Siete.
El chico nervioso con sus sentimientos.
Cole tenía a Attis como tutor, le dijo a Quirón que prefería a una sola persona tratando con él, ya que estaba acostumbrado a eso. El hijo de Afrodita estaba presente entonces, y sin problemas se propuso para eso, y Cole lo aceptó porque el chico no parecía tan imponente como Lloyd. Tenía razón, Attis era más carismático y amable.
—No te recomendaría correr a la cinco de la mañana, es la hora de los de la cabaña cinco —señala hacia los hijos de Ares—. Ellos no son muy... Digamos que me rompí la muñeca la última vez que intenté unirme.
Asiente mientras siguen caminando por el campamento, tomando algo de aire luego de casi todo un día entrenando.
—En casa solía despertarme a las seis treinta para dar vueltas por la comunidad, no seré atacado a esa hora, ¿verdad?
Attis rió entre dientes y negó con la cabeza.
—Tienes suerte, entonces solo debes evitar la zona de arquería.
—Muy bien.
Llegan a la zona de la playa, y ven a Aika hablando animadamente con Marlee por mensajería de Iris. En cuanto Attis vio eso su rostro se iluminó con una genuina sonrisa, Cole pudo notarlo, ese chico estaba loco por la castaña.
—Vamos, tal vez extrañabas a tu hermana —suelta.
Cole comienza a balbucear mientras le sigue dando tropezones. No, no, ¿extrañar a Aika? Claro que no, la había visto un par de veces en el día, veces en las que hizo el ridículo por quedarse mirándola más de lo debido.
— ¿Qué? No... no, yo no tengo razones para...
—En todo caso yo sí extrañé a tu hermana —añade, y Cole nota que se refería a Marlee.
Cuando llegan Aika gira sonriendo, el sol hacía que su cabello brille y aquella expresión de alegría en su rostro se acentuaba. La chica alza las cejas viendo a Attis.
— ¿Volverás a robarme el tiempo con mi hermana, rubio de pote? —inquiere hacia el hijo de Afrodita.
—Tu hermana me necesita —alardea y la retira con suavidad mientras sonríe a Marlee—. Hola, Potter.
Marlee rueda los ojos conteniendo la risa.
—Otra vez tú.
—Siempre yo.
Cole sigue a Aika en un intento de darles más privacidad, y también porque las ridículas discusiones de Marlee y Attis les ponía incómodos. Más teniendo en cuenta la tensión entre ellos. La rubia estaba feliz con eso, porque Marly necesitaba esas sonrisas que Attis le dedicaba, más ahora cuando había visto morir a un chico en sus brazos. Recordaba que ya esperaba verlos juntos desde el primer día en que la vio llegando con ese maldito rubio a la cabaña, seguía sintiendo la misma emoción al verlos juntos.
— ¿Sabes? Ella me negó miles de veces que tenía algo con él cuando apenas la conocí —le comentó al castaño—. Y ahora se le ilumina el rostro cuando lo ve.
—Sí, a él también. Supongo que así se ven las personas que...
Giran la cabeza a la vez para poder mirarse, y quedan algo tildados al notar que estaban más cerca de lo previsto. La estatura de ambos era casi igual, por lo tanto sus ojos chocaron de inmediato, causando que se sonrojaran a niveles muy altos.
Desde hace tiempo que eso les sucedía, se callaban al mirarse, se quedaban sin palabras gracias al nerviosismo. Era clara la atracción mutua que sentían, pero ellos estaban decididos a ocultarla, cosa que a decir verdad no hacían muy bien. Era una suerte que cada uno se dedique a pensar en lo suyo y no note la intensidad en los ojos del otro.
—Se gustan —completa Aika y aparta la mirada.
Vuelve a fijarse en el Attis que hacía estupideces y reía, de pronto el muchacho gira hacia ellos con una mueca apenada.
— ¡Creo que arruiné la sorpresa! ¡Marlee nos espera en su casa mañana!
— ¡Eres un idiota, Attis! —Marlee gritó, pero divertida.
***
Lloyd señala un lugar resguardado con árboles y declara que acamparían allí, pero que ellos se instalen lejos de él.
—Odio escuchar cuando hablan de sus traumas y su nostalgia —declaró mientras caminaba—. ¡Hablen en voz baja, por el Olimpo!
Jakov se rasca la nuca un poco avergonzada con que él les haya escuchado antes, luego gira para bajar su saco de dormir. Cole le imita, poniendo el suyo cerca, como siempre.
— ¿Crees que él...?
—Es como un topo cuando se trata de sentimentalismo —responde el chico mientras se acomodan para dormir un rato—. De todas formas no creo que le importe si estamos juntos o no.
Aika lo mira de inmediato.
— ¿Estamos juntos?
Él frunce el ceño, pero intenta ocultar su indignación con la pregunta. Se acerca hasta darle un pequeño beso en los labios, y luego le acaricia el cabello.
—Creo que esto es estar juntos —murmura nervioso—. Pero ahora con todas tus inseguridades comienzo a...
—No estoy insegura con que te quiero, Cole —interrumpe a media voz—. Solo estoy dudando de lo fuerte que sea ante lo que digan los demás.
Era la verdad, Aika ya había sufrido durante mucho tiempo discriminación, temía volver a eso. Quería a Cole, pero estaba claro que eso sería mal visto por todos y los juzgarían sin pensar. Ellos eran medio hermanos, por más que los dioses no tengan ADN, así era ante los ojos de todos. Sin importar que sientan mil cosas al estar uno con el otro, eso no borraba la realidad.
El miedo de volver a ser criticados sin parar.
—Te quiero, solo eso me importa ahora mismo, Aika.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro