Sin Obito [Pt.2]
[Canon]
[Un poco de la vida de los hermanos después de llegar a Konoha y la reaccion de un padre dolido ante la perdida de su hija y sus nietos]
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Kakashi cerró los ojos de la mujer que yacía muerta en la cama, sus ojos tenían un ligero pesar y lástima, por lo que decían sus hijos ella era una excelente madre y no merecía tan patético y lamentable final, pero al escuchar ruidos aproximándose, tanto él como Itachi se retiraron rápidamente del lugar.
Lo último que podían hacer por ella, para que su sacrificio no fuese en vano, sería darles una buena vida a aquellos niños en Konoha.
Shun, mirando como los dos hombres regresaron sin su madre, comprendió que su padre realmente lo había hecho -lo había sospechado desde la primera vez que su madre no despertaba durante días, había sospechado que algún día él terminaría matándola... matándolos, pero mientras estuviera con su madre, no le temería a la muerte- y su expresión se oscureció mientras un aura lúgubre lo rodeaba.
Sin muchas explicaciones, Shun calmó a sus hermanos lo mejor que pudo y les dejó el trabajo a los ninjas.
Hacer un cadáver falso de tres niños fue extremadamente fácil, tres clones de madera con un jutsu de transformación y el refuerzo de dos de los mejores Uchiha de Konoha poniendo dos capas de genjutsu sobre los clones de madera transformados era cuestión de un chasquido de dos, algo demasiado fácil que incluso engañaría a ninjas experimentados, ni hablar a simples civiles. Hacer como que los tres niños se hubieran ahogado y hubieran sido arrastrados por la corriente del rio fue aún más fácil, nadie saltaría al río por niños si es que el río pudiera arrebatarles sus propias vidas.
Un poco de ruido aquí allá, la conmoción creada y un jutsu de agua que agregó ferocidad a las aguas del rio fue suficiente como para que nadie saltase al río en búsqueda de los tres desafortunados niños que murieron ahogados... o eso hicieron creer.
Itachi y Yamato se quedaron atrás para verificar que hayan caído en el anzuelo y que no se investigara aún más el asunto mientras que Shisui y Kakashi "remodelaban" a los tres niños, básicamente haciéndolos totalmente diferentes de los anteriores e indistinguibles.
Tomando suavemente la brocheta para teñir sus vibrantes cabelleras de negro, la mano de Shisui fue detenida por Shun.
—¿Sucede algo, Shun-kun? —preguntó amablemente el Uchiha.
—Podría... ¿Podría ser de cabello azul...? —preguntó dubitativamente el niño mirando con ligera aflicción al Uchiha.
Shun claramente quería que su cabello fuera azul en señal de respeto y recuerdo a su difunta madre, una marca para siempre tenerla a su lado, un recordatorio constante del sacrificio de su madre y una muestra del profundo amor que sentía hacia ellos. Shun quería recordar a su madre en su cabello, pintar sus hebras del vibrante azul celeste eléctrico para jamás olvidarla.
Shisui entre abrió su boca ligeramente y luego miró al albino con una expresión difícil, comprendía lo que pensaba y quería el niño, pero no era algo que pudieran hacer, no con el brillante cabello característico que tenían, el cual resaltaba como un pulgar adolorido.
—No —descartó fríamente—. Tu madre y hermanos tienen un color de cabello demasiado distintivo, si quieren evitar las sospechas debe ser de otro color completamente diferente...
—Entonces blanco... —Shun apretó sus pequeños puños con un rostro afligido—. El blanco es el color cercano y a la vez lejano del color de mi madre, ¿No?
«Cuando el reflejo azul del cielo toque mi cabello, tendré a mi madre de mi lado» pensó angustiadamente Shun.
—¡¿Eh?! ¡No es justo! ¿Por qué él sí puede elegir y nosotros tenemos este feo negro? —preguntó molesta Shuri, si pudiera teñirse el cabello, ¡Elegiría un rojo vibrante! ¡Hermoso, fuerte y colorido rojo! ¡O un rosa chillante! ¡O rosa pastel!
—El negro me parece genial —habló Shura mirando el cabello negro de Shisui, el cual soltó una risita.
Shura miró el cabello negro del hombre y sonrió ligeramente, ¡Lo hacía ver tan malo! Él quería ser fuerte y grande y darle una paliza al monstruo que golpeaba a papá y sus hermanos y él y, y... ¡Y también le daría una paliza a todos esos sirvientes tontos que los hacen pasar un mal rato!
¡Los dragones negros siempre son los más fuertes! ¡Incluso más fuerte que los dragones rojos que escupen fuego por su boca! Shura quería ser un gran dragón negro que protegería a mamá, Shuri y al tonto sentimental de Shun.
—Shuri, cálmate —ordenó Shun y Shuri hizo un puchero, pero al ver la mirada feroz de su hermano mayor se calló.
Con los cabellos pintados de negro y blanco, respectivamente, ambos shinobis cargaron a los niños y se los llevaron a Konoha esperando que sus otros compañeros se pusieran al día con su paso. Shun tocó suavemente su cabello platinado con un ligero toque azulado entre sus dedos.
A diferencia de sus hermanos, los cuales fueron teñidos con pintura de pelo tradicional, él pidió algo permanente y, colocando un poco de chakra en sus manos, el shinobi de cabello plateado canoso decoloró su cabello. Algo sobre acelerar no sé qué y exceso de no sé qué y falta de aquello.
No le importaba.
«Mamá...» Shun apretó la ropa sobre su corazón.
Al llegar a Konoha les asignaron un departamento nuevo, el hombre Uchiha de sonrisa alegre con cabellos rizados y el hombre albino con cabello que desafiaba la gravedad les enseñaron los alrededores y algunas cosas básicas, incluso amablemente les ayudaron a sacar lo que estaba dentro de los pergaminos de almacenamiento que compró su madre y los llenó con cosas para ellos.
Sorprendentemente, el hombre enmascarado cocinaba muy bien, ¡No tanto como su madre! Pero cocinaba muy bien y les enseñó a cocinar pacientemente.
—Basura... —murmuró Itachi observando como el hombre pateaba la cabeza del clon de Shun y luego decía que tiraran sus cadáveres a una fosa común o que los quemaran.
Su misión fue completada cuando miraron como sin piedad quemaron los "cadáveres" de los tres niños y dejaron sus cenizas en el mismo lugar. Itachi no quería creer que un padre fuera tan malo con sus hijos, pero lo era.
Incluso su padre, estricto y un poco malhumorado, jamás trataría mal a su madre y mucho menos a él o a Sasuke, de hecho, lo único que podría calificarlo como mal padre podría ser que lo llevó al campo de batalla a los 4 años de edad y lo traumatizó, pero al final del día, eso marcó gran parte de su vida actual y el camino que ha elegido tomar.
Fugaku incluso si no se disculpó cara a cara con él, Itachi aun así escuchó a su padre disculparse mientras "dormía" y los días posteriores -luego de que Mikoto lo regañara ferozmente- se encargó de buscarse su perdón con pequeñas acciones.
Shisui y Kakashi se encargaron de guiar a los tres niños en su tiempo libre, también los ayudaron a publicar los libros que Jin había escrito en una editorial de confianza que no les permitiría malversar los fondos o hacer un contrato injusto para los niños -Aunque Jin tenía un contrato sin fallas y demasiado perfecto con cada libro, era sorprendente e incluso shinobis sin experiencia en contratos podían ver claramente cuan beneficiosos sería para ambas partes firmarlo.
Honestamente, Shisui se arrepiente de haberle pedido a Itachi que le mostrara el final de la madre de los niños, pero al menos le dio una idea general de cuanto habían sufrido estos pequeños, por lo que lo ayudó mucho a comprender la situación en la que se encontraban los niños antes de ser rescatados -y también fue un pequeño alivio para su corazón afligido entre la aldea y el clan. Su pequeño paraíso personal, la calidez fluía en su corazón cada vez que los niños lo llamaban "nii-san" mientras depositaban fácilmente sus pequeños corazoncitos en sus manos-. Shisui, cada vez que podía pasaría un tiempo con los niños e incluso los ayudó a inscribirse en la academia y los ayudó a estudiar.
-lastimosamente, todos sabemos lo que sucedió al final. Nuevamente, los niños perdieron a alguien que los amaba profundamente. Nuevamente, los niños perdieron a una figura familiar-.
Cuando Banri se enteró de la muerte de su hija y sus nietos, no se quedó quieto asumiendo que lo que le dijeron era cierto -siempre había sentido que algo iba mal con ese matrimonio, pero sin que su hija le dijera nada en sus cartas ni que sus nietos tampoco comentaran nada, él básicamente tenía las manos atadas. No quería hacer nada que pudiera molestar a su preciosa hija y que ella se alejase aun más de él-.
Jin nunca tuvo mala salud como para morir por enfermedad y sus nietos, aunque no los conocía en persona, se veían fuertes y saludables en las fotos que recibía cada trimestre -¿Por qué no lo dejaban visitar a su hija y nietos? ¿Por qué pareciera que intentaban ocultarle algo?- y Jin jamás le pidió ayuda para la salud de sus hijos -ella al menos le contaría si algo estaba sucediendo, ¿Verdad? Tiene el derecho de saber cómo está ella, como están sus nietos... Banri quiere creer que su hija puede confiar en él para cualquier cosa-, por lo que no veía porqué ni como moriría trágicamente y ni siquiera le dejarían ver los cuerpos de su hija ni sus nietos.
Banri investigó lo que sucedió realmente, incluso contrató ninjas para que se encargaran de construir el panorama completo y saber la verdad de la situación.
No fue muy difícil para shinobis entrenados conseguir la información, bajo el poderoso argumento de "No importa lo que tenga que pagar, consigan la información a cualquier costo", sacarles información a todos fue extremadamente fácil.
¿Y cuando llegaron a la pareja casada de sirvienta personal de Jin y el jardinero? La pareja casada no tuvo reparo en lanzar a todos al fuego, si pudieran, los ninjas creen que incluso quemarían la mansión de sus amos con sus propias manos ante el odio que brillaba en sus ojos. Una vez que se enteraron que podrían darle una venganza a su ama, Arisu (Su fiel sirvienta) incluso trajo su diario y un álbum de fotos -que le había sacado sin permiso a su ama, incluso si era irrespetuoso, aun esperaba utilizar estas imágenes para cuando su ama despertara de una vez y se separase de su violento marido- y el jardinero rápidamente empezó a decir exactamente donde se encontraba cada cosa que se utilizó para abusar de la pobre mujer -oh, ese hombre parecía temblar de rabia si no fuese porque su esposa, igual se furiosa, lo contenía-.
Los shinobis creyeron que esta pareja iba a ser la más difícil, por lo que la dejaron para el final, pero contrario a lo que creían, la pareja estaba sedientos de venganza para su ama, incluso conspiraron que la muerte de sus jóvenes amos fue intencional, porque Jin tenía la intensión de escapar de las manos de su marido a través de los shinobis de Konoha y ellos creían firmemente que una vez que el Señor Yamada se enterara, jamás los dejaría ir libremente de su control.
Si los shinobis se hubieran retrasado y el señor de los Yamada supiera los planes de su ama...
Con todo el libro de anotaciones, las pruebas recopiladas e incluso alguno que otra prenda desgarrada y ensangrentada, los shinobis volvieron a su contratista y le contaron sobre todo lo ocurrido en los años que él no estuvo informado de lo que realmente ocurría con su preciada hija.
Decir que Banri casi sufre un derrame cerebral de la ira es quedarse corto, sus ojos inyectados en sangre prometían una venganza terrible, no solo contra quienes hicieron sufrir a su hija y la asesinaron, sino que también contra su propia esposa que le mintió descaradamente sobre el bienestar de su amada hija.
Por culpa de esa perra engañosa, perdió a su querida hija y nietos.
Él no quería venganza.
Él quería destrucción.
Contratar shinobis con su dinero no fue difícil, hacer caer a la familia Yamada mucho menos, arruinar los negocios, planes empresariales y conducir a toda una familia a la ruina de forma despiadada y sistemática fue cosa de agitar la mano.
Vender a las amantes a burdeles no fue difícil, incluso le dejó todas las ganancias al shinobi avaricioso que tomó las misiones en el bajo mundo.
—Fue tú culpa que mi hija muriera —habló Banri mirando a la mujer atada, amordazada y ensangrentada en la silla, sus ojos azules, fríos y despiadados, carentes de toda luz y sentido en su vida observaban hacia abajo a la mujer que fue su esposa.
Incluso bajo la tortura, Ema seguía siendo tan arrogante como Banri la conoció.
—Mi preciosa hija de nueve años fue vendida por ti, fue violada por tu culpa —Banri tomó bruscamente la mandíbula de Ema y sus uñas se clavaron en su piel, el odio haciendo brillar sus ojos—. Mi preciosa hija fue casada a la fuerza para tú conveniencia, por tú decisión egoísta.
Banri apretó sus dientes con furia, sus ojos brillando como peligrosas llamas azules.
—Mi preciosa hija fue abusada, golpeada, maltratada y violada en repetidas ocasiones solo por ti, jodida perra asquerosa —Banri en ira, soltó bruscamente el rostro de Ema y, aunque no era un golpeador de mujeres y no estaba en su lista de deseos, simplemente le propinó un golpe en el rostro lo suficientemente fuerte que la derribó de la silla.
Sus ojos inyectados en sangre miraron a su esposa.
—¡Mi hija fue destrozada por tu jodida codicia! —rugió el hombre con rabia y locura infectando sus venas— ¡Mi hija, la luz de mi vida, mi felicidad, mi pequeña está muerta por tu culpa!
Banri temblaba de rabia.
—¡Mis nietos está muertos por tú culpa! ¡Tienes la culpa de todo, joder! —Banri iba a patear ferozmente el estómago de Ema, pero se detuvo a unos milímetros del cuerpo de la mujer y empezó a temblar al mirar a los ojos de su esposa—. No... no tienes la culpa de nada.
Banri tembló mientras una sonrisa loca aparecía en su rostro lleno de desesperación y sus manos cubrían su expresión distorsionada.
—Es mi culpa... mi culpa por confiar en ti, perra vanidosa y arrogante, una zorra cualquiera que se lanzaría a los brazos del diablo si es por conseguir lo que quieres. Es mi culpa por no estar al pendiente de la vida de mi hija, es mi culpa por no estar ahí para ella en cada momento, es mi culpa por confiar en que tú y tu estúpida madre podrían hacer algo para cuidar de mi ser más precioso...
Banri soltó una risita loca e inestable, no parecía el hombre que había estado en la cima del éxito durante años, parecía un desquiciado cualquiera que quería ver el mundo destruido a cualquier costo.
—Es mi culpa, es mía, es mía, ¿Cuánto debió sufrir mi pequeña por culpa de este mal padre? —Banri miró hacia el oscuro y roñoso techo sobre ellos mientras reía con desesperación y sin sentido, totalmente abatido, sus brazos colgando sin fuerza a sus costados dejando a la vista su rostro en completa agonía y carente de toda esperanza—. Mi preciosa, mi pequeña Jin, la niña de mi corazón... no te preocupes...
Banri extendió los brazos hacia el techo, como si pudiera ver el fantasma de su niña sonriendo en un vestido blanco, un diente faltante y gritando suavemente con su voz de ángel "papá".
—Este padre se encargará de hacer sufrir a todo aquel que te hizo daño... —Banri rio locamente mientras apretaba su puño en el aire y sus ojos azules sin un gramo de cordura miraron a los hombres que había contratado para torturar a su esposa y al ninja médico para que curase a la mujer una y otra vez sin dejarla morir—. No dejen de torturarla, ella debe sufrir por lo mismo por lo que pasó mi pequeña.
Los ojos de Banri hicieron tragar a los shinobis.
No había nada más aterrador que un hombre que no tenía nada más que perder y estaba dispuesto a luchar.
En este caso, a vengarse.
—Espérame, mi dulce angelito, padre hará pagar a todos los que te hicieron derramar tus preciosas lágrimas —murmuró Banri saliendo de la habitación como un hombre sin alma.
Tenía una lista de los maestros que contrató Ema, una lista de los mocosos que la intimidaban en la academia.
Todos, todos tenían que pagar.
Nadie se salvaría.
Este mundo debería de sufrir tanto como lo hicieron su pequeña hijita y sus nietos.
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Próximo capítulo: ✨ Tsukuyomi Infinito✨
En dónde los niños y Banri se encuentran de nuevo con su preciada Jin ✨
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