La chica que comenzaba a ser valiente.

Odessa volvió al campamento tiempo después. Ella no era muy sociable, y casi siempre parecía andar con miedo, absorta en sus pensamientos. Aika sentía pena cada vez que la veía, jugando con su cabello, o a veces con el borde de su falda los días que no tenían entrenamiento. Sus piernas tenían constantes moretones últimamente, siempre salía lastimada en los entrenamientos.

Se había ido un tiempo con un tío luego de la muerte de sus padres, Aika supuso que aquel hombre era la única persona que le quedaba en ese mundo. Se alegró por Odessa cuando se enteró de aquello, pero ahora que volvía a verla todas las manías de la chica no habían cambiado.

Silenciosa, nerviosa. Apenas se acercaba para charlar y Odessa tartamudeaba mirando al piso, casi como si rogara que Aika dejara de insistir.

—Deja de ser tan odiosa, Jakov, ¿no ves que asustas a la loquita? —soltó un día Lloyd, la rubia pudo notar que los ojos de Odessa se humedecían por completo mientras miraba sus manos—. No va a hablarte.

—Cierra la boca, Lloyd —escupió en respuesta, sacando valentía de su coraje—. Sólo dices estupideces.

Él resopló antes de meterse al baño cerrando la puerta con violencia. Odessa dio un pequeño salto con el repentino ruido, Aika sólo cerró los ojos unos segundos.

—Lo siento mucho, Odessa.

—N... No debes.... No debes disculparte —tartamudeó la muchacha—. Él... él tiene razón... Est... estoy loca.

Aika niega con la cabeza mientras pasa a sentarse junto a ella. Se sentía triste y enfadada con Lloyd por lo que había dicho.

—No estás loca, hablo en serio. Él sólo dice tonterías porque no tiene nada mejor que hacer —la rodea con un brazo, la siente temblar y vuelve a soltarla—. Está bien, Odessa, no voy a lastimarte.

La de cabellos oscuros cierra los ojos con fuerza, sus labios forman una fina línea. Parece intentar contenerse, tal vez de llorar. Pero de pronto se levanta sin más y respira hondo.

—Mu... muchas gracias. De... de verdad. Ahora siento mu... mucho sueño —sacude la cabeza, Aika comprende y se levanta de la cama.

Odessa se durmió de inmediato luego de eso, con la mirada de la rubia sobre ella.

Era raro ser la chica que defiende. Antes era Marlee quien la defendía a ella de Lloyd, ahora Aika debía defender a Odessa. Se sentía bien ser la valiente, sí, pero llegaba un punto en que la enloquecía.

Odessa siendo demasiado débil, Lloyd siendo demasiado cruel, y Aika sintiéndose sola.

Ella no le hablaba, él siquiera iba a escucharla. Y Aika seguía deseando tener a alguien más.

Aquella noche Aika casi creyó que dormiría tranquila otra vez, pero no fue así. Las pesadillas volvían, los gritos, el dolor, todo. Esa vez vio a Marlee ante ella, apenas respirando y con la piel pálida. Entro en pánico al ver a su heroína llorar y lamentarse, no podía escucharla, intentaba acercarse para ayudarla pero no podía. Marlee pareció ver a alguien al otro lado, donde la vista de Aika no tenía acceso, y sus ojos se tranquilizaron. Demasiados tranquilos para el terror de la rubia.

Despertó jadeando, encontrándose con Odessa también agitada y sentada en la cama. Un poco de luz se colaba por las ventanas, Lloyd dormía profundamente al otro lado de la cabaña, como siempre. La de cabellos oscuros intentaba calmarse sin éxito, sus ojos conectaron con los de Aika, dudó un poco antes de hablar.

—Ya no quiero esas pesadillas —el usual tartamudeo desapareció, sonaba realmente dolida y asustada—. No puedo...

Rompe en llanto, callando sus sollozos y cerrando los ojos. Aika también lloraba en silencio, algo subió por su pecho y se levantó para abrazarla, fue correspondida de inmediato. 

—Sólo son eso, Odessa, simples pesadillas —asegura con la voz rota.

Un pequeño silencio mientras le acaricia el cabello intentando calmarla, Odessa suspiró con la mejilla contra el hombro de Aika.

—Es que... no son pesadillas, son recuerdos.

Esa noche Odessa habló sobre la muerte de sus padres con otra persona que no era Annabeth, y aquella historia tomó el corazón de la rubia para luego hacerlo pedazos. Se imaginó en su lugar, imaginó a sus padres pasando por aquello, fue doloroso sólo imaginarlo.

También se abrió con ella, le habló sobre sus pesadillas. Y se sintió tan bien decírselo a alguien. Odessa no era de las que hablaban demasiado, pero sabía escuchar. 

No se hicieron mejores amigas, pero tenían a alguien que comprendía sus pesadillas.

***

Cole se quedó mirándola, a la par que prestaba atención a su camino. Como siempre iban algo rezagados.

Aika se limpió las lágrimas que salieron sin permiso —Sabes lo  que hice mal ahí, siquiera debo resaltarlo.

Asiente lentamente. Alarga una mano para tomar la de ella, intentando reconfortarla  un poco. La rubia se queda mirando la unión mientras murmura.

—Lo que sigue seguro ya lo esperabas.

—Supe que irías a eso desde que decidiste decírmelo todo, Aika.

Una sonrisita aparece en su rostro, alza la cabeza para mirarlo con los ojos brillantes por las anteriores lágrimas.

—Tenías que ir al campamento, Cole O'Brian.

***

¡Hoola, queridas! Tanto tiempo.

Un gif de Odessa al inicio... Grace Phipps es tan hermosa.

Estamos llegando a donde quería :'3 kemozion

En fin, ¡hasta luego!