«Vimos una revista de los lugares más impresionantes para ver cerca de nuestra localidad. La verdad es que no hay muchas cosas. Aunque aquel plan que elegimos para el día siguiente no estuvo mal...»
- ¿Qué tal? ¿Ya leíste la revista?
- Sí... ~ «me echó una mirada traviesa como suele hacer cuando quiere algo.»
- Ehm, déjame leerte la mente. ¿Quieres ir a algún lugar?
- Sí, sí... Je, je~  Es que verás, hay... ¡Hay un lago genial con un pueblecito a su lado, y realmente se ve increíble con el agua tan cristalina!
- Ajá... En fin, si tanto te llama la atención... «No me sentí muy convencido.»
- ¡Pero mira! «me puso la revista en toda la cara con la página de la foto del lago.»
- A ver... «Miré la foto. Bueno, no estaba mal, vaya.» Sí, bueno, podemos ir. «Tras yo decir esto, le di la revista.»
«Al día siguiente mismo, fuimos para "El lago de los misterios". Mucho misterio no tiene a simple vista. Cogimos un autobús que organizaba una excursión para el lugar. Nos convenía porque no teníamos ni idea. Con un grupillo era suficiente.»
- Soy vuestra coordinadora para esta excursión, es un placer. «Con esa voz brusca se presentó la mujer.» Espero que estéis bien informados del lugar, no quiero perder tiempo en preguntas tontas... Yo lo único que diré ahora es que al lugar a donde vamos tiene un lago con agua muy cristalina y un pueblo con unos habitantes la mar de majos. «Yo estaba sentado con Senpai obviamente. Los demás estaban sentados aleatoriamente, es que no se conocían de nada... Sonó una voz preguntando algo.»
- Eeesto... ¿E-Es verdad que hay muchos misterios en "El lago de los misterios"? «preguntó un chico con gafas de montura gruesa y una sudadera blanca y negra... Tenía el pelo negro con una parte blanca... Curioso. Además sentado con un chico con piel bronceada.»
- ¡Hum! No te creas esos cuentos de niños. Pues claro que no hay misterios.
- Joo... No ha sido nada. «El moreno le dio unas palmaditas en la espalda para consolarlo.»
- — Susurrando — ¿No crees que es una arisca, Liao?
- Shh... Puede oírte, está en el primer asiento del autobús.
«Tardamos una hora y algo más. Nos bajamos en la entrada del pueblo. Claro, el pueblo hay que recorrerlo andando hasta llegar al lago. (...) Sin embargo me sentía raro, siento como si el chico de las gafas me mirara todo el rato. En un momento dado, miré y a parte de estar con el moreno tenía al lado a otro chico con una capucha un tanto callado.»
- Bueno, turistas, si queréis consideraros así... ¡Ésto es el pueblo del "Lago de los misterios"! Aquí venden un pan que está riquísimo. Tampoco paséis por alto las empanadas de atún.  «dijo ya más animada la coordinadora.»
- ¡¿A que sí, Liao?! Empanada, ¡qué rico!
- Sí... «No sé por qué me estaba entrando hambre.»
- Tu cara ~ ¡Lo dice todo! ¡Vamos a buscar empanadas! «me insiste dando pequeños codazos en el brazo.»
- La verdad, vamos a ir, tengo hambre, Senpai.
- Je, je. Lo sabía ~ «No podíamos perder el hilo de lo que iban a hacer en la excursión. Se supone que iban para el lago cruzando todo el pueblo, es fácil.»
- ¡Ahí, Liao! (...) ¡Q-qué pinta! «babeando en frente del escaparate.»
«Entramos y Senpai se pasó pidiendo. Le dejé. Tiene que aprender a comerse todo lo que pida. Si es mucho ya lo sabrá para la próxima y limitarse un poco.»
- Con seis es suficiente. Tres para cada.
- Senpai, cómo te pasas.
- Tenías hambre, ¿no?
- ¿Tanta para tres?
«¡¡(...)!! Estaban esos tres cerca nuestra, ahí que dije "tres"... Me volví para ver qué hacían...»
- ¿Qué te pasa? ¿Liao? «se volvió también.»
- Ah, hola parejita... Nos hemos visto antes en el autobús. Quería hablaros pero os fuisteis pitando. «dijo el de las gafas.»
- ¿E-En serio? «respondí, porque realmente quería ir a por las empanadas.»
- — A su oído — ¡Hay que ver! «dijo Senpai.
- Bueno, no pasa nada. Ya estamos hablando aquí. ¿Cómo os llamáis?
- Me llamo Liao.
- Y yo Shu-chi.
- ¡Qué bien! Yo soy Pedro. Y estos son mis herma... ¡Amigos! (...) ¡Pablo! ¡Paul! «Es como si fuese a decir "hermano".»
- ¿Muy amigos, no? Los consideras como hermanos, se nota.
- Pues sí, colega. Pasamos todo el día juntos. ¡Ja, ja! «dijo Pablo, muy animado como aparenta.»
- Nosotros somos... «empecé a hablar...»
- Parejita, ya lo sé. «... Y éso acabó diciendo Pedro.»
- S-sí. «respondí nervioso.»
- Oye, ¿qué tal si vamos juntos en la excursión? Tenemos que aligerar, están más adelante. «dijo Senpai después de asentar con la cabeza a la afirmación de Pedro.» «Caminamos entre el pueblo para llegar hasta el final y tomar el camino al lago... No se veía nada con tantos árboles. Empezaba a dar miedo el camino.»
- Anda. «paró en seco Senpai, que estaba junto a Pablo dirigiendo el grupito. Dejó de comer la empanada mientras que el otro se pronunció.»
- Y hasta aquí la excursión, amigos. ¿Para la izquierda o para la derecha?
- Tendría sentido ir para la izquierda. En la imagen de una revista salía el pueblo a la derecha del lago. «respondí, como posible solución al problema.»
- Emm, ¡sí! Pablo, Liao tiene razón. Vamos.
«¿Y qué diantres pasó? Nos fuimos por el camino equivocado. Andamos y andamos. Se nos apareció por delante un camino muy empinado hacia abajo. No tuvimos remedio, puede que llevara a un sitio chulo, pensamos.»
- ¡Mirad, un cartel! — dijo Shu-chi —
- Pone... ¿Misterio tras esta dirección...? ¿Lago hacia la otra? — dijo Pablo —
- ¿Cómo? ¿Misterio? ¿Literalmente "misterio"? — acabó Pedro —
- Eso parece. Ésto me hace pensar que en este pueblo se liaron un poco. Realmente por aquí se va al lago. ¡Senpai acuérdate! ¡En el final de la revista venía que se iba lo más a la izquierda posible en los caminos!
- ¡Jo! Entonces hay que volver para atrás para encontrar el lago. Pues volvamos ~
- No... «contestó rotundamente Paul.»
- Vamos al "misterio", chicos. «muy antojado Pedro.» «Cogimos el camino que antiguamente, creo, iba al lago. Actualmente al "misterio".»
- ¡Una bajada a una cueva subterránea! ¡¿Aquí?! «sorprendido Pedro.»
- (¡El misterio es una cueva!) «pensé.»
- Liao, ésto no salía en la revista.
- Ya lo veo. «le dije, sorprendido, yo también.»
— Todos entraron... ¡Vieron algo increíble! De esta manera se desvela el "misterio". —
- ¡¿Mineral que brilla?! ¡¿Es cierto?! «dijo Senpai, con la boca abierta, como todos, vaya.»
- ¡Ya hemos desvelado el "misterio", tíos! «dijo especialmente a Pedro y Paul, pegándole una torta de la gran alegría a Pedro en su espalda.»
- ¡Ay, Pablo!
«Paul seguía igual que siempre. Aunque notaba un breve cambio en su mirada... Como si estuviera más atento a la situación. Seguimos viendo un poco más la cueva. Es que daba miedo el profundo que tenía, y sin ninguna explicación cerca. Un turista de verdad no entendería aquello de ninguna manera.»
- Buah, genial todo, grupo. Nos estamos divirtiendo mejor que los demás en este rodeo tan tonto, creo yo. «dijo Pablo, convencido.»
- Tienes razón, Pablo. Aunque deberíamos volver ya, je, je ~
«Después de un buen rato ahí. Volvimos y ya sí que dimos con el camino hacia el lago. ¡Por fin llegamos! ¡Estaban todos los demás allí!»
- ¡Pero bueno, panda de bobos! ¡¿Dónde os habíais metido?! Anda, sentaos en alguna de las mesas de picnic. «Senpai, je, je, distraído con el lago. Era impresionante, tan cristalino como decía y representaba la revista.»
- ¡¡Tú!! ¡Empanado! ¡¿Me has escuchado?!
- ¿Eh? Empanada, ¿lo qué? (...) ¡Ah! Sí que está muy bueno. ¡Tenías razón!
- ¡Ja, ja, ja! «reí.»
- ¿Ja, ja? ~
«Menudo día echamos. Una vuelta por el pueblo y encima haciendo amigos. Yo pensé que tramaban algo malo, pero no. Encima nos desviamos un poco descubriendo ese "cuento para niños" como mintió la coordinadora.» «Senpai me dijo que se sintió satisfecho cuando volvimos ya a casa. Se quedaba a dormir en casa, sí.»