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Vínculos - [What if: 05] Tres hermanas... tres pesadillas

Idea propuesta por Smugman4536.

Colaboración con Gearboss.

(No esta terminado)

- Lana dijo que esta era la calle - Diría una castaña recogida con una coleta de caballo.

Desde hace unas semanas atrás se habían enterado las hermanas que tenían un hermano. Un hermano varón. Todas las hermanas entraron en una fase de supernova ante la repentina revelación de los acontecimientos.

Nadie se esperaba algo como esto. Ya se comenzaba a rumorear algo desde el día que regresó Lori junto a Luan de un duro día de trabajo. A decir verdad, solo fue una solución rápida de Luan para calmarse y se había excedido con las bromas afectando a más de una persona, provocando caos y molestia generalizada, siendo el peor caso un pobre anciano que había sufrido de la iracunda presencia de un mapache, cortesía de la castaña con ortodoncia.

Eso no le importaba, Lynn no se acordaba ya que lo único que le interesaba a la deportista era lo que contaba su hermana comediante. La repentina aparición de su padre en un parque cercano con aquello que más les había chocado, siendo las figuras de dos niños y una mujer junto a su padre en lo que, a palabras de sus hermanas mayores, era una linda escena de una tarde familiar.

Fue algo que a muchas de las hermanas les sintió mal, extraño e incómodo por partes iguales y la verdad, es que Lynn fue de aquellos sentimientos que no sabía cómo administrarlos.

Molesta porque su padre no les tenía suficiente confianza como para decirles que tenía un hermano menor y mayor... Era bastante triste decir verdad. Y para Lynn Loud Jr, que era la que más se enorgullece por llevar el nombre de su padre y pensar que ahora tenía un hermano varón y además, podía estar pasando más tiempo que con ella... Era algo que la molestaba y mucho. Pues tal vez, ella no era la favorita como siempre lo creyó.

Mientras se hundía más y más en sus pensamientos, no se había percatado que estaba en la puerta de la casa de su padre y del supuesto "hermano" de la familia.

- Aquí es - Subió los escalones que permiten el acercamiento hasta la puerta de madera y se quedó mirando el timbre blanco con base de latón medio oxidado. Suspiro con fuerza - Salga como salga, soy Lynn Loud Jr, la número uno de Royal Woods.

Pulsó el timbre.

Sus pulsaciones dieron un brinco cuando pudo oír la melodía de la llamada.

Y nadie respondió.

Las cejas de la castaña se juntaron y se fundieron en una sola. Estiró el brazo y volvió a pulsar el botón blanco. La melodía se hizo presente nuevamente. Y como era de esperar, nadie respondió.

- Dijo lana que a esta hora el chico estaba... - Repitió el proceso de llamar.

Nada.

Volvió a llamar.

Nada.

Volvió a llamar.

Nada.

- Me estas vacilando de lo lindo, esta no es la casa que tanto habla Lana y Luan, ni de coña es - Con molestia recorriendo su cuerpo, dio un paso atrás y se dispuso a marchas, hasta que oyó las cerraduras de la puerta crujir y girar.

Alguien estaba abriendo la puerta.

Con su mente trabajando a toda su capacidad tenso los músculos de su cuerpo mientras entraba en un estado de concentración completa mientras una sensación de que no debía de estar en ese lugar comenzó a invadirlo, pero ella era Lynn Loud Jr. Ella no retrocederá.

Si tenía que encarar a la figura que apareciese por allí, lo haría de frente y saldría victoriosa.

Para cuando el rechinido de la madera parcialmente avejentada se hizo más fuerte alzó su mirada antes de ponerse en pose de pelea, solo para darse cuenta que no estaba mirando nada en aquella dirección.

- ¿Eh? - Lynn quien se había puesto en cualquiera de sus peores pesadillas simplemente perdió aquel ímpetu en el momento que un muchachito de su estatura fue quien le recibió.

- ¿Hola? - Lincoln no se encontraba mucho mejor que la castaña que tenía enfrente, pues era una jornada tranquila y su visita una sorpresa absoluta, sobre todo cuando una de las figuras más reconocidas de la primaria se hallaba frente a él - Seguro me confundió con Jay, ese gorro de verdad que es poderoso - Era lo único que la mente del peliblanco era capaz de procesar, pues entre ambos su amigo era el chico deportes, él solo estaba en la media de su edad.

Un duelo de miradas se formó en ese momento, estando cada parte en silencio mientras analizaba a su oponente, algo que no duró lo suficiente en Lynn.

- ¿Así que eres tu eh, roba padres? - Lynn realmente deseaba escupirle aquello en el rostro al muchacho pero al notar el desconcierto en su rostro terminó optando por no atacar con todo al principio - Anciano, tenemos que hablar.

- Creo que no - Con un pequeño tic en su ojo derecho dio un paso atrás y cerró con fuerza la puerta, impacto que generó el suficiente viento para despeinar ligeramente a la castaña quien no supo reaccionar a tal evasiva (según ella) por parte de su oponente.

Aunque solo le tomó unos pocos segundos antes de incorporarse y volver a su carácter usual.

- ¡Hey apestoso, nadie le cierra la puerta a Lynn Loud Jr. en la cara, menos pequeños ladrones de atención rompe hogares como tú, así que sal y da la cara! - Sus palabras tanto como su temperamento eran reforzados por un incesante golpeteo en aquella lámina de madera quien era la única protección entre la iracunda muchacha y el desconcertado y molesto peliblanco.

- ¡No se que te pasa loca pero llamare a la policía si no te vas!

- ¡Se un hombre y enfréntame cobarde, no dejaré que sigas molestando a papá ni un solo día más!

- ¡Ni siquiera sé de qué me hablas, ni siquiera te conozco ¿Cómo me voy a meter con tu padre?!

- ¡No te hagas el tonto canoso, ya sabemos toda la verdad!

- ¡Y yo sigo sin entender de qué diablos me estás hablando!

- ¡Oh no, claro que lo sabes bien ¿O acaso eres tan torpe que ni siquiera eres capaz de reconocer a la verdadera preferida de papá que incluso heredó su nombre?!

¿Heredera? ¿Preferida? La mente de Lincoln comenzó a trabajar más rápido que jamás había hecho en su corta vida.

Primero de todo tenía a una chica castaña, que vestía ropas rojas y era la número uno para todos los equipos deportivos de su escuela.

Segundo, había venido a su casa para echarle en cara que le había robado la atención de su padre. ¿De qué padre estaban hablando? Era demasiada coincidencia que ambos se llamarán Lynn. Era demasiada coincidencia.

Entonces le golpeó una idea totalmente loca, pero para él, era algo que tenía sentido.

Hace unas semanas atrás había estado con su padre y Jay en el parque que había al lado de donde vivía. Entre juegos y otras cosas varias, sucedió lo que a él mismo lo descoloco: le había llamado Lynn.

"Claro que sí... uff... Eso estuvo genial, definitivamente ese tiro fue excelente Lynn Jr."

Entonces los engranajes de su cabeza colisionaron entre sí ante la revelación que había obtenido. La muchacha que estaba gritando al otro lado de la puerta, era aquella con la que había confundido su padre... Su propio padre le había confundido con otra persona.

No le cuadraba en lo absoluto. Su padre no tenía más hijos o hijas, o eso era lo que él mismo creía. Jamás se llegó a imaginar que Lynn tuviera otra familia a parte de él.

- ¡Niño, no me obligues a tirar la puerta y arrastrarte como el cobarde que eres! - Grito Lynn Jr desde el otro lado de la madera que consiste en la puerta principal.

- ¡Voy a llamar a la policía! - Gritó el albino mientras se alejaba de la puerta de madera. Entonces, el mismo mueble comenzó a temblar y a vibrar. La castaña amante de los deportes ya comenzaba a rozar su límite de la paciencia -si es que tuviera alguna vez algo de ello.

- ¡Sal ahora mismo, carcamal, te voy a dar tu merecido por robarme a mi padre!

- ¿¡Que padre me estas diciendo, si ni siquiera te conozco!? - La furia y el desconcierto en la mente de Lincoln era evidente en su hablar, todavía estaba razonando aquella disparatada idea que había surgido en su mente pero que tal parecía compartir con la iracunda castaña, por más que no lo aceptase inmediatamente.

- ¡Encima me dejas por mentirosa, me cago en tu santa calavera! - Con ese insulto lanzado contra la persona que simbolizaba al albino, la castaña comenzó a darle cabezazos contra la madera (de dudosa procedencia) algo que Lincoln pudo notar fue que empezaba a resquebrajarse.

Lincoln Loud sudaba a mares mientras comenzaba a rezar todas las plegarias que él conocía (que a decir verdad, eran un par, nada más) y el temblor que lo comenzó a devorar se hizo presente en sus piernas. Jamás había sentido tanto miedo en toda su corta existencia.

La puerta tembló.

Lincoln dio un paso atrás.

La madera crujió.

El albino cayó al suelo por culpa de sus piernas, temblorosas como el país aquel donde los terremotos eran tan comunes como el cenar mismo. La madera se partió y dejó una pequeña vista al exterior.

El tiempo se paralizó para el albino. El cantar de los pájaros dejó de poder oírse. El retumbar de sus pulsaciones por causa de la extrema aceleración, era lo único que sus tímpanos podían reconocer y entonces, como si fuera una escena de terror, la castaña amante de los deportes, quinta hija de la familia, se asomó por la brecha.

- ¡Aquí está Lynn! - Sus ojos marrones como las hojas del otoño, se clavaron en los verdes iris del albino. Sus ojos se inyectaron en sangre en cuanto divisaron y reconocieron a aquella persona que había arrebatado la atención de su padre. Su padre.

- ¡Estás loca! - Y entonces, por reflejo, lanzó lo primero que tenía en mano, su pincel, el cual lo estaba usando en el cuadro que tanto tiempo le estaba llevando.

El artilugio doméstico salió disparado de entre los dedos del chico y el mismo objeto cayó justo en la frente de Lynn, manchándola con aquel color carmesí que estaba usando para terminar los últimos rayos de la pintura. Marcando aquellas facciones que se estaban convirtiendo en psicópatas.

Con aquella rojiza tonalidad y sus ojos ya de por sí envueltos en sangre, le dieron un aspecto más macabro y si eso no fuera lo último, cuando Lynn se dio la vuelta y volvió a mirar al muchacho a los ojos mostrando la cara de la misma muerte. Y como toda persona normal y civilizada, el pequeño varón, gritó lo que jamás llegó a chillar.


Minutos más tarde

Todos los vecinos, animales (incluidos los mapaches) se asomaron a la calle al ver cómo la policía se llevaba a rastras a una niña de 12 años de edad. Las fuerzas de la ley tuvieron que llamar a otra patrulla por la inestabilidad y peligrosidad que implicaba la castaña deportista sobre la población.

- ¡Se donde vives, vejete, se donde vives!- Chillaría a todo pulmón Lynn antes de caer sobre los asientos traseros de la patrulla policial - ¡Volveré, juro que volveré!

Entonces el vehículo emprendió la marcha y comenzó a alejarse de aquella avenida tan pacífica y tranquila donde habitaba el albino tan conocido por todos.

Las personas al terminar de grabar la situación con sus teléfonos móviles, regresaron a su vida como si nunca hubiera ocurrido nada. Dejando entre la multitud a una niña de cabello azabache. Esta solo se limitó a hacer una leve muesca ascendente, mientras observaba cómo el muchacho de blanco cabello entraba en su hogar.

Un autobús cruzó por delante de la niña, bloqueando toda visualización con ella y cuando terminó de pasar el transporte público; la niña había desaparecido.


- o -


Con un perezoso descenso y un aburrido tallado de ojos Lori caminaba por las escaleras, usando una parte de su capacidad cerebral para recordar quien era y donde estaba mientras otra parte pensaba en que podría prepararse para su desayuno y el de sus hermanitas, solo una pequeña y tercera parte se encontraba dispuesta a pensar en su entorno.

- Hola Lori, necesito un consejo.

Por desgracia para Lori, esa pequeña parte no fue suficiente para soportar aquella aparición de la pequeña tétrica, algo que se pudo evidenciar en su sobresalto acompañado de un grito que la misma niña oscura se encargo de ahogar al saltar y cubrir su rostro al escalar su cuerpo cual araña aferrándose con sus piernas al tórax de la rubia quien ahora se encontraba atrapada por la pequeña.

- Suspiro, no hagas esto más difícil Lori, además necesito que sea confidencial.

Viéndose en aquella posición, con la pequeña aferrada a su cuerpo cual koala y sintiendo como aquellos ojos de tonalidad zafiro oscuro intentaban penetrar en su mente en silencio y con sudor frío en su espalda se limito a dar una señal aprobatoria con la cabeza.

- Gracias Lori, eres una gran hermana - Con ello soltó la boca de su hermana y en un rápido movimiento ya se encontraba parada frente a la rubia quien apenas si pudo notar cuando la niña se movió de su agarre a estar frente a ella.

- B..bien ¿Qué necesitas Lucy?

- ¿Recuerdas a los niños que mencionaron Luan y tú el otro día?

Aquello frunció el ceño de Lori inmediatamente, el pequeño susto se convirtió instantáneamente en molestia, no pensaba mal en el muchacho pero toda la situación era molesta y no sabía bien como abordarla, menos si una de las más pequeñas preguntaba por ello.

- No es algo de lo que quiera hablar en este momento.

- B..bueno, yo... suspiro - El tono de molestia fue algo de lo que la niña de cabello oscuro pudo darse cuenta - yo... quiero conocerlo

- ¿Es en serio? - nuevamente el animo de la rubia cambio rápidamente siendo el turno de la sorpresa, quizás pudo esperarlo de otras, pero no de ella.

- Si, bueno, hay un chico de cabello blanco en la primaria y lo he visto un par de veces con el club de artes, yo... creía que podría relacionarme con él, tu sabes como son las cosas aquí, podría relacionarme más con Luna pero, ella es algo...

- Loud... ¿Cierto?

- (Avergonzada) Si... ya sabes, quizás sea buen chico y compartamos cosas.

La adolescente estaba ciertamente enternecida ante aquella vista, por lo que se arrodillo para ponerse al nivel de su hermanita.

- ¿Entonces querías mi aprobación para conocerle?

- S..si, y también otra ayuda.

- ¿Otra?

- Suspiro - Baja un poco el tono de su voz, sin dejar aquella vergüenza con la que hablaba desde hace un rato mientras juega con sus manos - No creo ser capaz de hablarle directamente.

- ¿Entonces... quieres que te acompañe?

- No, pero tengo un plan.

- ¿Ok? Pero será después del desayuno ¿Me ayudas?

- Si aquello demuestra mi convicción ante mi interés, estoy dispuesta.

Al cabo de unos minutos todo estaba listo y las hermanas desayunando tranquilamente (para los estándares de tranquilidad familiar) hasta que Lori nota un asiento vacío.

- Oigan ¿Alguien ha visto a Lynn?

- Ni idea sis, quizás este corriendo por ahí - dijo Luna antes de llevarse un trozo de waffle a su boca.

- Tienes razón, aunque no me gusta que se salte sus horarios de alimentación.

Dicho esto tomo su móvil con el objetivo de ver algunas noticias mientras esperaba que las menores terminaran sus comidas, aunque principalmente fuese leer los encabezados.

- (Pensando) ¿Uh? Niña loca asalta a pequeño anciano "piedras y acero no me alejaran de darle una paliza". La gente definitivamente esta cada día más loca.

Decidió no pensar más en ello, darle un nuevo trago a su café y seguir leyendo enunciados.


Unas semanas después

Lincoln se encontraba sentado en el viejo sofá viendo con mucho aburrimiento la televisión local, ese día había quedado para juntarse con sus amigos y aprovechar de despejar su mente cuando comenzó aquella tormenta que ahora asolaba el pueblo donde vivía. Escuchaba con tranquilidad el canal que era parcialmente obstruido por el vidrío quien luchaba por resistir a la fuerza de la naturaleza, los huracanados vientos quienes cantaban alaridos al impactar entre las separaciones de los edificios donde vivía, la torrencial lluvia que amenazaba con anegar su balcón y los casuales espectáculos lumínicos causado por los relámpagos y sus consecuentes explosiones, algo que no le molestaba realmente, solo estaba fastidiado por su salida arruinada.

Después de una cadena de truenos resonando en su mente y priorizando más el golpeteo de las gotas contra el cristal un nuevo sonido comenzó a surgir en aquella solitaria instancia, el viejo teléfono fijo del hogar.

Aquel mecánico sonido casi nunca era escuchado en el recinto más que para las extremadamente raras llamadas de su padre, alguna publicidad o el inusual caso que alguno de sus conocidos necesitasen de urgencia contactarle, pues generalmente se encontraban en persona por lo que generalmente aquel servicio solo acumulaba polvo, pero ahora inundaba la sala superando incluso el volumen del casi ignorado presentador del programa emitido en la televisión.

Era una ocasión rara y no tenía nada mejor que hacer por lo que emprendió rumbo al antiguo artefacto en cuanto salió de la impresión que le había causado su repentino funcionamiento.

Con cada paso que daba en aquella dirección la tormenta parecía empeorar cada vez más sintiendo como la violencia de las gotas y el sonoro viento aumentaban su ataque contra el edificio.

Para cuando se encontraba frente al teléfono fue turno de un nuevo relámpago por parte de la tormenta, causando que la televisión comenzase a fallar, presentando un poco de estática, algo que Lincoln pudo notar.

Solo le dedico unos segundos antes que el teléfono le recordase su tarea, insistente aun con todo el caos a su alrededor, y con ello puso su mano sobre el aparato.

- ¿Hola?

De la bocina solo podía escuchar una suave respiración combinada con algo de estática, algo que no le agradaba, esto ocurrió por un par de segundos antes que la tensión comenzase a jugarle en contra al peliblanco.

- ¿Hola?

- S..siete.

- ¿Eh?

- S..siete días...

En ese momento fue cuando un nuevo relámpago termino por golpear cerca el lugar, apagando por un segundo la iluminación del lugar mientras tanto el televisor como el teléfono ante la baja de tensión volvían a la estática y el oído del muchacho solo podía escuchar el tono de marcar, constante y perpetuo.

Lincoln solo pudo sentir un frío crecer por su espalda mientras tragaba con dificultad.


Mientras tanto en la casa Loud

- ...quisiera ir a vi..visitarte y conocerte, ya sabes, para... ¿Hola?

- ¿Paso algo Lucy?

- Creo que se corto la llamada.

Ante esto Lori se queda pensativa un momento, ignorando las quejas y caos de sus hermanas por la oscuridad en la que se encontraban.

- Quizás se fue la señal por el corte de la electricidad, pero estoy segura que entendió tu mensaje.

- Suspiro, tienes razón.

- ¿Quieres acompañarme a ver si el tablero esta encendido?

- ¿En serio quieres ir con la dama oscura a un sótano a oscuras?

- Conoces ese lugar mejor que yo, solo acompáñame, no quiero ir so... ejem... no quiero que te quedes sola y asustes a las demás.

Lucy no respondió a eso y solo se encamino, Lori por su parte agradecía la oscuridad para que no notasen su sudor frío.


Una semana después

Con la temporada de lluvias en su apogeo las nubes nuevamente cubrían la vida de cientos de personas en aquel pueblo, cosa que Lincoln veía con algo de preocupación desde el balcón donde estaba apoyado con sus brazos, a la espera de la inminente lluvia tal como había sido anunciada y estaba seguro que no esperaría mucho más.

El edificio estaba en un inusual silencio, sus vecinos en silencio y casi nada de locomoción, cosas que no le terminaban de agradar exhalando uno de los suspiros más grandes que había soltado en mucho tiempo mientras intentaba distraer su atención masticando suavemente el extremo opuesto a la punta de un lápiz grafito.

Su mente divagaba entre los últimos eventos, sintiendo como aquello que conocía parecía querer cambiar rápidamente, o esa era su idea hasta que pudo sentir a la lejanía el sutil estruendo de la furia de los cielos anunciando su proximidad al siguiente aguacero, algo que logro despertar al chico quien abrió la boca olvidando el objeto que tenía en esta provocando que observase como este caía rápidamente hasta el piso.

- Rayos.

No le quedaban más y lo necesitaba por lo que solo dio un gruñido frustrado antes de encaminarse rápidamente a la salida y bajo a toda velocidad llegando en poco tiempo a ese sector mientras comenzaba a buscar el artilugio esperando lograrlo antes que comenzara a llover y rogando que el pasto o algún hierbajo hubiese evitado un daño mayor en él.

En ese momento una chica de cabello azabache se adentraba con calma en el edificio.

La chica había tenido que huir de su hermana mayor quien no aprobaba que la menor saliese con ese clima al exterior pero ella, haciendo gala de sus precisas habilidades, había burlado perfectamente cuanta seguridad se instauro y ahora se encontraba en el lugar, totalmente dispuesta a cumplir aquella promesa de encuentro que había sellado casi como una deuda de honor en su ser, esperando encontrar en el muchacho finalmente un alma con la que poder compartir la agonía que ella bien conocía pero otros solo mencionaban con la palabra "vida".

Cuando llego al piso sentía como su estomago comenzaba a hundirse, estaba realmente nerviosa por finalmente conocer al muchacho a quien ya había visto un par de veces, un chico tranquilo y conectado con su lado artista, quizás una entidad tan atormentada como ella por sus circunstancias permitiéndoles compartir libremente aquellos lazos que era incapaz de obtener en su hogar mientras se encerraba en aquellos lugares libres de la "radiante alma familiar" como lo eran el ático, el sótano o el pequeño armario al final del pasillo.

Con sus deseos haciéndole dudar fue que llego a la que sabía era la puerta al hogar del muchacho solo para encontrarse con la sorpresa que se encontraba abierta.

- (Emocionada) Si me esta esperando, sabía que llamarle fue buena idea.

Y con ello procedió a entrar al hogar con una sonrisa en su boca.

Al cabo de unos minutos Lincoln logro encontrar su maltratado lápiz agradeciendo que este no presentaba mayores daños que la rotura de la punta, nada realmente grave a su pensar, por lo que una vez se encontraba frente a su hogar pudo notar como la puerta se encontraba abierta casi en su totalidad.

Decidió no darle importancia, era seguro que sus vecinos sabían mejor que él lo poco que tenían así que dudaba que en los pocos minutos alguno hubiese entrado, ingresando al domicilio cerrando la puerta detrás de él.

Una vez estuvo nuevamente en el salón decidió abstenerse de volver al balcón por el peligro de la lluvia y decidió encender la televisión, pero cuando su mano estaba por tomar el mando pudo escuchar el rechinar de la puerta de su dormitorio compartido crujir.

Que aquella puerta de madera de dudosa procedencia y quien sabe cuanto años sonase al moverse no era raro, era algo a lo que estaba acostumbrado, lo extraño era que el se encontraba solo... la puerta no tenía razones para moverse.

Iba a intentar inspeccionar cuando el viento comenzó a soplar con mayor intensidad, impactando con el ventanal provocando que este temblase por el impacto junto a que la de por si tenue iluminación natural comenzaba a opacarse más detrás de aquellos nubarrones amenazantes... y fue cuando cierto suceso volvió a su cabeza.

No sabía si era culpa de la situación en el exterior o era su mente jugando en su contra pero estaba seguro que la temperatura del lugar había descendido considerablemente mientras sentía un hielo subir por su espalda, recordando aquellas palabras mientras su cerebro lograba coordinar el aviso y su intención... los cuales correspondían a ese día.

Trago con dificultad mientras encendía la televisión para generar algo de ambiente y lograr calmarse un poco mientras ligeras gotas comenzaban a golpearse contra el cristal que le separaba del exterior y el teléfono nuevamente comenzó a sonar.

El sonido de un presentador era ahogado entre el impacto de miles de gotas contra el edificio y el estridente sonido de aquel antiguo artefacto, uno que miraba con considerable preocupación y al cual no tenía la real intención de contestar pero se armo de considerable valor para intentar acercarse solo para escuchar un relámpago azolar nuevamente aquel lugar, provocando que la señal de la antigua televisión comenzara a distorsionarse dejando retazos de estática que iba a juego con sus pasos.

Los segundos le parecían años, el ritmo de su corazón parecía latir con mayor fuerza a cada momento mientras se acercaba al teléfono quien parecía aumentar la velocidad de su quejido solo para coordinar con los aullidos del viento y retazos de gotas, pero cuando estaba a mitad de camino pudo escuchar un ligero sonido.

Detrás de él, justo donde estaba ubicado el televisor, pudo escuchar como un objeto cayo, fue un golpe seco que se combinaba con el estridente chirrillo producto de la ocasional estática.

Aquel golpe seco provoco la paralización del sonido del teléfono, ya no tenía motivos para no inspeccionar la fuente sonora, pero algo dentro de su ser le rogaba que no se volteara, juraba que podía ver su aliento en el gélido lugar mientras su mente rogaba toda plegaria que conocía por que solo fuese su imaginación, por lo que mientras contenía el aire se volteo.

- Hola.

Algo le hablo nuevamente con ese tétrico tono de voz.

Algo tomo su mano.

Y ese algo le vio perder su conciencia en ese momento.


10 minutos después

Lucy se encontraba tranquilamente viendo al inconsciente niño frente a ella mientras picaba su pecoso rostro con un dedo cuando la puerta se abrió con un poco de furia.

- ¡Lucy Harriet Loud, se que estas aquí pequeña!

- (Asustada) L..Lori.

Lori no tardo en encontrar a su hermanita quien por el susto cayo de espaldas en el piso de la sala.

- ¡Sabía que estabas aquí, porque no contestaste el teléfono si sabías que era probable que te llamara al menos para asegurarme que te encontrabas en este lugar pequeña malcriada!

- P..perdón, yo solo... yo... yo...

Lucy no acostumbraba a ver a su hermana con ese temperamento ni menos contra ella, por lo que entre eso y su fallido encuentro con el muchacho se encontraba al borde del llanto, cosa que Lori pudo notar rápidamente antes de suspirar derrotada y acercarse para abrazar a su hermanita.

- Lucy, solo estaba literalmente muerta de la preocupación ¿Y si te había pasado algo o no habías llegado a este lugar antes que comenzara la lluvia? Pudiste perfectamente llamarle para posponer tu visita y seguro que lo hubiese entendido - Decía mientras comenzaba a acariciar suavemente la espalda de la muchacha.

- Re..realmente tenía deseos de conocerlo y no quería esperar.

- Bien, y como te fu... - Nota que el chico se encontraba inconsciente en el piso - ¿Quieres que mejor vayamos a casa y tomemos un chocolate caliente?

- Si quiero mamá.

- Bien, vámonos entonces.

- ¿Lo vamos a dejar allí?

- (Evitando su mirada) Creo que es lo mejor para todos, mejor vámonos antes de que despierte.

Y con ello Lori tomo en brazos a la pequeña y salió rápidamente del lugar mientras colocaba un impermeable negro en la pequeña.

Si algo había aprendido de cuidar tanto a sus hermanas es que lo mejor para evitar problemas y demandas era que no supiesen que estuvieron allí.

Algo irónico en la mente de Lori sabiendo que había aplicado ello en Lucy, la experta en desaparecer mientras caminaba con Lucy, cosa que podía notar una pequeña que se había escabullido durante mucho tiempo, viendo con ojos delatores a la pareja de hermanas alejarse del edificio solo para devolver la vista al edificio.

- Sabía que no cumplirían su palabra, no es justo.

Y pese a que su rostro se encontraba completamente cubierto en lodo se podía notar una sonrisa.

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