Cama de hospital
Aquí hemos venido a parar desde los tiempos bárbaros.
Una humilde parihuela llevó al herido en la Hora del Gran Mamut.
Algunos atravesaron muchos kilómetros de ríos y selvas
para llegar a ella,
pero murieron en el camino.
Otros tuvieron más suerte y Mahoma fue a la montaña.
Tejida por hiladores anónimos con los brazos colmados de ramas,
desde sus algodonosas hojas verdecidas
hasta la blancura nacida en las manos de las
desfallecidas obreras de las fábricas inglesas.
Así se teje el mundo.
En una sábana de piel restauradora
te dibujaré la que acogerá a nuestros nietos.
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