Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 12

Tenía la carta en mis manos, al terminar de leerla un miércoles por la tarde, afuera estaba lloviendo, escuchaba el sonido de la lluvia.

Salí con la carta, el agua caía eran grandes gotas empapando me por completo, me senté en el patio y dejé que la carta se mojara conmigo, la muerte pensé, sonreí aunque después deje de hacerlo, pocos minutos después estaba riendo de nuevo.

Así eran mis emociones demasiado cambiantes, ni yo mismo las comprendía, no me sentía feliz del todo, pero no paraba de reír no sabía si era un simple juego, mientras sentía como el agua caía.

El patio de mi casa no lo vi jamás, me senté en el centro estaba algo seco aunque las flores de alrededor seguían con ese color, el olor humedad y un árbol de parte de la casa de alado, las hojas se caían de dejando que pasarán a mi puerta, sonreí al ver cómo caía una encima de mí.

Me di cuenta que pasaba mi tiempo observando lo demás y no lo que debí ver al principio mi propia casa.

Las hojas eran pequeñas y secas ese sonido crujiente al destruirla en la palma de mi mano, entonces el sonido se desvaneció, no escuchaba lo que me atemoriza el sonido se fue por un largo tiempo yo solo me quedé ahí mientras intentaba que regresara.

El sonido de la nada, era lo único que sentía como lo diferencia simplemente no es nada no hay nada solo veía, la puerta de mi casa estaba abierta, mis vecinos me observaban algo que no me importaba, la puerta trasera de mi casa era más grande que la delantera.

Me levanté y comencé a aver a mi alrededor tenía miedo y lo estaba perdiendo no escuchaba y estaba histérico he intranquilo.

Cálmate me gustaba estar afuera me dije una vez, entre a mi casa era como algo inexplicable cerré puerta y me quedé parado frente a esta, después de un rato viendo dentro de mi casa vi todo a mi alrededor.

Adentro todo se veía oscuro sabía que me observaban tenía la figura de un hombre, aunque no sabía que era exactamente solo sabía que me perseguía por lo que decidí encender las luces, tenía los pies cubiertos de lodo por lo que deje mancha, caminaba empapado mientras sentía el frío por todo mi cuerpo, cerré la puerta y el sonido regreso, la lluvia, las hojas y el viento.

Los gritos, la intérprete, la frustración, cada parte de mi se detenía poco a poco.

La carta se perdió entre el agua y el lodo, respire profundo al sentir de nuevo el sonido, al escucharlo, al percatarme del mundo real, no era normal pronto iría al médico tal vez.

El agua cayendo dejando ondas en los charcos, ese sonido era bonito podía sentirlo, el olor a café y una buena ducha, fue lo que hice, sonreí al espejo mientras me vestía.

Hice una maleta poca ropa solo serían unos días todo estaría bien, mañana sería un día especial, ahora tenía algo por lo que tenía que pensar a pesar de la carta.

-Hola mamá- dije al teléfono, lo más increíble es como esa persona reacciona.

-hola mi amor esperaba antes tu llamada, todo está bien- su voz era dulce la escuchaba mucha veces, pero la voz de una persona importante te hace sonreír.

-Si mamá estoy bien tengo buenas noticias, mañana comenzaré de nuevo se encuentra papá- contesté solo se escuchó la emoción y como comenzó a gritarle a papá.

-Que sucede- dijo el ante el teléfono con la voz ronca y aguda, al igual que algo de tos, tal vez se encontraba en cama.

-recuerdas la comida que preparábamos juntos- el solo rió y no me dejó terminar, comenzó a toser un poco, y su que solo lo escuchaba podía imaginarlo.

-claro que si, como me di cuenta de que eres como tú padre un gran cocinero- volvió a toser preocupándome un poco, mientras me dejaba caer contra los cajones de la cocina.

-Todo bien papá- dije algo preocupado.

-Si claro hijo, el libro está en tu cajón seguramente lo empaque antes de que te fueras sabía que lo necesitarías- solo reí

-adiós mamá, adiós papá pronto nos veremos- colgué el teléfono y busque ese libro, era un bonito recuerdo, algo que me hizo feliz mientras me encontraba en el ático.

Si avía algo que le gustaba a papá era el olor a comida recién hecha, ese olor a vainilla, picante o de cualquier otra comida, el sonido mientras hervía y lo mejor de todo probar un poco saber si estaba listo.

-ohh está caliente- dije al probarlo el solo rió

-bien y que te parece- era los más delicioso que había probado aunque no sintiera la lengua.

Deje aún lado esa parte y seguí buscando hasta encontrar un viejo recetario, escrito por papá siempre intentaba escribir en mano escrita, pero no era muy bueno, las palabras en minúsculas y mayúsculas.

Además de eso encontré un par de discos viejos que escondía en aquella libreta , dionysos no sé cuál era el amor de papá por la música Francesa o tal vez eran de mamá, pero en cierta forma yo también compartía ese amor.

The lumineers era su banda favorita, sonreí al escuchar de nuevo esas canciones, no me gustaba el sillón de la sala me recostaba en el suelo mientras caminaba descalzo.

Mamá en cambio le gustaba la música vieja como las películas recuerdo cuando intentaba imitar a María Félix

-bautícemelo antes de que se me muera madre- sonreía al recordarlo, no sé por qué, pero tanto como mamá y papá dejaron esta caja repleta de sus cosas preferidas.

Jamás lo olvidaría, cada parte cada cosa me hacía sonreír cada vez más.

El frío se sentía en mi espalda, pero se quitaba rápido, la música me calmaba un poco mientras reía con lágrimas

Recordaba la película de intensamente, si estuviera en mi cabeza cada personaje de esa película alegría y tristeza estarían abrazadas sin soltarse, enojo y desagradó estarían tomando una siesta y temor releyendo las recetas que ya leí y recordándome que mañana será un día importante.

En la madrugada tome un vuelo hacia Francia estaba nervioso y con algo de frío, ahí estaban todos Dorian, Zac, Adeline, Arturo y Vanessa tragué saliva y entendí el viaje.

Dormí un poco estando en el avión, una vez que bajamos llegué al aeropuerto todos nos quedaríamos en el mismo hotel menos Vanessa ella nos dio indicaciones todos estaban emocionados, Zac no sabía francés por lo que tuve que traducir.

Al llegar a mi habitación era algo pequeña, tenía una gran ventana, vi la hermosa vista y sonreí, estar de nuevo en la ciudad y ver a mi abuelo en ella.

Mi día tenía que ser perfecto, tenía lo que aria aunque me daba miedo llegar a hacerlo, las manos me temblaban, cada uno de los ingredientes tenían que estar en su lugar, aunque sean insignificantes para algunas personas, el sabor a sal, pimienta su preparación exacto aunque me gustará jugar con el sabor, toques de vainilla, lo amargo del limón y ese olor que te hacía te tu paladar pidiera más.

Y ahí estaba frente a una gran fiesta celebridades llegando, 24 mesas con manteles finos cada plato y cubierto, hermoso decorado, 6 personas por mesa.

Yo trabajaré para una sola aunque aún que una de las más exigentes, Damián, Zac y Adeline todos esperando con un traje negro y botones dorado, escondidos en la cocina.

Vanessa entro por la puerta principal con un vestido rojo y detalles dorados, unos tacones elegantes, nos observó a todos trabajando, mientras en mi cabeza solo había una sola cosa, un sabor perfecto, original y esquisto.

Arturo se encargaba de los meseros eran ocho, vestidos de blanco, con corbata o maño solo escuchaba la puerta abrirse cada que entraban, me distraía podía pasar cualquier cosa.

Al lava platos parecía cansado yo observaba a todos para después ver lo que preparaba, todos estábamos agotados.

Arturo y Vanessa no dejaban de pelar los veía, el tiempo pasaba lento, mientras colocaba un poco de hojas de albaca a mi emplatado.

Un poco de ralladura de limón no mucho, y aunque estaba seguro de que algo me faltaba deje que se lo llevarán y así terminé mi mejor platillo, entre al baño me vi al espejo respire profundo y limpie mi cara, vi a mi padre detrás de mí, él sonreía sabía que lo aria bien, salí con las manos en la espalda y prepare el postre.

-ves como el color cambia - el caramelo era delicioso.

-Claro - respondí sintiendo el olor a caramelo.

-es poco lo que pondrás, pero le dará el mejor sabor ya lo verás- dijo.

Un poco de azúcar, mi mente divagaba los nervios me devoraban, el caramelo, algo me faltaba.

-Sabrás que está listo cuando el color cambié-

-recuerda sonríe ante todo lo que logras y aprende a percibir si de verdad lo mereces- el recuerdo me invadía.

Mi padre me llamaba, sabía que lo necesita a pero pude aprender del.

Sus palabras se quedaron, acomode y limpie mi aria una vez terminado sonreí y me sentí bien conmigo estaba listo se llevaron los 6 platós, 6 críticos dispuestos a terminar conmigo, sin embargo entre todos ellos se destacaba uno el hombre con el paladar más fino o tal vez más exigente, y Vanessa lista para despedirme si esto no salía como ella quería.

Las voces y sombras que me perseguían no paraban tenía que ver la reacción de esas persona, temblaba, aunque intentaba esconderlo, tragaba saliva cada vez que Arturo abría la puerta solo sonreía y salía, tal vez era buena señal el tiempo era lento aunque a mí alrededor había presión hasta que finalmente todo acabó cerré los ojos y respiré profundo.

-solo convenciste a cuatro - dijo Adeline al verme, Damián estaba a mi derecha y Zac a mi izquierda, para recibir una paliza de parte de Arturo, me golpeó con fuerza tanto que me nariz comenzó a sangrar al igual que mi labio el dolor era presente, solo veía alrededor.

-Que mierda hacen- dijo Vanessa llegando con un par de hombres.

El dolor era presente, pero no dije nada y no quería hacer más, solo sentía dolor en el cuerpo después de los golpes recibidos, dejé que los golpes se convirtieran en cicatrices.

-nos hizo perder demasiado- respondió Arturo.

-suelte lo caballero- dijo un hombre de gala algo viejo bien vestido.

-¿AMEDEE?- dije entre balbuceos y sangre en la boca.

El hombre sonrió y ayudo a qué me levantarme, ellos se retiraron.

-fue una muy buena velada déjame decirlo- comencé a caminar con la cabeza abajo, aunque Amedee me detenía, el sonido de los tacones de Vanessa retumbaban mi odio creando mucho más dolor aunque solamente seguía parado lo sentía, mis manos temblaban.

-Ben- volteé a verla no me sentía bien para contestar y no me disculpé por hacerlo.

-eres patético, un lava platos, después un cocinero ahora llorando hiciste un muy buen trabajo y no puedes verlo eres patético- me limpie las lágrimas.

Solo reír aunque sentía dolor caminé mientras la luna me seguía, tal vez no llorona y si lo hacía me sentía de lo peor, Vanessa tenía razón, pero no quería ni deseaba continuar de esa manera.

Al estar en un lugar diferente muchos visitan y ven en donde se encuentran, yo me dirigí a un bar era un lugar viejo, hoy se presentaría a cantar una artista cerca de aquí,lo recordaba aquí el abuelo me llevaba, conocía a esa cantante.

Respiré profundo y comencé a beber, pronto el dolor paró ya no sentía nada más y aunque no estaba de todo hebreo.

Una chica se acercó junto a mi a la barra, recuerdo el color de sus ojos era un tono marrón, sus labios eran de color rosa con brillos podía notar los, su cabello era de color negro traía un vestido rojo, y unas botas negras, sus brazos descubiertos con una clase de espinas tatuadas.

-¿Estás sólo?- tome el último tragó.

-Si- respondí en voz baja .

-Mi nombre es Martha - le di la mano.

-Ben- ella no dijo nada y sonrió era la única conversación que he tenido bien.

-Me recordaste a alguien- comento.

-Te parece si salimos- respondí ya que no lograba escucharla, movió la cabeza y caminamos juntos por el lugar, la luna y las luces de las calles era hermoso.

-Y, ¿a quien te recordé?- dije mientras ella caminaba por la banqueta.

-a un conocido- seguía caminando viendo el lugar yo solo veía al frente.

-¿Conocido?- susurré ella sonrió.

-Jamás terminas de conocer a una persona por qué siempre te puede sorprender, así que para mí es un simple conocido.

-¿Cómo se llama tu conocido?- dije..

-Ben- respondió.

Nos detuvimos en un parque cerca del hotel donde me quedaba, hacia un poco de frío, pero la vista era hermosa, lo que me recordaba muchas cosas comencé a reír, ella me miro confundida.

-me recuerdas a mi madre- respondí ante su mirada.

-valla de todos los halagos de parte de los hombres ese es... ¿Por qué?.

-mi padre me contaba cuando conoció a mamá cada navidad, decía que había entrado a un bar en la vieja avenida del lugar, mi madre nació en este lugar, una vez que entro la vio cantando, con un vestido de color rojo y rosas en la cabeza, sus labios rojos y unas botas- ella sonrió, se acomodó más cerca de mí.

- papá no sabía nada de ella, siempre dijo que él no creía en el amor a primera vista, tampoco creía en que las personas no amaban por un físico aparente.

-¿a no?- podía sentir como ella si estaba más ebria que yo, sus ojos se cerraban, mientras se recargaba en mi hombro

-mi padre siempre dijo que el amor se daba en diferentes formas, ahora entiendo por qué se fue con su mejor amigo- dijo entre risas.

-solo piénsalo, al enamorarte o cuando una persona comienza a gustarte ya la viste una y otra vez, te fijas en sus ojos, rostro, cara, cuerpo, después le hablas y comienzas a entender, tu padre tubo sus decisiones ahora tú, piensa en las que tomas y decide lo que haces.

-¿Qué canción cantaba tu madre?-

tenia los ojos serrados y el frío se desvaneció, apenas la recordaba, pero no importaba, era algo tarde tampoco importaba.

-cantaba en español, era lo que a papá le llamo la atención de ella, cantaba una vieja canción malagueña, decía que su voz era fina y su sonrisa- ella comenzó a reír

-qué curioso acabo de conocerte y me quedare dormida en tu hombro- solo sonreí, no le aria nada realmente

-¿Cuál fue el mejor día de tu vida?- se levantó con los ojos medio cerrados, intente cargarla era muy tarde y no la dejaría

-no puedo contestar esa pregunta- respondí cargándola era un poco pesada, pero podría llegar a mi habitación.

-¿Por qué?- dijo acomodándose como una niña tomándome del cuello.

-porque a pesar de los grandiosos que puedan ser mis días, aun no se terminan- respire profundo.

-no sé si pueda morir mañana o tal vez en un tiempo mientras tanto mis días me sorprenderán como tu conocido- sabía que me lo contaría, era tan linda.

-mi día favorito fue cuando papá me llevo al zoológico a él le gustaron las mariposas y a mí las serpientes - bostezo

-un día después tuvo una discusión con mamá yo llegue de la escuela, me enviaron a mi habitación podía escuchar decir a papá que el amor que sentía por ella se desvaneció y ahora ese amor me lo daría a mí, mamá gritaba que se suicidaría comenzó a fumar y beber demasiado desde entonces solo recuerdo como tomo una navaja un fin de semana, mientras me cuidaba se sentó en las escaleras me tomo de la muñeca y dijo:

"con el amor de tu padre bastara, aunque tienes que aprender a amarte a ti y no importa en qué tipo de agujero estés, siempre habrá quienes estén de peor puede que seas cobarde, soy una, pero no justamente para adueñar me de ti y ser una mala madre más de lo que ahora soy", se cortó las venas y no dejo que llamara a emergencias...

No quería que me afectara, pero lo hizo, cerro los ojos, la recosté en la cama, la arrope y vi cómo se quedó profundamente dormida.

Respire profundo, me di una ducha no podía cerrar los ojos no solo por quedarme dormido, si no por sus palabras, solo dormía en la cama de mi habitación sino que también me contó algo importante de su vida y yo de la mía.

Al salir me vestí, el baño tenía un espejo de cuerpo completo por lo que lograba verme, había más cicatrices de lo que recordaba, moretones que a pesar de ser recientes ya no dolían y unas ojeras que me perseguían.

Salí de mi habitación con las maletas sin antes dejar un mensaje para Martha, cerré la puerta con cuidado, y desaparecí entre la mañana, el lugar era bonito los colores se notaban y el frío era aún más presente.

Camine hasta llegar al aeropuerto sentía mi cuerpo totalmente fatigado, no sentía la resaca a pesar de haber bebido bastante.

Al llegar tuve que esperar por lo menos 3 horas o más, solo veía a las personas despidiéndose o simplemente agradeciendo el viaje, otras llegaban con una gran sonrisa con sus seres queridos, yo solo observaba.

Comencé a ver mi teléfono algo aburrido, los chicos Zac y Adeline se fueron juntos a la torre Eiffel, Arturo y Damián también publicaron algunas fotos, cuando el tiempo se acabó subí al avión.

-¿Martha?- brincaba y gritaba solo le dije adiós y me fui no deje nada más que una nota, apague mi teléfono y me quede dormido durante 10 horas.

Llegué a casa y terminé con todo a mi alrededor, estaba enojado más que nada conmigo, por no lograr no entender y no hablar me senté en medio de todo respire profundo, me dirigí al darme un baño, el agua estaba fría, no lloraba, pero si me sienta roto.

Las palabras de Martha se quedaron en mi cabeza no por que ella me haya visto y hablado, fue malo de mí parte simplemente haberme ido.

Tanto que no dejaba de toser, cada vez más, caí al suelo y vi a la puerta, no me levanté me dolía tanto el cuerpo que no me dispuse hacerlo, respiraba profundo pude aver techo algo mucho mejor.

La oscuridad de afuera comenzaba a llegar, mientras veía los rectángulos del suelo, y los pequeños hoyos del techo, estos comenzaban a girar mareando te cada vez más hasta vomitar o dejar de sentir lo demás.

Solo vez esa oscuridad y ese maldito sonido el se acercaba cada vez más, el dolor en mi cuerpo no importaba solo daba vueltas y lo sentía cada vez más cerca.

El sonido de unas botas, caminaba lento mientras el agua se derramaba, me sentía fatal no importaba por qué me sentía mal.

Solo lo veía ahí como una sombra me observaba mientras mis dedos se movían intentado levantarme, no se acercaba aunque sabia se encontraba ahí, el sonido de su respiración forzosa, y su gruñido.

Elevaba mi respiración y mis nervios al igual que mi miedo, las luces parpadeaban, hasta que finalmente se detuvieron, deje de sentir y en es momento mis sentidos también, deje de escuchar, algo que me frustraba, deje de sentir el agua, no sabía ni sentía, deje de ver, deje de ver, deje de ver.

Me negaba hacerlo me negué hacerlo de tal forma que desperté, en medio del ático con una botella de vino en mi mano izquierda aunque aún cerrada.

Estaba soñando que pasaba conmigo vi a mi alrededor, avía marcas de botas y yo no tenía zapatos, me levanté el cuerpo me dolía y emitió un crujido al levantarme algo que me dolió bastante, baje con cuidado he intenté limpiar, cambié de ropa y comencé a recoger todo lo que destruí el día anterior hasta terminar.

El reloj comenzó a sonar las 10 con 7 minutos, solo vi el reloj mientras escuchaba como pasaban los segundos, me dirigí a la ventana mientras tomaba un poco de café,me arrastraba poco a poco.

El viento era fuerte afuera y parecía llovería, respiré profundo y vi el café de mi taza lo giraba con cuidado podía notar los granos en la parte de abajo.

Comencé a escuchar las noticias, incendios y grandes catástrofes creadas por la naturaleza o simplemente creadas por los humanos, en mi cabeza era como una gran batalla al escuchar ese tipo de notas no solo por qué imaginaba a los humanos terminar con la naturaleza para después ella defenderse de esa forma tan catastrófica.

Una vez que terminé la taza la dejé en la cocina y seguí viendo a la ventana, el vecindario parecía desolado, pronto la lluvia se hizo presente, me acomode en un viejo sillón que ya estaba en la casa, mientras seguía viendo a la ventana.

Me sentía nefasto no solo porque tome malas decisiones, me sentía cansado y enfermo no iría al médico, no quería hacerlo.

Vi el buzón y descubrí un pequeño listón que el viento se quería llevar, al llegar a este uno de los perro de Gustavo no paraban de ladrar mientras el solo lo veía sonriente, sus ojos negros y la saliva de su boca que no paraba de salir, sus ladridos eran fuertes al igual que esos dientes, por un minuto solo me quedé ahí trague saliva y lo abrí, el listón tenia figuras de ardillas aunque esté se fue con el viento al abrir el buzón, dentro avía otra carta está venía con un sobre color negro, con letras blancas.

Entre a casa con un poco de frío, cerré la ventana y respire profundo me senté en la mesa del comedor.

Al abrir el sobre salió una polilla que voló y se metió por un pequeño agujero llegando al ático, sus alas eran blancas y delgadas, sonreí al verla me recordaba a algo, respiré profundo y dejé que continuará volando, para perderse entre la oscuridad, comencé a seguirla como un niño hasta que entro por un pequeño agujero.

Baje la escalera del ático con cuidado y leí la carta en el ático, la luz entraba por una ventana, podía ver las cosas tiradas y ese bello cuadró de una mujer hermosa.

La hoja era blanca y la letra se revolvía entre mayúsculas y minúsculas como ya lo había visto antes, la firma parecía una ardilla tenía un marco con dibujos y flores, también tenía ese olor a vainilla con algo de brillos, aunque en el sobre avía un ojo en la parte de adentro con una lágrima.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro