Sabia que no
podía amarte
pero aun así
quería intentarlo.

La luz de la mañana entraba por la ventana a la oscura oficina del encargado de la casa, sobre la mesa de roble descansaba un chico de cabellos castaños, nuevamente se había desvelado y estaba durmiendo un rato, así era la vida que tenía desde que tomo el cargo, pero esa es otra historia. Un chico azabache entraba a la habitación con una bandeja en la mano, tenía una taza de café y pedazos de pan con mantequilla, su labor de todos los días, despertar y atender al castaño.

El chico camino hasta el escritorio, notó el trabajo del menor y entendió el porque no había ido a dormir, suspiro con un poco de tristeza y lo tomó con cuidado, lo cargó hasta el diván del cuarto y lo recostó con cuidado, lo cubrió con el abrigo del mismo y fue a levantar la mesa, sin duda parecía su niñero, pero no le tomaba importancia, así había sido desde siempre, tal vez desde que eran niños.

Flash Back.

La primera vez que llegó a Japón, conoció a sus primos, Alex de 11 años, Derek de 9 años y Rigel de 8 años, ambos compartían la misma edad, pero tenían ideas muy diferentes a pesar de ser de la misma edad, pero eso no importaba.

Aoi:-de la mano con Cedrik- espero se lleven bien y nada de peleas, los dejo para que se conozcan mejor

La mayor se retiro y dejo a los niños solos, había un pequeño silencio, tal vez un poco de timidez por conocerse. El más bajo de los tres estaba atrás de su hermana viendo tímidamente a su primo, el azabache cuando lo vio tuvo un "primer amor" o bien "un amor de infancia" era la primera vez que veía a un niño muy lindo, a ojos de él, pues analizándolo de pies a cabeza, era lo más inocente que podía ver, su cabello castaño y liso, sus ojos de tonalidad chocolate, pequeños reflejos rojizos que le daban un tono pardo, sus mejillas rosadas por lo pálida de su piel, sin duda ese fue su "primer amor".

Un chico castaño estaba hablando entre sueños, no era la primera vez que lo veía hacer eso, de hecho, estaba muy bien acostumbrado, sabia que su primo solía hablar dormido, había veces que pronunciaba nombres totalmente desconocidos para él, otras veces solía llorar mientras pedía o más bien rogaba, que se detuvieran, la cuestión "¿Quién debía detenerse?" Para esos momentos, solía sentarse o acostarse a su lado y hablarle lo más tranquilo posible, al menos así podía calmarlo. Lo descubrió esa noche de invierno.

Un niño azabache de 10 años, caminaba tranquilo por los pasillos de la casa, esa noche había salido a acompañar a su abuela por eso regresaba tarde, pero cuando iba a entrar a su cuarto, escucho voces del tercer piso, se le había advertido que no subiera, pero su curiosidad era más grande. Cuando llego al tercer piso, llamo a la puerta, nadie respondió más la puerta se abrió sola, la habitación era normal, un cuarto cualquiera, una cama, muebles y un librero. El chico notó a su primo mayor durmiendo, pero este, respiraba agitadamente y murmuraba varias cosas.

Cedrik:-lo observa- ¿Derek?

No recibió respuesta, solo veía que este se encontraba muy mal y sin pensarlo se acostó a su lado dormir, al principio no entendía lo que decía y pensaba que se estaba durmiendo al lado de un loco, pero despues todo cambio cuando escuchó esas palabras "nunca seré suficiente" lo sabia, sabia que él era suficiente pero ¿Porqué pensar eso? no entendía, pero estaría ahí para apoyarlo.

El azabache de ojos azules estaba sentado en el diván y con el chico recostado en su regazo, estaba acariciando el cabello de su primo con delicadeza, vio como este respiraba tranquilo y aparto su mano de su cabello, llevándola a los hombros de este para darle más caricias, observaba detenidamente aquellas marcas peculiares que no mostraba a nadie, nunca supo como se formaron, pero las tenía desde los diecisiete años, más era claro que surgieron en cuanto se fue de casa....
Aun recordaba aquel día en que se dio cuenta que amarlo era imposible y no porque fueran familia, no, el problema iba más haya que los lazos sanguíneos, simplemente eran muy jovenes para saber amar.

Un chico de trece años estaba sentado en una rama de un árbol, todas las tardes se la pasaba ahí descansando y a la anochecer regresaba a la casa, pero ese día, ese doloroso día, el chico había estado sentado ahí más tiempo de lo normal, el ojiazul lo observaba desde la ventana, quería ir haya con él, darle la mano y apoyarlo, le dolía verlo así.
Sin más, salió de la casa y fue hasta donde estaba el castaño, se subió a la rama donde estaba y se sentó a su lado.

Un chico de ojos castaños no apartaba la vista del paisaje nocturno y se dejo caer sobre el hombro de su primo, se sentía tranquilo, le gustaba la compañía del azabache, era extraño pero solo ese chico sabia sus secretos, él le daba la mano cuando lo necesitaba, él le reconfortaba mejor que nadie y sabia que pasaría más adelante.

Cerró sus ojos y respiro profundamente soltando el aire tranquilamente, el contrario lo observo curioso.

Derek: también te quiero

El azabache se ruborizo por lo dicho, se supone que nadie sabia eso, ¿Porqué él? ¿Porqué precisamente él debía saber? ¿Tan obvio era?

Derek: se nota cuando me hablas, por que te expresas de la forma más linda, se nota cuando me miras, por que en tus ojos se refleja lo que sientes....se nota por tus acciones, por que siempre estas para mi y simplemente se nota por que contigo me siento feliz...

Cedrik: perdón

Derek:-se acomoda y lo ve- ¿Porqué? No hiciste nada malo, al contrario...llegaste a alegrar mi vida...

Cedrik: ....

Derek: pero lamento...que no seas para mi y yo no sea para ti

El azabache volteo a verlo con algunas lágrimas, ya sabia que se venía a continuación y solo quería terminar con aquel sentimiento.

Cedrik: ...solo soy un alma gemela que no estaba destinada a ser...

Derek: ...

Cedrik:-le sonrié entre lágrimas- no quiero volver a tomar tu mano...

El azabache lo tomo de la mejilla y se acercó a él. La distancia era corta entre los dos, sus rostros uno cerca del otro, sus respiraciones mezclandose entre ellas, las lágrimas acompañaban el rostro del ojiazul, el castaño solo observaba al contrario, esperando la siguiente acción que haría, el azabache solo cerro los ojos y dio un ligero roce en la comisura de los labios del ojicastaño.

Cedrik: por que tu historia de amor debe comenzar con alguien más

Derek: ....

Cedrik: y serás tan feliz...por que comenzaras la historia más bonita de tu vida...

El castaño solo veía con algunas lágrimas a su primo, él lo sabia, él mismo lo sabia, ambos entendían.

El azabache se bajo del árbol y regreso a la casa, el mayor solo se quedó ahí sentado observando, era lo correcto, así debía ser. Llevo sus manos a su rostro cubriéndolo, estaba llorando. ¿Porqué el primer amor debe doler tanto?

Un chico castaño estaba consiente de lo que pasaba a su alrededor, desde que ingreso su primo a su oficina, sabia lo que pasaba, pero el cansancio era mayor como para moverse, sintió todo, desde que lo cargo hasta ahora que estaba recostado sobre el regazo del contrario sintiendo aquellas caricias que le relajaba.

Esa misma noche, una mujer observaba desde su habitación el lugar donde habían estado ambos jóvenes, un castaño estaba con ella, lo habían mandado a llamar y ahí estaba, esperando que lo que iba a pasar.

Su abuela estaba viendo por la gran ventana y en ningun momento volteo a verlo.

Aoi: lamento que se hayan tenido que enamorar así...Derek, amaste tanto...que terminaste con tu felicidad...por el bien de él....¿Tan grandes son los sacrificios que piensas hacer?

...

Derek: ....por que cuando te enamoras...haces lo que sea ¿No? Yo sabia que iba a pasar...e iba a doler más seguir y que lo lastimara el consejo...a dejarlo ir a que sea feliz...

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#De que....tengo a Cedrik solo por que quería que fuera pareja de Derek...pero a veces uno no esta destinado a serlo.