Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 70

Pasado varios minutos de rotundo silencio incómodo, Doyeon me invitó a sentarme en la barra de desayuno mientras ella preparaba café. Ella no toma café, lo hizo por mí.

Fue difícil encontrar algún tema de conversación, algo que no tuviese que ver sobre nosotros como pareja en el pasado, ella hablaba más sobre su amiga y sus horarios de trabajo.

Puso frente a mí una taza rosada con café negro humeante. -¿Azúcar?- prosiguió a sentarse a mi lado.

Negué levemente con la cabeza un poco cabizbaja. –Estoy bien.-

-Perfecto, uhm... entonces, ¿dijiste que te mudaste otra vez, cierto?-

-No tenemos que hacer esto, Doyeon.-

-¿Hacer qué?-

-Fingir.-

Y aquí vine yo a meter el tema por la fuerza otra vez. No quise mirarla. No me atreví a mirarla a los ojos, porque sabía que esto nos dolería otra vez a ambos. Yo en verdad no sabía cómo hacer todo aquello. Ser directo, no ser directo: caos.
Una vez más volvimos al silencio incómodo. No di ni siquiera un sorbo a ese café.

Luego, en cualquier momento, sin decir nada, Doyeon dejó la mesa. La vi dirigirse a la habitación, escuché ruidos de objetos caer y en menos de lo esperado volvió a salir. Tuve que ponerme de pie al verla caminar hacia mí. En sus manos, mi chaqueta negra que le dejé en aquella tarde de frío cuando fue víctima de mi incontrolable temperamento en ese entonces. Hace casi tres años atrás.

No puedo describir su triste gesto de melancolía que hizo cuando me extendió la chaqueta para que la tomara. ¿Qué debía decirle?

Debí aceptarla porque ella insistió. Fue la chaqueta que me obsequió en uno de mis cumpleaños. -¿Por qué la guardaste?-

Ahora ella evitó mirarme. Se encogió de hombros. –Es tuya, no iba a regalarla.-

Eso me hizo pensar un poco. Además, ¿cómo decir gracias? ¿Debía decir gracias?

-Doyeon...-

-Y si vas a preguntar por el anillo, no lo tengo. Me deshice de él.- esto último sonó con tanto enfado. Drásticamente subió el tono de molestia. –Se lo di a los peces del río, Min Yoon Gi.-

Por supuesto que me molesté. -¿Qué? Tú...-

-No valía nada después de todo, ¿verdad?- agregó esto con toda firmeza después de levantar el mentón y retarme con la mirada.

-¿Qué estás diciendo?-

Aquí vi de nuevo sus ojos queriendo desbordarse otra vez, pero parecía que ella estaba provocando que peleáramos a propósito.

Noté cómo ella vacilaba antes de responderme. –Que no vamos a fingir y que no necesito estas cosas, ¿no?- aquí su voz se quebró por completo. –Esto lo guardé porque fue algo que yo te di. Pero... el anillo.- se esforzó en no llorar frente a mí. –El anillo tuve que botarlo porque tú me lo diste sin significado alguno. Yo sé que no valía nada.-

-Doyeon...-

-No.-

¿Por qué?

-Doyeon.-

-No valía nada, Min Yoon Gi.- finalmente soltó el llanto. -¿Verdad? Solo fue... algo tonto que yo me creí.-

Lo único que pude hacer fue negar, porque en realidad no podía decirle nada. –No...-

-Ya no soy tonta, ¿de acuerdo? Ya no soy ingenua. Ya no tengo que fingir, tienes razón. No estoy feliz de verte aquí otra vez, ¿entiendes? Solo vienes aquí a hacerme recordar esos días en los que fui una tonta. ¡No soy tonta! Ya no voy a creerte. Vete, ¿quieres? Ahora.-

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

No quise admitirlo frente a ella pero todo eso me apuñaló cientos de veces en lo más profundo del alma. Fue inevitable quebrarme como ella al llegar a casa. Me quedé horas sentado en el sofá y mirando esa estúpida chaqueta tirada en el suelo frente a mí.
Me encontré con un revoltijo de emociones y tantas ideas que no tenían nada bueno qué asegurar. Haber vuelto solo la lastimó más. Me arrepentí de haberlo hecho.

Yo quería recuperar su corazón pero ella estuvo totalmente dispuesta a rechazar toda señal de mí.
Después de todo, supe que ella entendió todo el mal que le hice. Solo fue cuestión de tiempo, nunca debí subestimarla.
Aunque... nunca fue ingenua. Ella solo me miraba con otra realidad, ¿qué le hizo entender todo?

No me rendí aún.

Lo del anillo ya no importó. Bueno, el valor sentimental podría recuperarse pero el tiempo y la suerte no estaban de mi lado por el momento.

Dejé que pasarán varios días, me concentré en mi trabajo, y al final cuando pude relajarme, decidí intentar de nuevo.

Hacía mal por Doyeon. Si mi presencia le hacía tanto daño, no sé por qué fui tan terco de todos modos, pero debía intentarlo. Tal vez aquello solo fue ocasión por la chaqueta y el anillo, tal vez fue algo que ella tenía escondido y soltó debido al momento.
Tuve que ser más cuidadoso en cuanto a nuestro pasado.

Seokjin me dejó saber la academia de ballet y los horarios de Doyeon. Insistió que era mala idea pero yo insistí en lo contrario a pesar de no estar seguro.
Fue una tarde de viernes, hacía frío por el cercano invierno. Un lugar grande al que entré sin dudar demasiado. Me encontré con un cuarto grande, fino como la danza, no me hizo falta preguntar por la clase de Doyeon, la pared izquierda del sitio era el completo cristal del siguiente cuarto. Vi al grupo de bailarinas, y entre ellas Doyeon.
El traje de ballet, un delgado traje de baño rosa. ¿Por qué no usaba las mallas esta vez? Solo ese maldito traje y los zapatos.

Me quedé a observar la clase a una distancia controlada para que ella no me viera, de todos modos, ella estaba concentrada en bailar con su pareja. Ella tenía un solo y aparte una pieza con un chico. El chico tocaba su cintura, sus hombros... me molesté un poco cuando la levantó y la abrazó completamente a la altura de las caderas. Nunca fui de apreciar la danza pero en lo absoluto eso no iba a fascinarme para nada.

-¿Min Yoon Gi?- ella me descubrió en cuanto salió de la clase. Se acercó acompañada de ese chico. -¿Qué haces aquí?-

Bien, un tono normal. No hubo tensión.

-Vine a verte.- sonreí por lo bajo. Le lancé una pequeña mirada al chico junto a ella pero traté de ignorarlo.

-Oh, él es Ten. Ten, él es Min Yoon Gi.- nos presentó, creo que para molestarme, no estoy seguro.

-Es un placer.- reverenció el chico pero lo omití como tal.

-¿Puedo acompañarte a casa?- pregunté.

-¿Oh? Uhm, claro. Nos vemos, Ten.-

-Estuviste genial, Doyeon. Practica mucho, el recital está muy cerca.-

-¡Lo haré! Min Yoon Gi, ¿podrías cuidarme esto?-

Bien, pasaré página de mis raros pensamientos de Doyeon y ese chico. En fin, ella no se veía molesta conmigo esa vez. Me pidió cuidar su mochila en lo que se ponía un vestido por encima, los zapatos y luego el abrigo. Todo frente a mí, ahí mismo en la gran recepción. ¿Miedo a los vestidores o en realidad se dio prisa por mí?

Salimos juntos de ese lugar y caminamos lado a lado. Tardamos un poco en encontrar el momento adecuado para hablar y sobre qué.

-¿Recital?- pregunté de la nada y ella sonrió al mirarme.

-El recital de invierno.- respondió. –Es muy importante porque por primera vez Ten tiene un solo. Oh, y yo también.-

-¿Cuándo es?-

-Uhm... ¿por qué debería decírtelo?- jugó conmigo. En serio jugó conmigo.

-Vamos, dime.-

-Te lo diré, Min Yoon Gi, pero antes, si me compras un helado.-

Me detuve de golpe, por consiguiente ella también. ¿Qué sucedió con ella en esos días posteriores al de sus palabras heridas?

...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro