Me considero a mi misma una persona nostálgica.

No por extrañar la alegría pasada, simplemente soy una persona que le gusta mirar al pasado y compararlo con vivencias exactamente iguales en el presente

Soy mala explicando, pero cualesquiera que sean las razones de que sienta que vivo en un eterno deja vu me hace una persona nostálgica.

Viendo al pasado y recordando cosas, leo un libro que leí hace 5 años y viajo en el pasado; de pronto es invierno y estoy resfriada, quiero meterme lo más que puedo entre las sábanas pero aún siento frío en mis manos por agarrar el libro, no obstante, "María" es un libro que me recuerda a algo cálido y siento mi lengua seca por la pequeña satisfacción del agrio final. 

Luego leo un manga que decidí releer, viajó de nuevo en el tiempo, ahora estoy en un bus camino a mi colegio tenía examen de educación física el sol de la tarde llegaría a mi cara si no estuviese tan encogida en el asiento. Siento una buena impresión por el manga, tiene el tipo de trama que me suele gustar, llego a mi colegio y doy el examen que fue un infierno porque no tengo buen físico. Corró por la calle un poco ansiosa para llegar a mi casa, pero cuando llegó mi puerta estaba mal y no podía entrar, me quede ahí por media hora hasta que descubrí una manera de abrirla. Entro a mi casa, todo está oscuro, prendo las luces rápidamente y pongo agua a calentar para tomar tecito, me acuesto en mi cama y no puedo evitar sentirme ansiosa

Lo que sea que hago siento que de cierta manera estoy en otro lado, realizando otra acción, viendo el mundo en colores cálidos o grises. Todo parece brillar, parece algo que no tiene sentido y que toma diferente forma cada vez.

Todo parece a alguna clase de plácido sueño.

Anhelo el pasado, no porque parezca mejor, si no porque me parece una realidad a la que puedo apegarme. Algo que pudo haber pasado, una realidad que está llena de colores y sensaciones.

Todos los recuerdos parecen difuminarse, combinarse, distorsionarse. Recuerdos incrustados en mi mente y que no dejan de afectar mi diario vivir. Recuerdos que nadie más que yo recordara. Nadie recordará como a la media noche me encerré en mi closet riendo y temblando por la diversión, viendo a todos lados menos hacia al frente. No recordará momento en los que lloré, como tampoco momentos donde pude llegar a sentir una emoción resistentemente fuerte.

Los recuerdos...

Son la única pieza de realidad a la que me toca aferrarme, siento como si el espacio me estuviese queriendo llevar muy lejos de la tierra y mis recuerdos inciertos son la única prueba de que todo esto es real.

Soy una persona nostálgica, pero no me reconozco a mi misma en el espejo y en todas mis imaginaciones no hay rostro a quien recordar. Todo parece un manifiesto de mis alrededores, de mis emociones y mis pensamientos.

No hay nada claro aún así, los recuerdos pueden ser falsos, todo puede ser falso.

No recuerdo mucho con mi familia, son como alguna clase de recuerdo cifrado que sólo puedo saber la clave cuando ellos me lo cuentan. Recuerdo poco, lo poco que recuerdo son palabras lanzadas al viento y que entraron al interior de mi cabeza , pero no recuerdo sus rostros, recuerdo las calles y recuerdo el clima, pero no importa cuanto intente, no recuerdo sus rostros.

Algunas veces no recuerdo cosas que pasaron hace tan sólo unos días, no me acordare ni hoy y mañana me olvidaré que no recordaba. Hay nimiedades que me acordaré hasta que esté en la tumba, recuerdo fechas de memoria, sucesos que pasaron hace muchos años y parecerá que sucedieron hace sólo un día.

Siento volar y la única cosa que me mantiene en tierra es una cuerda hecha de recuerdos, hilos que cuentan una historia incompleta.

 No pienso el pasado por pensar en tiempos felices, lo hago para entender qué es lo que estoy haciendo ahora.