpos desnudos juntos, sintiendo cada rastro de piel de la chica.

Si no moría ese día, moriría en la próxima vez que estuvieran juntos.

¿P-próxima vez...?

Un teléfono hizo que sus cuerpos se sobresaltaran y Shitzu se aferrara más a ese cuerpo cálido que sentía entre sus brazos.

Jungkook trató de estirar lo más que podía su brazo para tomar el celular de la chica, pero gruño al no poder apagar la alarma que poco a poco hacía despertar a Shitzuki

La menor escondió su rostro en el cuello del chico sintiendo como este se tensaba, y después de permanecer un rato así, sus ojos se abrieron al recordar los besos que Jungkook le repartió la noche anterior.

Lo primero que observó fue el cuello y la mandíbula del chico, llevó su mirada más arriba y diviso una pequeña sonrisa y unos ojos nerviosos mirándola.

-H-hola... Shitzu – murmuró con su voz ronca. La menor cerró sus ojos apegándose aún más al cuerpo sintiendo como sus mejillas se volvían rojas

- Hola J-Jungkookie – Jungkook se encogió ante el apodo y llevó su antebrazo a sus ojos queriendo guardar por siempre en su sistema esa voz y ese apodo. Queriendo guardar a esa chica en su mente.

La menor alzó nuevamente su mirada y miró al chico

-S-solo diré... - Jungkook quitó su brazo y suspiró a la chica, como esta se alzaba un poco llevando sus manos a su pecho, con su cabello cayendo por sus mejillas – N-no... No me arrepiento de nada – rio al escuchar la risa del contrario – Fue... El mejor día de mi vida

Jungkook tomó su mejilla llevando su cabello hacia atrás antes de acercarse y besar sus labios, sintiendo como Shitzu tomaba entre sus labios su piercing y el chico rio ante el leve dolor que sintió, pero no le molestó.

-Es injusto – murmuró Jungkook a penas en un susurro - ¿Por qué no se puede regresar el tiempo? – habló dejando otro beso en sus labios

- No lo sé... Pero lo que si sé – Shitzu habló con su cabeza apoyándose en sus manos – Es que se puede repetir... Las veces que queramos

Jungkook carcajeó antes de impulsarse y ubicarse encima de la chica quien llevó con rapidez sus manos a su cabello, uniendo sus labios como ya lo sabían

(•••)

-¿Shitzuki...? – EunBi murmuró después de observar por décima vez como la chica perdía su mirada en la pared

- ¿Mhm? – murmuró abriendo sus ojos para prestar atención a los chicos que callaron con preocupación ante la poca atención de la menor

- ¿Ocurre algo? – Shitzu negó sonrojándose, escondiendo su boca en la enorme bufanda que tuvo que usar por las marcas de su cuello. Aunque, se imaginaba que Jungkook estaba igual a ella por también haber dejado marcas.

- Uh no no. Lo siento... - YeonJun suspiró levantándose, Shitzu se encogió ante la actitud del líder de la banda

- Bien, mañana hablaremos sobre esto – Shitzu se levantó para seguir al chico que comenzaba a guardar su guitarra eléctrica.

- Yeon... - murmuró la menor

- Esta bien, Zuki, solo... Tengo miedo a lo que volvamos y que nos obliguen a firmar el contrato – Shitzu asintió, entendiendo su preocupación. Ese momento se sintió tan egoísta y mal amiga por solo pensar en el momento que estaba pasando, en el momento de felicidad que estaba teniendo sin tomar en cuenta todo lo que pasaban sus amigos, en todo lo que pensaban. Al final solo les quedaba un mes más para volver a su rutina.

- Conseguiré un abogado, Yeon, le pediré a mi hermano que me ayude. Prometo... que esto va a acabar – habló con claridad transmitiendo confianza para que su mejor amigo dejara de preocuparse tanto y confíe en ella.

YeonJun la miró por un segundo y sonrió acercándose a abrazarla

-¿Crees que no sabemos por qué estás tan distraída? – Shitzu se encogió recordando la noche anterior, recordando a Jungkook.

- ¿P-por qué? – murmuró muy bajo

- Tuviste algo con Jungkook ¿Cierto? – YeonJun se separó del abrazo y observó las mejillas rojas de su amiga – Si no quieres decirnos, está bien. Tienes a EunBi para hablar ese tipo de cosas, si no tienes tanta confianza a Tae o a mi. Solo... Cuídate ¿Bien?

Shitzuki negó rápidamente sintiendo el nudo en su garganta

-Solo... M-me siento rara, Yeon...- habló con sinceridad mirando sus manos y como estas empezaban a moverse señalando la leve ansiedad por la que pasaba la chica – Siento como si fuera un sueño, no puedo creer aún que... Jungkook esté conmigo. Que alguien como lo es Jungkook quiso estar conmigo.

- Shitzu, has pasado por tantas cosas bien sea en tu niñez o en tu adolescencia que tu mente se bloquea ante ciertas situaciones que has carecido... Como lo es el amor. Lo sé, tienes a tu madre, a tus amigos, a nosotros. Pero es tan diferente el amor de una pareja. Y... Estoy feliz por verte tan animada con Jungkook. Es un buen chico – Shitzuki sonrió en grande abrazando una vez más, murmurando un suave gracias por haber cuidado de ella cuando más necesitaba de alguna figura familiar en sus tiempos de crisis.

Secó las pequeñas lagrimas que bajaron por sus mejillas y salieron de la casa después de haber arreglado. Al ser sábado suspiró al pensar en que la cafetería no atendía hasta muy tarde por lo que a esta hora debía estar cerrado. Sin embargo, sus ojos se abrieron y se iluminaron al encontrar un rostro conocido perdido en las piedras del piso mientras movía con su pie, su cuerpo estaba recargado a la pared, sus manos escondidas en su abrigo y un gorro que tapaba su cabello y sus orejas.

Jungkook sintió varias presencias y levanto su mirada encontrándose con la chica que había robado sus suspiros muy tiernamente. El chico se enderezó, quitó de su oído uno de los audífonos inalámbricos y sonrió debajo de la mascarilla, se acercó lentamente viendo como Shitzu sonreía sin quitar su mirada del contrario.

-¿Quieres cenar? – habló Jungkook cuando estuvo cerca de Shitzu – No quería cenar solo – la menor sonrió mirando sus pies ante la ternura que le dio el chico – Y... también estoy aquí porque te extrañe

El corazón saltó y el cosquilleo en su cuerpo aumento, sintiendo como la sonrisa de su rostro no podía desaparecer. Como el cariño que empezaba a crecer no se podía detener.

-Pensé que era la única que después de pasar todo el día juntos te haya extrañado mucho más que otro día – y la sonrisa que supo que le dedicó debido a como sus ojos se encogieron supo que aquella felicidad en su pecho nadie volvería a dañarla.

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