Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XIII

─Me envió un mensaje... ─dijo Samanta mientras le daba un sorbo a su limonada. Se encontraba en un pequeño restaurante cercano a su casa en Los Ángeles, junto con Heather.

─ ¿Quién? ─preguntó confundida Heather, antes de darle una mordida a su hamburguesa de queso.

─Lena... ─respondió Samanta de manera sutil observándola, Heather hizo una cara de sorpresa y se tapó la boca con la mano mientras masticaba la comida, casi se atragantaba con ella después de escuchar a Samanta─ lo envió hace unos días... el día de la fiesta de Alfred... decía que si podíamos vernos ─agregó Samanta en ese mismo tono bajo y que mostraba la confusión que sentía por aquello.

─ ¿Y qué le respondiste? ─preguntó Heather con interés, después de terminar de masticar completamente el pedazo de hamburguesa.

─No lo he hecho, no le he respondido... no sé si debo hacerlo, Heath ─decía confundida mientras observaba la calle y la gente que pasaba caminando por ahí.

Heather observándola suspiró.

─ ¿Por qué no lo haces? ─Samanta frunció el ceño─ quiero decir, tal vez te hace falta hablar con ella, Sam...

Samanta se mordió el labio y ahora le tocó el turno de suspirar.

─Es que... no sé si quiero hacerlo, no sé si quiero verla y que de nuevo...

Heather movió la cabeza de lado intentando comprender, Samanta se quedó en silencio.

─Que de nuevo, ¿qué, Sam?

Samanta resopló.

─Heather, tomamos una decisión, terminar y seguir con nuestros sueños, yo pensé que iba a poder ser su amiga, o simplemente estar en su vida, así de lejos, pero no, no pude, y ahora, ¿qué sentido tendría hablar? Si la veo, yo...─ Samanta hizo una pausa, no quería decir aquello que sabía.

─ ¿Vas a comprobar que la sigues amando como siempre? ─Heather completó por ella.

Samanta la observó haciendo una mueca con la boca.

─Yo no quiero, Heather, no quiero de nuevo pasar por lo mismo de cada vez, tal vez el destino nos dijo ya que no debemos estar juntas, tal vez eso es una cosa del destino, no podemos estar juntas... ella tiene su carrera, su vida... ─decía Samanta tratando de convencerse a sí misma.

─Yo dije que hablaras con ella, el hablar no significa regresar, Sam. Solo creo que necesitas al menos hablar con ella, frente a frente, y seguramente ella lo necesita también.

─ ¿Lena? ─Samanta negó rápidamente con la cabeza─ ¿crees que Lena Evans, la que es hoy la cantante más famosa del mundo, necesita hablar conmigo? ─preguntó irónicamente.

─ ¿Entonces por qué te envió ese mensaje? Creo que tú conoces a Lena, no a Lena Evans la cantante mundialmente famosa, a Lena, la persona... ─contrarrestó Heather.

Samanta negó con la cabeza.

─No lo sé... yo la conocía Heath, ya no... no lo sé, es decir, no tengo idea...

─Creo que quien la bloqueó y eliminó de todos lados fuiste tú, ¿no, Sam?

─Pero le dije que no podía ser su amiga ni saber de ella... y tampoco podía pedirle que dejara su música por mí...

─ ¿Y no podían tener ambas cosas? ¿Sus carreras y su relación?

Samanta negó nuevamente.

─No, lo intentamos, Heath, tú lo sabes, cuándo Lena grabó su primer disco, intentamos llevarlo todo, pero sus giras, y solo eran giras en este continente, sus giras eran absorbentes, son absorbentes, no teníamos tiempo de vernos, de estar juntas, ya no era una relación, Heather, apenas si nos veíamos. Yo no quería eso para nosotras, tener esa relación que ya ni siquiera era una relación y después íbamos a estar lejos, ¿sabes lo que pasa, no? Los engaños, las mentiras, las infidelidades, nosotras no queríamos eso, no queríamos acabar así. Cuando vino el ofrecimiento de grabar en Europa ella tenía que hacerlo y yo tenía el ofrecimiento de la película. Ella dijo que no se iba a ir, pero eso era egoísta de mi parte, Heath, era su sueño, es su sueño, y lo logró...─decía con la voz llena de melancolía, se quedó en silencio observando de nuevo a la calle...

─Ambas lo lograron, Sam...

Samanta asintió con una sonrisa de medio lado.

─Supongo que así es la vida; hay que elegir y elegimos...

Heather volvió a suspirar.

─La vida real no es como las historias de películas o libros o cuentos, no se puede tener todo en la vida. A veces hay que elegir... ─finalizó Samanta, para después beberse el último trago de limonada que le quedaba.

Heather la observó, tragó saliva y asintió con pesar. Le dio la última mordida a su hamburguesa y pidieron la cuenta para retirarse del restaurante.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro