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Capítulo 25

-¡¿Me están diciendo esto en serio?!- respondió exaltado el joven omega- ¿No es tan solo otras de sus bromas? Por favor, no bromeen así.

-Hehe~ Está bien cariño, lo siento mucho, pero es que últimamente estás tan exaltado por todo y bueno... Fue nuestro error, lo siento mucho porque fue mi idea.

-Mamá, sabes que con esto no se juega, te pido que por favor no lo vuelvas a hacer porque ese tipo de bromas no me gustan- la expresión de NamJoon adquirió tal seriedad, que los demás presentes prefirieron cambiar de tema puesto que temían la reacción del omega.

-Bueno, hermanito lindo, ahora solo tienes que descansar, despejar tu mente y relajarte, no querrás que tu bebé y tú estén en esta situación ¿Verdad?

-Tienen razón, trataré de relajarme, pero... hay dos problemas que me impiden hacerlo, uno- el omega levantó su dedo índice para poder enumerar- Estamos en un hospital, es imposible relajarse en este lugar, dos- ahora levanta junto al dedo índice, el pulgar- No tengo a mi hijo a mi lado, y no hablo del que llevo en mi vientre, sino de mi bebé grande, así que si me traen a mi hijo, estaré más que encantado.

-Está bien, pediremos permiso para poder traerlo al menos por un día.

-Se los agradecería mucho.

Luego de unas horas en las que estuvieron ahí conversando sobre lo sucedido, el omega ya se había calmado y despejado su mente lo suficiente cómo para procesar lo que su madre adoptiva le había dicho antes de que la situación se complicara a tal punto que él terminó en el hospital. Hasta ese momento, el moreno ya había aceptado las cosas cómo son, la realidad y la verdad a veces duelen, pero es mejor antes que vivir engañado toda su vida...

Poco a poco sus familiares se fueron yendo de la habitación, dejándolo sólo y con un montón de cosas por las cuáles pensar, con preguntas sin resolver...

-¿P-Papá?- se escuchó un pequeña vocecita en medio de la solitaria habitación -.

-¿HoSeok?- preguntó el mayor un tanto extrañado por la voz de su mayor hijo, supuestamente le iba a venir a visitar mañana -Pasa pequeño...

Sin esperar más, el pequeño entró rápidamente a la habitación dónde se encontraba su querido y apreciado padre, subiéndose con algo de dificultad a la camilla dónde el omega se encontraba, quedando sentado a los pies de este.

-Hobi, ven para acá cariño.- habló su padre con dulzura, a la vez que extendía sus brazos para que el pequeño cuerpo de su niño quedara debajo de las sábanas, dándose mutuamente un calentito abrazo -Cuéntame, ¿Cómo has estado? ¿Todo bien por allá? ¿Te has portado bien con tus abuelos y tu tía...?

-He estado súper bien,- respondió el menor, alargando la última frase - todos me han tratado bien, pero también estaban preocupados por ti papi... ¿Estás bien?

-Bueno, si quitamos el hecho de que estoy en un hospital, y no precisamente por la mejor salud, entonces sí estoy bien.

El pequeño se percató del tono burlón de su padre y soltó fuertes carcajadas que contagiaron a su padre dándole la sensación de que el lugar que antes era opaco, ahora era fuertemente iluminado por la hermosa sonrisa que tenía su hijo.

-Amor, mi querido solecito... ¿Qué te gustaría tener un hermanito o hermanita?

-Me gustaría ¡Espera ¿Qué?!- la sorpresa era clara en el rostro del menor ante la noticia de su padre- ¡¿Voy a tener una hermanita o hermanito?!

-Si pequeño, tendrás una hermanita o hermanito con quien jugar, espero que lo cuides y lo quieras mucho.

-¡Si! pero... ¿Dónde está papá Jin?

-Uhm... Verás... Bueno... Él está delicadito de salud y no recuerda nada así que es muy probable de que aún no recuerde de que él es mi pareja, ni que yo soy su omega y tú su hermoso y travieso hijo...

-Entiendo, no quiero que sigas diciéndome porque no quiero ver a mi papi llorar- HoSeok se acercó al rostro de su padre y enjugó las pequeñas lágrimas que empezaban a salir-¿Puedo tocar tu vientre, papi?- preguntó Hobi con un especial brillo en sus adorables y pequeños ojos.

-Claro pequeño, aunque es muy probable de que no lo sientas moverse... Aún está muy chiquito y hay que cuidarlo.

-No te preocupes, seré muy cuidadoso para no dañarlo- respondió inmediatamente el menor mientras que pasaba cuidadosamente su pequeña manita por el vientre de su progenitor -¿Allí adentro es calentito?- preguntó con curiosidad y en un susurro cómo si fuera un secreto entre ellos dos.

-Pues claro que sí pequeño, ¿Sabes? tú una vez estuviste en la misma situación que este bebé- respondió el más alto con una sincera sonrisa plantada en su rostro.

-¿Era un aplastado de órganos por doquier?- soltó el menor con inocencia entre sus palabras, a lo que el mayor se le hizo difícil ocultar su sonrisa llena de gracia por lo anteriormente dicho.

-Si mi vida... Pero déjame decirte que aunque no lo parezca es muy cómodo allí adentro.

-Si lo dices así... Estoy empezando a tener envidia de que él o ella puedan estar ahí sintiendo el calorcito de papi.

-¿Por qué dices eso, pequeño?- una mueca de confusión adornó el rostro del omega.

-Porque últimamente papi no ha estado conmigo como lo hacía antes, a veces pienso que ya no me quiere o que le soy una molestia, incluso a veces siento como que te recuerdo tu pasado causándote cóleras o penas, yo no quiero eso, papi- el mayor notó a su pequeño decaído por lo cual se acercó a él abrazándolo, él realmente se sentía mal por haberlo dejado de lado de esa manera.

-Pequeño, quiero que recuerdes algo y que nunca salga de tu cabecita, tú eres mi bebé grande y yo jamás te dejaré de lado, jamás te voy a abandonar porque a pesar de todo lo que haya pasado, tú eres un pedacito de mi ser, gracias a ti pude ver la vida de una manera distinta, pude volver a sonreír, tuve a alguien que me acompañe y que alumbre mi vida que parecía poco a poco derrumbarse, te amo hijo mío, nunca lo olvides.

-Yo también te amo mucho papi, quiero que ya no me dejes lado porque mi corazoncito duele- pequeñas lágrimas caían por el rostro del menor causándole dolor al omega.

-Ya no llores, corazón, te prometo que de ahora en adelante no te dejaré de lado ni un minuto, ya hasta te aburrirás de este viejo loco.

El ánimo del mayor aumentó al escuchar las melodiosas carcajadas de su hijo, estaba tan acostumbrado a verlo sonreír siempre y en todo momento, que el ver lágrimas de tristeza en su rostro, le dolió en el alma.

Él siempre se había prometido protegerle del peligro que significa el estar vivo en un mundo lleno de maldad, se prometió estar a su lado día a día para impedir que su sonrisa se borre.

No quería que su hijo sufra por no tener otro padre, por eso él quería llenar de amor su corazón por él y por la otra persona que debería ocupar ese lugar, se prometió ser su escudo y su sostén para que nada malo le sucediera, porque a pesar de todo, él amaba a su hijo.

[***]

-¡No, abuela, ese no es!... ¡Te lo dije!- un gruñidito salió de los labios del pequeño hacia su abuelo por la clara trampa que había cometido.

-¿Me estás gruñendo pequeño tramposo?

-¿Cómo te atreves a decirme tramposo, abuelo? ¡Tú eres el tramposo!

-¿Yo? ¿Por qué?- el mayor se hacía el inocente tan solo por hacer rabiar un poquito más a su nieto puesto que se le hacía muy tierna su reacción.

-¡Porque le diste un besito a la abuela para distraerla!- la mueca de molestia que el menor ponía se les hacía muy graciosa a los demás presentes, puesto que parecía un patito con todos los pucheros que el menor hacía.

-Ya cariño, ven acá- HoSeok rápidamente se acercó a su padre y se sentó entre sus piernas en aquella camilla- No te enojes que es tan solo un juego, de todas maneras el abuelo te va a comprar aquello que apostó, ya sabes que siempre cae ante tus encantos.

-Si es cierto, pero igual mi abuelito debe aprender a ser honesto, si sigue de tramposo la próxima vez no voy a jugar- HoSeok se cruzó de brazos y acentuó su puchero y el ceño fruncido.

-Ya cariño, no te me enojes que te volverás una pasita de tanto que arrugas tu carita.

-¡Está bien! Pero quiero pedirte un favorcito- una sonrisilla se asomó en el pícaro rostro del menor.

-No sé, cuando haces esa carita no me inspiras confianza, ya te conozco.

-Gracias, papi- el sarcasmo fluía por las palabras del menor- Lo que quería era que cuando salgas del hospital, vayamos a un parque de diversiones, hace mucho que no salimos.

-Ya, yo te prometo que cuando salga de aquí, iremos a divertirnos a donde tú quieras.

NamJoon ya llevaba ahí una semana, había llamado al centro de salud en el cual trabajaba y la universidad en la cual su mayor enseñaba, para pedir una semana más de permiso, esta vez era por salud por lo cual si lo aceptaron.

Las cosas con SeokJin no mejoraban, de hecho NamJoon sentía que todo iba en picada, a veces sentía al mayor muy serio o muy frío con él.

Pero lo que el menor no sabía, era que algunas veces, destellos de ciertos recuerdos llegaban a la mente del mayor, ya sea a través de sueños o con alguna cosa que realizase ahí en su habitación del hospital, confundiéndole causándole fuertes dolores de cabeza.

Esas molestias eran las que mantenían al alfa alejado de su omega, no quería lastimarlo con algún comentario o algo parecido.

A pesar de que su mente olvidó, su cuerpo seguía recordando, su cuerpo aún reaccionaba ante la cercanía del omega, ante su aroma y ante su sonrisa, esa que iba adornada de un par de tiernos hoyuelos.

-¿Cuándo podré salir?- la enfermera que estaba atendiendo al alfa lo miró ante la pregunta.

-No estoy muy segura, pero supongo que mañana probablemente ya le den el alta al igual que su pareja.

-¿Mi par-? Oh, él.

-Sí, el joven omega que viene seguido con el pequeño.

Una sonrisa se formó en el rostro del alfa al recordar a esos dos seres revoltosos que alegraban sus días cada que iban a visitarlo.

El estar encerrado en ese lugar era muy estresante, pero él logró mantenerse cuerdo gracias a las bromas y las anécdotas que ambos le contaban.

-Muchas gracias, lo tomaré en cuenta.

El sonido de la puerta siendo levemente golpeada se escuchó rompiendo el silencio que había en esa habitación poco después de que la enfermera salió de dicho lugar.

-Pase, está sin seguro.

-¡Hola!- un remolino de cabellos revueltos y una gran sonrisilla, ingresó a la habitación junto a su mayor.

-¡Hey, pequeño! ¿Tan temprano por aquí?

-Sí, lo que pasa es que mañana le darán el ¿Cómo era, papi?- el menor puso su dedito índice a la altura de su barbilla en una mueca pensativa.

-El alta, mi amor.

-¡Eso! Mañana le darán el alta a mi papi y ya no podremos venir a visitarte, por eso decidí venir muy tempranito.

-¡Oh, que coincidencia! Mañana también me darán el alta a mí- el mayor hizo una mueca de asombro falso.

-¿En serio? ¡Wow! Entonces mañana podremos ir a dar ese paseo junto a mi papi, ayer me prometió que iríamos a un parque de diversiones ¿Nos acompañas?

-¿En serio? Con gusto iré con ustedes a ese parque, mañana mismo vamos, necesito estirar este vejestorio que tengo como cuerpo.

El día lo pasaron entre risas y bromas, a la hora del almuerzo le rogaron a la enfermera que estaba a cargo de ellos, que les dejase comer en la misma habitación... como lo venían haciendo desde un par de días atrás.

-Muy bien, creo que ya es hora de ir a la otra habitación, pequeño, tu abuelita te vendrá a ver en unos momentos y el joven Jin debe descansar ¿Está bien?

-Sí, papi, vamos para que pueda descansar, hasta luego señor Jin.

Con un movimiento de manos, ambos se despidieron del hombre que estaba sobre la camilla y salieron de la habitación.

[***]

-¡No Minnie, no quiero!

-P-Pero... cariño, debes darte un baño, no lo has hecho desde hace varios días y ya te urge uno.

-¿Me has dicho sucio?- unas lagrimitas se asomaron por los gatunos ojos del mayor.

-¡N-No, cariño! Solo digo que ya te urge uno.

-Ah caray, ahora soy un mentiroso ¿Eh?- el pálido rostro del omega se enrojeció a causa del malhumor que empezaba a aumentar poco a poco.

-Esas hormonas me van a matar de un nerviosismo, cariño, te pido de favor que te calmes tantito ¿Si?

-¿Me has dicho colérico? ¡Quiero el divorcio!

-Ni siquiera estamos casados, amor.

-Igual, nos casamos y luego nos divorciamos, asunto arreglado.

-Ya, cariño, deja las rabietas por un simple baño, cede y ve a ducharte ¿De acuerdo?

-Con una condición.

-¿Qué quiere mi pequeño rabietas?- el menor se acercó a su pareja abrazándolo y dándole besitos en su frente.

-Si me llevas al parque de diversiones ni bien salgamos de aquí.

-Está bien, te lo prometo.

-Bueno, en ese caso iré a darme una ducha ¿Me acompañas?- YoonGi le lanzó una mirada pícara a su pareja intentado provocarlo, pero lo único que causó en el contrario, fue una inmensa ternura.

-No cariño, debes ir tú solo, vaya con Dios, iré a buscar algo de comer.

-Aguafiestas.

Con un puchero adornando su rostro, el omega se dirigió hacia el baño para poder ducharse mientras JiMin iba en búsqueda de la enfermera que les comunicó que YoonGi debía tomar un baño.

-Señorita, buenos días, mi pareja ya está tomando una ducha ¿Le dará una bata limpia o debe colocarse la misma?

-En un momento estaremos allá dándole una bata limpia, esa ya estuvo varios días con la misma bata y debe cambiarla.

-Una pregunta ¿De casualidad no sabe cuándo le darán el alta a mi pareja?

-Uhmm... No creo que sea pronto, joven, lo que sucede es que su pareja tuvo una amenaza de aborto que por suerte no pasó a mayores.

-¿Amenaza de aborto? ¿Está segura?- preguntó con extrañez el alfa a lo que la enfermera asintió -¿No está en peligro ahora? ¿A qué se debió eso? ¿El bebé está bien? ¿Mi omega está mejorando?

-Por el momento no lo está, pero se quedará para hacerle observaciones... Normalmente un aborto se debe a situaciones en las cuales el gestante tiene una mezcla muy fuerte de emociones o cuando el cuerpo o el omega no desean al bebé, hasta ahora las cosas están mejorando sin complicaciones, el bebé está bien pero déjeme decirle que esto va a demorar un tiempo, así que no espere que el tratamiento sea rápido o de un día para otro, ambos están en riesgo aun- explicó la enfermera mientras que cambiaba la intravenosa de un paciente que estaba atendiendo.

-Ya veo... ¿YoonGi no sabe nada de esto?- la enfermera negó en forma de respuesta -Bien, muchas gracias por su ayuda, la estaremos esperando.

-No es nada, más bien si tienen alguna duda no duden en preguntarme o a alguien encargado del paciente, que tenga buen día joven.

-De igual manera- el alfa se retiró de la habitación dejando atrás a la enfermera con el paciente que atendía.

-¿Amor? ¿Ya terminaste?- preguntó el menor al momento de ingresar a la habitación y encontrar la puerta del baño entre abierta, dando a entender que el omega se encontraba aun ahí.

Se dirigió al baño reafirmando que el mayor aún se encontraba en el baño, lo cual se le hacía raro puesto que este solo demoraba un mínimo de 5 minutos duchándose y ya llevaba poco más de 10.

-¿JiMin-ah? ¿No que no querías jugar conmigo? ¿Qué, ya se te vinieron los ánimos?- preguntó mientras que le dedicaba una sonrisa pícara a su pareja -.

-No, nada de eso Hyung...- respondió el menor mientras se acercaba a secarle el pelo a su mayor-Recuerda que tienes un cachorro dentro y no quiero lastimarlo.

-Estoy seguro de que ni lo sentiría- respondió rápidamente a la vez que hacía un tierno puchero por la resignación del alfa.

-¡Oh vamos, no pongas esa cara!- habló el menor mientras que apachurraba cuidadosa y tiernamente la mejilla del mayor -Listo, ya está bien seco su cabello, señorito- continuó hablando mientras cargaba cuidadosamente al gestante en sus brazos al estilo recién casados.

-¡Oye! ¿Qué crees que haces? ¡Bájame ahora mismo tonto!- pateaba el mayor a la par que daba ligeros golpes a JiMin en su hombro en un intento de librarse de los brazos de este.

Con mucho cuidado y delicadeza, el alfa dejó al chico de blanquecina piel encima de la estrecha camilla.

-Por ahora ponte mi polera en lo que llega la enfermera con la bata limpia, no puedes estar desnudo.

-¿Por qué?

-Porque hace frío y te puedes enfermar.

-¿No será por otra cosa?- el omega nuevamente le lanzó una mirada pícara al menor tratando inútilmente de convencerlo.

-No lo lograrás cariño, no quiero hacerles daño ni al bebé ni a ti, mejor a...- JiMin fue interrumpido por el ligero golpe en la puerta.

-¿Puedo pasar?- la enfermera asomó ligeramente su cabeza por la puerta.

-Claro pase- JiMin terminó de acomodar la polera al mayor para que no muestre de más.

-Vengo a colocarle una intravenosa que me pidió el médico para poder administrarle el medicamento que toca, también traje la bata.

Luego de un par de chillidos por parte del omega en su negación por no querer que su manita sea pinchada de nuevo, y un par de miradas y comentario pícaros más haciendo sonrojar tanto a la enfermera como al alfa, esta se retiró del lugar dejando sola a la pareja.

JiMin, sin perder más el tiempo, se acostó junto al omega en la estrecha camilla quedando juntos y mirándose a los ojos, dejando a relucir todo el amor y admiración que sentían el uno por el otro.

-Sabes que te amo ¿Verdad?- tomó la iniciativa el menor mientras acariciaba suavemente el rostro de su pareja.

-Me los has dicho tantas veces que ya se me quedó grabado, pero...- se interrumpió a sí mismo, ganándose la completa atención del menor -¿Por qué me amas? Digo, debe haber algo de mí que te guste, no sé ¿Tal vez algo que te flechó de mí? ¿Cómo mis sexis piernas?- preguntó con gracia.

-Bueno... Yo te amo porque eres tú- respondió con dulzura a la pregunta de su acompañarte -Por soportar todas mis locuras, mis payasadas, mis errores, mis malas actitudes, por aceptarme tal y como soy... Te amo porque estás ahí cuando más te necesito, incluso cuando veo una espesa y espeluznante oscuridad... Tú siempre me haces verla cómo si fuera el escenario más brillante y lleno de luz que hay en este mundo, porque siempre estás a mi lado a pesar de todos los malos momentos que suceden en mí día a día, te prometo por todo lo que tengo... No, por mi vida, te prometo por mi vida que los voy a cuidar a tú y a nuestro cachorro para que podamos verlo crecer, para verlo caerse y levantarse, para estar con él en las noches en las que solo quiera llorar y desahogarse con alguien, vamos a verlo juntos cariño, no importa el tiempo que pase, te voy a amar por siempre, te amo con todo mi cuerpo, con toda mi alma ¡Hasta la célula más recóndita de mi cuerpo te ama! ¿Qué dices? ¿Quieres estar conmigo por siempre y para siempre?- preguntó el menor mientras que sacaba una pequeña cajita de terciopelo negro con un hermoso anillo dentro.

-Ji-JiMin, y-yo-

-¿Te quieres casar conmigo Min YoonGi?- dijo el alfa mientras que abría la cajita donde se encontraba el anillo -¿Quieres vivir toda una eternidad junto a mí cariño?

-Y-Yo... ¡No!- respondió sin pensar a lo que de inmediato se palideció la cara a su pareja -¡Dios, ¿Qué acabo de decir?!... O-Osea... ¡Sí, sí acepto idiota!

-¡¿D-De verdad?!- preguntó aun sin creérselo el menor a lo que el de blanquecina piel asintió con una inmensa sonrisa -¡Oh, nonono! ¡Dijiste que sí! ¡Por un momento se me fue el alma cuando dijiste que no! ¡No lo vuelvas a hacer!- reprendió mientras que le colocaba el anillo en su mano -.

-Bueno, espero que no porque no pienso volver a casarme contigo si me engañas, te voy avisando.

-No pienso hacerlo, y espero que no me vuelvas a asustar de esa manera, cariño.

-Son sustos que dan gustos cari-.

YoonGi no pudo ni terminar de decir la frase porque su pareja ya le estaba dando besos por todo el rostro causado por la inmensa alegría que estaba sintiendo.

-Te amo Min YoonGi.

-Y yo a ti Park JiMin.

Unas cuantas palabras melosas junto a muchos mimitos más, y la pareja recién comprometida ya había caído en un profundo y dulce sueño, con todos estos acontecimientos y las emociones hechas un revoltijo, ni se habían percatado de que terminaron durmiendo abrazándose el uno al otro, uniendo aún más sus almas y sus lobos.

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