Parte 29
La seguí hasta la cocina, acercó una silla en la barra de desayuno y subió a merced de sus rodillas. Escribió la lista en un pequeño pedazo de papel.
-Tomaremos el autobús.- dijo mientras escribía. –No nos tomará más de dos horas, Yoongi.- y luego me sonrió.
Me encogí de hombros. -Me da igual.-
-¡Bien!-
En todo el camino nunca soltó mi mano. Eso siempre me gustaba. La manera en que nuestras manos encajaban perfectamente, aunque la mía fuese más grande que la suya. La pequeñez de mi novia me hacía verla tan vulnerable. Yo no era tan alto como otros chicos que ella conocía pero al menos lo era más que ella y eso para mí era perfecto.
-¿Podrías empujar el carrito?- y bueno, su mentalidad a veces también me gustaba. -¡Ayúdame a subir!-
Ella quiso ir en el maldito carrito en el supermercado. La ayudé a subir y se sentó cual niña pequeña, con la lista en sus manos.
-Yo te guiaré, Yoongi.- sí, cómo no.
-Chica escandalosa.-
Fue la primera vez que hicimos compras juntos. No sabía si esto era normal entre las parejas. Veía una y que otra pareja empujando el carrito en equipo, ¿y yo qué?
-¡Oh, toma una caja de esas!-
-¿Por qué no lo haces tú?- ¿harina?
-Yo soy la guía. Oh, una lata de esas. Esa, esa, esa... ¡eres el mejor!-
Hm, no me pareció ya tan malo después de un rato. Aunque un poco aburrido sí.
-Ya dimos tres vueltas, ¿qué es lo que falta?- dije después de recobrar la molestia.
-Yo quiero gomitas, Yoongi... ¡oh, las fresas!- de pronto se puso de pie. –Bájame, bájame, bájame.-
No repliqué. Me acerqué a abrazar sus piernas y la llevé a tocar el suelo con cuidado. Tan pronto tocó tierra salió corriendo. Las rejillas del carrito quedaron marcadas en sus muslos.
Tuve que esperar, mirando alrededor a ver qué tontería podía distraerme.
"Puede que no haya reglas entre nosotros, pero el camino hacia el amor existe..."
Tonterías como letras de canciones en mi cabeza. Hm, ¿por qué no quise escribirle una canción para su cumpleaños? Tal vez eso le hubiese gustado más que un vestido.
-¡Boo!- ¿cuándo aprenderá que no me asusto tan fácilmente? –Ya terminé, Yoongi. ¡Hora de ir a casa!-
Estuve tan distraído por haber pensado en aquello.
Suran me había preguntado antes cuál era mi inspiración y yo no quise decirle que mi novia lo era. Siempre solía escribir lo primero que estuviese en mi mente. Antes de conocer a Doyeon mi inspiración era la mala suerte de mi vida. ¿Cómo cambié a escribir canciones de amor así de simple?
"Cada vez que dices que me quieres camino sobre las nubes..."
-¡Te quiero, Yoongi!-
Cuando escribí "Best Of Me" Suran no quiso cantarla. Nunca me dijo por qué y el ambiente tenso que teníamos entre los dos se volvió aún más denso.
-¿Estás enamorado?- fue lo primero que me preguntó y con burla mientras hojeaba la partitura de la canción. A ese entonces la tenía escrita en piano. Una balada suave perfecta para la voz de Suran, pero nunca la quiso.
-Eso no te importa.-
Supreme Boi, el cual siempre olvido su nombre, estuvo esa vez con nosotros en el estudio. –A mí se me hace buena canción, Suran.- dijo.
-Sí pero... no es mi estilo, ¿no crees?-
-¿Cuándo te has negado antes?- le dijo de vuelta. –Has cantado muchas canciones de amor.-
-Sí pero esta no...-
-Me da igual que no te guste, cántala.- dije finalmente, poniéndome de pie listo para largarme. -Apréndela para mañana.-
-¿Por qué no hoy?- el chico preguntó.
No le respondí y me largué de ahí.
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Volví al siguiente día, temprano, me encontré con Suran en el mismo estudio. Ella leía la letra de la canción. Se quitó de la silla antes de decirle que lo hiciera.
-¿Quién hará el rap?- preguntó. –Porque obviamente no lo haré yo.-
-Hoseok.- respondí solo para callarla. –Entra ahí.-
-Sí, capitán.- dijo con sarcasmo. –A veces me caes tan mal.-
-¿Crees que me importa?-
La vi sonreír por lo bajo. No sé por qué sonrió pero no me dio del todo igual. Al parecer a ella le gustaba cuando era un patán con ella. ¿Hay lógica ahí? No era como Doyeon pero sin embargo sus respuestas eran más maduras o incluso me devolvía los insultos.
-¿Tienes novia, capitán?- preguntó en una pausa.
-No. Vuelve al primer verso.-
-Te creo, supongo. No creo que haya chica cuerda que caiga ante tus encantos de macho dominante, ¿o sí?- ¿qué ganaba con sonreírme de esa manera?
-Deja de bromear.-
-Vamos, dime, tengo curiosidad.-
-Jódete.-
-Jódete tú. ¿Tienes hambre? Deberíamos tomar un descanso.-
Sí, un descanso de ella. –Buena idea.-
Apagué el micrófono, me levanté de la silla y salí del estudio.
-¡Oye!-
Suran era la segunda chica con quién tenía que tratar de verdad, pero nunca entendía esa relación de colegas que me planteaba yo mismo. Solía buscarme discusión de vez en cuando y bromas sin sentido cuando había silencio en el estudio. Suran me parecía agradable pero nunca me interesó llegar a ella como amigos. Yo solo estaba ahí para trabajar en música, pero hasta Seokjin me reprendía que debía relajarme. Que debía "hacer amigos".
-¿Tengo cara de hacer amigos?-
-Tienes una novia.- se encogió de hombros. –Antes de ser novios tuvieron que ser amigos, ¿no?-
-No.-
-Entonces qué raro.-
Quise comer solo en una sala de juntas ese día pero Seokjin se auto invitó para acompañarme.
-Espero que no te moleste esto, Yoongi, pero... ¿dónde vives? ¿Vives solo, verdad?- no le respondí. -¿Sabes? Hoseok me habló sobre ese cuarto pequeño que tienes pero...-
-Cierra la boca.-
-Te decía, que ya que estas ganando dinero te vendría bien buscar otro sitio, ¿no crees?-
Admito que eso llamó mi atención. -¿Otro sitio?-
-Sí, amigo. Eres un compositor y buen productor, mereces algo mejor que un cuarto pequeño en la azotea de un viejo edificio.-
El imbécil de color rosa siempre tenía razón en todo. Ahí comenzó mi deseo de buscar otro lugar dónde vivir, pero antes tenía que hacer más dinero si quería lograrlo.
Nunca consideré a Seokjin como mi amigo, pero siempre lo reconocí como la mejor persona que pude haberme topado. Además, siempre me apoyó en mi relación con Doyeon. Él y Namjoon siempre fueron buenos conmigo. Yo siempre supe que ellos dos eran amigos de Hoseok desde el instituto y que conocían a mi yo del pasado. Preguntarle sobre eso a Seokjin no me resultó difícil y me respondió de buena manera.
-¿Antes? Antes no eras muy bueno, Min Yoon Gi.- dijo. –El peor busca problemas de la generación.- él sonreía, lo decía como un vago recuerdo. -Sí, te metiste con varios tipos dentro y fuera del instituto. Decían que eras un gánster pero nadie probó nada. Hm, solías faltar a clases y fumar en las gradas.- no me digas.
-¿Y cuál fue mi problema con Hoseok?-
-Hm.- pensó un poco. Esta vez dejó de sonreír. –Un día... estabas molesto, no sé por qué. Te desquitaste con Hoseok en el vestidor de varones, y desde entonces lo tomaste como tu víctima. ¿Sabes? Amargaste a Hoseok un poco, antes no era así como es hoy.- me miró con seriedad. –Pero creo que lo peor que hiciste... fue amenazarle con...-
No pudo decírmelo ese día. Namjoon entró buscando a Seokjin.
Entendí que Min Yoon Gi del instituto no era muy diferente al de mi presente, pero Seokjin dijo que había una diferencia. Solo una. No me quiso decir cuál era. Que yo tenía que descubrirla.
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