La mañana mas tranquila y normal ^w^
Era una mañana de lo más tranquila. Las primeras luces del sol atravesaban las ventanas, la calma reinaba en el aire y, como si todo estuviera alineado, Iris estaba por fin teniendo un día sin interrupciones. Había conseguido dormir durante más de cuatro horas seguidas (un récord para el), y eso era un lujo que no pensaba desperdiciar.
¡Plam, plam, plam!
El sonido de algo golpeando el metal la hizo abrir un ojo lentamente. No era lo que quería escuchar. Pero lo que vino después lo hizo dar un resoplido de frustración.
¡Plam, plam, plam!
— ¡¿Pero qué demonios,que estupidez se inventaron estos ahora?! —dijo Iris en un susurro entre dientes, tratando de no perder la calma.
De un salto, salió de la cama, con la cabeza aún llena de sueño y la expresión irritada. Miró hacia la sala y allí estaban, como siempre, ellos. Remina y Sedna, de pie en el centro de la habitación, golpeando sartenes con la fuerza de un tambor.
— ¡Ven a ayudarme, Sedna! —gritó Remina, mientras hacía un extraño giro con la sartén, como si estuviera en una competencia de batallas medievales. — ¡La melodía no está completa sin tu contribución!
Sedna, con una expresión de felicidad que sólo el podía mantener, replicaba golpeando con furia la sartén contra la otra.
— Lo estoy intentando, pero... ¡Esto suena peor que mi intento de tocar el tambor en la fiesta de hace un año! —respondió Sedna, completamente sin sentido.
Iris frunció el ceño y se acercó lentamente, su paciencia a punto de romperse.
— ¿¡Qué están haciendo,ahora bola de estúpidos!? —preguntó, casi incapaz de ocultar su tono de desesperación.
Remina, sin dejar de golpear la sartén, lo miró con una sonrisa desafiante.
— ¡Estamos creando música! —dijo como si fuera la respuesta más lógica del mundo.
Iris no estaba segura de si Remina estaba bromeando o si en serio pensaba que hacer ruido con una sartén era música.
— ¿Música? —repitió Iris, sin poder evitar el sarcasmo. — Porque si eso es música, yo soy un violín en una orquesta sin cuerdas.
Sedna, sin perder la compostura, levantó una ceja.
— Hablando de cuerdas... —comenzó, mirando a Remina con sospecha. — ¿Recuerdas el "violín" que rompiste el mes pasado, Remina?
— ¡Eso fue un accidente! —Respondió Remina, claramente ofendido. — Yo solo trataba de componer una pieza innovadora para nuestra futura gira mundial.
Iris, ahora al borde de la desesperación, se giró hacia la ventana, tomando una respiración profunda. El día que había soñado se desvanecía ante sus ojos, reemplazado por un caos aún mayor.
— ¡No! ¡Ya basta! —Gritó, mirando a Remina y Sedna. — ¡Estoy tratando de dormir,pendejos! ¿Acaso no pueden dejarme un minuto en paz?
Remina y Sedna se quedaron en silencio, mirando a Iris con una mezcla de incredulidad y diversión. Fue Sedna quien rompió el silencio, con una calma aterradora.
— No lo entiendes, Iris... La creatividad requiere sacrificios. Y tú, querido, eres nuestra musa.
— ¿¡Musa!? ¡Soy su víctima, más bien! —Iris se frotó la cara con frustración.
Justo cuando pensaba que todo había tocado fondo, Remina alzó la sartén y, con un grito salvaje, golpeó una vez más... pero esta vez no era el sonido de metal contra metal lo que se escuchó.
¡CRASH!
La sartén se rompió en pedazos, lanzando fragmentos de metal por toda la habitación. Todos quedaron en silencio por un momento, observando los trozos esparcidos por el suelo.
Iris:
— Esto... —comenzó, mirando a los dos con una mirada asesina— hasta aquí llegó mi paciencia...
Sedna levantó las manos, con una expresión algo derrotada.
— No fue mi culpa esta vez.
Remina, quien había quedado con la sartén rota en las manos, observó los fragmentos y luego se encogió de hombros.
— Bueno, tal vez esto sea música avant-garde.
Y mientras Iris, ese fue la gota que derramó el vaso, y hizo lo normal colgó a los dos sobre fuego en el patio con cinta en su boca para que no pudieran gritar o hablar.
Pero miren el lado bueno!, Ya puede dormir sin que lo molesten XD
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