⓿❶❾. ❝Cuaderno de cuentos❞
Tenían casa llena, por así decirlo. YunHo y KeonHee habían llegado con la intención de disfrutar de una parrillada en el jardín de la familia Park, así que las carcajadas que provocaban sus bromas se escuchaban por toda la casa, en especial las de HobgJoong cuando hacía referencia a la poca habilidad culinaria de SeongHwa.
Eso pasaba en planta baja. En el piso superior también había algo de escándalo. JongHo había invitado a Yuri a su casa, por lo que estaban pegados a la computadora jugando, sin reprimir los reclamos por una mala jugada, gritos de victoria y risas por errores cometidos. WooYoung, San y MinGi estaban jugando también con ellos, aumentando el ruido, mientras Yeosang solo intentaba darse una relajante ducha. Poco pasó para percatarse de que aquello no pasaría.
Disfrutaba de bañarse escuchando música de su lista de reproducción, hacía el momento más relajante, pero con los gritos de sus hermanos y de su tío YunHo eso era imposible. Cerró la llave del agua manteniendo su ceño fruncido, queriendo pedir silencio pero sabiendo que seria ignorado por todos. Mientras se secaba envidió a JongHo por el baño en su habitación, su hermanito tenía baño propio asi que podía salir de él con calma hacia su habitación.
La idea de ir en bata hasta su cuarto no le avergonzaba, pero tampoco le era tan atractiva, sin embargo tenía que hacerlo sí o si. Odiaba cambiarse en el baño, así que luego de abrocharse el cinto de la bata negra, salió con el cabello todavía goteando sobre sus hombros.ㅡ ¡Hyung!ㅡ Gritó San con una sonrisa al verle pasar por donde ellos jugaban en la computadora.
La mirada que le dedicó no fue tan amable, pero San siguió hablando sin sentirse intimidado.》¿Viene a jugar? ¡Puede ser de mi equipo!
ㅡNo, gracias.ㅡ Contestó avanzando hasta su habitación, para empujar la puerta y entrar. Suspiró al encontrarse con Bobby acostado bajo su escritorio, y le miró serio.ㅡ Comprendo que no quieras estar afuera con ellos, pero este es mi cuarto. Abajo está el de JongHo.ㅡ Le señaló, con el perro observándole sin moverse de su lugar, suspiró, y tronó los dedos provocando que el can levantase la cabeza, fijándose en si no tenía comida en sus manos.ㅡ Fuera Bobby.
Obedeció, saliéndose del cuarto como si nada, y Yeosang cerró la puerta para de alguna manera dejar de escuchar a su tío KeonHee quejándose de lo miedoso que era YunHo. El pelinegro comenzó a tomar la ropa que se pondría, y una vez vestido, se dedicó a secarse el cabello con su toalla. Se sentó en la cama sintiendo pereza de colocarse calcetines, y luego de un suspiro, se fijó en su piano eléctrico.
No queríia salir de su habitación, pero tampoco encontró algo que le entretuviese alli más que su piano, aquel leno de calcomanías que un día pegaron sus hermanos. Ya habia pasado el festival, ya se había presentado así que no había porque practicar, y tampoco se le ocurría quétocar.
De igual forma, se sentó frente a él.
Lo encendió, comenzando a tocar con uno solo de sus dedos, jugando. Se sentía en blanco, ninguna canción venia a su mente asi que frustrado, se levantó. Golpeó su rodilla contra el teclado, y junto a una maldicióón por el dolor, se tambaleó chocando contra su escritorio. Varias cosas temblaron y se cayeron, por lo que en seguida se puso a acomodarlas tratando de ignorar el dolor en su rodilla.
Terminó guardado varias cosas que no deberían estar en el escritorio, entre ellas algunos de sus cuadernos. Hizo espacio entre sus libros para dejarlos ahí, y sus ojos se fijaron en ese cuaderno. Sonrió tomándolo, admirando las decoraciones y la portada, estaba encuadernado con cuero, con figuras que le hacian ver como si fuese escrito hace cientos de años cuando en realidad tenía poco más de una década. El libro que le regalo su abuelo. El difunto padre de SeongHwa.
Se sentó en la cama, abriendo el cuaderno con cuidado para ver la letra de su abuelo en cada una de las páginas, contando grandes historias llenas de aventura, magia y sentimientos, todo creado por él. Se fue hasta la última página, esa en la que el hombre había escrito un pequeño mensaje para Yeosang y San, pues se los obsequió poco tiempo después de que llegaron a sus vidas. Sintió un feo nudo en su estómago, y se fue hasta el principio del libro, recordando cómo le dijo a San que él se quedaría con el cuaderno para cuidarlo, y como este acepto sin problemas pues prefería jugar que leer.
Yeosang sonrió con tristeza, extrañando la voz calmada de su abuelo llamándole para una historia. El hombre fue de aquellos que en seguida mostraron aceptación por él y San, algo que incluso después de tantos años parecia faltar en otros familiares. Aun había personas que se mostraban incómodos con ellos, como si pensaran que por el hecho de ser adoptados eran distintos al resto.
Pero su abuelo jamás fue así, desde la primera vez que les vio les dio un gran abrazo, uno de esos que extrañaba bastante. El último que obtuvo de su parte fue en uno de los momentos más duros que había vivido, y que tanta fuerza le dio en ese entonces.
Se dice que el primer año de matrimonio es el más duro, cada quien tiene sus ideas sobre eso, y HongJoong y SeongHwa pensaban que no sería el caso con ellos, pues ya tenían años viviendo como si estuviesen casados. Luego de regresar de su luna de miel, estaban dispuestos a volver a su cotidiana rutina, a sus vidas con sus cinco hijos. Sin embargo, pasaron muchas cosas.
En primera, el restaurante de HongJoong comenzó a representar un problema, las ganancias estaban por debajo de lo que gastaban manteniéndolo, así que cerraron sus puertas debido a que no podían dejarlo abierto de momento, no después de gastar tanto en la boda.
Y así, con SeongHwa siendo el único que daba un ingreso económico al hogar comenzaron a verse en un problema.
Intentaban que los niños no se vieran tan afectados por eso, hablaron con ellos sobre que habria unos cambios en casa, pero que solo sería temporal y que no se preocuparan. Pero claro que se preocupaban, en especial Yeosang con once años ponía especial atención en todo lo que sucedia a su alrededor, notó que sus padres algunas veces se dormian bastante tarde conversando en la sala, o que su appa Hong ya no iba a su restaurante, ahora trabajaba como recepcionista, y algunas veces volvía realmente tarde y agotado. No era nada sencillo mantener a cinco niños.
Cuando se consiguió dos trabajos fue más complicado, ya no le veían, y para ellos que estaban acostumbrados a ver a sus padres todos los días y a cenar con ellos, sentían un gran vacio. Comenzaron a pasársela en casa de sus abuelos, ellos les recogían de la escuela, y algunas veces los niños se quedaban a dormir por lo que los adultos mayores también tenían que llevarles.
Fueron unos meses duros, y Yeosang se sentia desesperado queriendo ayudar a sus padres, sin saber cómo. Se sentía presionado al ser el hermano mayor, quería ayudar a sus padres y a sus hermanos, sobre todo cuando escuchaba a MinGi decir que se sentia como cuando eran niños y les mandaban con sus familiares sin decirles nada de appa Hyunsik.
En ese momento, y sin que nadie se percatara, comenzó la depresión de Yeosang.
El no era reconocido como él más activo de sus hermanos. No era de jugar tanto, ni de correr, era calmado, por lo que su falta de interés en las cosas, su ánimo decaído, y sus largas siestas pasaron al principio desapercibidas para todos. Sus hermanos fueron los primeros afectados, se volvió un poco más rudo y sensible, parecía siempre enojado por lo que rechazaba el estar con ellos.
Cuando sus abuelos comenzaron a notarle esa actitud extraña, pensaron que se debia por la frustración que podía sentir al casi no ver a sus padres como antes, por lo que trataban de hacerle ver que era temporal, que pronto todo regresaria a ser como antes.
Una parte de Yeosang lo comprendía, y la otra, estaba furiosa, pero consigo mismo.
Se sintió como una carga, preocupando al resto mientras cada quien tenía sus propios problemas.
Con el problema creciendo, llegó a pelearse con un compañero en su escuela, uno que le preguntó qué tan raro era tener dos padres. El chico no lo hizo con intención de burlarse, pero Yeosang enfureció tomándolo como tal y comenzó una pelea. A pesar de que ya era más grande, esa vez si lloró cuando vio a SeongHwa entrar a la oficina del director buscándole.
Ahí fue cuando Yeosang realmente se odió viendo la forma en la que se preocupada su padre por él, pensando que solo le había traído problemas a sus padres. Quería ser un buen hijo, y sentía que solo les fallaba cada vez más.
Ese mismo día, su abuelo terminó en el hospital. Yeosang recordaría ese doloroso día hasta el final, pues mientras SeongHwa internaba hablar con él para saber qué había ocurrido, le llamaron notificándole que su padre acaba de ser hospitalizado.
El hombre mayor pagó la factura de todos sus años de vida, su tiempo en el mundo estaba contado y solo había maneras de retrasar su muerte a algunos meses, pero las rechazó. Dijo que moriría en calma en su hogar. Los niños le vieron pocas veces, solo una vez pudieron entrar a la habitación a escuchar una última historia, y aunque no comprendían el por qué pues el hombre aún se veía bien, se despidieron de él. Ya no les permitieron volver a entrar, pero un día Yeosang se asomó por la puerta, encontrándose con un hombre que no era su abuelo. No tenía esa sonrisa cálida ni esos ojos amorosos, parecia un muñeco que respiraba y parpadeaba porque si. A pesar de eso, les dolió cuando se les dijo que murió.
No se quedaron mucho tiempo en el funeral, HongJoong les llevó con su tío TaeHyung luego de unas horas, pero se quedaron el tiempo suficiente como para ver todo el dolor de su familia y amigos. Jamás habían visto llorar a su appa Hwa así, menos a su abuela. Yeosang también acabo llorando en brazos de HongJoong, escondiendo su rostro. Las cosas no mejoraban como le habían dicho, solo hacían cada vez peores. Para Yeosang fue completamente doloroso el ver la foto de su abuelo, siendo consciente de que jamás volvería a oír su voz.
Pasados pocos días de su funeral, YunHo habia ido por ellos para intentar distraerles. Les llevó a un museo interactivo para niños junto a KeonHee, y entre tantas cosas que había para jugar logró provocar sonrisas en sus niños preferidos. En todos menos en Yeosang. Al principio atribuyó su actitud desinteresada y lo mal que se veía a la fuerte pérdida que acaba de atravesar, pero sus hermanos también habian pasado por eso y estaban sonriendo y riendo entre las actividades que ofrecía el lugar.
YunHo era consciente de que cada niño era distinto, sobre todo sabía de la actitud de Yeo, pero comenzó a darse cuenta de que su estado no era tan normal. Preocupado, aprovecho un momento donde el resto de sus hermanos y KeonHee entraron a un laberinto de espejos para sentarse junto a él e intentar hablarle. Se sorprendió al percatarse de que le respondía como cuando era más pequeño, cuando su presencia le era insoportable, y aquello por supuesto que le dio una mala señal. Estuvo atento a lo que hacia, notando que incluso a sus hermanos les respondía mal, queriendo apartarse para estar solo, y rechazando casi toda la comida que le ofrecieron.
"Ya no es Yoongi hyung', le dijo San cuando intentó preguntarle si sabia qué le pasaba a su hermano, y eso le afirmó que algo andaba mal. Aprovecho que los niños se durmieron mientras iban a dejarles a su hogar, y luego de hablar con KeonHee, ambos dedujeron que podía ser depresión, pero no podían asegurarlo.
Hablaron con SeongHwa y HongJoong ese mismo día, mientras mandaron a los niños a cambiarse para que ya se pusieran sus pijamas. El matrimonio al principio pensó que era uno de esos pensamientos locos y sin sentido de YunHo, pero al verle hablando con tal seriedad y de un tema tan delicado, borraron la palabra broma de su mente. Su hijo realmente podía estar deprimido, y ellos no lo habían notado. Entre los cuatro no podían dar por hecho eso, pero sabían que lo mejor era llevarle con un psicólogo para que les diese su opinión profesional.
Por la preocupación no tardaron mucho en hacer una cita e ir junto a Yeosang, y poco después les dijo aquello que ya temían, su pequeño tenía depresión infantil. Les explicó las señales que presentaba su hijo, esas que al mencionar les parecieron obvias y se lamentaron de no notarlas antes, pero con tantas cosas a su alrededor sucediendo al mismo tiempo, no las vieron.
Escucharon con atención el procedimiento que debían seguir para que Yeosang se recuperara, remarcando que ellos como padres debían poner todo de sí mismos para que su hijo dejase su depresión atrás SeongHwa y HongJoong se culparon por estar al pendiente de otras cosas, y decididos a volver a ver una sonrisa sincera en el rostro de su fanático del pollo frito empezaron a centrarse de vuelta en sus hijos. Volvía la costumbre de verse todos los dias, las cenas, y las salidas de fin de semana aunque fuese a un parque. Poco a poco sus vidas regresaron a tener esa felicidad que les caracterizaba, y por fin la situación mejoro para la familia Park.
Los adultos vivieron esa valiosa y antigua lección de "la familia es más importante que el dinero", algo que por unos meses olvidaron al solo pensar en conseguir lo mejor para sus hijos. Esa situación era tan común y tan vista en las peliculas, y a pesar de que el protagonista siempre se daba cuenta de lo que importaba en realidad, la gente seguía olvidándolo con frecuencia. HongJoong y SeongHwa se juraron tener eso siempre en mente, recordándose que lo que ocasionaba esas sonrisas en sus hijos era el amor que tenían, sonrisas verdaderas y felicidad auténtica.
Yeosang se recuperó, volvió a ser el niño que reia cuando sus hermanos jugaban con él, a quien le gustaba tocar el piano y disfrutaba de estar con sus padres, con su familia. Con el tiempo HongJoong pudo abrir de vuelta su restaurante, y con aquello recuerda que fue como superar todas esas cosas malas que sucedieron en tan poco tiempo, justo antes de que cumpliesen su primer año de casados.
Yeosang terminó de leer el primer cuento escrito por su abuelo, uno donde narraba como dos estrellas brillantes viajaban por todo el universo buscando en lugar en el que pudiesen dar luz, pasando por cientos de lugares que les gustaban o no, pero que terminaban abandonando para continuar buscando. Al final del cuento, llegaron a un planeta con dos lunas, que les recibieron cálidamente y les ofrecieron quedarse con ellos para que iluminaran juntas a las lunas y al planeta. A Yeosang le gustaba pensar que lo escribió inspirado en ellos, en él y San.
Se fijó en el siguiente cuento, leyendo el titulo e imaginándose la voz de su abuelo leyéndole. Le fue inevitable pensar en el día en el que se enteró que estaba enfermo, ese en el que SeongHwa fue por él a la escuela luego de su pelea.
Le parecia tan lejana esa época, como si hubiesen pasado milenios, o como si hubiese sido solo un sueño, pero pasó, tuvo depresión, algo que él en ese momento no comprendió. Ya había leído sobre lo que era la depresión infantil y lo que ocasionaba.
Agradecía que su caso no legase al punto de autolesionarse, que no le pasara por la cabeza el hacerse daño a pesar del odio que se sentia. Siempre estaría agradecido con YunHo por haberlo notado a tiempo, después de eso comenzó a verle más como un amigo que como un tio, justo como el adulto le pedía que le llamase.
ㅡ¡Se acaba de bañar!ㅡ Escuchó de MinGi antes de que la puerta se abriese. Yeosang se asustó por la inesperada acción, y se removió cerrando el libro. Como si lo hubiese invocado, YunHo le sonrió.
ㅡ¡Yeosang! Espero no haber interrumpido nada.ㅡ Habló con una sonrisa que a Yeosang le pareció pervertida.ㅡ Pero necesito que me acompañes a la tienda, anda. KeonHee y HongJoong están preparando la carne, y Seongie está acomodando lap arrilla en el jardín.ㅡ Se inclinó un poco para adelante susurrando.ㅡ Y no quiero estar ahi cuando rompa algo. HongJoong me va a culpar.ㅡ Volvió a hablar fuerte.ㅡ Asi que acompáñame, necesito comprar cerveza para todos, menos para ustedes. Bueno, te dejaré dos.
Yeosang suspiró levantándose de la cama y dejando el libro cerrado en su lugar.ㅡ ¿Por qué no llevas a otro, hyung?
ㅡ¿Cómo crees que me van a mirar si voy a comprar cerveza con un menor de edad?, Uf, no, tú ya estás grande, ¡Vamos!, Te daré tres cervezas.
El adolescente rodó los ojos.ㅡ No me gusta tomar, gracias.
ㅡ¿Ya lo hiciste?ㅡ Le vio negar.ㅡ Entonces no digas que no, es la oportunidad perfecta de que te emborraches. Está aquí tu familia, te cuidaremos y nadie te hará algo malo.
ㅡ¿No me grabaran y se burlarán después? ¿Me rayaran la cara?ㅡ Preguntó todo eso colocándose calcetines. En seguida escuchó al adulto negar, pero ni él se la creía.ㅡ No, ya dije. Le diré a appa Joong que me estás ofreciendo alcohol.ㅡ Amenazó como cuando era niño, logrando que YunHo se quejara también como un niño.
Apenas salieron del cuarto, con confianza pasó su brazo por los hombros del adolescente, tratando de convencerle mientras Yeosang solo sonreía negando con su cabeza. Les dijo a sus hermanos que ya volvían, y se retiró junto a su tio, sin rechazar la forma cariñosa en la que le mantenía a su lado.
Nota🌷
No tenía planeado actualizar pero como MinGi is comeback a Home (alto ingles) aquí me tienen gente 🐇🌷.
Estoy tan feliz por mi niño (llanto).
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