**-Narra Marina-**

- ¡Corre perra corre! - gritó Steven dramáticamente desde el mirador observándome correr.

- ¡Todos a babor! ¡TODOS A BABOR! - grité alarmando a la tripulación.

- ¡Bajen las velas! - ordenó Niall.

Las olas empujaban al galeón como si fuese un barco de papel en medio de la tormenta.

- ¡Una roca! ¡Cuidado! - gritó Maya y Steven se quedó paralizado desde el mirador.

- ¡Ya bajamos las velas! - exclamó Sussan - ¿qué más hacemos jefecita?

- Rezar, es todo lo que nos queda - dije mirando a la gran roca que estaba delante de nosotros, intentando desviarme con el timón, pero se que es prácticamente imposible. Esto es el fin.
...

A ver, a ver, se que ahora mismo ustedes están como que : ¿Qué demonios está pasando?...
pues básicamente estamos entrando al Triángulo de las Bermudas, si, es raro, y también se deben estar preguntando: ¿Por qué Maya habla español?, pues, es una larga historia que comenzó con la maravillosa idea de Nicholas.

-Un mes antes-

- ¡Tengo una idea! - exclamó Nicholas.

- ¿Uhm? - me confundí.

- Podemos decirle a Will, el hombre que tradujo el idioma de los aborígenes que encontramos en Tobago, que enseñe a Maya y a Ketchi a hablar nuestro idioma.

- Buena idea, pero el problema es que si Niall se entera estarán muertos - intervine.

- Le decimos a Will que se quede callado y cuando los chicos aprendan los hacemos pasar por tripulantes comunes.

- Oh si, dale.

Así fue como terminé llamando a Will de madrugada a mi camarote.

- ¿Qué desea, capitana? - dijo el hombre.

- Primeramente, no te alarmes - le mostré a Maya y a Ketchi que se escondían detrás de mi.

- Oh, p-pero - se sorprendió.

- Sin peros, yo decidí que ellos se quedarían aquí, ahora, necesito tu ayuda para que aprendan a hablar español.

- Pero, pero usted no debe...

- Shh, ya se que debería matarlos pero yo quiero que se queden, es mi decisión, y si hablas - rápidamente puse un cuchillo en su cuello sin tocarle y luego lo pasé por mi cuello haciendo ademán de muerte- te lanzaré por la borda con cualquier pretexto y serás el almuerzo de los tiburones.

- E-Está bien - dijo nervioso.

Pasaron los días y Will venía cada tarde a darle clases de español a Maya y Ketchi.

- Pi-ra-ta - repetía Will cómo enseñando a niños pequeños.

- Pi-va-¿ka? - dijo Maya.

- Pivakakakujuuuu - gritó Ketchi y empezó a hacer una clase de danza que parecía convulsionar.

- Hay Dios, en que lío me ha metido la capitana - lamentándose Will.

Pues Maya aprendió lo fundamental en casi dos semanas, pero Ketchi no empezó a hablar bien hasta casi el mes.

-Tres semanas después-

- Diosa Marina, Diosa Marina - me llamó Ketchi, la verdad no se por qué me trata como Diosa, pero según Will nosotros le parecemos superiores.

- Ya pequeño, dime Mar - le dije sentándome en la cama de mi camarote.

- ¿Mar? Pero mar ser agua - preguntó inocentemente, su acento es muy adorable. Se sentó a mi lado.

- Si, mi padre me puso Marina en honor al mar, pues él era un gran pirata.

- ¿Dónde estar padre?

Tras esa pregunta, comencé a recordar todos los momentos vividos con mi padre, pasaron por mi cabeza a la velocidad de la luz. Pequeñas lágrimas corrieron por mis mejillas.

- Él está en el cielo.

- ¿Él volar?

- No, no, me refiero a que pasó a una mejor vida.

- ¿Igual que hermano Kiku?

- ¿Quién?

- Hermano Kiku quemar cuando tú venir a tribu, por eso yo venir aquí para que Mar reviva él.

- Oh.

Entonces lo comprendí todo, Ketchi solo quiere que reviva a su hermano. Pero no soy una Diosa, no puedo hacerlo.

- El hermano Kiku ahora vive en donde está mi papá - le acaricié el rostro - él no volverá.

- P-pero él casar con Maya - comenzó a llorar - él él volverá.

- No no, no llores - lo abracé y me sentí culpable, al fin y al cabo matamos a toda su familia por maldito oro.

Maya entró y al vernos gritó:
- ¡Ketchi! ¿Qué le haces Marina? - corrió hacia nosotros y fue a atacarme pero me levanté antes de que pudiera hacerlo.

- Maya relájate, no le he hecho nada a Ketchi.

- Cierto Maya - me defendió el pequeño.

- Bien, vamos afuera, Niall llama a Marina.

- ¿Qué querrá?

Salí y Niall me estaba esperando de brazos cruzados en la popa.

- ¿Qué sucede? - le pregunté.

- ¿Ves aquello? - señaló al horizonte, pero se podía divisar claramente que había una tormenta y nos estábamos acercando.

- Si.

- Pues en unas horas estaremos allí.

- ¿QUÉ? ¿No podemos desviarnos?

- Pero esa dirección nos lleva al Triángulo de las Bermudas.

- Ehm, no debemos arriesgarnos.

Niall me ignoró y dirigió el timón hacia la tormenta.

- ¡Niall! ¿Qué demonios haces?

- Tranquila, será más rápido.

- Ay Dios mío.

Entonces así fue como unas horas después nos adentramos a la maldita tormenta y terminé corriendo por todos lados verificando que bajen las velas y que nadie esté herido.
El galeón no paraba de levantarse y dar bruscos giros.

- ¡Corre perra corre! - gritó Steven dramáticamente desde el mirador observándome correr.

- ¡Todos a babor! ¡TODOS A BABOR! - grité alarmando a la tripulación.

- ¡Bajen las velas! - ordenó Niall.

Las olas empujaban al galeón como si fuese un barco de papel en medio de la tormenta.

No se cómo demonios saldremos de aquí, si alguien muere, Niall me las pagará.

Una roca se atravesó en nuestro camino, corrí hacia el timón para intentar desviarme.

- ¡Una roca! ¡Cuidado! - gritó Maya y Steven se quedó paralizado desde el mirador.

- ¡Ya bajamos las velas! - exclamó Sussan - ¿qué más hacemos jefecita?

- Rezar, es todo lo que nos queda - dije mirando a la gran roca que estaba delante de nosotros, intentando desviarme con el timón, pero se que es prácticamente imposible. Esto es el fin.

- ¡Steven! ¡Cuidado amor! - gritó Sussan.

Si, así mismo, en este tiempo Sussan y Steven se hicieron novios, son una pareja muy graciosa. Recuerdo cuando los encontré haciendo cosas inapropiadas en el almacén.

- ¡Baja de ahí! - grité para que Steven bajara del mirador pero ya estábamos demasiado cerca.
Giré el timón rápidamente y logré cambiar la dirección del galeón, pero este se volcó un poco, golpeándose con la roca los palos mayores y el mirador, los palos se partieron y el mirador terminó aplastado.

Demonios.

Nunca más volvimos a ver a Steven. Solo restos de madera y sangre incrustados en la piedra.

- N-no - Sussan empezó a llorar.

- Agh maldita sea - golpeé el timón y seguí conduciéndolo hasta salir de la tormenta.

Cuando el tiempo se calmó fui hasta donde Niall y lo golpeé sin parar en el pecho, pero él ni se inmutó.

- ¡Maldito idiota! ¡Por tu culpa perdimos a muchos hombres! - seguí golpeándole el pecho.

- Solo son tripulantes, hay muchos más, que importa la pérdida de tres novatos.

- ¡Son vidas Niall! Personas con familias y sueños en su vida, y por tu estúpida decisión fallecieron.

- Hey Marina, tienes que aprender a ser pirata, no te puedes deprimir por esas personas, aprende a sobrevivir y tener en cuenta tu vida por encima de todo, aprende a ser más egoísta, al final, las otras personas no cambiarán nada para ti. Si te pones así por una tormenta, no logro imaginar lo histérica que estarás cuando nos enfrentemos a otro galeón.

- Eres un maldito demonio.

- La vida me obligó a serlo por las malas.

Lloré...

Me arrepentí...

Me deprimí...

Pero al final, supe que parte de lo que dijo Niall tenía razón, debemos pensar primero en nosotros , pero, solo cuando una persona se lo merezca o sea importante es que debes hacer sacrificios.

Holi :'D

Ya ya no me maten, lo siento por la pérdida de Steven pero así es la vida ('༎ຶོρ༎ຶོ').

Pobre Sussan :(

Pero, ¿qué opinan acerca de que están en el Triángulo de las Bermudas?

Espero sus votos y comentarios ('⊙ω⊙')

Adiós (^｡^) nos vemos en el próximo capítulo.