• One-shot •
Y aquí me tienes
pidiendo a gritos
morir.
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En un enorme cuarto elegante de tonalidades oscuras y aura decadente, sobre una cama reposaba el delgado y desnudo cuerpo de un chico, totalmente pálido y carente de vida, cualquiera que lo viera sentiría lastima, era ver a alguien que moría lenta y tormentosamente. Aquel chico respiraba con dificultad y apenas se notaba el movimiento de su pecho al inhalar, su torso estaba completamente vendado, sus brazos y tobillos también se encontraban de esa forma, había algunas marcas moradas en las partes visibles de su piel, sin duda era un dolor que no se lo desearía a nadie.
Un pequeño rayo de luz tenue se filtraba entre las cortinas del cuarto hacía el chico, eso hizo que reaccionara y lentamente abriera sus ojos, unos orbes sin vida se mostraban, el color castaño habitual de sus ojos ahora eran opacos sin rastro de brillo alguno, con cuidado comenzó a levantarse con la fuerza que tenía, sus brazos temblaban de la carencia de energía y pequeños jadeos salían de su boca por el esfuerzo que realizaba, logro reincorporarse en la cama sintiendo dolor por todo su cuerpo, un dolor que le partía hasta el alma, logro divisar mejor el lugar y poco a poco empezó a recordar como llego a la habitación.
[ .... ]
En una habitación oscura, un chico de aproximadamente 15 años observaba a un hombre sentado en una silla que miraba a través de una ventana dándole la espalda a este. No era novedad que el chico no viera seguido a aquella persona, pues este hombre mantenía siempre un perfil bajo y discreto, rara vez se encontraba en aquella casa por lo que siempre estaba solo o junto a otros chicos que residían ahí, pero ahora se encontraba frente a él, temeroso de la orden que fuera a darle.
El hombre se levanto y camino hacía él quedando atrás y tomándolo por los hombros.
—...seguramente te preguntaras porque te he llamado, ¿Cierto?
—asiente—.
[ .... ]
Pequeñas gotas caían en la sabana de aquella cama, sus ojos estaban cristalizados al recordar lo que había hecho, las bellas palabras que inundaron a su mente, cegandolo por completo. Esos labios cerca de su oído susurrando delicadamente lo mucho que sufriría y lo poco que valía para el mundo, destruyendo sus ser física y emocionalmente, todo al mismo tiempo.
Sus mejillas humedecidas por las lágrimas y su respiración agitada por la impotencia pronto se convirtieron en un grito desgarrador, un grito que expresaba el dolor que tenía, el enojo consigo mismo por lo que hizo y el desesperado deseo de querer desaparecer.
[ .... ]
La sangre recorría todo su cuerpo, las frías manos de aquella persona, tocaban cada centímetro de su piel, una forma muy delicada y tortuosa, presionaba en ciertos puntos, dejando marcas moradas, su fuerza era inhumana, cada que lo sujetaba de los brazos, piernas o torzo, se aseguraba de quebrar hasta sus huesos, sus gritos de dolor inundando el lugar cesaban cada cierto tiempo, por la mano del causante de los mismos.
Aquella persona que se encargaba de hacerle sentir el mismo infierno al chico se acerco hasta el oído de este, susurrando varias palabras, palabras que perforaban la mente del chico, ideas realistas del mundo en el que vivía.
[ .... ]
Sobre la cama, el castaño sujetaba sus costados, era la zona del cuerpo que más le dolía, probablemente por los cortes aun sin sanar que tenía. En su mente aun resonaban algúnas palabras que había escuchado en toda la tortura pasada. Probablemente todo él debería estar maldiciendo a aquella persona, deseando matarlo o vengarse por todo el mal que le hizo, pero era lo contrario, de cierto modo, se sentía bien, había algo dentro suyo que lo hacía sentirse feliz.
Una risa inmotivada se escuchaba en la habitación, frente a su cama había un gran espejo, probablemente una paradoja al problema que tenía, lo primero que tenía que ver al despertar, sería su nueva vida, sin duda era divertido, para alguien que ya estaba totalmente perdido.
Podía ver a la distancía todo lo que habían hecho con él, divagaba más en sus pensamientos que en las marcas que se mostrarían días depués y que tal vez nunca se borrarían. Ahora entendía, entendía que cometió un error.
—¿Te sientes bien?
El chico estaba callado, no iba a hablar, el dolor era mayor como para artícular palabras. Lagrimás caían en la sabana de aquella cama, sus ojos estaban cristalizados al recordar lo que había hecho, cayó en una trampa, una trampa en la cual no tendría salida o salvación, el primer sentimiento de su libertad deseada, fue la tristeza.
—tomándolo del rostro— Bienvenido a tu libertad Derek-kun...
[ .... ]
Hace unas horas su tortura había comenzado, parecía que jamás acabaría esto, no entendía como seguía su cuerpo con vida, ¿Acaso no lo quería matar? Claro, era más divertido ver el sufrimiento ajeno antes de culminar con este, ver suplicante a aquella persona, querer rogar por su vida, implorar, quería la misericordía para su alma.
—....recuerdo que hace unas horas, te hice una pregunta, ¿Recuerdas lo que pregunté? Si, es seguro que si, por que quiero que te grabes en todo tu ser...esa respuesta...
Lloraba, lloraba suplicante por que todo acabará, creyó, creyó ingenuamente que al aceptar aquel trato todo sería mejor, pero no era cierto, su mente había sido controlada años atrás, contaminada de ideas para que cuando fuera el momento, automáticamente diera la respuesta que tanto había planeado aquel hombre.
[ .... ]
Se sintió como un fuerte golpe en la cabeza, aquel recuerdo, como esa noche había firmado un pacto con la muerte misma, el dolor de cabeza era insaciable, una mueca de dolor se reflejaba en su rostro, ¿Acaso no tendría fin esta tortura? ¿No tendrían misericordía con su alma inocente?
El hombre en la habitación delineaba con sus delgados dedos la columna vertebral del chico, paso sus dedos por la cervical y se detuvo en la zona de la parte torácica, en donde resaltaban las vertebras, fue ahí donde tocaba con delicadeza la obra de arte que había creado durante la noche.
—escápula....
El chico soltó un quejido por el contacto de la mano en esa zona.
—la escápula es lo que quedó de nuestras alas...
Dejo de acariciar esa zona y con voz tranquila continuó.
—te prometí tu libertad, ¿Estas satisfecho?
[ .... ]
Y ahí estaba, a unos minutos de morir, lo sabia, podía sentir como perdía la fuerza y sencibilidad de su cuerpo, todo su ser era pesado, eso era morir, morir lentamente, ya no tenía vida. Su vista se nublaba y sus ojos empezaban a pesarle, iba a cerrarlos en cualquier momento para no abrirlos más.
Una mano lo tomo de las mejillas, apretándolas y obligando a mantener sus ojos abiertos, aquella mirada penetrante de color rojo sangre, juraría que ese color podría ser la de su propia sangre que había perdido por todas las heridas causadas esa madrugada fría. El hombre se acercó a él y comenzó a susurrar unas ultimas palabras.
—.....puedo prometerte...y poniendo a mis ancestros como testigos, que esto lo hice por que eres importante para mi...cuídate, eres lo más valioso como para caer en las mentiras de la vida...
[ .... ]
El chico al mirar al hombre que le había hecho eso soltó unas cuantas lágrimas cerrando los ojos por querer que todo acabara.
—Ya tienes tu libertad, ¿Porqué has de llorar?
Derek:—abriendo los ojos— ¿po-porqué? ¿Po-porqué lo hiciste?
—Te dije que yo quería algo a cambio de cumplir tu deseo, solo lo tome, tome lo que tu me diste por derecho
Derek: ....
—Acaso...¿Te arrepientes?
Derek: ....
—rie por el silencio del chico— sabia que eras inocente, pude sentirlo mientras desgarraba tu piel... Tardarás en entenderlo, pero como dije...es por tu bien
Derek:—lo mira inexpresivo— ¿Cuál bien?
—dejemos eso...seguro estas pensando desesperadamente en las reacciones de tu familia al enterarse que su pequeño hijo se a quedado sin su alma...quiero decir...sin su "espíritu" no tengas miedo, no desesperes...tu familia no reaccionara mal
Derek: ¿Tu que sabes?
—sonrie— porqué tu no tienes una casa en donde esperen tu regreso...recuerda que fue tu familia la que te dejó conmigo....no tienes un hogar...
El contrario no dijo nada, se quedó callado, sabia a la perfección que lo que decía el hombre era cierto, estaba en lo correcto, su familia lo había dejado con él, lo abandonaron, estaba solo.
—no llores, tengo buenas noticias para ti
Derek: ¿Acaso hay algo bueno? Ya no tengo nada y no tengo nada que desear...
—eso lo se muy bien...pero...
Derek: ...
—yo te puedo dar ese hogar
Derek: ...que te hace pensar que voy aceptar, ya tienes de mi lo que querías, eres libre de deshacerte de mi, ¿de que te serviría?
—para mañana, cuando llegue el rumor, ya no serás de esa familia y te van a desechar fácilmente...pero yo, puedo darte un propósito y causa a tu vida.... Haré que los hagas pagar por todo lo que hicieron...¿Aceptas?
Ya no tenía algún lugar al cual ir, ni un propósito, ya no tenía nada, desaprovechar esa oferta y quedar a la intemperie...solo...le aterraba. Una pequeña parte de conciencia le decía que tal vez, podría sacar provecho, pero debía ser cauteloso de ahora en adelante.
[ .... ]
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#Bueno, al fin acabe :'D
Y debo decir, que quedé más confundida con lo que escribí, osea, no me entiendo.
Chao.
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