Imaginamos estar
juntos.
Pero siempre fue
una simple
imaginación.

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Todo empezó por una simple coincidencia, tal vez, una señal del universo, solo se sabe que todo empezó con un encuentro en una banca del parque.
Aquella mañana de Marzo, mientras aun se podía sentir el fresco del rocío de toda la noche, el vaho de su boca salía con cada suspiro que daba, estar en aquella banca en medio de la llovizna matutina lo relajaba de cierta forma, a su lado llego una joven, quien tomo asiento en la misma banca que él. Una linda joven de cabellos azabache ligeramente ondulado y cubierto por gotas de lluvia, descendía delicadamente por sus hombros descubiertos y finalizaba a la altura de su cintura; su piel clara y enrojecida por el frío le daba una apariencia como muñeca de porcelana, su rostro, un perfil delgado y definido, una pequeña nariz respingada, mejillas redondas y adornadas con un tono rosa, sus ojos un poco grandes, de orbes azules como un cielo nublado. Portaba un ligero vestido en color azul pastel, con unos zapatos de vestir negros, sin duda era una joven digna de admirar, pero, ¿Qué hacía en ese lugar?

El chico que se hallaba sentado trato de no llamar la atención de la joven, por que por más linda que se le hacía, no quería incomodarla. Una brisa se hizo presente, agitando las hojas de los árboles y provocando que cayeran más gotas de agua en todas direcciones, aquellas gotas que se dejaron caer, llegaban a la descubierta piel de la joven, haciéndola temblar, parecía que no iba a moverse de su lugar, pues tenía una mirada desesperada por encontrar a alguien y a su vez bajaba la mirada perdiendo las ilusiones. El chico que la observaba de vez en cuando, notaba aquellos cambios de expresión, ya había imaginado, que tal vez esa chica esperaba a una cita, pero igual, no pensaba dejarla temblar por el frío; se levanto de su lugar dejando su abrigo en aquella banca, solo se alejo.

Camino cierta distancia, para voltear atrás y ver como la chica se ponía el abrigo encima, solo dio una sonrisa por la acción.

[ .... ]

Ese mismo día, el chico azabache que estaba en el parque, caminaba tranquilo por la calle, observaba a su al rededor con curiosidad, no tenía planes para ese día, por lo tanto buscaba con que distraerse. Su recorrido, fue detenido por el delicado toque de una mano sobre su hombro, lo cual, hizo detenerse y girar un poco la cabeza para mirar de quien se trataba. Un pequeño peso se recargaba en su espalda, una cabellera azabache se posaba en su espalda ocultando su rostro, sintió unas gotas caer sobre su ropa.

—¿Necesitas ayuda?

Solo negó y se aferro más a él. El azabache se giro con cuidado y abrazo a la chica que estaba en su espalda. Acarició con cuidado su cabello, por el abrigo que llevaba encima rápido reconoció a la joven, pues era la misma que había visto en el parque. Con tranquilidad y una ligera preocupación habló hacía la joven.

—¿Puedo ayudarte? Si necesitas algo... Solo debes decirlo, estoy para ti

La joven soltó al llanto, asustando un poco al contrario, pero este, solo la abrazo más fuerte, de una forma que le transmitía seguridad, no iba a soltarla, a sus ojos, aquella chica era como una pequeña flor, una flor que se quebraría con el más ligero roce.

[ .... ]

Desde aquel encuentro, no se hablo de aquellas lágrimas, todo transcurrió como si solo se hubieran visto en aquella banca, lo demás, fue una escena que guardaron en lo más profundo de su ser.

Caminaba la joven abrazando el brazo del chico, recargaba su cabeza sobre el hombro del contrario, solo suspiraba relajada, era uno de esos momentos en los que solo se hallaban ambos en su mundo, donde no prestaban atención a su al rededor, en el templo se sabia lo mucho que se amaba, en ambos se veía reflejado el amor mutuo que se tenía, su amor era un cuento de hadas, tan irreal.

Sus manos se entrelazaban aun estado recostados sobre el césped del campo, se había vuelto una rutina, salir a caminar y luego recostarse sobre el pasto para hablar o simplemente estar ahí y acompañarse mutuamente, por que ambos se entrelazaban, había encontrando lo que se llama "amor de verdad".

—Y me imagino, llegar a casa... despues de un día de trabajo pesado, decir "ya volví"...

La chica hizo una pausa y se quedó viendo al cielo.

Cedrik: y decirte "bienvenida a casa... Lily"

Lily: ...ya no estaría sola...ni tener que imaginar que alguien me espera, cuando ahora se que siempre habrá alguien que me esperara

La azabache se giro quedando de lado, vio al chico a los ojos y le dedico una leve sonrisa.

Lily: Imagina también lo cálido que será nuestro hogar, ambos acompañándonos, leyendo en la tarde o viendo una serie... Cuando llueva, prepararé café y nos sentaremos a ver las gotas de lluvia caer... En los días de frío, estaremos sentados, abrazándonos mutuamente, para no sentir frío.... En los días soleados, saldremos a pasear bajo la sombra de los árboles... mientras escuchamos a las cigarras cantar... En las noches bailaremos juntos y en los festivales, veremos las luces en lo más alto...

El chico escuchaba con atención cada palabra de la contraria, le gustaba verla a esos azules ojos que tenía, pues en ellos se recuperaba poco a poco un brillo, un brillo que no tenían desde que la conoció, le alegraba en todo momento, que la relación que tenían, era la razón por la que la chica sonreía de nuevo.

Lily: también me imagino... tu y yo formando una familia, los llevaríamos a vivir lejos de la ciudad, un lugar tranquilo como el campo, les enseñaría en casa, ¿Cómo los imaginas? Yo me imagino a una niña... Una niña azabache...tendría tus ojos, se reiría todo el día, jamás estaría triste... y cuando derrame lágrimas... tu te acercarías a ella, limpiarías sus ojos con tus pulgares, la mirarías y le dirías "mi princesa todo estará bien, por que yo estoy aquí para ti...y nadie ni nada te harán llorar"...

La chica se apego al azabache, lo abrazo mientras se acomodaba, siguió hablando, pero esta vez más cerca del oído del azabache.

Lily: y también me imagino a un niño, sería su hermano menor, igual a ella... sería un niño tranquilo, igual que tu.... protegería a su hermana de cualquier cosa.. a ambos los amaría mucho... a los tres, a ti y a nuestros dos hijos... también puedo imaginar lo felices que se verían los tres... y a la hora de la comida, nos sentaríamos juntos como familia...

Cerró los ojos, se acercó al oído del azabache y susurro delicadamente.

Lily: cierra los ojos... así va a doler menos...

El contrario hizo caso, cerró los ojos y se relajó.

Lily: te amo...

Esas eran siempre las ultimas palabras que escuchaba.... antes de abrir los ojos, despues de haber recordado, lo mucho que imaginaba con ella a su lado.

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#Okey, pero si estoy llorando... Llore haciendo esto, sabiendo lo mucho que le ha pasado.

Como headcanon para a completar:

Cada que tiene ese recuerdo de Lily, también recuerda que ese día le iba a proponer matrimonio, para hacer de sus sueños e imaginaciones que tenían ambos, realidad.
Desde ese día no ha vuelto a intentar enamorarse, por eso no tiene pareja.

#Basta, me daño yo misma...iré a llorar.