Y me vuelvo a encontrar en la misma situación una y otra vez. Mi  vaso de derrama y parece que el interior jamás parará de fluir, pero noto que se esta quedando vacio, noto que me estoy quedando vacia. Fluye, no para, pero lo hará y lo hizo.

¿Cómo me puedo sentir así?

Mi boca se secó, mi mente se relajó y mi cuerpo se evaporó. ¿Estoy nadando? ¿Estoy en alguna clase de sueño?

Voy y me muevo de una manera que no debería ser verdad, todo parece flotar y moverse de una forma irreal. 

No es nueva esa pregunta, esa duda que carcome mis pensamientos y hace que cada fibra de mi ser grite en duda, yo misma me quiero dar ese consuelo. ¿Estoy aquí? Mis manos tiemblan de ansiedad con esa duda, no puede ser verdad, todo esto está sucediendo.

Veo mi cara en el espejo, veo mis manos y golpeo cada lugar que puedo encontrar de mi misma. Pero siento que este cuerpo no es mío, que esta mente no me pertenece y todos los pensamientos que bien sabían gobernar mi cabeza ya no existen más, que más que gritos, son susurros, son vocecitas que no dicen nada, vocecitas que hablan pero no se les entiende. 

Y aún así me siento bendecida, siento como si alguien me hubiera hecho ese favor, ese favor de sentirme irreal. Ya nada importa en esos momentos, nada, ni yo misma ni las siempre banales preocupaciones del cada día. Siento que me hubieran expulsado de ese cuerpo sin sentido en el cual estaba retenida, pero cuando lo veo de lejos no lo reconozco. 

Da miedo darse cuenta que aunque este azotada de pensamientos, aun así no reconoceré mi cuerpo, jamás lo haré. Ha llegado momentos donde he visto mis manos y me ha dado una incomodidad tal que deseo no verlas nunca más, mi rostro lo veo como si fuera de otra persona, me cuesta reconocerlo como mío. 

Me siento drogada, siento que de alguna manera explore hacía otro planeta y el sin sabor de mi boca por fin tiene sentido. 

En el momento que escribo esto me siento así. Los recuerdos se confunden y sólo el reciente dolor de cabeza que está viniendo desde mi nuca hacía el resto de mi cuerpo me hace dar cuenta cuanto tiempo estuve en ese estado.

Sé que no siempre estoy así, sé que alguna vez no estaré así, pero se siente perpetuo de una manera que asusta. Todo se siente impersonal, como si no te estuviera pasando en verdad.

El vaso se vacía lentamente y con la misma fuerza se vuelve a llenar, tan rápido que hay un miedo casi estúpido que se vaya a romper. 

Y ahí colores, todo se llena todo parece aclararse y parece aún irreal, pero el dolor, el dolor te despierta y hay colores por todas partes. Sensaciones y pensamientos que revolotean, sentimientos que parecían olvidados que gritan, que se expresan y que todo quiere salir, todo se desborda. 

Todo brilla tanto que enceguece y me doy cuenta que ese cuerpo aún no es mío. Nada es mío, todo es suyo.

Vivo para alguien y vivo para nadie, vivo para una futuro yo y un pasado mio, el presente no quiere existir y le consiento. Le consiento porque es amoroso y no existe, es imposible, porque no existe.

Y aún así todo es incomprensible, un enredo que perdió el sentido hace meses y que sueño que se haga realidad. Pizca de realidad acá y pizca de realidad por acuya, cuando la realidad me golpee dolerá, porque aunque se sienta mal, de algun modo se siente demasiado bien.

Todo va tan rápido que apenas puedo ver pasar algo, son tantas sensaciones llenas de colores que simplemente no puedo encontrarme a mi misma importarme por otra cosa.

De repente todo se atenúa, todo empieza a tener claridad y las sensaciones que me abordaban se calman.

Extraño el sentir en algún momento, extraño sentir algo, pero el vaso ya no sé está desbordando, tampoco está vacío, está en el medio. Lo odio, me odio, odio a todo. Odio no poder sentir nada, todo es soso, todo es gris, nada importa, quiero que se vuelva a vaciar, quiero que se vuelva a llenar. 

Me siento sedienta, sin importar si el vaso esté medio lleno (o medio vacío, para el caso) siento que me falta agua. Odio no sentir y a la vez sentir, odio que todo parezca real. Todo es real y extraño lo irreal, pero lo irreal se convirtió en una realidad que no puedo olvidar y a veces olvido que es la realidad.

Sin embargo me doy cuenta que todos los colores sin sentido brillantes y estúpidamente hipnóticos jamás existieron, reemplazados por esquema de colores más apagados, pero reales. Todo parece calmarse, sigo sintiendome vacia, pero me siento calmada, una calma que hace tiempo no sentía. Pero lo extraño, lo extraño otra vez.

Todo se siente mal, se siente mal no poder senti nada y no poder pensar en nada coherente. Todo carece de sentido, todo está mal.

Y esto es lo normal, siento que sí. Odio esta normalidad, no puedo con esto, no puedo seguir así, siento que me ahogo o que me falta aire.

Me siento hundida y creo que jamás saldré, odio la calma, odio sentir todo y a la vez nada. Nada es completamente algo hasta que lo es y siento desfallecer. Y me pregunto a mi misma si me gusta este ciclo interminable

De pronto el vaso otra vez esta vacío.

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Hace un tiempo mi psicóloga me diagnóstico con transtorno ciclotimico. Esto lo escribí mucho tiempo antes que mi psicóloga me diagnosticara con eso, cuando ella me lo dijo no me sorprendí, solo me quedaba aceptarlo de todas formas. He estado realmente ausente desde eso, encontré esto guardado y por alguna razón he decidido publicarlo.