"Entre el sueño y la realidad..."

Para mí no había sueños, solo una memoria en blanco. Un lienzo en blanco que, conforme avanzaban los días, iba tornándose de muchos colores opacos. En imágenes borrosas. No supe si era el estrés o aquellas noches de desvelo que me ocasionaban dolores de cabeza, pero en mi mente comenzaba a tener imágenes de... paisajes. No personas sino paisajes. Un desierto, un bosque, una piscina vacía...

-¿Quieres casarte conmigo? ¿Ya?-

-Sí.-

-¿Por qué quieres casarte conmigo, Jung Do Yeon?-

-Porque quiero.-

-Esa no es una respuesta.-

-Sí lo es.-

Que Doyeon viniera a mí hablando sobre matrimonio me hizo recordar sobre aquellas imágenes en mi cabeza. Aquellas que me hacían recordar o pensar en el pasado.
Casi un año juntos parecía mucho tiempo, pero ese no era el futuro.
Habló de casarnos. Al principio me lo tomé como una broma de una inocente niña y sus fantasías pero... hm.

Sé que para Doyeon "casarse" significaba tres cosas: boda, casa, hijos.

Pero yo no quería nada de eso.

-No lo es.-

-¡Sí lo es!-

Al igual que mi pasado, mi futuro lo veía como un lienzo en blanco.
Tenía 21 años, ¿qué sabía yo del futuro? Me consideraba bastante maduro para mi edad, aunque eso en parte era mi hostilidad pero cuando se trataba de estas cosas... solía ser cobarde. No fingía ser valiente.

El Mixtape era parte del futuro de mi carrera. Decía tantas cosas de mí. Algunas verdades y otras incógnitas. No quise que Doyeon supiera de él hasta que estuviese terminado, porque entonces ella hablaría de todo aquello que no le conté nunca.
Suran a veces me entendía. Mostró compasión al leer mis letras, pero Doyeon... yo no quise que supiera...

-No es de tu incumbencia, ¿de acuerdo?-

Cuánto temía yo de... todo. De mí.

Sí, fui un mentiroso al decir que nada me asustaba al principio.

Lo siento.

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Las cosas cada vez fueron más complicadas.
Suran terminó de grabar sus líneas de mi canción pero aún yo no tenía las mías. Boi vino en nuestra ayuda. Yo no lo necesitaba pero Suran insistió.

-¿Desde cuando tienes problemas para esto, Min? Lo has hecho genial desde que llegaste.-

Muchas cosas en mi cabeza. Solo eso.

-Oye, ¿es verdad que te coges a la hermanita de Jung?-

Me sorprendió que dijera eso de la nada. Me obligó a lanzarle una mirada pesada. No tuve intención de responder pero Suran lo hizo reclamándole lo insensato que fue al hacer esa pregunta.

-¡Boi!-

-Solo pregunto.- se encogió de hombros. Volvió a mirarme. -Al menos eso escuché. Dudé así que pregunté.- recibió un golpe de Suran y él se lo devolvió ocasionando un tonto juego de manotazos entre ellos.

No dije nada.

-Ella es linda, Yoongi.- Suran dijo. -No me imagino la historia de ustedes dos.-

-Una chica menor.- Boi hizo una mueca al mismo tiempo que negaba con la cabeza. -¿Qué clase de gustos son esos?-

Seguí escribiendo. No me apetecía para nada seguirle la corriente a ese imbécil.

-Tengo curiosidad.- Suran habló nuevamente.

-Yo dudo que Min haya dado el primer paso.-

-También lo dudo.-

Claro que no tenían ni idea.

-No parece que la quisieras en verdad.-

Para mí eso fue como una pequeña gota que derramó el vaso de mi paciencia. Una gota pequeña e insignificante.

Tenía dos opciones:
a) Responder tranquilamente y no armar una masacre en el estudio.
b) Golpearlo hasta dejarlo inconsciente.

-Es mi novia.- "a", supongo.

No sabía qué otra prueba quería.

-Sí pero... amigo.- dijo. -¿Qué clase de fetiche es ese?- el fetiche de Min Yoon Gi. -Y hablando de eso, dudo mucho que ya te la hayas llevado a la cama.-

Me resultó una estupidez quedarme ahí hablando de eso.
¿Qué mierda le importaba a ese tipo? Me sentí frustrado al no poder golpearlo, tuve que salir de ahí, pero después no pensé que Doyeon aparecería justo afuera del estudio.

-¿Qué haces aquí?-

Yo estaba molesto y ella con el peor ánimo.

-No puedes venir aquí.- y le di la peor respuesta. -Tienes que irte.-

Me molesté más al pensar que ella pudo haber escuchado lo anterior.
Dijo que tenía problemas en casa otra vez.

-No quiero irme, Suga.- su voz se quebró y yo caí ante eso.

Debido a mi actitud quise rechazarla... pero ella rogó en silencio que no la hiciera a un lado, casi al borde de las lágrimas.

¿Por qué yo no era capaz de entender eso?

-Todo está bien.-

Fue una mentira.

Traté de reconfortarla con el abrazo que ella pidió. Un abrazo de tantos, donde ella se esconde y yo espero a que me suelte.
Suran y Boi salieron del estudio encontrándose con la escena. Les pedí que se fueran, así podría arreglar un poco la situación con mi novia a solas.

Fue confuso. Antes me había dicho sobre su problema con su madre, pero cuando la tuve sentada en mis piernas, rodeando su cintura y estudiando su rostro a centímetros del mío, cambió de la nada.
Ella jugaba con sus dedos, mordía su labio inferior y evitaba mirarme a los ojos. Yo miraba su perfil.
No me gustó verla así. Tantas cosas estaban acabando con ella y yo me sentí un completo inútil a su lado.

-¿Qué es lo que te gusta de mí?-

Demasiado extraña la pregunta pero no lo tomé como la gran cosa.

-Todo.-

Fui sincero... aunque ahora me suene a mentira.

-No, di algo en específico.- reclamó.

-¿Todo no es específico?-

-Alguna parte de mi cuerpo, ¿tal vez?-

¿Qué era todo eso?

-Rostro.- respondí simple.

-Bajo el cuello.- volvió a reclamar.

-Doyeon, ¿qué quieres que te diga?-

-Mi atractivo físico.-

Bueno, eso no era como pedirle agua al desierto pero... fue difícil.

-¿Por qué?

-No tengo boobies.- sin comentarios.

-¿Y eso qué?-

-Tampoco piernas largas.-

-¿Y?-

-Y mi cintura es pequeña.-

-Aún no veo qué te preocupa.-

No supe cómo fue que mi novia, tal vez la chica más linda del mundo, comenzó a tener problemas con su físico. Sí, era pequeña, demasiado para su edad, pero creí que ambos sabíamos que era normal. Cuando la conocí hasta ella bromeaba sobre ello, entonces me costó entenderlo.

-Eres más bonita que cualquiera.-

Me costó plantear sus quejas en mi cabeza, quiero decir... porque aún no la había visto desnuda. Aún.
La única piel que libremente podía ver de ella eran sus piernas y de vez en cuando su abdomen cuando usaba blusas no muy cortas.
Me pareció ridículo que se preocupara por ello. Se me ocurrió la idea de animarla dándole algo del tiempo que no tenía. Creo que fue la primera vez que me escapé de mi horario de trabajo, a mitad de un proyecto.

-¿Vas a irte solo así?-

-Sí, ¿y? He decidido salir temprano. Muévete.-

Me alegró verla sonreír. Yo también necesitaba escapar de ese lugar, lo admito, pero la razón principal fue ella y esa sonrisa que yo buscaba ver.
Al menos yo podía hacer pequeñas cosas para hacerla sonreír.

Pequeños detalles, necesitábamos olvidarnos de todo eso.

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