[One-Shot] Mi más grande trofeo
Lynn miraba furiosa el marcador, llevaba la temporada completa sin sufrir ni una sola derrota y ahora el marcador decía todo lo contrario.
No había gran diferencia pero el puntaje demostraba que el equipo contrario las había superado, su equipo había perdido, su mente no lograba procesar esa palabra: "derrota".
Furiosa se dirigió a la salida donde sabía que le esperaba su padre, quería subirse a la van y llegar a su casa, tirarse en su cama y procesar lo que acababa de ocurrir, se sentía sumamente frustrada, humillada, derrotada, había entrenado mucho y aun así el marcador quedo a favor del oponente.
Cuando llego a la van estaba su padre esperando, este vio la furia contenida de su hija y la abrazo, prometiéndole que en el futuro tendría la revancha y que no se preocupará, que perder era normal y todo lo que tenía que hacer era aprender de ello y superarse en el próximo partido, ella con lágrimas en sus ojos asintió.
Al llegar a su hogar se encerró en su habitación y se quedó en silencio en su cama, era tanta la calma con la que estaba que incluso su compañera Lucy se sentía incomoda de verle tan callada, pero tampoco tenía las palabras para consolarle o similar, saliendo de la habitación pensado que lo mejor era dejarla sola meditar lo que había ocurrido.
En la sala la familia estaba reunida discutiendo en voz baja los sucesos que habían acontecido a la quinta hija, su derrota en aquel partido, todos sabían lo mucho que significaba aquel torneo para ella, incluso jamás pensaron que podría tener tal racha victoriosa en un deporte, realmente se había esforzado mucho para ser un aporte al equipo y superarse a sí misma, confiaban en que podría seguir con esa racha pero ahora que la habían derrotado y vieron la expresión con la que quedo, estaban preocupados.
Aún quedaban algunos juegos de la temporada, su equipo estaba bien posicionado, no tenía motivos para estar tan desmoralizada, supusieron que era el calor del momento y la dejaron descansar, pues realmente se había esforzado.
Las horas pasaron y era hora de cenar, toda la familia estaba reunida y a la espera de la chica amante del color rojo, la cual llego con una expresión sombría a la mesa, una que hacia parecer feliz a Lucy.
La furia inicial de la chica consigo misma se había transformado en una tortuosa tarde de auto flagelación donde se insultaba, donde se decía lo inútil que era y otras cosas, realmente sentía que toda la culpa de esa derrota fue debido a que ella no lo hizo bien y había arrastrado a todo su equipo con ella, una a una las hermanas fueron diciéndole que todo estaría bien, que la próxima los derrotaría sin siquiera sudar, sus padres le comentaban lo bien que había jugado y una nueva conversación de que en ocasiones se gana y en ocasiones se pierde, pero ni toda esa charla era capaz de recuperarla de aquel sentimiento de inferioridad, ni siquiera cuando su hermano más cercano intento consolarla, realmente le tenía aprecio al chico de blancos cabellos, pues jamás se había burlado de ella ni la había hecho sentir menos, aunque en parte eso también le molestaba.
El chico tenía mucho cuidado de no soltar frases que pudieran tener alguna extraña interpretación por su hermana mayor, desde que tenía memoria este se comportaba así con ella, era una buena intención pero cuando descubrió su juego era realmente doloroso saber lo que él hacía.
Era un gesto bonito, pero cuando descubres que te tienen tanta lastima es realmente doloroso.
La cena había terminado y cada quien estaba en su habitación, excepto por Lynn, esta se había quedado sentada en el salón mirando aquella televisión apagada en profunda reflexión, no iba a hacerlo junto a su hermanita pues sabía que intentaría meterla en esas cosas oscuras que tanto le gustan, por lo que decidió quedarse ahí a seguir pensando.
Ya un poco más molesta se encamino hacia la repisa familiar, aquel lugar que albergaba todas las principales victorias de la camada Loud, pudo ver los premios de golf de Lori, los de moda de Leni, los de música de Luna, los de teatro de Luan, los de arte de Lincoln, los de poesía de Lucy, los de fontanería de Lana, los de desfiles de Lola, los de ciencias de Lisa y los de fotografía de Lily, eso solo considerando las principales ramas de interés de sus hermanos, pues varios tenían premios de otras categorías, en cambio observo su lugar.
Vacío.
Ni un solo premio, ni reconocimiento, ni nada.
Había intentado muchas cosas en su vida y en todas lo había hecho fatal, esta era la primera vez que lograba una racha victoriosa, y aun así sentía que no era su total esfuerzo, pues era un deporte de equipos, había escuchado muchas veces tanto a su familia, como sus amigas, como su entrenadora decir que la victoria o derrota dentro del equipo es de todos, nadie es superior y por ello debía sentirse orgullosa cuando se ganara, pues no es que ganaran sus compañeras o que ganase ella, ganaban todas como el equipo que eran.
Quiso dejarse seducir por esas bellas palabras pero entre más pensaba en el juego que había tenido ese día más le dolía, pensaba en todas las jugadas que podría haber hecho mejor, todos los consejos que pudo darle a sus compañeras para realizar mejor ciertos actos, que pudo estudiar mejor a su oponente.
Todo eso y más carcomía su cabeza, por lo que cerro la vitrina, no sin antes golpear por accidente uno de los premios de su hermano menor, era una pequeña copa, una ridícula frente a los hermosos galardones y reconocimientos que tenía al lado, al ver que esta había caído al suelo la tomo y no pudo evitar observarla, era ridículamente pequeña en verdad además que se veía bastante antigua, pensó en ella y quizás había sido el primer premio que este había tenido en su vida y por eso lo conservaba aun teniendo semejantes piezas que exhibir.
Cerro la vitrina sin guardar aquella pequeña copa y se dirigió nuevamente al sofá de la sala, sentando en el para seguir observando aquella pequeña copa.
Pensó en su hermano menor, realmente le tenía mucho cariño pese a la molestia que sentía al saber que la trataba con lastima en algunas ocasiones, aun sabiendo que lo hacía para no hacerla sentir mal, el chico realmente era talentoso en el área de las artes además de ser bastante ingenioso, lo que le había llevado a ser bastante reconocido en la secundaria donde ambos estudiaban, sin contar con su poco natural cabellera que le hacía destacar todavía más, incluso ella existía en ese lugar gracias e él, pues ella no era Lynn Loud jr en ese lugar, sino que era la hermana mayor de Lincoln Loud, algo que le dolía mucho.
Eran ocasiones como esta donde intentaba odiar a ese muchacho al que le sacaba apenas un año, que se llevaba toda la atención sobre él, que recibía halagos reales mientras que a ella solo era lastima.
Sus ojos se comenzaron a cristalizar mientras seguía viendo aquella pequeña copa que tenía en sus manos, realmente se odiaba a si misma por sentir celos de su hermano cuando este siempre intentaba hacerle sentir bien, termino apretando fuertemente aquella pequeña copa y levanto con furia su brazo, con deseos de destruir la prueba inicial donde se separaron los destinos de ambos hermanos, el del talentoso hijo menor y de la inútil hermana mayor.
Pero cuando intento bajar el brazo con toda su furia al suelo y romper aquel objeto sintió como su mano era retenida, aun con lágrimas en los ojos giro su cabeza para saber quién había sido el que detuvo su acto, cuando se encontró con los azules ojos de su hermano menor mirándola seriamente mientras sostenía su mano con aquella pequeña copa.
- Lincoln: se puede saber que intentabas hacer?
- Lynn: nada que te importe Lincoln
- Lincoln: Lynn, yo conozco bastante bien ese objeto, y conozco perfectamente a su dueño, ahora me puedes decir porque intentabas romperlo?
- Lynn: y porque te importa tanto este pedazo de basura? Solo es una diminuta copa en comparación con todas las otras cosas que tienes, seguro que en menos de una semana podrías obtener una 10 veces mejor sin apenas esforzarte mientras personas como yo deben matarse mejorando en una ridícula tarea para aprender a hacerla solo para fallar en el último segundo
- Lincoln: Lynn, de eso no se tratan las competencias
- Lynn: claro, ahora el muchachito vendrá con que el objetivo no es ganar, sino divertirse, déjame decirte una cosa señor perfecto, las personas como yo estamos obligadas a ver una competencia como algo serio porque realmente tenemos que dejarlo todo, no tenemos tiempo para disfrutar, no tenemos tiempo para sentirlo, sino no lo damos todo y fracasamos horriblemente
- Lincoln: Lynn...
- Lynn: dudo que lo entiendas, jamás pierdes una competencia, siempre has sido el número uno mientras yo no alcanzo ni siquiera a ser el número tres
- Lincoln: escúchame...
- Lynn: no, tu escúchame a mí, tú no sabes lo que es sufrir, saber que tu familia siente lastima por ti, que aun cuando te apoyen no les extrañe que pierdas, incluso que tengan más practicado sus frases de consuelo que de felicitaciones
- Lincoln: tú...
- Lynn: ya deja de intentar darme el mismo maldito sermón de siempre, YA NO QUIERO SENTIR TU LASTI
Lynn no pudo terminar aquella oración pues Lincoln le había dado una fuerte bofetada, una que realmente Lynn jamás se esperó recibir por parte de su hermanito, por lo que sin dejar de llorar soltó la mano con la que tenía tomada la copa y lentamente la acerco a su mejilla enrojecida, incrédula de lo que acababa de vivir fijándose en la seria mirada que su hermano tenia puesta sobre ella.
- Lincoln: en serio crees que alguna vez te he tenido lastima?
- Lynn: la tienes todo el tiempo
- Lincoln: JAMÁS he sentido lastima por ti Lynn, JAMAS
- Lynn: pero...
- Lincoln: qué? Por qué no me jacto de mis premios cuando estas cerca quiere decir que siento lastima por ti? O que me acerque a ti cada vez que veo que no logras la victoria en alguna competencia significa que me das pena y por eso me acerco? Esa es tu idea de lastima? Pues déjame decirte que eres una tonta
- Lynn: oye
- Lincoln: estás tan envuelta en tu propia lástima que sientes que todos a tu alrededor sienten lo mismo que tu hacia ti, te sientes tan miserable que no puedes reconocer tus buenas hazañas y cuando algo malo pasa te culpas inmediatamente a ti mismo, no sabes la cantidad de veces que he hablado con papá y mamá para que te lleven al psicólogo para que traten tu depresión
- Lynn: de que hablas?
- Lincoln: por favor, está claro que guardas una profunda depresión durante mucho tiempo, quizás hasta un complejo de inferioridad, no tengo idea, pero entre más pasa el tiempo es peor, por eso cuando encontraste algo en lo que eras buena me sentí feliz, por fin habías encontrado algo con lo que sentirte realizada, muchas veces llegabas feliz a casa, revitalizada pese al cansancio físico por las prácticas, no eras la típica Lynn que sentía que la vida era injusta con ella y tenía esa oscura expresión en su rostro, eras la Lynn que me inspiro tanto cuando era pequeño y logro que fuera quien soy hoy en día – en ese punto en su voz se comienza a sentir un rastro de pena – la que me motivaba a levantarme día a día y esforzarme por ser mejor la que no le importaban las cosas más que disfrutar del día a día en vez de los estúpidos reconocimientos que a nadie le van a importar en el futuro
- Lynn: no entiendo de que me hablas yo jamás...
- Lincoln: NO COMIENCES CON ESO POR FAVOR – ahora era Lincoln quien estaba llorando – siempre fuiste una gran hermana mayor pese a todo, cuando me lastimaba, me sentía mal, cuando algo me faltaba eras siempre quien estaba conmigo, apoyándome, yo no sé en qué momento dejaste de ser esa persona para transformarte en esta cazadora de trofeos
- Lynn: Link... es que, me siento tan inútil en ocasiones
- Lincoln: y por eso querías destruir la prueba de todo lo que te acabo de decir?
- Lynn: a que te refieres?
- Lincoln: ese trofeo, es mi más valiosa posesión, no porque haya sido mi primer concurso o mi mayor logro, es porque significa que jamás me debo rendir al pelear por mis objetivos y que por sobre todo mi hermana mayor siempre estará conmigo
- Lynn: ...
- Lincoln: este trofeo me lo diste tú cuando apenas tenía cinco años, era un concurso del jardín infantil del cual ya ni recuerdo la recompensa, pero sé que ese día perdí, ni siquiera había quedado entre los primeros lugares pese a que me había esforzado tanto en ello, ahí fue cuando tú me viste totalmente frustrado cuando ni siquiera nuestras hermanas mayores o nuestros padres lo habían notado y estuviste conmigo toda la tarde consolándome – comienza a jugar con sus manos limpiando aquella copa – al día siguiente apareciste con este pequeño trofeo diciendo que lo importante era que lo había intentado y me había divertido en el proceso, por lo que había ganado en la categoría de diversión
- Lynn (riendo suavemente): no pude haber dicho algo tan patético
- Lincoln (riendo): pues créelo, eso significo mucho para mí
- Lynn: entonces ese trofeo...
- Lincoln: sep, representa mi primera derrota pero al mismo tiempo uno de mis momentos más felices
- Lynn: vaya, y yo quería romper eso, soy una idiota
- Lincoln: de vez en cuando, sep, y bastante
- Lynn: no se supone que me estabas consolando?
- Lincoln: quien fue la que me dijo que no le tuviera lastima?
- Lynn: mmm... - lo piensa unos segundos – tu ganas esta vez
- Lincoln: supongo – una idea surge en su cabeza – sabes que Lynn, espérame aquí un momento, no tardo
Dicho esto Lincoln subió rápidamente a su habitación y estuvo unos minutos en ella, Lynn estuvo tentada un par de ocasiones en ir donde este pero decidió darle el beneficio de la duda, pues la cara de emoción que este mostro antes de salir de allí era suficiente para dejarla intrigada.
Pasados esos minutos pudo ver a Lincoln bajar con las manos en su espalda mientras una enorme sonrisa estaba dibujada en su rostro, realzando aquellos dientes de conejo que tenía.
Cuando estuvo cerca de Lynn esta quedo mirándole fijamente mientras la sonrisa de Lincoln era imperturbable.
- Lincoln: supongo que me tarde muchos años en hacerlo, pero realmente era algo que te merecías tras todo lo que hiciste
Dicho esto saco sus manos de la espalda donde llevaba aquella pequeña copa, la cual lucía mucho mejor, casi como si estuviese nueva, con la diferencia que ahora tenía una pequeña placa en la base de esta.
- Lincoln: no tendrá una ceremonia oficial ni grandes parafernalias, pero creo que te lo mereces como ninguna otra
Lynn toma la pequeña copa y la observa detenidamente hasta que se fija en la pequeña placa que ahora tenía la base del trofeo.
"A mi hermana favorita"
"La mejor hermana del mundo"
Al leer esa pequeña inscripción los ojos de Lynn no tardaron en humedecerse nuevamente, una sensación de calor recorrió todo su cuerpo y su respiración se agito enormemente, no pudo contener su llanto en ese punto.
- Lincoln: no espero ni me importa que sea el primero de muchos, pero siempre quiero que recuerdes que hay algo en lo que siempre serás la mejor, y eso es en ser mi hermana
Lincoln pudo notar como Lynn lloraba sin ser capaz de controlarse y de un saltó se dirigió donde Lincoln, el cual fue capaz de soportarla mientras esta entre llantos le agradecía, le agradecía y se disculpaba por su pobre actitud que llevaba desde hace un tiempo llevando, obsesionada con cosas que no valían la pena y descuidándolo, todo por culpa de los celos.
Aquel bonito momento fraternal fue devuelto por Lincoln, quien le devolvió el abrazo a su hermana mayor mientras le reconfortaba, momento que el resto de la familia observaba enternecidos, con los padres fotografiando aquel momento y algunas de las mayores grabando en sus celulares.
Los días siguientes pasaron rápidamente y llego el siguiente día del torneo, Lynn estaba motivada por completo, pues solo eran dos juegos más contando ese y se sentía totalmente preparada, cosa que demostró ganando por muy poco, una victoria que celebro con toda su familia.
El siguiente juego llego antes que se diera cuenta y por una última jugada realizada por esta el equipo logro ganar, declarándose los ganadores de aquella competencia mientras esta era ovacionada por toda su familia desde las graderías.
La noche de ese día tras ser ovacionada tanto por el equipo como por su familia se acercó feliz a la vitrina familiar, donde deposito el que sería su tercer gran trofeo, algo que le pareció insignificante ante aquella pequeña copa y una fotografía enmarcada que ocupaban el lugar.
Los que eran por muchos, los mayores trofeos que alguna vez ganaría en su vida.
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