Lo Entendió
-Déjeme ir a Whole Cake por favor-
Un joven alto de dorados cabellos y con una cicatriz cubriendo su rostro justo sobre su ojo izquierdo, -una marca que había recibido a cambio de perderlo-, estaba frente a otro hombre y apoyado en el filo del escritorio de roble.
-Luffy se encargara de todo, estará bien no te preocupes- decía un hombre mayor de alborotado cabello negro en punta hacia atrás y que en su rostro del lado izquierdo le cubría un tatuaje en toda la extensión de su cara.
Estaba sentado sobre el escritorio y miraba a su receptor.
Acariciaba el cabello del menor de manera cariñosa y luego sus dedos bajaron hasta los delgados labios del rubio, los que fueron tocados con una sutileza única que solo ese hombre hacía.
-Cada vez que haces esta clase de cosas me siento culpable… siento que falto a la confianza y hermandad que tengo con Luffy, tu hijo- dijo sonriendo con expresión sonriente pero culpa al mismo tiempo. Cerró sus ojos dejándose tocar por aquel hombre que lo había criado prácticamente y por quién sentía una atracción un tanto oculta.
-¿Por qué dices esa clase de cosas cuando pongo mis manos sobre ti? Pareces como si estuvieses coqueteando con la novia de tu mejor amigo- se burló el mayor.
Sabo mostró una expresión de enfado y de un manotón quitó la mano del mayor de su rostro y de su boca.
-No te das cuenta ¿verdad?- dijo el rubio y abandono la oficina del líder de su organización, sin esperar una respuesta a su petición.
Dragon, sabía perfectamente de que hablaba su protegido. Lo había descubierto hacía ya un tiempo, sin embargo, estaba esperando que el joven descubriera sus verdaderos sentimientos.
Si algo tenía la gente adulta es que les era muy fácil saber lo que siente y piensa un niño, y para él Sabo era un niño.
-Cada día me pregunto si recuerda que fui yo quien lo vio llorar hace doce años en aquella ciudad antes de que la terminal Gray fuese incendiada…-
Apenas y había regresado a su puesto en el escritorio cuando llamaron a la puerta.
-¿Aun no asume sus sentimientos Dragon?- la puerta se abrió, antes de recibir una respuesta para permitirle entrar a la sala.
Un hombre de mediana estatura, de cabello calipso rizado y muy tupido, con maquillaje en exceso en su rostro y vistiendo un body deportivo lila, ligas y una maya a modo de capa. En su tupido cabello llevaba una coronita, dejando claro su status de reina en su isla “Kamabaka”
-Es comprensible- decía Dragon sin mirar a su colega – es joven, y el experimentar todas emociones va acorde con su edad, solo tiene 22 año, o al menos lo cumplirá en unos días-
Ivncov, se sentó en el mismo lugar en que Dragon había estado momentos antes con Sabo, y se cruzó de piernas.
-¿Y qué harás? Tu paciencia también tiene un límite ¿no?- dijo sin mirar a su colega.
-No quiere decirme nada porque respeta fielmente la amistad con Luffy, ya sabes, en saber que su “hermano” es mi hijo… no ha de ser fácil para él-
-Te lo estas tomando con mucha calma ¿es eso bueno para ti?- preguntó Ivancov como si nada.
-La verdad es que sí, pues como nunca estoy ansioso por celebrar su cumpleaños-
Al fin Dragon levantó la cabeza de sus apuntes para encontrarse con la mirada de su amigo que lo observaba por sobre su propio hombro de manera sugerente.
Esa mirada solo indicaba lo que su amigo estaba pensando.
-A pesar de que soy un adulto, me siento igual de temeroso que él- confesaba el hombre dejando la pluma en el tintero y reclinándose sobre su silla – el solo hecho de pensar que me permitiría tocarlo me asusta. Así que tengo algo planeado para ese día, no quiero que nadie nos moleste.
Sabo caminaba raudo por las instalaciones de los Revolucionarios con su corazón latiendo a mil por segundo.
-Que… ¿Qué fue eso?- dijo y llevo sus delgados dedos a sus labios.
El contacto. El modo en que había sido tocado por ese hombre lo había hecho estremecer a tal punto que su piel se erizo.
Salió al fin del interior de las instalaciones y dejo que el viento jugara con su cabello y refrescaba su sonrojado rostro.
Luego se abrazó a sí mismo y se dejó caer de rodillas penado que esa había sido una señal. Una señal que confirmaba sus dudas.
-Estoy enamorado de ese hombre…- se dijo y cubrió su boca al dejar salir sus pensamientos y expresarlos en palabras.
-¿Al fin ya entendiste tus extrañas sensaciones cuando estas cerca de Dragon?-
Otro de sus colegas que en esta oportunidad se presentaba ante el joven como una mujer, que llevaba en su frente una cicatriz en forma de rayo que iba hacia su ojo izquierdo, llevaba unas gafas de marco blanco con cristal azul del lado derecho y naranjo del lado izquierdo, su cabello también tenía una forma parecida a la de un trébol de tres hojas pero se dividía por la mitad con dos colores en él. En su lado izquierdo era platinado y del lado derecho era anaranjado. Su abrigo tenía los mismos colores del mismo lado y llevaba como era habitual en él, una copa de vino tinto en su mano izquierda.
-Inazuma…- dijo lloroso al ver que la mujer lo miraba sonriendo – esto no es bueno, esto no puede estar pasando… es el adre de Luffy, mi “hermano”-
-No hay un lazo sanguíneo que los una, no hay problema. Supongo que sabes que Mugiwara está de novio con Trafalgar Law, un hombre mayor que él-
-Es diferente- se defendió el joven – solo tienen 7 años de diferencia pero Dragon y yo…-
-¿Acaso la edad ha importado alguna vez?- lo interrumpió Inazuma inclinándose junto al joven para estar frente a él – No estas faltando a tu hermandad con Luffy por enamorarte de su padre, él hubiese querido que fueses feliz- dijo y sacudió la melena de Sabo, luego Inazuma se levantó y lo dejo solo.
Al final, tras calmarse regreso a su habitación, donde durmió durante el resto del día, pues se lo permitiera Dragon o no, iría a ver a su hermano a Whole Cake y estaría ahí para ayudarlo de manera indirecta. Pero antes celebraría su cumpleaños con todos los miembros de la organización.
Los días siguientes no fueron de los más fáciles para el joven, pues tras darse cuenta que sus sentimientos por Dragon, le era mucho mas difícil poder concentrarse en su trabajo.
Lo evitaba siempre que podía y sólo se presentaba ante él para presentar sus informen sobre las misiones bajo su cargo.
Así llegó el día del cumpleaños del menor. Sus compañeros se habían encargado de preparar todo para celebrarlo y Dragón le había permitido tomarse el día para que descansara.
Desde lo alto de las instalaciones, Sabo observaba el suave y brillante oleaje de mar cortesía del sol del ocaso.
Pensaba en Luffy, su hermano y en que quizás éste lo odiaría cuando se enterara de que se había enamorado y de su padre.
-Puedo ser mas fuerte que tú en algunas cosas Luffy, pero en este momento esto y sintiéndome tan débil ante mis propios sentimientos y nuestra hermandad- se dijo suspirando resignado, pues ya no había nada que hacer, había sido años estando junto a Dragon y todo había ido cambiando a medida que crecía.
-En que momento pasó todo esto?- dijo cubriendo sus ojos con su enguantada mano.
-Sabo-kun!!- oyó que lo llamaban.
Abrió los ojos y miró en la dirección en que venía la voz de una chica.
Bajó la mirada y se encontró con Koala que sonriendo le hacía un gesto con la mano para que fuera con ella.
No la hizo esperar y bajo se aquel lugar para estar en cosa se segundos junto a la joven.
-Sucede algo?- preguntó -Luces un poco tenso...-
-No es nada- le sonrió él - es sólo que estoy algo cansado-
-Ya veo... Últimamente el trabajo nos exige demasiado... Amm Sabo-kun... La verdad quería hablarte de algo...- dijo nerviosa y sonrrojada.
-Claro, dime en que puedo ayudarte-
-Bueno... La verdad es que... La verdad es que, hace ya un tiempo que quería decirte...-
Tomó una gran bocanada de aire antes de continuar.
-Hace unos años que estoy sintiendo estas sensaciones cuando te tengo cerca... Y aún que en un principio creía que era sólo cariño de compañeros, me di cuenta que estos sentimientos hacía ti son diferentes al resto...-
-Koala...-
-Lo que quiero decir es que me gustas. Me gustas desde el primer momento en que llegaste a este lugar. Me gustas desde el momento en que Dragon nos presentó, me gustas Sabo, me gustas!- dijo y sus ojos se humedecieron.
Sabo no esperaba algo así justo en la situación en que estaba.
Sus amor por Dragon, más su inseguridad y ahora la confesión de su compañera.
Sabo hizo una reverencia a su amiga y sin mirarla aún respondió.
-Muchas gracias- comenzó- De verdad te agradezco que me expreses tus sentimientos, pero debo rechazarlos- entonces se levanto -No puedo corresponderte, pues ya hay una persona a la que quiero. Lamento no tener los mismos sentimientos por ti- se quedó allí esperando a que la joven dijera algo.
La muchacha parecía que esperaba una repuesta como esa, y aunque dolía, sonrió para el joven.
-Bueno- dijo con la voz algo quebrada -debi imaginar que dirías algo así, eres bastante apuesto así que supongo que es normal- dijo y movió sus manos frente a ella -deberías entrar, Dragon te busca-
El sonrrojo del joven fue evidente, pero la joven no dijo nada.
-De verdad lo siento- dijo y puso su mano sobre el hombro de la joven y le sonrió.
-De que te lamentas? No es el fin del mundo o sí?- dijo devolviendo también la sonrisa.
Sabo al fin fue a buscar a Dragon, pues según la muchacha éste estaba buscándolo.
-Eres una linda chica Koala, llegará el hombre adecuado para ti y ese no soy yo, porque yo ya encontré al hombre que amo-
Empezó a correr, pero Kuma lo detuvo para decirle que tenía que cambiarse de ropa porqué habían preparado una cena un tanto diferente.
Sabo algo confundido lo miró, pero obedeció.
Ya en su habitación encontró una bolsa para guardar ropa sobre su cama, se acercó a esta y tomo la nota que había encima de la bolsa.
"Feliz Cumpleaños"
No tenía remitente, pero en la bolsa había un elegante traje.
Lo miró con algo de curiosidad, pues no imaginaba quién podía haberle enviado un traje como ese.
Se vistió con calma tras una ducha y ya una vez que oscureció, dejó la habitación para ir al salón donde se llevaban a cabo las reuniones importante de Dragon.
Allí ya estaban todos.
Las luces bajas, música suave y las mesas esparcidas elegantemente por todo el lugar lo hacían lucir como un salón de fiesta de matrimonial.
Apenas Sabo entró a éste, sus amigos pudieron saludarlo con más calma, pues durante el día habían estado ocupados con sus asuntos.
Koala solo lo saludo tímidamente y se apartó para dejarle paso a los demás que se acercaban a felicitarlo.
Todos a su paso le habían hecho un reconocimiento a su manera, pero en su mente rondaba una pregunta.
Donde estaba Dragon, y porque no lo había saludado aún.
Intentó fingir que no le preocupaba y de pronto en la mesa larga y principal se encontraba el hombre del que se había enamorado.
El hombre hablaba con Ivancov y parecía que la plática era de importancia. Pues ambos lucían serios para una fiesta de cumpleaños, pero luego Ivancov lo miró y le hizo un gesto con la cabeza a Dragon para que mirara a Sabo.
El joven cohibido, se acercó al mayor al tiempo que Ivancov lo saludaba levantándose de su silla y los dejaba.
Había oído a escondidas que Dragon había organizado todo con la ayuda de sus compañeros.
-Gracias... Gracias por esta fiesta- dijo y carraspeo nervioso.
Dragón no dijo nada y observó al muchacho que no paraba de mirar en todas direcciones nervioso.
-Puedo hablarte un momento en tu oficina?
Dragon siguió observándolo.
-Puede ser luego si no quieres ahora- dijo y se giro para unirse a la fiesta. No había dado ni dos pasos cuando Dragón lo tomo del brazo haciendo que Sabo se girara otra vez y quedara de frente a aquel hombre, sus rostros estaban a sólo centímetros de la otra y Sabo enrojeció a tal punto que Dragón creyó que le había subido la fiebre.
-Estas bien?-
Sabo sólo asintió con torpeza...
-Vamos- dijo Dragon y guió al muchacho con el a la oficina.
Caminaron en silencio, dirigiéndose miradas bastantes obvias.
Al llegar a la oficina, Dragon abrió la puerta para dejarle paso a Sabo y con un gesto de la mano lo invitó a entrar.
Tras cerrar la puerta, Dragon se sentó en el borde se su escritorio y esperó a que Sabo dijera lo que tenía que decir.
-Bien te escucho- dijo él quitándose el saco que llevaba.
La.camisa estaba abierta del pecho y la corbata la había soltado mientras hablaba.
Sabo lo miraba embobado. Para ser un hombre mayor, no tenía nada que enviarle a un adolescente.
" _Luffy_ " pensó Sabo mientras decidido se acercaba a Dragón hasta quedar frente a él " _Por favor perdoname_ y su boca besó la del hombre que tenía en frente.
" _Estoy traicionando nuestra amistad_"
Fue un beso intenso y apasionado.
Se separó de él tras aquel beso y cubrió su boca avergonzado.
Se dirigió hasta la puerta con la intención de regresar a la fiesta pero apenas hubo tocado el pomo de esta, Dragon lo encerró entra su cuerpo y la puerta.
-Como debería tomar esa invitación?- dijo Dragón hablando al fin tras su largo silencio.
Sintió la mano del mayor en su cadera y la metió bajo la camisa del joven.
-Me estás dando autorización para hacer lo que quiera contigo?-
Sabo se volvió a mirarlo con sus ojos vidriosos y asintió.
Dragon acercó su boca al oído del menor y aparto el cabello del rubio para susurrarle muy sugerentemente.
-Feliz Cumpleaños, Sabo-
Aquí este short, que nació de la curiosidad, espero lo disfruten y me disculpen las posibles faltas ortográficas, pero una parte la escribí en el suelo y la otra en el celu.
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