-Win ¿Dónde dejaste mi laptop?

-Está en tu escritorio mami.

-En mi escritorio no hay nada.

Win bajó las escaleras con el ceño fruncido. El recuerda haber dejado el portátil de su madre en su escritorio. Se dispuso a buscarla ya que su madre le dijo que tiene cosas muy importantes en ese dispositivo y no quiere que su madre se enoje con él.

Según recuerda, utilizó la laptop en la sala para hacer una de sus tareas, después fue a la oficina de su madre y ahí termino su tarea. Solo había dos lugares posibles así que fue directo a la sala y la buscó en alguno de los cajones.

-¡Aquí está mami!

Nat apareció en la entrada de la sala, tenía una bandana en su cabeza que sostenía sus cabellos- ¡Gracias cachorro! - Nat tomó su portátil y lo encendió.

Su cachorro tenía catorce años, según los doctores su cachorro era demasiado serio con las demás personas por su aura tan dominante pero era una bolita de amor con su familia.

Si, ya habían pasado doce años desde que Nat y su alfa se conocieron, diez años desde que se enlazaron y nueve años desde que se volvió un Rujeera.

Desde que su cachorro entró a la escuela comenzó a trabajar en casa ya que Win necesitaba a alguien que estuviera con él dándole compañía según los doctores, Nat no quería que Win tuvieran una niñera y se sintiera desplazado por su padres así que se hizo cargo de una de las sucursales de PT Publishing House, el hacía cuentos para niños, realmente le gustaba eso.

Según los doctores de su cachorro, Win necesita un omega en su vida que lo guíe y calme, ya que a temprana edad empezaría a experimentar cambios de humor drásticos, algunas veces será agresivo y necesitará de alguien que lo calme.

Su pequeño Alfita tiene dos grandes amigos, Rhay es una Omega de catorce años y Bright un Alfa de Quince. Se conocieron desde que que los tres eran unos bebés en el jardín de niños. Casi todos los días los tres cachorros están en su casa, hay veces en las que se quedan a dormir.

Nat y Max planean tener más cachorros, amaría tener a pequeñas creaturas corriendo detrás de él mientras Win y sus amigos juegan en la sala de estar.

-Buenos tardes omega. -Saludo Max mientras besaba a Nat.

-Buenas tardes alfa.

-¿No están Rhay y Bright?

-No, la casa está demasiado tranquila sin ellos aquí.

Alfa y omega estaban acostumbrados al ruido que hacían los alfas y la omega ya sea jugando videojuegos o haciendo tarea. - Win, ¿podrías bajar?

El Alfa bajó las escaleras con su teléfono en la mano, sonrió cuando olfato el aroma de su padre- Hola Papá, llegaste temprano a casa.

-Si cachorro, ven aquí -El alfa abrazo a su hijo y lo besó repetidas veces en su frente mientras el cachorro sonreía, nunca se cansaría del amor que sus padres le brindan. -¿Cachorro porque Rhay y Bright no están aquí?

En ese instante sintió como su cachorro se ponía tenso. -¿Qué sucede cariño?— Preguntó el omega cuando notó el cambio en su cachorro, su hijo tenía cambios de humor pero nunca cuando se trataba de los amigos de su cachorro.

-Ayer estábamos en el centro comercial y me di cuenta que me gusta Bright, cuando terminó la película lo besé y el me correspondió, p-pero a los pocos segundos el me alejó y se fue.

El Alfa inmediatamente coloco a su cachorro en su regazo. Le acarició el cabello mientras lo marcaba con su aroma, Nat estaba alterado al sentir mal a su cachorro pero intentó mantener la calma.

-Amor tienes que hablar con Bright, el es un buen chico y sabes que su familia no acepta las relaciones de alfas, dile lo que sientes cachorro, seguramente el tuvo una razón para eso amor.

Max siguió mimando a su cachorro durante un par de minutos hasta que Win se puso de pie y se dirigió a su cuarto. Veinte minutos después tocaron el timbre, la puerta fue abierta por Max recibiendo a un alfa castaño de ojos gris-azulado que se veían más rojos de lo normal, como si hubiera estado llorando.

-Hola Papá Max- Porque sí, Bright le decía Papá a Max y mamá a Nat.

-Hola cachorro, ¿Qué pasó?

El alfa no respondió sólo se lanzó a los brazos del Alfa mayor y lloró en su hombro. Max sabía lo que estaba pasando, el Alfa que tenía en sus brazos provenía de una familia de mente cerrada, Bright era un Alfa alto y musculoso, más que su cachorro.

Hace unos meses ambos Alfas habían tenido una platica profunda, Bright le había confesado que descubrió su gusto por los Alfas y el miedo que sentía si sus padres lo descubrían. Como un buen alfa, Max le ofreció su hogar para vivir ya que sus padres eran Alfas y sabe la discriminación que tienen las parejas del mismo género.

-¿Tus padres se enteraron? - El sollozo que soltó Bright fue la respuesta a su pregunta, los padres de Bright se habían enterado y lo corrieron de casa.

-¿Papá Max, me puede quedar aquí unos días?- habló mientras limpiaba sus lágrimas.

-Cariño te puedes quedar aquí todo el tiempo que necesites, toda la vida si es necesario. El Alfa mayor cerró la puerta y se dirigió con el alfa en sus brazos a él sofá donde se encontraba su omega.

-¿Cariño que sucedió?

El Omega se levantó y abrazó a los Alfas, Max dejó a Bright en los brazos de Nat mientras el se dirigía a la cocina a prepararle un batido de fresa a Bright, su favorito.

Minutos después el Alfita se calmó, se tomó su malteada y tomó rumbo a la habitación de Win.

- Bright puede dormir en el cuarto junto al de Win aunque probablemente quieran dormir juntos. Esto ocasionó un gruñido por parte del Alfa.

-No quiero que hagan cochinadas en mi casa -Dijo con un puchero.

- Max si no lo hacen aquí, lo harán en otro lugar. -Dijo en un tono burlón el omega. Nat sabía lo apegado que Max era a Win.

Nat y Max se dispusieron a cocinar, ya que esa era la actividad que les gustaba hacer juntos. Decidieron hacer pasta a la mantequilla con camaroneras y un poco de brócoli, de beber hicieron agua de limón y como postre hornearon un pastel de chocolate con fresas.

-Max, iré avisarle a los cachorros que la cena está lista.

El Omega se dirigió a la habitación de su hijo, era la penúltima habitación de pasillo. Abrió la puerta y encontró a su cachorro acurrucado sobre el pecho de Bright, ambos dormidos junto con Surt. La imagen era muy linda, sabía que esos dos Alfas terminarían juntos desde que los vio de pequeños.

Varios minutos después Max lo abrazo por la cintura. -Ya entiendo porque tardaste tanto en avisarle a los chicos.

Nat y Max veían con adoración a esos jóvenes Alfas que tenían una muy larga vida por delante y ellos harían cualquier cosa por que ellos fueran felices, juntos.

Que viva el BrightWin
y ni modo💅🏻

FIN
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