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Capítulo 19: Lo quiero todo

Como le dolía demasiado el cuerpo al moverse, Alika paso esos días en "cama". Ya que había cobrado ocho mil dólares aquella noche en la que Eli la tuvo que llevar hasta la ducha, no tenía prisa por volver al trabajo, al menos hasta que esa semana terminara.

Por su propia cuenta, la rubia había decidido aprovechar esos días para limpiar el departamento y aunque veía la inusual amabilidad en ello, para Alika era una molestia.

Solo quería pasarse todo el día recostada en el sofá, ordenar comida poco saludable y ver programas basura en la T.V. Pero su tiempo de relajación era frecuentemente interrumpido por los gestos de asco que hacía Elizabeth al usar esa garra de plástico para recoger la basura del departamento y echarla en la bolsa negra que había llevado.

"Por supuesto que no le alcanza el dinero si compra cosas tan inútiles como esa" pensaba Alika.

—¿De cuándo es esto? —preguntó Elizabeth al tirar lo que alguna vez fue una naranja y ahora era una masa oscura del refrigerador a su bolsa de basura—¿el dos mil once?

—A saber—respondió Alika embobada en la T.V. mientras bebía su cerveza.

—¿Alguna vez pasaste la aspiradora en este lugar?

La burla de Alika fue como un ataque para Eli.

—¿Crees que tengo esa porquería? —Elizabeth arrojó sus manos en un gesto de hastío y continúo recogiendo la basura del suelo, Alika se giró a verla con gracia—. ¿Eso es lo que haces cuando estas enojadas? —pregunto en son de burla—¿Limpiar y juzgar?

—No—se defendió Eli —, también juzgo cuando estoy de buenas.

—¿Cuál es el problema? Blondie. Debiste deshacerte del ridículo espejo desde que ese idiota te botó.

—En primer lugar, no me botó, abandonó a su hijo que es diferente—se apuntó a sí misma—, yo soy la víctima aquí—. Alika elevo las pupilas sabiendo que no lo sacaría de esa idea—. En segundo lugar, precisamente, el punto de conservar el espejo era ser capaz de tirarlo por mí misma—soltó la bolsa de basura y cruzo sus manos sobre su pecho—. Cuando me deshiciera de las sobras de mis sentimientos hacia ese hombre, entonces tiraría el espejo como el último vestigio de mi amor por él.

Alika casi se ahoga de la risa. Eli la vio con las manos en la cintura y una mirada acusatoria.

—¿Qué? ¿Es en serio? —Como Alika no paraba de reírse, Elizabeth camino hasta el sofá, tomo un cojín y se le arrojó a su amiga en la cara que no le hizo daño alguno—. Entonces el espejo. ¿Iba a ser tu ritual para "cerrar el ciclo"?

—Así — replicó y arrojo un suspiro—. Pero Maia lo arruinó. Me lo arrebato con la oportunidad de dar esa batalla por mí misma y ganarla sola. Era importante para mí y si lo supiera, seguro que hasta le daría risa.

—Qué estupidez. ¿Sabes de qué otra forma puedes "cerrar el maldito ciclo"? Dile a su esposa que está casada con un patán. Ve, cobra venganza, arruina su vida como él arruinó la tuya.

—Yo no tengo el valor de hacer eso.

—¿Por qué no? El cabrón se metió contigo estando casado, se merece justo eso. ¿El culpable de todo es él, porque has de cargar tú sola con las consecuencias? —Eli desvió las cuencas de su mirada, Alika cerro los ojos para contener sus ganas de golpearla—. Si sabes que la culpa es suya. ¿Verdad?

—Lo sé, pero...—apretó sus labios y después agacho la vista— Hubo un momento en el que lo supe y...

—¿Y qué? Tuviste un momento de debilidad. ¿Mereces ser castigada entonces? ¿Mereces pasar tu vida sintiéndote mal por eso? ¿Solo porque te equivocaste? ¿Eres una mártir acaso? No en serio, dime, para perdonarte a ti misma, ¿acaso necesitas la penitencia?

—No solo es eso—arrojo una mano en indignación —, Alika. Yo no podría nunca ver a los ojos a esa mujer y decirle que cuando supe que existía, intente robarle a su esposo. Además, él la eligió al final, solo arruinaría a su familia para jodérmelo.

—¿Cómo sabes que no lo hará él mismo metiéndose con otra?

—Eso ya sería responsabilidad suya, no mía—se cruzó de brazos—. ¿Sabes? Cuando pienso en eso, hasta me dan ganas de agradecerle el que no aceptara casarse conmigo. Si hubiera dejado a su familia por mí... no sé si podría vivir con eso ahora. Y considerando que lo conocí siendo infiel, sería una tortura ser su esposa.

Hubo un silencio prolongado.

—Tal vez tiene uno de esos matrimonios jodidos donde ya nunca cogen—menciono Alika en plan de broma —como nuestra relación.

—¿Nuestra relación? —se extrañó Eli.

—Sí. Si lo piensas bien, somos como un matrimonio de viejos, Blondie. Yo con mi cerveza viendo a Raymon y tú limpiando mi casa como una sirvienta. Yo te destapo el caño y tú estás embarazada de otro imbécil.

—Sí, pero tú no traes dinero a la casa—respondió Elizabeth en aire acusatorio.

—Mujeres, solo les interesa eso—se quejó Alika—. De todas formas, lo nuestro no funcionaria. A ti te encanta demasiado el pito.

Eli contuvo una risa.

—Acabas de decir que somos un matrimonio sin sexo.

—Igual que todos los que conozco—bebió su cerveza y luego agregó—: ah no, por ejemplo, los caseros tienen sexo, solo que no entre ellos.

Eli hizo un sonido de asco.

—Ahora me los imagine teniendo sexo.

—Vamos, la gente fea tiene derecho a coger también.

—Sí, pero nadie quiere verlos.

—Supongo que, lo natural es que el sexo muera con la alianza en el dedo.

—Difiero—negó con la cabeza—. Mis padres tienen 21 años juntos y estoy bastante segura de que tienen sexo—dijo exorbitado los ojos y arrugando su rostro.

—¿Cómo es que lo estás?

Eli de verdad no tenía ganas de hablar de eso, pero la mirada insistente de Alika la convenció.

—Bueno, hay una regla fundamental en mi casa desde que era niña.

—¿Qué tipo de regla?

—La habitación principal está prohibida.

—¿Eso es una regla rara?

—No lo entiendes. Está absolutamente prohibida, no puedo entrar ahí ni a limpiar. No me di cuenta de lo extrema que era esa regla hasta que mi amiga Victoria entro al cuarto de sus padres a buscar unos aretes con suma naturalidad.

Alika la vio sumamente interesada.

—¿Crees que tengan cuerdas, esposas y ese tipo de cosas ahí?

—Prefiero no imaginar que tienen ahí. Pero a veces, estamos viendo la televisión o algo y ellos solo se levantan y se van al cuarto. Mi teoría es que solo entran ahí para dos cosas. Pelear y tener sexo.

—¿Y como estás tan segura que es la segunda opción?

—Bueno, no lo estoy, pero hay otra cosa. Mis papás siempre salen "a acampar" en su aniversario durante una semana.

—¿Acampar?

—Es un código para decir que no volverán a casa y lo sé porque cuando tenía doce años mi mamá hizo un escándalo porque una abeja se paró en su cabello. Dudo mucho que esa mujer allá acampado alguna vez en su vida.

Alika reventó en una carcajada.

—Entonces tus padres te abandonaban una vez cada año, ¿para irse a coger siete días continuos?

Elizabeth rio en bochorno.

—Creo que hacen otras cosas, Alika. Pero básicamente sí. Además, cuando mi mamá vuelve de esos viajes siempre está de muy inusual buen humor. En mi adolescencia aprovechaba los días posteriores al viaje para pedirle cosas, así conseguí un celular nuevo, boletos para Green Day y estuve así de cerca —mostró su pulgar e índice a milímetros, uno del otro—de un auto.

Alika no podía más con la risa, Elizabeth se tapaba la cara de lo roja que estaba.

—Bueno, ya decía yo que para que tu mamá esté con él, algo bueno debe esconder tu papá bajo su panza.

—¿Los has visto? —se extrañó Elizabeth.

—Vi las fotos en tu Instagram. De ese lago con cascada.

—Debe ser de cuando fuimos a Canadá.

—Ella es una mujer muy bella.

—Si—sonrió Eli—. Lo es.

—Te pareces mucho a ella.

—Solo en apariencia —arrugo su sonrisa—. Porque cuando hablamos... es siempre muy difícil.

—¿Por qué crees que sea eso?

Eli se sentó en el sillón de al lado.

—Verá, Doctora Alika —dijo a modo de broma reclinándose.

Alika le levanto el dedo en señal de espera, luego tomo un popote y lo puso como una pluma frente a su palma, simulando así el consultorio de la psicóloga.

—Dígame, señorita Marcovich.

—Creo que mi mamá esperaba que yo fuera como tu hermana.

—¿Cómo Roberta?

—Sí. Una de esas chicas listas que actúan de esa forma tan... Decente.

—¿Decente?

—Claro. De las que llevan traje y hablan apropiadamente. Las que protagonizan siempre las películas románticas. Ya sabes, esas chicas que son tan buenas, tan inocentes y tan vírgenes.

Aunque ponía una sonrisa en su rostro, los ojos vidriosos de Elizabeth delataban su melancolía.

—¿Te digo un secreto? —continuo Eli — A mí a veces, o quizá todo el tiempo, también me gustaría ser así.

"Me gustaría ser como una de esas chicas que enamoran a los hombres con su encantadora personalidad y terminan casándose con el príncipe heredero, que se enamoran de un solo hombre en toda su vida, que ese hombre resulta ser el correcto y ya está, no tienen que soportar que les sean infieles, que les rompan tantas veces el corazón, que solo las usen y luego las desechen.

"Me gustaría ser como esas chicas que son más listas que yo, que tienen un radar para detectar a los patanes antes de abrirles las piernas, que no van por ahí teniendo sexo con cualquiera, sino que solo hacen el amor con alguien que las ame tanto como ellas a él.

"Ojalá a mí también me gustara, quedarme en casa leyendo libros y no salir a bailar a bares que están llenos de idiotas que solo se acercan a mí para ver si estoy borracha, para poderme llevar a su casa y hacerme cosas que no quiero que me hagan.

"Pero no soy así, soy una de esas chicas con las que es divertido pasar una noche y olvidar a la siguiente, soy la que apuntan en la calle y le toman fotos dormidas para decir "¿ves esa? A esa me la cogí".

"Yo sí he amado a más de un hombre y cada uno de ellos se robó una parte de mí y ahora estoy segura de que no queda nada, ahora sé que ya es demasiado tarde para mí, que yo ya perdí mi oportunidad, para ser decente.

"¿Y sabes que más sé? Sé cuando este bebé nazca, se llevará mi juventud y mi belleza y sinceramente, tengo miedo. Porque lo único que tengo es ser bonita y lo único que sé hacer es aprovecharme de eso.

—Por eso es que te digo—tomo un semblante serio—, que debes aprovechar la oportunidad que tienes y tomar todo el dinero que puedas de tu jefe.

—Eso es lo que hago.

—Pero—se extrañó Alika—, no le aceptaste el dinero.

—La cosa con Mitzuru es que él usa el dinero como un medio de control con las mujeres. Les retribuye con eso y así siente que no se está aprovechando de ellas. Para cuando la cosa acaba, ellas sienten que le deben algo y por eso ya no piden nada más.

"Pero conmigo, no. A mí no me va a controlar.

—Pero para cuando acabe, ya tendrás en tus manos una buena cantidad.

—Tengo un mejor plan que ese —se sonrió Elizabeth.

—¿Un plan?

—Sí—le sonrió con picardía y se reincorporó a sentarse en el sillón para verla a los ojos—. Crees que soy tonta. ¿Verdad? Por rechazar el dinero de Mitzuru.

—Bueno, no quería decirlo en voz alta.

—Alika, ¿sabes jugar póker?

—¿Jugar póker? —pregunto confundida.

—Mi mamá es en realidad muy buena jugando póker. ¿Sabes por qué?

—No tengo idea.

—Porque nadie espera que lo sea. Cuando yo era niña ella jugaba póker con la gente del barrio. Esos días no llevaba joyas, se ponía un vestido que tuviera alguna imperfección o algún agujero, que se notara que lo había hecho ella misma. Después, cuando jugaba, perdía los primeros dos encuentros a propósito. Disimulaba pequeños tics como rascarse la ceja o apretar los labios como si en realidad no tuviera idea de lo que estaba haciendo. Pero cuando las apuestas grandes llegaban a la mesa, ella arrasaba con todo.

"Porque así es como se hace, muy sutilmente. Primero proyectas una imagen, después te ganas la confianza de la gente y al final, les quitas todo lo que tienen.

—Entonces rechazas su dinero porque....

—Porque necesito que confíe en mí. Claro que soy consciente de la oportunidad que tengo enfrente, pero decidí que mejor voy a apostarlo. Por eso lo rechazó, porque no voy a conformarme con el dinero de Mitzuru.

—Entonces—pregunto dudando de sus propias palabras— ¿Qué quieres?

Elizabeth se sentó de manera firme en el sofá y vio a Alika con una expresión maliciosa y con orgullo dijo:

—Yo lo quiero todo.

—Y en tu contexto, ¿Todo significa...?

—No quiero ser la amante de Mitzuru—En sus ojos brilla la chispa de la ilusión y en su sonrisa evocaba la felicidad que convierte las ilusiones en objetivos —quiero ser su esposa.

Alika la vio perpleja mientras una idea que venía formulándose desde que la conoció se arraigaba cada vez mas en su cabeza.

"Esta mujer... Está completamente loca".

Notas de autor:

Bueno, también aquí tuvimos un hiatus por las fiestas, ¿Cómo se la pasaron? Espero que muy bien y que este sea un año lleno de alegrías. 

El Hiatus termino y si todo sale bien, ahora publicaremos los capítulos los sábados así que espero que les este gustando la historia y el rumbo que esta tomando.

Gracias por todo su apoyo y sobre todo, por sus votos y comentarios para que esta cuenta crezca.  Espero seguir recibiéndolo el próximo año, si tienen alguna critica o recomendación, no duden en enviarme un mensaje, quiero crecer como escritora así que no tengo problemas con eso.

Pero no daré spoilers, no sean ansiosos. 

Soy shixxen y me despido no sin antes desearles el mejor de los años, chaobye.

Pst.

Banda, toy malita. 

Abrigense y no anden descalzos como yo :(

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