Creí que me sentiría mejor por haber liberado un poco la carga. Me equivoqué.
No me llegó el remordimiento hasta unos días después, cuando sentí todo esto tan extraño. Ni siquiera sé si lo hice bien. Darle una lección a mi novia por sus estupideces, creí que era una buena idea, o más bien, ni lo pensé. Ahora entiendo que solo quería deshacerme de ella. Pero todavía me resulta confuso, porque aun así no le quité el privilegio de llamarse mi novia. ¿Qué tan egoísta podía ser?

Esa misma noche volví al estudio. Volviendo al bendito estrés de mí trabajo. Suran no mencionó nada de lo sucedido, pero debido al silencio supuse que no le faltaba mucho para echármelo en la cara en cualquier momento.
Nos quedamos hasta tarde, casi a la media noche. Bebimos café, escuchamos música y nadie habló de nada.
Seokjin entró al estudio una noche de grabación. Me preguntó por Doyeon y yo, fingiendo nada, respondí de lo más neutral. Él era un idiota enamorado (aún lo es), nunca sospecharía de situaciones como esas, nunca las comprendería de todos modos, al menos eso pensaba. Siempre que podía mencionar a su en ese entonces prometida, lo hacía. Muy diferente a mí, lo cual me hizo pensar. Pensar de nuevo, recapitular, toda mi corta vida al lado de Doyeon.
Mencioné anteriormente que yo era incapaz de sentir amor, el pedazo de memoria que recuperé en ese tiempo sobre mis padres me dio una ligera pista del por qué. Y también de mi incapacidad de amar a alguien más.

Pero yo amaba a Doyeon. No sé de cuál manera, pero eso tenía que ser amor para mí.

-Escuché lo que hiciste en los vestidores. ¿Te rindieron los condones, amigo? Oye, ¿a dónde vas? Min Yoon Gi. Más vale que no llegues tarde.-

...

-¿Por qué tan callado ahora?-

-Déjame en paz.-

Como dije, pasaron días, yo sin saber de Doyeon, y creo que ni ella de mí. La empresa se encontraba a mitad de un programa proyecto, por lo cual nadie debía saber de nuestro trabajo. Estábamos a mitad del camino, debíamos quedarnos hasta tarde para avanzar y terminar, por lo menos, media canción al día. Llené de cafeína mi cuerpo. Me contagiaba de los bostezos de Suran. Los disparos de mi memoria rota se calmaron un poco, esto me ayudó a concentrarme de vez cuando.
El trabajo no iba mal, pero señales de Doyeon no podían faltar. Aunque vaya que tardó bastante. Lo esperaba.

Me llamó una noche. -¿Doyeon?-

-Yoongi...-

-Es tarde.-

Extrañé su voz.

-Lo sé, lo sé, pero solo quería llamarte, Yoongi, porque... te extraño mucho.-

Extrañé la sensación de un beso.

-También yo.-

Suran estaba dentro de la cabina de grabación. Estuvo mirándome todo el tiempo, no sé si escuchándome.

-Quiero verte, Yoongi. Quiero verte y disculparme. ¿También quieres verme, verdad?-

Creí que Suran esperaba indicaciones de mi parte.

-Bueno, ahora no porque es tarde.-

-Pero, ¿cuándo, Suga?-

-Yo te diré cuándo.-

-Sí pero, ¿cuándo me dirás cuándo?- ¿es en serio?

-Cuando tenga tiempo.-

Suran salió de la cabina para entregarme ciertas partituras. -Capitán, esto es tuyo.-

No sé qué fue lo más estúpido: el intento de seducción de su voz, o que me dio hojas en blanco.

-¿Estás con Suran?- y claro, Doyeon saltó al ataque. -¿A esta hora?-

-Voy a colgar.- dije.

-Suga...-

No aparté los ojos de Suran cuando solté el teléfono y lo dejé en el escritorio. Me puse de pie para estar a su altura. Sí, lo hizo a propósito. Mi cuestión solo era por qué. Ella tenía una mirada fría, a la vez excusándose con una falsa inocencia.
Habíamos estado bien los últimos días, ¿por qué joderlo ahora? ¿Por Doyeon?

-¿Hice algo malo?- preguntó. Solo asentí como si no fuera la gran cosa, pero lo era, maldita sea. -Lo siento.-

-Ciertamente, no me molesta que me hayas dado hojas en blanco, tu estupidez no te da para más.- le devolví el monto de hojas. -Lo que me inquieta es ese tono de voz sensual que nunca te había escuchado. La frase pudo haberse interpretado de otra manera, ¿sabes? He visto películas para adultos.-

No me gustó la manera en que sonrió y ladeó la cabeza. Pero no duró mucho esa sonrisa, se desvaneció cuando suspiró por lo bajo. Le vi negar con la cabeza un poco, luego mordió su labio inferior. -Creo que sabes por qué lo hice, Yoongi.-

-¿Por qué eres una idiota?-

-Porque no quiero que reconcilies tu relación con ella.-

-Eso no te incumbe.-

Esto comenzó a ser más tenso cuando se acercó el último paso que nos separaba. Su nariz a escaso centímetro de la mía. No me inmuté, mantuve mi firmeza y fui claro que esto no me importaba en lo absoluto.

-No me digas que no sientes esto.- dijo. -Entre nosotros.-

De pronto fui atacado por un recuerdo: la chica pelirroja... besándome, encima de mí, enterrando sus dedos en mi cabello. Mis manos en su espalda desnuda.

Di un respingo debido al impacto de la imagen, retrocedí inconscientemente un paso. Suran se preocupó y buscó tocarme pero lo evité.

-¿Estás bien?-

-Vete a la mierda.-

Salí del estudio sin prisa. Caminé con la cabeza nublada de ideas. Caminé por las calles de la ciudad como un chico perdido, sin rumbo aparente. No sé por qué Suran me recordó a esa chica extraña, pero como así fue tuve que alejarme lo antes posible. No quería recordar nada más.

Llegué a mi edificio, recogí a Holly e hice mi primer intento de dormir. No fue posible. Poco a poco iba descubriendo quién era yo, y las primeras pistas no me gustaban en lo absoluto. Ya estaba seguro que esto no terminaría bien. Y bueno, no me equivoqué.

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