Capítulo 30
-Hola Koalita.
-¡Hola, hyung! ¿Cómo está?- habían pasado unos meses y la relación entre NamJoon y Jong-in había avanzado.
-Por fin te encuentro, llevo casi una hora buscándote ¿Dónde te habías metido, Koalita?
-Oh, recién llego, resulta que hoy era mi día libre pero un amigo me llamó para cubrirlo porque debe llevar a su mamá a terapia.
-Oh, entiendo ¿A que hora termina el turno?- el mayor se acercó al omega y lo rodeó por la cintura causando un tierno sonrojo en ambos.
-Me dijo que eso de las tres de la tarde ya estará acá ¿Por qué?
-Porque quiero que almorcemos juntos, si deseas obviamente.
La emoción corrió el cuerpo del menor causando que sus ojitos brillen y su lobo se emocione junto a él- ¡Claro que si, hyung! ¿Lo paso buscando por su oficina?.
-No, Koalita, si yo te cortejo entonces yo debería ir a buscarte, bueno debo irme porque si no termino sin carrera por dejar morir mis pacientes, adiós precioso- el mayor se inclinó y dejó un suave beso en la frente del omega.
-E-Está bien, hyung, cuídese- el omega se acercó y le dio un rápido beso al alfa antes de huir rápidamente dejando al alfa sorprendido en su sitio.
Había pasado ya casi un año en el cual el alfa había estado cortejando a NamJoon, habían salido a distintos lugares, habían tenido muchas citas las cuales habían terminado con el omega temblando bajo el alfa gracias al placer que este le hacía sentir con sus besos y caricias hasta en la más recóndita y sensible parte de su cuerpo.
NamJoon poco a poco había caído bajo el encanto de aquel alfa.
Cada mañana se arreglaba más de lo necesario antes de ir hacia el hospital con una emoción burbujeante y no precisamente por salvar vidas, sino por encontrarse con ese joven que acaparaba su total atención.
Las horas pasaron y el amigo de NamJoon, al igual que Jong-in llegaron hacia donde se encontraba el joven omega, sorprendiéndolo por la puntualidad de ambos.
-Namie ¿Ya te dije que te amo? ¿No? ¡Te amo, amigo de mi corazón, mi alma, mi mente, mi cuerpo, mis desveladas, mis turnos, mi trabajo, mi...!- el alfa que se encontraba a su costado lo calló de un golpe en la nuca.
-Calla, ya no cubriré tus turnos tan seguido, flojo.
-Pero... está bien, yo cubriré tus turnos cuando desees- un puchero se formó en los labios de Eun Woo.
-Así me gusta, ahora si me tengo que ir, muero de hambre.
-Vamos, te llevo.
Y así ambos se dirigieron al auto del mayor y este condujo hacia el restaurante en el cual había hecho una reservación.
-¿Dónde vamos?- el omega empezó a ver por la ventana como las casas pasaban y no reconocía el lugar por donde iban.
-¿A un restaurante, tal vez?- el omega se sonrojó ante el tono burlón que usó el alfa y este soltó una ronca risa causando una conocida corriente recorrer el cuerpo al menor.
-Puede que vayamos... tienes razón- el omega rio al igual que el mayor.
Luego de un rato, entre conversaciones triviales, ambos llegaron al lugar donde tenía planeado el mayor, un restaurante de comida Italiana.
Jong-in bajó rápidamente del auto para dirigirse al otro lado y abrirle la puerta al menor, le extendió la mano, y con estas unidas, se dirigieron a la entrada,
-Buenas tardes, tengo una reservación a nombre de Jong-in.
-Un momento, señor- la joven revisó en la pantalla si se encontraba el nombre y tras verificarlo se dirigió a ellos- adelante, síganme.
Ambos siguieron a la joven que a paso ligero y con elegancia los guio hacía su mesa que estaba apartada del resto, en uno de los balcones del restaurante.
-Aquí, un mesero vendrá en unos minutos, espero y los alimentos sean de su agrado, con su permiso- y así se retiró del lugar.
-Tengo una propuesta para ti, Koalita.
-¿Uh? ¿Qué es lo que deseas?- el omega colocó sus brazos sobre la mezas entrelazando sus manos para posteriormente posar sobre ellas su mentón y poder observar mejor al contrario.
-Yo... quería preguntarte si qu- las palabras del alfa fueron interrumpidas por la llegada del mesero que había llegado de manera silenciosa.
-Muy buenas tardes, mi nombre es MinJoon y seré el mesero encargado de ustedes durante su velada de esta noche, aquí tienes las cartas ¿Pedirán ya o vuelvo en un momento?- el joven colocó las cartas del menú en la mesa.
-Pediremos ahora ¿Qué deseas, Koalita?
-Yo... pediré lo mismo que usted, hyung.
-Está bien, pediré Ensalada Capresse, Ossobuco y una botella del vino château mouton rothschild 1982- el alfa dio una última revisada a la carta- ¡Ah! y una pizza Napoletana familiar, eso sería todo, gracias- Jong-in entregó su carta al mesero seguido de un patidifuso NamJoon.
-En un momento traigo su pedido, con su permiso- el joven colocó la palma de su mano a la altura se su abdomen e hizo una elegante venia ante los contrarios y posteriormente se retiró.
NamJoon giró su rostro lentamente hacia el alfa frente a él y lo observó con los ojos totalmente abiertos en sorpresa.
-¿Usted pertenece a alguna mafia?- una carcajada llegó a oídos del omega causando en él un fuerte sonrojo, cerró sus dos brillantes orbes y se permitió disfrutar de la melodía que era la risa del contrario ante sus oídos.
-No, Koalita, no pertenezco a ninguna mafia ni nada por el estilo ¿Por qué preguntas?
-P-Porque usted ha pedido muchas cosas y todas son muy caras.
-Eso no significa que sea un mafioso, simplemente mi familia tiene un nivel social alto y por ende poco les falta para comer monedas de oro, eso es todo- la sonrisa se borró drásticamente del rostro contrario preocupando al omega.
-Yo no fui, se lo prometo, hyung- la confusión se hizo presente en el rostro de Jong-in y luego formó una sonrisa.
-¿Qué hiciste, pequeño?- el mayor cercó su mano al rostro de NamJoon acariciando su acanelada mejilla.
-No hice nada, pero se puso serio tan de repente que pensé y había hecho algo malo, lo siento.
-No tienes por qué pedir disculpas, no has hecho nada malo, simplemente me puse serio porque quería hacer una propuesta antes de ser interrumpido por el mesero- Jong-in se acomodó en su silla con elegancia.
-Claro, dígame.
-Y-Yo... Quería saber si tal vez podríamos ya sabes- las palabras salían de manera atropellada del alfa causando que empiece a balbucear y una gran confusión se creó en NamJoon al no comprender.
-Hyung, no le estoy entendiendo absolutamente nada.
-Quería proponerte el que vivamos juntos, ya sabes, hemos hecho tantas cosas juntas que el vivir juntos sería un paso más para formalizar esto que hay entre nosotros- el alfa empezó a pasar las palmas de su mano por su pantalón para secar el sudor.
-Y-Yo... Hyung ¿Está seguro? Digo, el pasar juntos una noche es muy diferente a vivir juntos.
-Es que yo no quiero solamente despertar junto a ti, ver tu hermoso rostro mañanero, una vez a la semana, o una vez al mes, quiero despertar a tu lado cada mañana, sentir la calidez de tu cuerpo junto al mío al despertar y al ir a dormir, sentirte a mi lado porque de esa manera me siento seguro, de esa manera realmente siento que estoy en mi hogar, mi Koalita- el alfa se puso de pie y se colocó paro a un lado del menor.
-¿Q-Qué hará, hyung? ¿Ya nos vamos? ¿Por qué s...?- la acción del alfa sorprendió al omega dejándolo sin palabras.
-¿Quieres casarte conmigo, Koalita?- el alfa, quien estaba con una rodilla contra el suelo, mostró el reluciente anillo que aquella caja forrada de aquella refinada tela, guardaba con recelo.
-¡Hyung! Y-Yo... ¡Sí! ¡Claro que quiero casarme con usted!- el alfa, con una radiante sonrisa en el rostro, colocó temblorosamente el anillo en el delicado dedo de su ahora prometido.
-¡Mi Koalita! ¡Te amo como no tienes idea!
Y así, ambos se fundieron en un abrazo lleno de una magnífica amalgama de sentimientos, compartieron unos besos y caricias en el cual querían transmitir aquel amor que sentían el uno por el otro.
Al cabo de unos minutos, el mesero llegó con el alimento pedido por los dos jóvenes, quienes posteriormente degustaron todo entre cómplices miradas, tiernos sonrojos y sonrisas deslumbrantes.
Cuando terminaron de ingerir lo que habían pedido, se dirigieron al auto del mayor y este dirigió a ambos hacia el hogar del mayor.
Una vez llegaron, el alfa tomó a NamJoon de la cintura y lo recostó a la puerta tras cerrarla, tomando sus labios desesperadamente, como si en cualquier momento se iría dejándolo vacío.
Posó uno de sus brazos por debajo de las piernas del menor y el otro lo colocó detrás de su espalda y lo cargó llevándolo consigo a la habitación que muy pronto sería de ambos.
Lo colocó con cuidado sobre la cama y acercó sus labios a los contrarios para sí fundirse nuevamente en un beso más apasionado que el anterior.
El menor colocó sus manos en los hombros del alfa y empezó a repartir caricias por toda la longitud de ambos brazos.
El alfa empezó a retirar la ropa del contrario y una vez despojó las prendas del omega, este, con omnímoda delicadeza, empezó a repartir caricias en el delicado y acanelado cuerpo del omega quién soltaba ligeros gemidos cada que el alfa estimulaba las partes más erógenas y sensibles del menor.
-Chupa, Koalita- el mayor, con las pupilas dilatadas, vio como el omega posó su mano en los dedos del alfa para guiarlos a su boca, y con una mirada sugerente empezó a lamerlos de tal manera que causó que la erección del contrario le doliera más.
-Eres un pequeño travieso, mi Koalita ¿Quién diría que aquel tierno omega podía ser tremendamente sexy y seductor? Basta- el mayor liberó sus dedos de la mano del omega y los llevó a la entrada del menor.
Introdujo un dígito ganándose un fuerte gemido de parte de NamJoon quien hizo puño ambas manos en la delicada sábana bajo su espalda.
-Eso, pequeño, no te detengas ni te guardes aquel hermoso sonido, sigue.
El alfa ingresó el segundo dedo al interior del menor causando que este se retorciera de placer, NamJoon abrió sus ojos posándolos en Jong-in mirándose fijamente y luego unieron sus labios en un húmedo beso donde la lengua de ambos se tocaba y exploraba la cavidad bucal del contrario.
NamJoon empujó ligeramente al alfa y este entendió lo que quería hacer así que este se puso de pie, rápidamente el omega se arrodilló en la cama y empezó a desabotonar cada uno de los botones de la camisa que vestía el alfa, dejando un beso en el pecho del alfa cada que desprendía un botón.
Cuando se deshizo de la camisa, prosiguió a bajar el zipper del pantalón del alfa y a desabotonarlo sin quitar la mirada de los ojos del mayor.
Con las manos temblando por el placer que recorría su cuerpo, el omega bajó el pantalón del alfa juntamente a la ropa interior de este, tomó el miembro del contrario y empezó a dar lentas lamidas a todo el falo del contrario.
El alfa soltó un grave jadeo y llevó sus manos al cabello del omega y empezó a dar suaves caricias como alentándolo a seguir con su trabajo de darle placer.
NamJoon llevó el miembro a su boca y lo engulló hasta llegar a la base de este y sacándolo mientras hacia leve presión con sus dientes.
El alfa, quien aun tenía su mano en la cabeza del menor, empezó a guiar los movimientos embistiendo de una manera más brusca y rápida dentro de la boca del menor quien soltó un gemido gustoso que fue acallado por el miembro del mayor.
-Así, más rápido.. uhm... eso, pequeño- el alfa gemía en alto mientras el omega seguía lamiendo todo el falo, el alfa sintió sus piernas temblar sintiendo cerca su orgasmo.
-Alfa... uhmm- el omega metio todo el miembro a su boca y lo retiró ahuecando sus mejillas, se escuchó un plop dejando los labios de NamJoon ante lo que acababa de hacer y rápidamente volvió a meterlo a su boca.
El alfa se corrió en la boca de su menor y este tragó rápidamente toda la esencia del alfa tratando de no derramar ni una gota, luego lamio el miembro del contrario para retirar toda el semen que chorreaba por este mientras le sostenía al mirada a Jong-in.
-Uhmm, delicioso, usted sabe delicioso, mi alfa- el omega se relamió los labios sin apartar aun la mirada del mayor.
-Levántate, sobre la cama boca abajo, rápido.
El menor acató la orden del alfa con una sonrisa llena de picardía y se colocó sobre la cama levantando sus caderas dejando a la vista aquel anillo de músculos que ocultaban aquella apretada entrada del omega.
El alfa acercó su rostro al trasero del menor y con su lengua, empezó a abrirse paso en la entrada de NamJoon, quien ante aquella intromisión soltó un sonoro gemido causando una sonrisa en el contrario.
El alfa continuó dándole placer al menor con su lengua haciendo que este se deshaga en gemidos y jadeos que intentaba acallar pero se le hacía totalmente imposible.
-Sabes tan bien, pequeño, eres tan dulce- el mayor continuó probando aquel lubricante natural que escurría entre las piernas del omega.
Ingresó nuevamente uno de sus dedos para seguir dilatando al omega, rápidamente otro de sus dedos se unió y empezó a estirar la entrada del menor abriendo y cerrando los dedos en forma de tijera, metiendo y sacándolos rápidamente tocando ese punto del omega que lo hacía gemir de placer.
-Ya no aguanto, Koalita, voy a entrar.
El alfa se puso de pie y colocó sus manos en las caderas del menor, guio una de ellas a la espalda del menor ascendiendo por la acanelada piel y llegando a los cabellos de NamJoon tomándolos y halándolos hacia él, llevó su rostro al cuello del menor oliendo y besando suavemente en el cuello de NamJoon.
Con su mano libre tomó su miembro dirigiéndolo a la entrada del menor y entrando de una sola estocada causando un ligero dolor en el menor.
-¡Ah! ¡H-Hyung, despacio, p-por favor! ah.
-Shh, dejará de doler, solo disfruta.
Jong-in empezó a moverse dentro del omega bruscamente, entrando y saliendo de manera rápida, el omega siseó de dolor al sentir cómo el alfa iba de manera brusca, rápidamente todo el placer que sentía desapareció dando paso al dolor.
-H-Hyung, vaya m-más lento, me d-duele mucho, por.. ah... por favor- las lágrimas empezaron a descender por los ojos del omega mientras un gemido de dolor salía por sus labios.
Esa no era su primera vez, pero de igual manera le dolía puesto que el alfa, sin miramientos, entraba y salía del menor muy bruscamente y nunca antes lo había hecho.
-No te quejes, Koalita, se que te gusta- el alfa seguía penetrando al menor con la misma fuerza.
Unos sollozos más y un par de estocadas por parte del alfa, y este se corrió dentro del omega anudando.
Alguien empezó a tocar la puerta causando un gruñido en el alfa.
-¿A quién mierda se le ocurre ocurrir? Carajo, ya vengo, no te vayas a mover de aquí, Koalita- el mayor retiró su miembro del interior del menor sin delicadeza y este soltó un jadeo por el dolor y la impresión.
El alfa se encaminó a la puerta no sin antes colocarse sus calzoncillos tirados al lado de la cama.
NamJoon, quien estaba aun confundido tratando de procesar la repentina brusquedad del alfa, bajó su mirada hacia sus piernas y se percató que el lubricante que chorreaba por sus piernas estaba mezclado con su sangre.
El alfa había sido tan brusco que había lastimado al omega al punto de hacerle sangrar.
A los pocos minutos, el alfa ingresó con cinco hombres más quiénes posaron su mirada en el joven que se encontraba sentado al centro de una mancha roja que contrastaba con el blanco impoluto de las suaves sábanas, sollozando con las manos tapando su húmedo rostro.
-Hey ¿Por qué lloras, precioso? Ven, te haré olvidar ese dolor que este bruto te ha causado- el omega, al escuchar la voz de otro hombre, levantó rápidamente la mirada.
-¿Quién es usted?- las palabras del omega estaban empapadas de miedo, mientras su dulce aroma empezaba a agriarse ante el miedo que empezaba a sentir.
Los demás presentes soltaron una estruendosa carcajada aumentando el miedo en el menor.
-¿Por qué no le has dicho la verdad, Jong-in? Verás precioso, este hombre que ves aquí no es quién dice ser, tú estás aquí a base de engaños- un hombre de unos cuarenta años, el que habló anteriormente, se acercó al omega y empezó a acariciar sus desnudas y temblorosas piernas.
-Exacto, en realidad este hombre aquí es nuestro socio, siempre nos trae nuevos omegas para que podamos descargarnos, ya sabes, tener sexo varios días- otro de los hombres, de unos cuarenta y cinco, empezó a desvestirse seguido de los demás.
-Ya sabes que me gusta ver su reacción cuando hago esto, ver el dolor en sus ojos al ser engañado- una ronca risa salió de los labios de Jong-in.
-D-Déjenme ¿Qué me harán? Jong-in, cariño ¿Qué está pasando? No entiendo nada- las lágrimas no paraban de bajar por las mejillas del omega.
-¿Es que acaso no entiendes estúpido omega?- otro de los hombres le propinó una cachetada al menor tan fuerte que le dejó marca en su delicada mejilla.
-No seas brusco, Somchai ¿Acaso no ves que espantas al muñequito?
Fuertes carcajadas y dolorosos sollozos resonaron en la habitación.
-Hueles delicioso, pequeño- uno de los hombres se acercó al cuello del omega inhalando profundamente- nunca ocultes este delicioso olor, no nos prives a nosotros los alfas de esta delicia.
El omega hizo el amago de querer apartarse, asqueado por las sucias manos que recorrían su adolorido cuerpo.
-Bueno, no perdamos tiempo, no los traje para mantener una conversación con nuestra putita.
Y así, entre los seis hombres, ultrajaron al menor, haciéndole gritar de dolor, causando que sus delicadas mejilla se manchen de lágrimas de dolor, manchando su impoluta piel de sangre y moretones.
Los seis empezaron a tocar, besar y penetrar al menor sin importarle el dolor que le causaban ni las lágrimas y gritos de este.
Una semana, una semana fue el tiempo que tuvieron retenido al menor, una semana en la que lo violaron, lo golpearon, lo maltrataron, pero sobre todo, una semana en la cual el omega se sintió la peor persona, se sintió asqueado consigo mismo.
Los padres de este no sabían lo que sucedía con él, no por que no se preocuparan por él, sino porque esos hombres le obligaron a llamarles y decirles mentiras como "Estoy con Jong-in hyung" "Él es muy bueno, no se preocupen" "Estoy bien, todo va de maravilla".
El último día, cuando el omega ya no sentía sus piernas, estaba débil, cansado y lleno de moretones y manchas de sangre, cuando ya estaba a punto de rendirse, la policía irrumpió en el departamento en el que se encontraban.
Nadie había intervenido anteriormente puesto que los hombres se encargaban de darles una alta suma a los vecinos para que callen y no digan nada de lo que escuchaban.
Pero lo que no sabían los hombres, era que recientemente un joven se había mudado al lugar y este llamó a la policía y comunicó que en el piso donde vivía, se escuchaban gritos de dolor y gritos de reclamo, que se escuchaba como golpeaban a alguien, y se escuchaba constantemente un "Ayúdenme, sáquenme de este infierno" seguido de tenebrosos alaridos.
El omega casi pierde a su bebé, porque si, él no quedó encinta cuando fue ultrajado sino en días atrás cuando había tenido sexo con Jong-in y no usaron protección.
NamJoon iba a contárselo al alfa, pero sucedió ese traumante incidente que no le dio chance de hacerlo, pero este igual se enteró cuando fue sentenciado con algunos años de cárcel.
Desde ese día las cosas cambiaron, NamJoon dejó de ser ese risueño, inocente y cariñoso omega dándole pase a uno serio, con mirada indiferente y con una sonrisa sarcástica para muchos, forzada para sus superiores y pacientes y triste hacia su espejo cada que se veía en él y notaba las marcas físicas que demoraron en desaparecer sintiéndose cada vez peor.
Su almohada, testigo de su profunda tristeza, se humedecía cada que el sol caía y la luna salía a hacerle compañía al omega quién no demoraba en derramar lágrimas mientras las pesadillas le atacaban sin dejarle dormir y causando que llore cada noche, sin falta.
Cuando las pesadillas le impedían dormir, se sentaba a la par de su ventana a admirar a la brillante luna mientras las lágrimas y los recuerdos de aquel día le atacaban sin piedad.
Los supresores e inhibidores fueron sus mejores aliados usándolos diariamente para ocultar su olor, el joven omega había quedado con un trauma, temía que los alfas se le acercaran e intentaran algo contra él, sentía repulsión ante ese olor que lo caracterizaba porque creía que ese fue el detonante de todo ese infierno que tuvo que vivir.
Los meses pasaron y NamJoon dio a luz a su pequeño sol, aquel que alumbró su penumbroso camino, aquel que le dio esperanza, fuerzas y alegría, que le devolvió esa sonrisa que creyó haber perdido para siempre.
Su pequeño "Hobi" se convirtió en su centro, en su vida, se convirtió en su pilar para poder seguir adelante, gracias a él, el omega volvió a sonreír, pero eso no impidió su rutinario llanto nocturno, ni sus palabras de desprecio y odio hacia su cuerpo cada que se miraba al espejo... hasta que conoció a SeokJin.
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